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15 octubre, 2016 0 12

Mañana se recuerda un aniversario más de la muerte del periodista Pablo Medina. Hasta ahora no fueron detenidos los autores materiales del crimen, aunque el supuesto autor intelectual, Vilmar “Neneco” Acosta ya se encuentra recluido en la cárcel de Tacumbu. El crimen continua impune a pesar de las promesas de las autoridades de esclarecer el asesinato.

Pablo Medina fue silenciado por la mafia de narcotraficantes que dominan toda la región fronteriza y que impone su ley ante la absoluta ausencia del Estado. Desde sus inicios como corresponsal del diario ABC Color Pablo fue denunciando, poniendo en evidencia los tentáculos de la narcopolítica, los crímenes, las ejecuciones y las rutas del narcotráfico.

Como siempre nuestra sociedad indolente y corrupta ignoró las denuncias. Conocidas autoridades que actualmente siguen formando parte del espectro político y del entorno cercano del presidente Horacio Cartes y del líder regional Javier Zacarías Irún, fueron los que respaldaron a “Neneco” Acosta como intendente, a pesar de las graves denuncias y atropello que su familia venía cometiendo en la zona.

La muerte de Pablo Medina puso en evidencia hasta qué extremo el narcotráfico y su dinero sucio está pudriendo a la Sociedad Paraguaya. Desafortunadamente nada cambió desde el sacrificio de Pablo. Sus verdugos siguen manejando los hilos del poder, burlándose de toda la sociedad.

Los países que permitieron que sus instituciones se corrompan con el dinero ensangrentado del narcotráfico todavía hoy siguen luchando para recomponerse. Las experiencias lamentables de México y Colombia deben servirnos de ejemplo para no repetir los mismos horrores.

La sociedad no debe permitir que la muerte de Pablo Medina quede impune porque ello significaría el triunfo de la narcopolítica y de ser así nuestra sociedad camina hacia su autodestrucción.


http://www.vanguardia.com.py/2016/10/15/pablo-medina/