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LOGROS, PROYECTOS Y PURA CONCIENCIA, AL CIERRE DE UNA ETAPA

Las emociones a flor de piel. Se diría que en bruto. Emergiendo del alma misma de la esencia divina que cada uno tiene en su haber. Solo que ésta vez con un motivo más preciso o si se quiere más directo y más profundo: es decir el último encuentro de los hermanos de las arcas sudamericanas, tras cumplirse los 1.260 días de la misión de Giorgio Bongiovanni, cuya presencia en Buenos Aires, en las instalaciones de la Fundación de Pedro Romaniuk, del partido La Matanza, distante unos 40 kilómetros del centro de la capital.
El amplio galpón, tradicional escenario de los habituales encuentros con Romaniuk, se transformó en nuestro propio terreno, porque el corazón de ese hombre, de 86 años, se hizo uno solo con el corazón de Giorgio, como demostración –por demás elocuente- de que la esencia de ambas almas se hace una sola, a la hora de marcar los tiempos y las cronologías –y las etapas- que la metodología del Cielo dispone.
Fue una jornada, renovadora y particularmente signada para dibujar horizontes, haciendo balances de todo un período de obra en tierras sudamericanas.
Una jornada en la que se replegaron las fuerzas de la vida -de la Luz Crística- para subrayar con sinceridad y con la inocencia y la pureza propia de los hombres de buen corazón, todos los detalles y las obras, de una Obra mayor aún, desarrollada desde hace 2.000 años, y que hoy insiste, en cada una de sus etapas, en anunciar el retorno del Cristo.
Fluyeron entonces –ante una platea de más de 300 almas- las palabras introductorias de un Juan Alberto Rambaldo visiblemente emocionado, llevando muy entusiasta el hilo conductor del programa previsto: la presentación de dos videos, por parte de los hermanos de Asunción del Paraguar, de las asociaciones Justicia y Verdad y Del Cielo a la Tierra, reflejando en sus respectivas presentaciones, el amor más profundo a la causa del Cristo; la intervención, rica en conocimiento y en información de Pedro Romaniuk cuyas aseveraciones se conjugaron con las aseveraciones de su amigo y hermano Giorgio Bongiovanni, coincidiendo ambos –no por casualidad- en que éstas tierras serán el faro del mundo, en los tiempos del cambio, en los tiempos del advenimiento de la Nueva Era; la intervención de Luis Ayala, de Chile, evocando con devoción indiscutible pasajes de un mensaje mariano; la intervención de un Raúl Bagatello incorporado cada vez más a su causa en los Andes, como enseñanza de entrega –en tierras inhóspitas- en medio de la indiferencia de los poderosos y de la solidaridad de las almas del mundo entero, que no bajan sus brazos en favor de los 2000 niños que dependen de su integridad y de su puro amor, para sobrevivir a sus penurias; la exhibición del documental sobre la vida de Giorgio y por último el sentido momento de clausura de etapa –e inicio de otra- que significó una verdadera comunión crística, donde las emociones y las lagrimas ganaron terreno, moldeando los eslabones de una Obra, que aún desarrollada por personas diferentes, se fortalece en los logros, en los resultados , en los proyectos y en los valores.
Las manecillas del reloj marcaron el final de la jornada sin que faltaran las intervenciones de una platea, notoriamente conmocionada e integrada al Mensaje del Cielo.
Los 1.260 días de la penúltima etapa de la misión de Giorgio Bongiovanni en el planeta, concluyeron en Sudamérica, principalmente en armonía. La armonía necesaria para seguir aportando el granito de arena diario para despertar las almas…tal y como si él estuviese presente.

Buenos Aires, 29 de Junio de 2008.
Jean Georges Almendras