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pablo-medina-periodista-asesinado-Enviado por Redacción en 01 | Diciembre noticia
 
Posteado por Juan Carlos Lezcano el 04-11-2014
A casi un mes de su violento asesinato por sicarios del narcotráfico, el bueno de Pablo Medina sigue sin poder encontrar paz. Todavía existe gente que está dispuesta a inventar alguna cuestión más, hoy que él ya no está para defenderse.
Del abrazo entre sollozos que dio a su familia la diputada que luego llamó al Fiscal General para intervenir a favor de quien es sindicado como supuesto autor intelectual de su asesinato; a los comentarios cotidianos que transgreden la barrera de la idiotez; Pablo Medina tuvo que aguantar un montón de cosas en las últimas semanas, incluso hoy que está muerto.
Lo último -y probablemente lo más desagradable- fue la conferencia de prensa del ministro de la Corte Suprema de Justicia, Víctor Núñez, este martes. En un soporífero monólogo de casi dos horas, Núñez se presentó como la víctima de una persecución gestada por políticos liberales y trató de deslindar responsabilidades de la decisión que dejó libre hace tres años a Vilmar “Neneco” Acosta Marques, entonces acusado de homicidio y hoy prófugo y supuesto autor intelectual del asesinato de Pablo.
En algo que parecía los últimos manotazos de alguien que está a punto de sucumbir a la presión que existe a su alrededor, Núñez estuvo dos horas sentado en la sala de conferencias del noveno piso del Palacio de Justicia tratando de tirar la pelota a quienes se le pusieran enfrente. Pero lo más grave fue una de las frases con las que abrió la rueda de prensa: “Pablo Medina se dejó llevar por la ligereza y escribía sobre lo que no conocía”.
Un baldazo de agua fría a algunos de los periodistas presentes en la sala. Un intento de golpe a la memoria de Pablo.
Sin embargo, habría que detenerse un poco y pensar seriamente lo afirmado por Núñez. Al final el ministro sobre el que pesa la amenaza latente de un juicio político tenía razón, Pablo se dejó llevar por la ligereza. Por favor, no me mate antes de continuar leyendo estas líneas.
Pablo se dejó llevar por la ligereza porque a pesar de que su hermano, el también periodista Salvador Medina, fue asesinado en 2001 por realizar denuncias contra el rollotráfico en la zona en la que vivían nunca se dejó dominar por el miedo que lo acechaba.
Pablo se dejó llevar por la ligereza porque a pesar de todo lo que ello implicaba, tuvo el valor que muy pocos tienen para denunciar los atroces crímenes cometidos por la mafia del narcotráfico en Canindeyú y porque pese a que “Neneco” lo amenazó siguió publicando sobre la violencia que rodeaba a su mafia familiar, aunque desde las instituciones que debían investigar nunca movieron un dedo para cumplir con su trabajo sino hasta que lo terminaron matando.
Pablo se dejó llevar por la ligereza aquel 15 de junio de 2012 cuando se levantó en la madrugada y acompañó lo que debía ser un desalojo rutinario pero terminó siendo uno de los días más negros de la historia reciente del Paraguay. Se dejó llevar tanto por la ligereza que siguió reporteando desde el lugar, en medio de la balacera, aunque aquel día algún proyectil del fuego cruzado podría haber acabado con su vida.
Pablo se dejó llevar por la ligereza de la pasión con la que ejercía esta profesión que hemos elegido y se negó a abandonar su Curuguaty amada pese a los muchos peligros que afrontaba.
Pablo se dejaba llevar por la ligereza cuando hacía falta permanecer 24 horas despierto para cubrir una cuestión, sea cual sea y perseguir hasta más no poder los datos necesarios para confirmar una noticia.
Sí, Pablo Medina se dejó llevar por la ligereza en incontables oportunidades. Y si el amor y el coraje con el que realizaba su trabajo significa dejarse llevar por la ligereza, de manera urgente necesitamos más periodistas que se dejen llevar por la misma porque quizás, solo quizás, así podremos colaborar para construir un Paraguay mejor. ABC
http://www.capitanbado.com/1/files/altoparanadigital.php?id_noticas=55941
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