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31 de Diciembre de 2014
El fin de año es siempre ocasión para hacer un balance de lo que ocurrió y de lo que no ocurrió, ya que suelen quedar tareas pendientes para los próximos 365 días. El resultado al cierre de 2014 arroja, como también es habitual, un claroscuro de luces y sombras. Es decir, no todo ha sido malo ni todo ha sido bueno: en algunos campos hubo considerables logros, en tanto que en otros solo se registraron fracasos lamentables. En la economía, la cultura y el deporte el saldo tiene aspectos positivos, pero no cabe decir lo mismo en cuanto a la educación y la salud públicas, la política, la seguridad y la Justicia, que tienen mucho que hacer desde mañana para forjar un país mejor. Luchar contra la corrupción y la desidia, contra la narcopolítica y la inseguridad, contra la pobreza y las injusticias, defendiendo siempre nuestros derechos como país, especialmente frente a nuestros grandes vecinos, son tareas permanentes que deben ocuparnos en el 2015.
El fin de un año es siempre ocasión para hacer un balance de lo que ocurrió y de lo que no ocurrió, ya que suelen quedar tareas pendientes para los próximos 365 días. El resultado al cierre de 2014 arroja, como también es habitual, un claroscuro de luces y sombras. Es decir, no todo ha sido malo ni todo ha sido bueno: en algunos campos hubo considerables logros, en tanto que en otros solo se registraron fracasos lamentables.
Desde el punto de vista económico, es de señalar que el país ha tenido una tasa de crecimiento de cerca del 4% y una de inflación de 4,2%, lo que significa que los datos macroeconómicos han sido bastante positivos. Ellos se reflejaron en la creación de puestos de trabajo, sobre todo en el sector de la construcción, y en un aumento de la recaudación tributaria. Pese a que la evasión impositiva sigue siendo alta, el ingreso fiscal creció en un 24% con respecto al año anterior, lo que también sería atribuible a una mejor eficiencia administrativa. Pero esa mayor recaudación no se reflejó, sin embargo, en mejores servicios para la ciudadanía, pues siguen campeando la corrupción y la ineptitud. No se han avizorado mejoras ni en la educación ni en la salud públicas, lo que implica que muchos paraguayos, sobre todo los más pobres, siguen sin recibir buena educación y sin ser bien atendidos en los hospitales, carentes de personal, de medicamentos y de equipamiento adecuados. En lo que hace a la educación, volvimos a sufrir las rutinarias huelgas ilegales de docentes y despedimos el año con la pésima noticia de que el ministerio competente resolvió cancelar el programa “Una computadora por niño”, enfocado principalmente en dotar de una pequeña computadora a los niños y niñas de las clases más necesitadas del país.
Cabe recordar también el indignante despilfarro que las municipalidades y gobernaciones hicieron de los recursos recibidos del Fonacide para mejorar la infraestructura educativa, revelando así que poco o nada les importa el futuro de nuestros hijos. En la educación terciaria, salieron a la luz casos escandalosos de venta de notas y títulos, así como de aberrantes manejos administrativos en universidades nacionales. Muchos de los déficits apuntados son también atribuibles al mal diseño presupuestario, imputable en primer lugar al Congreso, que sigue privilegiando los sueldos del personal en beneficio de la clientela política: la ley de responsabilidad fiscal –una buena iniciativa del Poder Ejecutivo– ha resultado en buena medida desvirtuada por los legisladores manirrotos con el dinero ajeno, tanto que el próximo año el déficit fiscal superará presupuestariamente el 1,5% del PIB, pese a lo dispuesto en dicha ley. Con todo, la producción legislativa muestra dos normas positivas relevantes: la llamada ley de alianza público-privada, que apunta a incentivar las obras públicas, y la de acceso a la información pública, que permitirá transparentar la administración, siempre que la ciudadanía ejerza sus derechos. Pero si se sancionaron leyes convenientes, también se dictó una inconstitucional: la de expropiación genérica de inmuebles para que sirvan de franja de dominio de las obras viales.

