Esta página web utiliza cookies de carácter técnico propios y de terceros, para mejorar la navegación de los usuarios y para recoger información sobre el uso de la misma. Para conocer los detalles o para desactivar las cookies, puedes consultar nuestra cookie policy. Cerrando este banner, deslizando esta página o haciendo clic sobre cualquier link de la página, estarás aceptando el uso de las cookies.

campana100Por María Cecilia Bartholin
Un viaje esperado y ansiado, después de escuchar el año anterior por parte de Claudio las maravillosas experiencias vividas junto a los hermanos y con quienes Giorgio Bongiovanni compartió tantas horas y conocimientos; por todo lo anterior y por las ganas de escuchar y poder compartir con Giorgio por primera vez en persona, era muy ansiado y esperado para mí. Sin poder dormir la noche anterior salimos por fin y ya en el aeropuerto la ansiedad no desaparecía, solo cuando el avión estaba ya por despegar el sueño se estaba realizando, y solo nos faltaba esperar unas cuantas horas y estaríamos junto a nuestros hermanos unos pocos conocidos y muchos por conocer o mejor dicho por reencontrarnos (claro que en ese momento no sabíamos esto).
Nuestro primer regalo fue poder estar con nuestra amada Luz de María en Buenos Aires, siempre es un regalo y una bendición de Dios y la Santa Madre el darnos la posibilidad de compartir con ella. Al día siguiente junto a Carmen Alegre y José Antonio Bustamante iniciamos viaje a Rosario, una vez que llegamos y luego de correr y preguntar en todas las líneas, recién en la última, encontramos pasaje para Las Parejas y seguimos viaje, un poco agotados, pero con el ansia de llegar, y, cuando llegamos aún antes de bajarnos del bus, divisamos a Carmen de Huertos, esperándonos, ella maravillosa, llena de amor y entrega hacia nosotros, fue un saludo apresurado entre subir maletas, ya que nos dijo que quería llevarnos lo antes posible para que alcanzáramos por lo menos a saludar a Giorgio, a Sonia y los demás hermanos que habían estado compartiendo en una comida; alcanzamos a llegar cuando ya abandonaban el restaurant y pudimos compartir unos momentos preciosos.
Tres de nosotros nos quedamos en casa de Carmen de Huertos y José Antonio en casa de Valeria. Nos dormimos tarde ya que las emociones nos quitaron el sueño y el cansancio, habríamos podido quedarnos la noche entera conversando, pero había que descansar, nos esperaban muchas experiencias nuevas por vivir al día siguiente.
El viernes nos dirigimos a casa de Juan Alberto y Alejandra para poder compartir con Giorgio y los hermanos argentinos y uruguayos. La calidez y el cariño con el que fuimos recibidos una vez más fue maravilloso, la verdad es que nos hicieron sentir como si estuviéramos en casa con familiares. Luego más tarde se nos invita a pasar a una sala con una vista preciosa del jardín y Giorgio nos esperaba. Nos fuimos acomodando a su alrededor y comenzó hablando de la elección del Papa Francisco primero y de otras revelaciones que a mí personalmente me hicieron sentir tan indigna y pequeña tan poco preparada, no merecedora de estar allí y compartir con él y con Sonia y los hermanos argentinos y uruguayos que hacen tanto (con los jóvenes, la radio, manifestaciones en contra de la Energía nuclear, etc.) y yo con mis falencias que siento son tantas y él nos dice que todos nosotros quienes conformamos los grupos de las Arcas lo conocimos a nuestro Señor; unos más de cerca otros más de lejos, pero que todos estuvimos allí y que nosotros somos estigmatizados en el espíritu y que ya no es sólo el ayudar y apoyar a Giorgio, sino que es, desde ahora, el hacer igual que él, dejar todo y seguir a nuestro Señor y no puedo dejar de preguntarme, ¿es que seré capaz, es que de verdad con todos mis defectos y mis falencias soy digna y lo más importante, estoy de verdad preparada para esto? y la respuesta surge rápida, NO y de verdad creo que no estoy preparada; pero también recuerdo las muchas veces que rezando durante mis quehaceres diarios le he pedido al Señor y a nuestra Madre Celeste que me ayuden y que vivan en mi corazón para poder ser y hacer lo que ellos necesitan que yo haga y sea; y entonces una paz infinita inunda mi corazón y me llena de alegría, porque tal vez de verdad no esté preparada, pero tengo la certeza de algo y es que daré todo y hare todo lo que este a mi alcance para llegar algún día a ser digna de estar aquí junto a ellos. La tarde desaparece rápidamente sin darnos cuenta y terminamos compartiendo una rica cena.
