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arcangel_miguelSEÑALES EN EL VATICANO
Me llega la siguiente noticia que de por sí creo perfectamente que constituya una señal premonitoria y una confirmación de la actualidad además que de las escrituras.

Una pareja de amigos viaja a Roma y decide visitar el Vaticano. Entran en la Basílica de San Pedro y hacen una reseña de los numerosos monumentos, inefables obras de arte, que a menudo acompañan las tumbas de los Papas.
Sacan fotos. Y delante a la tumba de Inocencio XI fotografían el complejo de monumentos, en el cual una de las figuras esculpidas representa a San Miguel Arcángel.
La sorpresa descrita más adelante por los testigos, será la de ver que la espada de San Miguel, parte de su cuerpo e incluso parte de la estatua del mismo Inocencio, están “manchadas” con sangre… o bien son manchas de color rojo, diseminadas… que no pueden no hacer pensar en la sangre, diría así casi por legítima asociación. Además en la primera foto aparece casi en la punta de los dedos del Papa, una esfera “luminosa”, de esas tan discutidas manchas circulares que a menudo capturan las cámaras fotográficas.
Es natural el desconcierto de los dos jóvenes que quedan “profundamente perturbados” por el insólito suceso.
A continuación compartimos la fiel y detallada narración de los hechos puesta gentilmente a disposición por los dos testigos.

sanmiguel_01 sanmiguel_02

Ciudad del Vaticano, 04-01-2010
Finalmente después de tantos años de espera nosotros, Salvatore y Laura nos encontramos en el Vaticano. Para ser precisos Laura ya había estado otras veces. Naturalmente una de las primeras etapas es la Basílica de San Pedro. Por lo tanto bien temprano en la mañana nos encaminamos bajo una copiosa lluvia.
Uno se siente como en un aeropuerto, porque antes de acceder a la Basílica hay un detector de metales, en el cual tenemos que hacer pasar las camperas y los distintos objetos personales. Una vez dentro de la Basílica quedamos fascinados con la grandiosidad de las obras de arte, aunque se experimenta un sentimiento de extravío.
Estamos habituados a las iglesias de nuestra zona que son más modestas y pequeñas. Tenemos la oportunidad de aprovechar una guía multimedia a través del auricular, pero preferimos continuar “a la antigua”.
Comenzamos a observar todo detalladamente, a la derecha, a la izquierda, arriba y abajo y al caminar se hacen los primeros comentarios…
Luego de habernos detenido a observar algunas representaciones particulares que simbolizan demonios y luego de quedarnos francamente sorprendidos por la estatua dedicada a José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, mientras nos aprestábamos a completar la visita del interior de la Basílica nos detenemos frente al complejo artístico de mármol, dedicado al Papa Inocencio XI Odescalchi, donde Salvatore tomó una foto.
Como la zona se encuentra sobre todo en la sombra, Salvatore controló a través del visor de la cámara si la imagen era bien visible.
Al observar la imagen del Arcángel Miguel a través del visor, se notaban extrañas manchas de color rojo ya sea en la espada como sobre el Arcángel mismo. También Laura toma unas fotos con otra cámara para controlar que lo observado no fuese atribuible a un defecto de la cámara fotográfica de Salvatore. También en este caso se observan las mismas manchas rojas. Profundamente sorprendidos y perplejos por el origen de las manchas que no logramos ver a simple vista, creímos oportuno hacer ulteriores observaciones analizando las imágenes en la pantalla de la computadora.
Al ampliar las fotografías, estas imágenes que ahora también vosotros podéis ver, nos han conmovido profundamente, tomando en consideración el significado que tiene el Arcángel Miguel en el Apocalipsis de Juan y por la evidencia del color rojo sangre.
Está muy lejos de nosotros sacar conclusiones fáciles, dejándole esta tarea a quien sea más competente para hacer las correspondientes investigaciones, ponemos a disposición éstas imágenes, dando así la posibilidad a otros de ver éstas fotografías.

Laura R.
Salvatore M.

Sé perfectamente que este suceso particular seguramente no estará exento de explicaciones convencionales, como la así llamada “grana roja” familiar a los fotógrafos y la posible presencias de puntitos de polvo y/o de agua-humedad, que dará lugar a la visualización de las así llamadas bolas circulares a las que los estudiosos le han dado el nombre… simpáticamente… onomatopéyico de “Ups”. Todo combinado quizás con poca luz, el flash y el efecto del lente.
Según mi punto de vista, aunque sean atendibles y verdaderas las explicaciones citadas anteriormente, sigue siendo innegable la señal de un mensaje que no se debe ignorar.
A Miguel lo conocemos como el Comandante de las Milicias y la personificación de la Justicia que proviene de Dios; su espada ensangrentada y el resto puede simbolizar funestos presagios para la Humanidad, acontecimientos de carácter “sangriento”, tal vez forzando un poco recordamos el reciente terremoto apocalíptico de la pobre Haití, pero lo que según yo creo, repito, podría ser la simbología explicativa más aceptable y que además ha sido mi sensación inmediata, queda relacionada con Miguel y el Vaticano.
Me vienen a la mente los capítulos 17 y 18 del Apocalipsis, donde con abundantes detalles, uno de los Siete Ángeles describe a Juan “Babilonia”, la Gran Prostituta y donde en su visión el Profeta describe a otro Ángel, “que tenía gran autoridad y la Tierra se iluminaba de su esplendor”, el cual anuncia la caída con igual abundancia de detalles, sobre su falsedad y sobre el pesar que le dedicaron los hombres.
Leed atentamente estos dos capítulos para comprender mejor y sacar puntos de reflexión importantes.
Otro aspecto simbólico que podría deducirse de la primera foto, se refiere a la figura del Papa: Inocencio XI, Benedetto Odescalchi, con los rasgos de la cara, a diferencia de muchos otros,  apacibles, que inspiran simpatía, Inocencio fue un Papa particular: se distinguió por la lucha contra la corrupción, contra el lujo, contra el nepotismo y la usura, e incluso fue hostil hacia algunos aspectos de la actividad de los Jesuitas.
Por su índole ya era llamado “Protector de los pobres”.
El hecho de que “la sangre” recorra su monumento podría simbolizar los ideales y la ética cristica traicionada, que él en cambio intentó practicar.
Incluso la supuesta “esfera luminosa” que parece elevarse entre la punta de sus dedos podría constituir un complemento de similar interpretación.

Fraternalmente
Saro.
18 de enero 2010

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