Mientras los presidentes latinoamericanos se reúnen para pedir explicaciones a Colombia sobre los acuerdos que incrementarán la presencia militar de Estados Unidos en la región, el país del norte sigue siendo el mayor proveedor de armamentos del mundo. Obama habla de paz y pide la no proliferación nuclear pero Washington maneja el 31 por ciento del mercado mundial de armas convencionales y a juzgar por la oferta y la demanda buscará una porción todavía mayor. América latina sigue siendo un mercado importante para el armamento norteamericano pero Estados Unidos empieza a perder terreno ante Rusia.
Si bien desde Washington se prometen medidas para reducir la proliferación de armas nucleares, las armas convencionales no parecen estar en la agenda de la Casa Blanca.
Este año la venta de armas podría ser superior a los 40.000 millones de dólares, según datos de la Agencia de Cooperación de Defensa y Seguridad (DSCA), del departamento de defensa norteamericano. Se trataría de 4000 millones más de lo exportado durante el 2008. Los compradores estarían básicamente entre los principales aliados de Estados Unidos como Afganistán, Bahrein, Corea del Sur, Egipto, Grecia, Jordania, Israel, Pakistán, Tailandia, Turquía y Emiratos Árabes Unidos entre otros.
A principios de este mes la DSCA sorprendió anunciando al congreso norteamericano la posible venta a Brasil de 36 cazabombarderos F/A 18 Super Hornet, sus correspondientes motores, repuestos y un número importante de armas, por un valor aproximado de 7000 millones de dólares.
“Las exportaciones de Estados Unidos muestran una clara tendencia a incrementarse. La causa más importante es que ahora hay menos fabricantes de grandes dispositivos de alta tecnología. El mercado se achica y disminuyen las posibilidades para los compradores", explica Siemon Wezeman, especialista del Programa de Transferencia de Armas del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo, SIPRI.
A pesar de la crisis financiera internacional muchos países aumentan sus presupuestos militares y planean adquirir nuevos sistemas de armamentos. La guerra contra el terrorismo, lanzada por el gobierno del ex presidente George W. Bush, el crecimiento de China, los programas nucleares de Corea del Norte e Irán o las actuales operaciones militares en Afganistán generan inquietud y dan impulso al negocio armamentista.
Taiwán tiene previsto hacer un pedido de varios miles de millones de dólares este año, lo mismo que Arabia Saudita la India e Irak, según datos de la DSCA.
ME DAS CADA DÍA MÁS...
En America Latina en tanto el clima regional está contaminado por los acuerdos que permiten la presencia de tropas y material norteamericano en bases colombianas. La situación no mejora con los convenios militares de Venezuela con Rusia o los de Brasil con Francia por la compra de cinco submarinos. Viejos resquemores también afloran entre Chile y Perú. Chile acaba de comprar 18 cazabombarderos F16 a Holanda por 270 millones de dólares. Con esta adquisición Chile suma ya 40 F16 en su poder. Para Perú esto rompe el equilibrio militar en la región.
Más allá de los acuerdos con Colombia o la posible venta de los F18 Super Hornets a Brasil lo cierto es que Estados Unidos viene perdiendo terreno en el mercado armamentista latinoamericano. La mira norteamericana esta puesta en Medio Oriente, en las guerras que libra en Afganistán e Irak y su lugar está siendo ocupado ahora por Rusia. Las ventas rusas a la región se incrementaron en un 900 por ciento entre 2004- 2008 en relación al periodo 1999-2003, según un informe sobre transferencias de armas de SIPRI.
La mayor parte de las ventas rusas tienen como destino Venezuela, que entre 2003 y 2008 se convirtió en el decimoctavo mayor receptor de armas en el mundo. A fines de los 90 ocupaba el puesto 55.
La cooperación militar entre ambos países cobró fuerza tras las restricciones impuestas a Caracas por Estados Unidos en 2006. Rusia terminó vendiendo armamentos a Venezuela por valor de 4.400 millones de dólares. De esa manera 24 cazas Sukhoi, 50 helicópteros de combate y 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov pasaron a formar parte de la estructura militar venezolana. En 2008 Rusia concedió un préstamo a Caracas de 1.000 millones de dólares para la adquisición de nuevos sistemas para la defensa.
Tras conocerse la ampliación de la cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos, Venezuela anunció la compra a Rusia de blindados y tanques del tipo BMP3, MPR y T-72.
Rusia también anunció un convenio con Bolivia. El acuerdo permitirá al gobierno de Evo Morales comprar armas rusas y equipamiento para las Fuerzas Armadas bolivianas por 100 millones de dólares. El acuerdo incluye además la compra de un avión presidencial del tipo Antonov.
Nicaragua también ha informado que está interesada en comprar entre cuatro y ocho aviones, y dos helicópteros rusos para modernizar su fuerza aérea.
