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testa 2016enespañol
marielaCRONICA DEL VIAJE A ARGENTINA (31 de Enero – 10 de Febrero)
Llegamos a la Argentina el 31 de enero Luca, Diego y yo. Dos hermanos del arca de Buenos Aires, Juan José y Rafael, nos esperan en el aeropuerto a pesar del retraso del avión, para recibirnos fraternalmente.
Nos llevan hasta la casa de Alejandra Berenyi, donde nos hospedamos por toda nuestra estadía en Argentina. Nuestra hermana Alejandra, nos recibe en su casa, donde instantáneamente me impresionan sus pinturas que la decoran, haciendo traslucir su encantador ser. Dibujos extraordinarios, sus manos de pintora dejan ver sus dones en este arte.
Juan José se queda con nosotros y almorzamos juntos, aprovechando el poco tiempo para intercambiar palabras, pensamientos y experiencias. Hacían muchos años que no nos veíamos, pero dentro de nuestros corazones y espíritus la distancia no nos toca, nos sentimos como hermanos que se ven todos los días, como siempre, aunque si nos vimos en Italia hace más de tres años y sólo por una semana.
El recibimiento de Alejandra en su casa, junto a su hermosa hija Nicol, fue precioso, jamás nos hizo sentir como huéspedes, sino como parte de la familia. Nos hizo sentir en casa...
Alejandra al llegar una noche luego de una misa nos regaló una vela. Nos explicó que había sido encendida con la llama de otra vela, que durante una aparición mariana se había encendido milagrosamente. Durante la aparición la Virgen le dijo al vidente que esa llama no tenía que apagarse nunca y que tenía que seguir transmitiéndose de vela en vela. Tomamos este regalo como una enésima señal de Su constante protección. Además nos regala a cada uno de nosotros una cruz, símbolo de nuestro camino, La Cruz.
Luca le cuenta a Alejandra del video de Guadalupe que realizamos juntos, con la ayuda de todos los hermanos del arca de Sant’Elpidio a Mare y aprovechamos de esa tarde para verlo junto a ella.
Esa noche Alejandra nos cuenta de una hermosa y particular experiencia de su hija Sabrina. Nos muestra unos dibujos y una carta que escribió cuando tenía apenas 12 años, dirigida a toda la humanidad. Los dibujos representan astronaves y seres extraterrestres que se encuentran en este planeta y en otros. En la carta escrita unos días antes del 31-12-2000, la niña dice que quiere dejar un escrito, un pensamiento, en caso de que tuviese que llegar el fin del mundo, como muchos predicaban y que esta carta tarde o temprano alguien la encontraría y podría leer su pensamiento. Alejandra y su marido jamás habían oído hablar de extraterrestres, ni mucho menos de Giorgio. Hace algunos años, mientras su hija ordenaba sus cosas, encontró todos estos dibujos  y maravillada se los mostró inmediatamente a su madre... Nadie de la familia recordaba este hecho al que le han dado mucha importancia.

BUENOS AIRES

A lo largo de toda nuestra estadía en Buenos Aires estuvimos muy ocupados trabajando. Entre las actividades que tenemos que seguir en Italia “a distancia” y las distintas reuniones en la ciudad, no nos queda mucho tiempo para estar con los hermanos, teniendo que cambiar varias veces la fecha del encuentro con el grupo de Buenos Aires.
Conducir en auto por el centro de la ciudad, nos hace sentir el sufrimiento que vive el hombre hoy, no solo en Argentina, sino en todo el mundo. La pobreza, la amargura, la vergüenza, la miseria humana. Un hombre sin dignidad. Nuestros pensamientos mientras recorremos estas calles, se dirigen a Giorgio, a cuán duro habrá sido llevar adelante cuatro años de misión en Sudamérica. A menudo pensábamos en voz alta, preguntándonos y tratando de comprender su gran sacrificio. Cuántos viajes en avión, cuántas veces habrá recorrido estas calles atestadas de autos, de miseria y de sufrimiento. Cuántos días pasados lejos de su familia física y espiritual, en soledad. Cuántos años de sacrificio. Pero hoy ese sufrimiento ha sido premiado por tantísimos seres especiales que siguen y apoyan su Obra en esta tierra, ofreciendo a su espíritu amor y fuerza espiritual para seguir adelante. Pensando en él tratamos de darnos fuerza para afrontar nuestras dificultades, para estar siempre a disposición de la Obra. La disponibilidad, estar siempre disponible, no siempre es fácil, pero también nosotros tratamos de hacer lo mejor. Las señales no faltaron, señales que nos hacen comprender que somos nosotros que servimos a la Obra y no la Obra que nos sirve a nosotros. Señales que nos llaman a hacer Su voluntad y no la nuestra.

