Por Alicia Zampatti
Si, los Bebés son Genios. Aprenden de forma natural, sintética e intuitiva aún sin conocimiento del lenguaje adulto. Gracias al alto nivel de receptividad del Hemisferio Cerebral Derecho, cuentan con la función de procesamiento automático de ultra-velocidad. Estos Genios, captan y memorizan imágenes de forma fotográfica y masiva. Son verdaderas esponjas que absorben grandes cantidades de información por el solo hecho de vivir.
En pocos meses caminan, trepan, comen solos, identifican emociones, juegan, reaccionan ante personas extrañas, coordinan movimientos, hablan, usan tu celular y, entre muchas genialidades, entienden tu NO -aunque aún necesitan tiempo para obedecer, puesto que su Sistema Nervioso debe madurar-. Además, pueden aprender 5 idiomas en perfecto acento materno y solo por inmersión, algo que a los adultos les resultaría imposible. Estos pequeños Genios son vivenciadores activos. Empáticos y compasivos imitan a los adultos, a otros niños y descubren el mundo y sus cualidades por medio de sus 6 sentidos: visual, táctil, olfativo, auditivo, gustativo y estereognóstico. Su esencia receptiva y gran sensibilidad requieren respeto y acompañamiento consciente pleno por parte de los adultos.
Paulatinamente, y a partir de los 3 años, estos Genios inician una etapa más consciente, propia del potencial del Cerebro Izquierdo, y el poder del Cerebro Derecho declina, de no ejercitarse. ¿Y qué sucede a partir de los 3 años? Aún las explicaciones verbales dirigidas al intelecto con intención de Educar, no surten demasiado efecto. Dice Steiner al respecto: “lo que usted le diga al niño (…) no deja profunda impresión. Pero como usted sea, tendrá consecuencias en él (…) todo lo que haga en presencia del niño se transforma dentro del organismo infantil en cuerpo, alma y espíritu”.
Los pequeños grandes Genios necesitan explorar, manipular material concreto adaptado, menos palabras y comportamientos humanos dignos de ser imitados.
Dicha verdad compromete la forma de educar en familia y a la Escuela, en tanto debe ofrecerles Entornos Preparados respetuosos con Actividades Culturales Prácticas siendo éstas las que viven en el hogar familiar: cocinar, plantar, pintar, sembrar, bordar, trasvasar, barrer, punzar, doblar ropa, atar cordones, cocer, operaciones aritméticas básicas, danzar, escuchar historias, tocar instrumentos, escribir con letras curvas –la línea curva es un trazo natural y estimula la integración cerebral, la línea recta viene después- jugar y disfrutar en la naturaleza. Cada Actividad Cultural Práctica es una oportunidad inteligente para la plena autoconstrucción y brindan la posibilidad de desarrollar autonomía, orden, disciplina, concentración, control y coordinación de movimientos, autoestima, valores, mente matemática, cortesía e innatos Talentos con felicidad.
La conducta de la vida es tremendamente sabia: hasta los 6-7 años de edad, existe en el ser humano una inteligencia vital constructiva que impele desde dentro a aprender de forma espontánea y sin fatigas tanto matemática, como la lectoescritura, ciencia, arte, geografía y mucho más! Luego de los 7 años, el Potencial Cerebral declina un 80% y otros intereses se activan: lo moral, la justicia, la autoridad, inquietudes vinculadas al Universo y al papel del SER humano como ciudadano del mundo. ¿Quién soy? ¿Para qué estoy aquí? son las cuestiones que estos filósofos plantean. Por ello, y para muchas religiones, es el tiempo propicio del “Catecismo o de la Evangelización de los pequeños grandes Genios”.
Psicóloga - Prof. de Nivel Primario -
Guia Montessori Internacional AMI
Especialista en Neuroeducación y Psicoanalisis con niños
13 de Agosto 2020