El sábado nos pasa a recoger Juan Antonio Frey, ya que salimos con maletas, pues ya no volveríamos a Las Parejas, nos dirigimos a Rosario a una reunión en el Arca y donde nos encontraríamos con el resto de nuestro grupo, Yasna, Andrea, Luis y Marco que vinieron por tierra para poder estar y compartir con Giorgio y todos los hermanos. Al llegar fuimos recibidos en el Arca con tal cariño y entrega que es imposible que lo podamos olvidar, todos preocupados porque nos sintiéramos bien ofreciéndonos café, torta y otras delicias, todas muestras del cariño de nuestros hermanos. Muchos jóvenes todos trabajando como hormiguitas para que todo estuviera listo para cuando llegara nuestro Giorgio (y me atrevo a llamarlo así porque así lo siento en mi corazón), nos sentamos y de repente los vimos, nuestros hermanos chilenos llegaron, cansados por el largo viaje, pero felices de estar allí y de poder llenarse de todo este amor familiar que se respiraba en la sede del Arca. Nuevamente Giorgio nos ilumina con su conocimiento y nos entrega el mensaje recibido esa mañana de sábado proveniente de nuestro Señor Jesucristo. Terminamos cenando y compartiendo con los hermanos una velada encantadora, nos retiramos temprano ya que a la mañana siguiente debíamos juntarnos a las 07:00 AM, en el Arca de Rosario para salir a Zárate para la reunión de arcas.
Aquí me detengo para agradecer a Sergio que nos facilitó su departamento a Carmen, José Antonio, Claudio y a mí para pasar la noche y él durmió en el Arca, nos sentimos verdaderamente privilegiados de tener y de recibir tantas atenciones de nuestros hermanos que dieron todo porque nosotros estuviéramos cómodos y a gusto.
Más tarde salimos una vez más en compañía de Juan Antonio hacía Campana a la reunión de arcas, fue un viaje apacible y muy bello; una vez que llegamos nos encontramos otra vez con nuestros hermanos chilenos, argentinos, uruguayos y un hermano mejicano que también pudo llegar para estar presente. El día acompaño una tarde llena de hermandad y de sentimientos de alegría y agradecimiento por estar allí y ser partícipes de estos momentos y de poder compartir con el Cáliz viviente.
Nosotros tuvimos el privilegio de tener una pequeña reunión con Giorgio y Sonia, tenerlos allí tan cerca de sentir su energía fue tan fuerte, no fui capaz de contener mis emociones eran tantas todas juntas que inevitablemente me sobrepasaron y volví otra vez a sentirme como un grano de arena, estar al lado de Sonia que vive para atender y asistir a Giorgio a diario, poder sentir su energía su amor es algo que todavía siento y trato de dimensionar; este regalo recibido y que me ha marcado de ahora en adelante, para tratar de ser y hacer todo lo que esté a mi alcance para poder algún día estar a la altura y de decir: yo también he sido capaz de entregarme en la medida de mis fuerzas a difundir la Segunda Venida de Nuestro Señor y de Su Justicia.
De vuelta a casa me encuentro con una nostalgia por llegar si Dios así lo permite a la próxima reunión de Arcas tal vez mejor preparada y siempre dispuesta para aprender todo lo posible de mis hermanos, a entregarme a la tarea de despertar todas las almas posibles.
Recordaré siempre las atenciones recibidas por parte de Carmen de Huertos, Alejandra, Juan Antonio, Sergio y todos los hermanos argentinos que nos recibieron con los brazos abiertos y dando lo mejor de sí para hacernos sentir como en casa.
Desde el fondo de mi corazón Gracias por todo lo vivido.
María Cecilia Bartholin Arca de Chile
13.04.2013