La posible caída de Muammar Khadafi puede traer graves consecuencias a todo el mundo. Ante los primeros reportes de una posible salida del país y asilo en Venezuela, el petróleo tocó los US$ 104 y el euro perdía valor contra el dólar.
Libia es una economía petróleo dependiente. Representa el 80% de los ingresos y el 25% del PBI del pais. El resto de la producción se reparte entre otros derivados de hidrocarburos, siderurgia, fertilizantes y muy poco de agricultura.
Gracias al crudo, el ingreso per cápita es uno de los más altos de África (US$ 12.000) pero como en el resto de los países de la región, esa riqueza no se traduce en mejoras para los que menos tienen.
Libia es una nación estratégica por varias razones. Tiene la novena reserva petrolera del mundo (47 mil millones de barriles) y la más importante de África. Es el decimoquinto exportador de crudo, fundamentalmente hacia Europa (Italia 32%, Alemania 14%, Francia 10%, España 9%, China 10% y EEUU 5 por ciento).
El Estado libio controla el negocio con la National Oil Corporation. Se queda con el 50% de la renta en las concesiones aunque la apertura a la inversión privada la llevó a resignar ese porcentaje en algunas explotaciones más costosas.
También provee de gas envasado a Europa. Llegó a ser el máximo exportador a la UE en los 70 pero su falta de infraestructura hizo perder lugares en esta industria.
La explotación petrolera destruyó su suelo. El clima seco y la falta de agua le impidieron al país desarrollar la agricultura. Importa el 75% de lo que come la población.
El aumento del precio de las materias primas y la consecuente inflación en los alimentos es una de las razones del descontento social. El alza de precios de los últimos dos años superó el 10 por ciento en un país con 30% de desocupados.  
Khadafi dio hace pocos años un giro estratégico en sus 42 años de gestión. Tras tomar el poder en 1969, cerró las fronteras y apostó a que la riqueza petrolera del país sería suficiente. Se hizo famoso por los desarrollos nucleares y asilar a terroristas de todo el mundo.
Treinta años después, afectado por los vaivenes en los precios del barril de crudo y varias revueltas políticas internas cedió a las presiones internacionales para atraer las necesarias inversiones extranjeras.
En 2003 anunció que no desarrollaría más armas nucleares. La ONU levantó las sanciones y EEUU hizo lo propio con su bloqueo económico en 2006. El dinero comenzó a fluir hacia el negocio energético del país gracias también a varios tratados de libre comercio. La apertura internacional se completó con el pedido formal para ser miembro de la Organización Internacional de Comercio.
Italia es el más afectado de toda esta crisis. Su estrecho lazo es político y económico.
Libia fue ocupada por Italia en 1911 antes de convertirse en una colonia en la década de 1930. Es independiente desde 1951.
Sin embargo, como en todas las relaciones ex colonias-país dominante, los vínculos subsisten, más allá de las culpas, errores y excesos.
Italia es el principal comprador de petróleo libio y a su vez es el principal exportador al país africano (18,9% del total de importaciones), fundamentalmente alimentos.
Pero la cooperación trascendió al mundo de los negocios. El aceitado vínculo Silvio Berlusconi - Khadafi fue clave.
En el anterior mandato de Berlusconi como primer ministro se firmó un histórico convenio de inversión de US$ 5.000 millones de empresas italianas en la infraestructura de Libia. Sin embargo, detrás había otros intereses.
Italia lo publicitó como una suerte de indemnización por el daño emocional que le había provocado a Libia durante los años de colonización. Se estima que 100 mil libios fueron asesinados durante la violenta ocupación entre 1911 y 1943. Khadafi describió el pago como un "valiente esfuerzo" y a cambio, acordó combatir la migración ilegal africana hacia Europa. El 15% de los extranjeros en Italia son libios. "Menos inmigrantes y más petróleo", declaró Berlusconi en su momento.
El primer ministro italiano también ha sido una figura clave para reavivar la recelosa relación de Libia con la UE y los EEUU.
La principal empresa energética de Italia, Eni, tiene en Libia su principal centro de producción: 250 mil barriles por día, 15% de su capacidad total. El gobierno libio, por medio de su fondo soberano de inversión de U$S 70 mil millones (Lybian Investment Authority) controla el 2% del capital de la multinacional italiana de energía y quiere aumentar esa participación al 10 por ciento.
El Estado libio también compró acciones en otras empresas italianas emblemáticas: tiene un porcentaje minoritario en Fiat, el club de fútbol Juventus y el banco Unicredito.
Los estrechos lazos entre Italia y Libia repercutieron el lunes en la Bolsa de Milán, que registraba fuertes caídas de los títulos italianos con intereses en ese país tras la ola de protestas contra el régimen del coronel Muamar Kadhafi.
La peor caída era la de la constructora Impregilo, comprometida en numerosas obras en Libia, que perdía 5,77%, en un mercado en baja del 1,98%. Eni registraba también una fuerte caída del 4,35% pese a que la firma subrayó que la producción se mantiene estable en ese país
Esta relación política-económica llevó al ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, a salir en defensa de Khadafi, el garante de los intereses italianos en Libia. Dijo que Italia se opondrá a la aplicación de eventuales sanciones contra Libia, como posible método para forzar al régimen de Muammar Khadafi a dejar el poder.
"Europa no debería actuar de esa forma (...) Lo que debería hacer la UE es, en efecto, apoyar la transición pacífica (a la democracia)", comentó el titular de Exteriores italiano a la entrada de un Consejo de Asuntos Exteriores del bloque comunitario en Bruselas.
http://america.infobae.com/notas/19438-Como-impacta-al-mundo-la-crisis-en-Libia
21-02-11Alejandro Bianchi