Esta página web utiliza cookies de carácter técnico propios y de terceros, para mejorar la navegación de los usuarios y para recoger información sobre el uso de la misma. Para conocer los detalles o para desactivar las cookies, puedes consultar nuestra cookie policy. Cerrando este banner, deslizando esta página o haciendo clic sobre cualquier link de la página, estarás aceptando el uso de las cookies.

BASTA DE ATROCIDADES

Basta de atrocidades,
basta, ya no puedo vivir en este mundo.
Mi cuerpo sangra de sufrimiento
Donde quiera que vaya, donde quiera que se pose mi mirada
no veo más que sufrimiento.
Basta de maldades.
Veo un pequeño pajarito que pía,
ya no encuentra su nido;
su mirada se posa en los niños que están jugando y riendo debajo de su árbol
y se da cuenta de que sus juegos no son inocentes.
Tienen entre las manos un bastón y una honda
y el pajarito pía todavía más fuerte.
Mira hacia el sol en lo alto
“donde está esa inocencia de espíritu que solo los niños tienen”.
Animales que sufren por los malos tratos de los hombres,
perros perdidos, que encuentras por la calle y que te miran con esos ojos
pidiéndote una caricia, un poco de afecto,
también ellos tienen derecho a una vida serena.
Madre Naturaleza, escucha este grito de sufrimiento,
Ayúdales Tú,
eres la única esperanza para ellos.
El hombre se ha convertido en una bestia,
está destruyendo todo lo que encuentra en su camino,
Ese hombre que TÚ PADRE SOL has creado con amor,
ese hombre a quien TU has tendido la esperanza de que creciera en el amor
más grande de todos los amores,
en la conciencia de formar parte de ese SER SOLAR que eres TU.
Donde está la conciencia PADRE.
Yo les veo por la calle y un escalofrío de terror me embarga,
mis oídos sienten llantos de desesperación,
en un niño que nace
en una abuela abandonada.
Ya no siento ese perfume de sencillez que solo la naturaleza sabe dar,
siento solo muerte y podredumbre.
Ya no hay esperanza para este mundo,
pero si mi sacrificio pudiera hacer sonreír aunque fuera solo a un niño,
yo estoy aquí.
Te amo PADRE mío, no podría vivir sin ti.
Para mi la vida es el don más grande que TU me has prodigado,
me has dado la vida para poderTe conocer,
para poder sonreír junto a Ti,
para sentirnos en un solo latido
Pero mi corazón ahora sangra
Y siento TU sufrimiento.
Basta
Vuelve.
Vuelve y toma contigo a tus criaturas
Y llévalas a sonreír de ese amor que solo Tú conoces.
Yo me quedo aquí y Te espero.
Y como un viejo pecador espero encontrarte
Y como un niño tomarTe de la MANO

Te Amo mi CREADOR

Adriana Gnani
Cattafi-Sicilia (Italia)
16 de mayo 2009