Algo que grafica claramente los nuevos tiempos que corren es el hecho de que Brasil, aún teniendo a Estados Unidos como su principal proveedor de armamentos, está negociando con Rusia el intercambio de tecnología para producir un nuevo avión militar. Por otra parte el año pasado, los dos países firmaron un acuerdo de cooperación que implicaría la compra de helicópteros Mi-35, y aviones de entrenamiento.
por Eduardo Berezán | 27.08.09
Este año la venta de armas podría ser superior a los 40.000 millones de dólares, según datos de la Agencia de Cooperación de Defensa y Seguridad (DSCA), del departamento de defensa norteamericano. Se trataría de 4000 millones más de lo exportado durante el 2008. Los compradores estarían básicamente entre los principales aliados de Estados Unidos como Afganistán, Bahrein, Corea del Sur, Egipto, Grecia, Jordania, Israel, Pakistán, Tailandia, Turquía y Emiratos Árabes Unidos entre otros.
A principios de este mes la DSCA sorprendió anunciando al congreso norteamericano la posible venta a Brasil de 36 cazabombarderos F/A 18 Super Hornet, sus correspondientes motores, repuestos y un número importante de armas, por un valor aproximado de 7000 millones de dólares.
“Las exportaciones de Estados Unidos muestran una clara tendencia a incrementarse. La causa más importante es que ahora hay menos fabricantes de grandes dispositivos de alta tecnología. El mercado se achica y disminuyen las posibilidades para los compradores", explica Siemon Wezeman, especialista del Programa de Transferencia de Armas del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo, SIPRI.
A pesar de la crisis financiera internacional muchos países aumentan sus presupuestos militares y planean adquirir nuevos sistemas de armamentos. La guerra contra el terrorismo, lanzada por el gobierno del ex presidente George W. Bush, el crecimiento de China, los programas nucleares de Corea del Norte e Irán o las actuales operaciones militares en Afganistán generan inquietud y dan impulso al negocio armamentista.
Taiwán tiene previsto hacer un pedido de varios miles de millones de dólares este año, lo mismo que Arabia Saudita la India e Irak, según datos de la DSCA.
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En America Latina en tanto el clima regional está contaminado por los acuerdos que permiten la presencia de tropas y material norteamericano en bases colombianas. La situación no mejora con los convenios militares de Venezuela con Rusia o los de Brasil con Francia por la compra de cinco submarinos. Viejos resquemores también afloran entre Chile y Perú. Chile acaba de comprar 18 cazabombarderos F16 a Holanda por 270 millones de dólares. Con esta adquisición Chile suma ya 40 F16 en su poder. Para Perú esto rompe el equilibrio militar en la región.
Más allá de los acuerdos con Colombia o la posible venta de los F18 Super Hornets a Brasil lo cierto es que Estados Unidos viene perdiendo terreno en el mercado armamentista latinoamericano. La mira norteamericana esta puesta en Medio Oriente, en las guerras que libra en Afganistán e Irak y su lugar está siendo ocupado ahora por Rusia. Las ventas rusas a la región se incrementaron en un 900 por ciento entre 2004- 2008 en relación al periodo 1999-2003, según un informe sobre transferencias de armas de SIPRI.
La mayor parte de las ventas rusas tienen como destino Venezuela, que entre 2003 y 2008 se convirtió en el decimoctavo mayor receptor de armas en el mundo. A fines de los 90 ocupaba el puesto 55.
La cooperación militar entre ambos países cobró fuerza tras las restricciones impuestas a Caracas por Estados Unidos en 2006. Rusia terminó vendiendo armamentos a Venezuela por valor de 4.400 millones de dólares. De esa manera 24 cazas Sukhoi, 50 helicópteros de combate y 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov pasaron a formar parte de la estructura militar venezolana. En 2008 Rusia concedió un préstamo a Caracas de 1.000 millones de dólares para la adquisición de nuevos sistemas para la defensa.
Tras conocerse la ampliación de la cooperación militar entre Colombia y Estados Unidos, Venezuela anunció la compra a Rusia de blindados y tanques del tipo BMP3, MPR y T-72.
Rusia también anunció un convenio con Bolivia. El acuerdo permitirá al gobierno de Evo Morales comprar armas rusas y equipamiento para las Fuerzas Armadas bolivianas por 100 millones de dólares. El acuerdo incluye además la compra de un avión presidencial del tipo Antonov.
Nicaragua también ha informado que está interesada en comprar entre cuatro y ocho aviones, y dos helicópteros rusos para modernizar su fuerza aérea.
Algo que grafica claramente los nuevos tiempos que corren es el hecho de que Brasil, aún teniendo a Estados Unidos como su principal proveedor de armamentos, está negociando con Rusia el intercambio de tecnología para producir un nuevo avión militar. Por otra parte el año pasado, los dos países firmaron un acuerdo de cooperación que implicaría la compra de helicópteros Mi-35, y aviones de entrenamiento.
por Eduardo Berezán | 27.08.09
