HE ESCRITO EL 8 DE ABRIL DE 2019:
EL RETORNO DE CRISTO.
EL MENSAJE DE FÁTIMA.
LA VIDA EN EL COSMOS Y LA VISITA EXTRATERRESTRE SON DESDE HACE 30 AÑOS EL HIMNO UNIVERSAL DE LA MISIÓN DE LOS MENSAJEROS DE DIOS.
LEED Y MEDITAD EL TESTIMONIO DE SONIA ALEA.
EN FE.
G. B.
Montevideo (Uruguay)
8 de abril 2019
La Verdad puede ser obstaculizada pero jamás detenida
El hombre y el Reino de Dios
De Sonia Alea
Hogar es mirar a los ojos a tu hijo y hallar en esos ojos tus raíces y descubrir tu futuro. Hogar es cerrar los ojos y respirar la ligera brisa de primavera que te acaricia la cara. Es volver la mirada hacia el Cielo en una noche de verano para perderte en la miríada de estrellas que recuerda mundos lejanos. Es quedarte pegada delante de la ventana mientras la tempestad enfurece fuera y dentro de ti. Hogar es el amor de una madre que te ha dado la vida. Es el planeta azul que te tiene en su regazo alimentando tu templo sagrado. Es la patria que te ha acogido cuando naciste. Es la puerta de una casa iluminada por el amor de tus hermanos que te acoge con una sonrisa. Es volver a una tierra querida que todavía te abre sus puertas. Es América latina, con sus colores y sus olores antiguos. Tierra que ha aceptado el "Signo" abriendo las puertas a su mensaje universal que ha llegado a millones de personas. Y que sigue todavía abriéndolas hoy, a ese mismo mensaje que se renueva y se regenera a través de los hijos de ese signo, jóvenes unidos en un sólo cuerpo y una sola alma que grita su voz en defensa de los derechos de los últimos, de los indefensos, de los más débiles, por un mundo que se rige según los supremos valores de Justicia y Verdad. Hogar es el mundo que vendrá.
Comienza así un nuevo viaje por el continente sudamericano. Que va al ritmo de las numerosas actividades de nuestros jóvenes, con entrevistas en las cadenas televisivas nacionales, programas de radio, ensayos teatrales, espectáculos, encuentros y reuniones. En sus rostros hay risas, emociones, lágrimas, conmoción, pasión y devoción. En su corazón mucho amor y una gran sed de justicia que da a luz frutos increíbles y, gracias a las puertas que misteriosamente se abren, trazan una senda que, como en un designio divino, se cumple.