VIAJE A ROSARIO

Luego de una semana de intenso trabajo partimos hacia Rosario, donde una joven arca nos espera: el arca de Lili Mariposa. Después de un viaje de 4 horas, donde la lluvia no nos había dejado ni un segundo de respiro, llegamos al arca ¡finalmente!
Recibidos por los estupendos hermanos, Inés, Juan Alberto, Alejandra, Cristina y otros hermanos que se han acercado desde hace poco y que todavía no conocíamos, como Daniel, Martín, Juan Carlos y Silvia y por tantos jóvenes, Matías, María Eugenia, Andrés, Anita, Patricio, Gastón, Bruno y Eugenia.
Luego de dejar las maletas vamos todos juntos a cenar. El tiempo pasa sin dejar nunca de hablar, contentos de estar nuevamente en Rosario, después de muchísimos años.
Inés y Beatriz nos preguntan por el video tan esperado, el video documental que la Virgen le ha pedido a Giorgio que haga. Quieren saber si ya está en preparación, pero Luca explica inmediatamente que todavía no hemos comenzado y que apenas regresemos a Italia, Giorgio organizará la realización de este video incluso en base a las posibilidades económicas.
Al terminar la cena regresamos al arca junto a Juan Alberto, Alejandra, Inés y a los jóvenes que no nos han dejado ni por un instante. Sus miradas me impactan, ojos que hablan por sí solos, ojos que reflejan  la luz de sus espíritus.
A través de sus escritos que llegan a Italia, a través de los relatos de Giorgio reveo por un momento a nosotros como éramos hace 18-20 años, con ese deseo de conocer, de saber, de crecer y de sumergirte por completo en la Obra y dar todo de ti mismo. Una hermosa sensación, cuánta fuerza espiritual...
Nos ofrecen dormir en el arca y aceptamos este honor con mucho placer. Nos saludamos y quedamos de acuerdo para reencontrarnos a la mañana temprano, antes de viajar a Las Parejas, donde vive Juan Alberto.
A las 9 de la mañana todos los jóvenes ya están allí, en el arca, con la mesa lista para ofrecernos el desayuno.
Aprovechamos estas dos horas para bromear, reír, intercambiar pensamientos, experiencias.
El tiempo vuela y Juan Alberto nos llama para partir. Nos habríamos quedado allí aún más ¡nos sentimos como en nuestra arca! ¡En casa!
Con abrazos y besos nos saludamos diciendo a estos chicos: “los esperamos en Italia, nuestra casa es vuestra casa, vengan cuando quieran, estaremos honrados de recibirlos”.

VIAJE A LAS PAREJAS

Salimos hacia Las Parejas y luego de 45 minutos en auto llegamos a casa de Juan Alberto. Luego de un almuerzo compartido juntos, no faltan los valiosos consejos de nuestro queridísimo Juan Alberto, a quien agradecemos por habernos estado siempre cercano, siempre como hermano y muchas veces incluso como padre. Encontramos a toda su familia, a sus hermosos nietos Candelaria y Francisco. Valeria, Germán, Flavia, Martín, Nicolás y Ada. No podía faltar la calurosa presencia de Carmen, así como no faltó su ayuda y apoyo al trabajo que Luca y Diego están desarrollando en Buenos Aires. Gracias Carmen por la confianza que nos has dado.
La presencia de Liliana es fuerte en esta familia, jamás podrá ser olvidada. Una preciosa familia que hoy está acompañada por la infinita dulzura de Alejandra, que se dedica a ellos con respeto y profundo amor. Gracias Alejandra por tu calidez. Alejandra me regala en nombre del grupo de Rosario un anillo con el símbolo del águila. Un gesto hermoso que me conmueve y que aprecio inmerecidamente

