ASUMEN QUERELLA POR ASESINATO DE ANTONIA ALMADA

Vilmar “Neneco” Acosta, presunto autor intelectual. / ABC Color

PROMETEN INVESTIGAR A LA DIPUTADA COLORADA CRISTINA VILLALBA

Por Édgar Venerando Ruiz Díaz

El abogado Rodolfo Manuel Aseretto asumió una formal querella criminal contra los presuntos autores materiales e intelectuales del asesinato de Pablo Medina y anunció que en el marco del juicio del crimen trabajará para que sea investigada la diputada colorada Cristina Villalba, conocida como “La madrina del norte”. El abogado Aseretto promovió la acción penal en representación del señor Delio Almada Giménez, padre de Antonia Almada, la joven que acompañaba a Pablo Medina y que también fue asesinada a balazos en el momento de la ejecución del periodista, ocurrido el 16 de octubre del 2014, en un camino rural del departamento de Curuguaty.

Tras presentar la querella, el abogado Aseretto dijo que también trabajará para exigir la investigación y declaración de la diputada Cristina Villalba”, conocida como “La madrina del norte”, presunta socia de “Neneco”, sindicada como la persona que tendría conocimiento de diversos hechos relacionados al asesinato de Pablo Medina.

El accionante sostuvo que igualmente insistirá para que sea investigado Carlos “Cabrito” Villalba, hermano de la diputada Cristina Villalba.

Aseretto dijo que asimismo planteará a las autoridades judiciales que la querella y demás diligencias procesales se lleven adelante an Asunción. En Curuguaty no existen garantías para el desarrollo de un buen proceso, indicó.

En su escrito de querella, el accionante relató los hechos registrados el día del asesinato de Pablo Medina y su acompañante Antonia Almada de la siguiente forma:

“Ese día, Pablo Medina buscó a Antonia Maribel y a Juana Ruth del inquilinato donde vivían, aproximadamente a las 07:30 en su camioneta Mitsubishi L-200, con chapa ABC 033, la misma con la cual ya había recorrido casi todos los puntos del departamento de Canindeyú reportando las necesidades de la gente.

El día anterior el corresponsal y las dos hermanas habían combinado que aprovecharían el recorrido periodístico para visitar a los familiares de las mujeres, quienes viven en la ciudad de Villa Ygatimí, a 45 kilómetros de Curuguaty. Los tres se dirigieron inicialmente a la sede de la corresponsal de ABC Color, en el centro de Curuguaty, a preparar tereré para el camino, luego de media hora, finalmente partieron.

Arribaron a Villa Ygatimí a las 09:00 hs. En principio, las dos mujeres tenían planeado quedarse en la casa de su familia, mientras que Pablo Medina recorrería las colonias Ko’ê Porã, Ára Verá y Crescencio González recabando quejas de los agricultores por el ataque de plagas a los cultivos de mandioca y sobre la intervención de la Federación Nacional Campesina (FNC) en el tema de fumigación.

Pablo Medina incluso anunció este recorrido, que sería el último de su vida, en un mensaje que envío a las 08:06 horas al grupo de whatsapp de los corresponsales de ABC Color, en el cual comunicó que regresaría a las últimas horas de la tarde a su base de Curuguaty.

Por aquellos designios del destino, Pablo Medina les pidió a las chicas que lo acompañaran a su cobertura. “para que mi hermana Maribel le cebara tereré, porque hacía mucho calor”, rememoró Juana Ruth. El siguiente punto donde se detuvieron fue la comisaría de la colonia Marchetti, donde Pablo conversó por unos momentos con un policía joven, y luego continuaron su camino ya rumbo a la zona Crescencio González. En este punto Pablo Medina otra vez descendió a saludar a los policías del puesto local, antes de internarse en la comunidad.

Un poco más hacia el frente, recordó Ruth, subieron dos personas a la camioneta, primero una mujer y luego un varón, que hicieron de guía para llegar a un sitio de plantaciones de mandioca atacadas por orugas (marandova). En cuestión de minutos Pablo Medina terminó su cobertura.

La sobreviviente también mencionó que el mismo Pablo Medina les comentó que el policía con el cual conversó en la comisaría de Marchetti había sido su custodio durante la época en que se vio obligado a replantear su sistema de seguridad, debido a amenazas provenientes del intendente colorado de Ypehú, Vilmar Acosta Marques, alias “Neneco”, ahora sindicado como el autor intelectual del homicidio del comunicador.

Pablo Medina le había pedido a su exguardia que le consiguiera una gallina casera para llevar a su casa de Curuguaty, al regresar de su cobertura, pero después se olvidó pasar por la comisaría. Otro punto interesante que reveló la mujer es que Pablo Medina conversó por varios minutos con una persona, por teléfono, con quien supuestamente negociaba la compra de una pistola, seguramente temiendo por su integridad ante el retiro de su custodia policial.

Otro detalle que comentó y que ya manejan los investigadores es que antes de llegar a Villa Ygatimí, un vehículo les había seguido y con seña de luz les paró.

La testigo del doble homicidio relató que ella viajaba en el asiento trasero de la camioneta doble cabina, casi en el centro, aunque ligeramente más hacia la derecha, detrás de su hermana, que se iba en el asiento del acompañante. Juana Ruth Almada Chamorro recordó que el vehículo fue interceptado por los dos matones, uno de los cuales preguntó al conductor: ¿Nde piko la Pablo Medina? Cuando el periodista respondió que sí, los sicarios le apuntaron y consumaron el acribillamiento.

Pablo Medina llegó a suplicar: Anína che japi, pero estas fueron sus últimas palabras, ya que cayó muerto sobre su volante al acusar cuatro tiros de pistola: en el brazo, la cara y cabeza, y un disparo de escopeta en la parte posterior de la cabeza. Los disparos, que también alcanzaron a Antonia Maribel Almada, hicieron que Juana se lanzara instintivamente al piso del rodado detrás de su hermana. Dijo que fue vista por los sicarios, quienes la miraron fijamente, pero al verla caer a un costado aparentemente decidieron ignorarla, creyendo que también había muerto. La sangre de Pablo Medina me salpicó y me cubrió el rostro. Creo que por eso ellos pensaron que también yo estaba muerta y no me dispararon, afirmó.

La joven permaneció en el piso del rodado 10 minutos, fingiendo estar muerta. Viendo que su hermana Maribel aún respiraba, volvió a arrancar la camioneta como para socorrerla, pero no pudo mover el rodado porque no consiguió hacer a un lado el cuerpo de Pablo Medina, que yacía sobre el volante. Entonces con el celular del corresponsal empezó a pedir socorro, hasta que fueron auxiliados por lugareños. Para cuando el auxilio llegó, el doble homicidio ya había sido consumado”.