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UN FANTASMA MERODEA POR EL MUNDO ARABE
por Giulietto Chiesa - el 22 de febrero de 2011
No es el del comunismo. Y, por ahora, no se le puede llamar "fantasma" de la democracia.
Es una revolución de finales del imperio.     
Es uno de los síntomas de la crisis global del planeta, que va sustituyendo progresivamente y que sustituirá completamente en pocos años, todas las hagiografías adoradoras de la globalización imperial.  
Es un hijo de muchos factores, que no pueden ser reducidos a uno, como gran parte de la prensa occidental garabatea en estos días.  
No es la revolución de los "social network" americanos, aunque han contribuido a ello. No es la revolución democrática a la occidental, aunque este aspecto se ha insinuado, por ejemplo, en Egipto.  
Es más bien la revolución de Al Jazeera. En el sentido de que millones de árabes y no sólo árabes, están pendientes de esas noticias antes que de otras y se dan cuenta de que ya no están aislados. Pero es sobre todo la revolución de millones de jóvenes, que han nacido viendo Al Jazeera, que ven las injusticias del mundo y miran al occidente con desengaño porque el Occidente ha sido amigo y camarada de sus torturadores. Y también es la revolución de los desesperados - que en gran parte coinciden con los jóvenes - sin trabajo, sin comida, sin esperanza por el futuro.  
Es un fantasma inédito, que no tiene una teoría o una ideología que le sustente, pero que parece tener una sensibilidad aguda: entiende que ya no hay un centro de mando capaz de pararlo. Los imperios que se derrumban dejan abiertos muchos pasos. Wikileaks es uno de éstos. La revolución de la juventud árabe es otro síntoma. Obvio que ahora las tropas imperiales que han quedado tratarán de poner orden, dónde sea posible. Pero no podrán hacerlo "democráticamente". No hay, sobre el terreno, fuerzas políticas y sociales organizadas. Los amigos dictatoriales del imperio han arrasado por 30 años, en Egipto y en Túnez; por 40 años en Libia. Análoga situación en los Emiratos, en Argelia, en Marruecos. Washington e Israel están construyendo barreras para defender Arabia Saudí, porque si también ella se derrumbara todo el mundo se encontraría al borde de la catástrofe petrolífera.  
En Libia ha estallado algo que es impropio llamarlo guerra civil, porque en realidad es una guerra con muchos frentes, tribales, de clase. Pero dondequiera que sea, en algunos sitios más, en otros menos, faltan liderazgos dotados de perspectiva. Los militares egipcios no podrán mantener por mucho tiempo el orden marcial. Y es la situación menos inestable entre las que se han abierto. Todas las demás parecen peores. No hay una salida rápida.  
Lo rápido es sólo la catástrofe humanitaria que se derramará sobre Europa. Y para la cual Europa  no está para nada preparada, porque no ha sabido ni querido ver y prever. ¿Qué hacer? Ciertamente se tendrán que tomar medidas urgentes para enfrentar la emergencia. Pero, es al mismo tiempo cierto que se tiene que cambiar de modo de pensar. Porque la tempestad será más grande.  

Fuente: megachip.info