La lucha contra las drogas no debe limitarse a la represión sino establecer mecanismos que ayuden a la sociedad a liberarse de esa lacra mediante articulaciones inteligentes, expresó el diputado nacional Víctor Ríos.
En el contexto de un proyecto de ley presentado por el mismo, que modifica y actualiza artículos de la Ley 1.340/88 y 1.881/02, que reprimen el tráfico ilícito de estupefacientes y drogas peligrosas, reconoció que en todos los casos se debe comenzar por la rehabilitación del adicto.
La propuesta del legislador liberal busca despenalizar el consumo de la marihuana, limitando su uso al consumo personal.
La presentación no tuvo mayores reparos en la ciudadanía, que hace tiempo reclama intervenciones reales y contundentes en el tema de la droga.
“La legislación actual plantea dos vías: primero, la rehabilitación del adicto y luego el castigo. Sin embargo, la propuesta que presentamos plantea que el adicto sea curado”, sostuvo Ríos.
Resaltó la importancia del autocultivo de la marihuana para adaptar el rubro a las regulaciones de la ley, que será analizada luego de las actuales vacaciones parlamentarias.
Concretamente, se plantea el cultivo de hasta 30 plantas de cannabis por año y por persona. El resultado de esa producción casera es resultante de lo que se estima puede consumir una persona en el año sin que ello signifique problemas graves a su salud, como primera medida para encarar con éxito eventuales planes de rehabilitación.
En todos los casos, un médico forense o un doctor especializado del Ministerio de Salud deberán confeccionar las recetas para el consumo de la marihuana, aclaró el diputado.
Revistas especializadas colocan a Paraguay en el segundo lugar entre los países de mayor producción de cannabis, por detrás de México.
El narcotráfico se ha constituido en un problema de Estado, a tenor de los enormes recursos que moviliza, y el involucramiento de personas ligadas al poder tentadas por el lucro fácil.
El año pasado, la actividad ilícita arrojó un saldo aproximado de 103 muertes, entre ellas víctimas del fuego cruzado entre bandas rivales de narcotraficantes.
La ciencia médica señala que la marihuana tiene un componente curativo, destinado a males óseos y estomacales, entre otros.
Sin embargo, se la conoce mayormente por sus efectos alucinógenos y su consumo extendido en jóvenes, con secuelas negativas de comportamiento y actitud que generalmente se traducen en conductas antisociales, accidentes, delitos y muertes.
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