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VISITA AL COMEDOR "UN RAYO DE LUZ"

19 de Noviembre 2009

Estamos en Montevideo, Uruguay. Este viaje representa el completamiento de la importante inversión que ha hecho Funima Internacional hacia el final del año 2009, después de los primeros 3 años de sostén e intervenciones en Argentina, Uruguay y Paraguay, a favor de tantos y tantos niños pobres, de entre los más pobres, aquellos que viven aislados completamente sobre la Cordillera de los Andes y aquellos que están en extremas condiciones de deterioro físico, psíquico y moral de los otros Países. Giovanni Bongiovanni, Director Nacional de Funima International dio comienzo a éste viaje. Junto a 8 jóvenes recorrió 6000 km en los Andes, para visitar los 8 centros y las áreas de distribución de la Fundación Los Niños del Mañana, desde el 4 al 22 de octubre de 2009.
Mientras nos dirigimos con Erika Pais, Alicia Becerra e Ignacio Rodríguez, al comedor Un Rayo de Luz, en la periferia de la ciudad capital del Uruguay, en el Barrio Nuevo Colman, veo las usuales calles rotas, transitadas por taxis y antiguos autobuses de línea ya antiguos. Pasamos incluso varios carros tirados por caballos, a los bordes de las calles, donde entre la basura y los carteles de pequeños negocios, escritos a mano, juegan los niños de todas las edades.
Quien nace en estos barrios está marcado para toda la vida – me cuenta Erika; maltratos, abusos, ignorancia, ausencia de higiene y miseria, son el hábitat natural de niños y niñas que veo regresar de la escuela pública, con sus delantales sucios, los zapatos rotos, y ese olor que tantas veces he respirado…la constante de tantas y demasiadas zonas degradadas y marginadas de éste mundo nuestro.
El Comedor Un Rayo de Luz se encuentra en una zona donde el suministro eléctrico y de agua domiciliarios son escasos. Razón por la cual ha sido provisto de un gran depósito de agua, con una capacidad de 500 litros, para permitir el almacenamiento del agua y su presión adecuada para los grifos y las descargas sanitarias de toda la estructura, completamente renovadas.
Así como se presenta hoy Un Rayo de Luz es verdaderamente una pequeña joyita. Reluce frente a mis ojos la limpieza y el orden en todos los ambientes, desde la zona de la cocina, al salón, a los baños, a todos los ambientes destinados al almacenamiento de alimentos, de ropa, de juguetes y de todo cuanto nuestra Asociación Cultural análoga “Un Punto en el Infinito”, logra juntar con algunas ferias, colectas, o en otras modestas iniciativas locales.
Decidimos no molestar a los chicos que llegan descalzos y muertos de frio (el cambio de clima ya no es más una teoría), llegan en grupitos, solos, o acompañados por alguna delgada abuelita y sin dientes, hasta el salón.
Antes de entrar todos saludan, se lavan las manos, en un adecuado lavamanos exterior nuevo, y entran al salón para sentarse en las 4 largas mesas, que cada día ven pasar entre 80/85 chicos.
Elena, la responsable, su compañero y su hija Liliana, de apenas 18 años están presentes y atentos a cada movimiento. Me ha impactado la joven Liliana que está por graduarse en contabilidad empresarial y que se dedica con todo su ser, en las tareas cotidianas del comedor…que en el verano se multiplican porque la escuela está cerrada y la comida que consumen éstos niños en este comedor es la única en todo el día. Pero estos niños no solo reciben una comida digna de ser llamada como tal. También reciben amor, cuidado, atención, diálogo, participación.
El aspecto de gran importancia para éste centro es que el Gobierno lo ha tomado en consideración, específicamente a través del INSTITUTO NACIONAL DE ALIMENTACION (I.N.D.A.), que después de haber inspeccionado el centro, luego de haber sido ampliado y reestructurado completamente (gracias a las donaciones de amigos fraternos y colaboradores de Pordenone), ha aprobado y predispuesto un programa de suministro de alimentos no perecederos. Tal aporte no cubre la exigencia de carne, verdura y fruta, que es tan importante y necesaria para el correcto y sano crecimiento de los niños, pero que sin duda facilita mucho el loable y duro empeño de nuestra asociación análoga. Ninguno de ellos tenía la mínima idea o costumbre de comer verduras y frutas.
Para la cobertura de este tipo de alimentos y de los costos mensuales del centro son necesarios apenas 700 euros al mes.
Alicia Becerra nos cuenta ulteriores futuras posibilidades de dar entretenimiento y formación a los niños censados, siempre en colaboración con los Servicios Sociales del País.
Funima Internacional responderá con responsabilidad y aporte financiero, en caso de que estén dadas las condiciones para realizar las instalaciones adecuadas y proveer del soporte didáctico instrumental necesario.
Oportunamente fueron realizadas algunas filmaciones y entrevistas a Erika Pais, Alicia Becerra. Al final de ellas la emoción de Elena…sus lágrimas de profundo reconocimiento, la dedicación a todas estas almas inocentes…¡que no merecen lo que viven!

Con profundo respeto. Mara
Montevideo – Uruguay