Como nunca había ocurrido, media docena de legisladores fueron despojados de sus fueros para ser sometidos a la Justicia, aunque no sabemos si esta finalmente se animará a sancionarlos. En contrapartida, los diputados denunciados como vinculados al narcotráfico continúan campantemente en sus cargos, e incluso uno de ellos, el colorado Bernardo Villalba, sigue como presidente de una comisión y fue nombrado recientemente como miembro de otra, ¡que estudiará nada menos que la reestructuración del Poder Judicial!
No podemos olvidar el alevoso asesinato de nuestro periodista Pablo Medina y su acompañante Antonia Almada, cuyos principales autores morales y materiales continúan prófugos de la Justicia.

Tampoco el secuestro de los jóvenes Arlan Fick (hoy ya liberado) y Edelio Morínigo por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), que sigue haciendo de las suyas pese al aparatoso y costoso despliegue de una Fuerza de Tarea Conjunta en la zona de operaciones del grupo ilegal.
Nos alegramos de la liberación de Arlan Fick, tras un largo y cruel cautiverio, sin vernos en absoluto tentados a agradecérsela a sus secuestradores. Esperamos que también Edelio Morínigo vuelva al seno de su doliente familia.
En la lucha contra la impunidad, el Poder Judicial cumple un rol decisivo. El problema es que sigue adoleciendo de los mismos vicios de siempre, que se resumen en la palabra corrupción. Se intentó destituir a cinco de los ministros de la Corte Suprema de Justicia, pero la iniciativa no prosperó, al menos por ahora. Un tema tan serio no debería ser objeto de turbios trapicheos políticos, de modo que es deseable que cuanto antes se encare seriamente la renovación total de la máxima instancia judicial, dado que sus miembros son los responsables del calamitoso estado de la Justicia.
En otros campos de la vida nacional, hay logros que conviene mencionar. En el cultural, la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, todo un orgullo para el país, actuó en seis ciudades sudamericanas ante verdaderas multitudes y junto a renombrados grupos internacionales, y hoy está de gira por España. Además, la eximia guitarrista Berta Rojas fue nominada para obtener el afamado premio Grammy Latino en el rubro de música clásica. La película “7 Cajas” fue elogiada por la crítica internacional y figuró entre las mejores del año, en tanto que “Luna de cigarras” está mereciendo también la consideración del público y la crítica extranjeros. En pocas palabras, el cine paraguayo está de parabienes y comenzando a tomar vuelo internacional.
Lamentamos, por otra parte, que este año nos hayan dejado el escritor Rubén Bareiro Saguier, el artista plástico Enrique Careaga, el maestro musical Lorenzo Álvarez y el guitarrista Cayo Sila Godoy, cuyos notables aportes a la cultura paraguaya son de sobra conocidos; no será fácil llenar el vacío que dejaron.
También el deporte cosechó éxitos: Matías López (natación), Camila Pirelli (heptatlón), Víctor Flecha (jabalina) y Julieta Granada (golf) obtuvieron sendas medallas de oro en los X Juegos de Odesur, realizados en Chile. Por su parte, la selección paraguaya de fútbol playa conquistó la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de Playa, disputados en Perú. Tampoco hay que olvidar que el equipo de fútbol del Club Nacional llegó a ser este año el segundo equipo compatriota que llegó a la final de la Copa Libertadores de América.
En suma, si en la economía, la cultura y el deporte el saldo tiene aspectos positivos, no cabe decir lo mismo en cuanto a la educación y la salud públicas, la política, la seguridad y la Justicia, que tienen mucho que hacer desde mañana para forjar un país mejor. Luchar contra la corrupción y la desidia, contra la narcopolítica y la inseguridad, contra la pobreza y las injusticias, defendiendo siempre nuestros derechos como país, especialmente frente a nuestros grandes vecinos, son tareas permanentes que también deben ocuparnos en el 2015, para buscar el despegue del Paraguay hacia un destino mejor.
http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/luces-y-sombras-del-2014-1322082.html