REGRESO A BUENOS AIRES, LA PLATA

La jornada termina con una cena y a la mañana siguiente, luego de almorzar regresamos a Buenos Aires, donde no solo encontramos a nuestros parientes, sino que Diego y Luca tienen una reunión de trabajo muy importante.
La mañana del lunes 8 de Febrero reinician las citas de trabajo. Pero a pesar del cansancio y los distintos compromisos tratamos de hacer lo posible para acercarnos al grupo de La Plata, donde los jóvenes nos esperan desde hace varios días. Llegamos alrededor de las 19:00 e inmediatamente encontramos a Fermín y Ornella, que nos reciben enseguida con mucha dulzura juvenil. Fermín se destaca por su gran entusiasmo por la Obra y nos cuenta velozmente en qué consiste su trabajo como profesión. Alrededor de las 21:00 vamos a comer a una pizzería donde encontramos al resto del grupo. Todos hermosos, Ana, Fabián, responsable del arca que ha logrado formar un precioso grupo de jóvenes formado por Manuel, Erina, Maxi, Rubén y su novia, que por motivos de trabajo no estaban presentes, todos lindos, especiales, como todos los jóvenes que se acercan a la Obra, jóvenes impregnados de una luz Crística, que se trasluce de sus ojos, que pocos maestros logran despertar.
Nos saludamos conscientes de que el tiempo ha sido poco, poco para conocernos, poco para profundizar cualquier tema, poco para intercambiarnos experiencias, poco para aprender uno del otro, pero suficiente para sentirnos espiritualmente hermanos, amigos, compañeros de una extraordinaria Obra, la del Cristo.
El martes se presenta como una jornada de compromisos, faltan dos días para el regreso y todavía hay tantas cosas que hacer. Tratamos de apurarnos lo más posible, porque nos esperan en casa de Alejandra, los hermanos de Buenos Aires, Mirta, Pedro, Alicia, Silvia, Carolina, Diego, Claudia, Sergio, Juan José, su hermosa mujer Verónica, a quien finalmente he podido abrazar y conocer después de tantos años, Emanuel, Sebastián, Claudio y Jorge. Llegamos alrededor de las 20:00, con algunas horas de retraso, pero ellos nos esperan con una gran mesa lista para compartir la cena, una cena que representa nuestra comunión, la comunión que cada día practicamos en nuestra arca, la comunión a través de la comida. Luego de 23 años paso mi cumpleaños número 36, nuevamente en Argentina y no ha faltado el amor de los hermanos para festejarlo. Los tres deseos que expreso antes de apagar la velita se encierran en uno solo, el de que cada uno de nosotros cada día ruega y pide al Señor, el que cada día pedimos a través de nuestro trabajo, nuestro amor y nuestro vivir: el Retorno de Su Hijo. En la oscuridad de la noche, bajo un manto de estrellas, iluminados por unas pocas velas, intercambiamos pensamientos, sonrisas, abrazos, caricias, gestos que unen nuestro ser, nuestros espíritus, gestos que nos recargan, que nos dan cada vez más fuerza para seguir adelante, para afrontar el mañana cada vez más desconocido.
Nos saludamos con la esperanza de volver a vernos pronto, las distancias nos obstaculizan físicamente, pero no espiritualmente. Espiritualmente estamos unidos, unidos en una Obra que nos convierte en una única familia, una familia verdadera, lista para dar y sacrificarse por un hermano. Una familia donde a veces a pesar de no conocer físicamente a un hermano, estamos dispuestos a trabajar para él, sirviéndolo, amándolo cada día. A veces me doy cuenta de que hacemos cosas grandes sin enterarnos, el instinto y el deseo de servir a un Hombre señalado por el Cristo, hace de nosotros pequeños milagros.
Muchas personas nuevas se acercan, tantos jóvenes listos para servir al Cristo. Es maravilloso y fascina ver tanta fuerza espiritual que colma la Obra de Giorgio.
Miércoles por la mañana temprano saludamos a Alejandra y Nicol, agradeciéndoles por el amor y por habernos recibido como parte de su familia. Es tal la emoción que mientras el auto se aleja de su casa, nuestras miradas y nuestros corazones todavía están allí con ella... En el auto le agradecemos una vez más y seguimos pensando en lo bien que hemos estado con todos los hermanos.
Alrededor de las 18:00 dejamos la capital de Buenos Aires para ir al aeropuerto. Juan José, Verónica  y Jorge están esperándonos allí para saludarnos una vez más. Cuánta atención, cuánta disponibilidad y cuanto amor nos ha sido dado en este viaje. Gracias a todos, gracias por existir, gracias por acompañar y amar a Giorgio, gracias por la fuerza espiritual que le dais a su obra. Estamos lejanos, un océano nos separa, pero estamos unidos espiritualmente y esto hace de nosotros verdaderos hermanos. Saludamos a ellos, que en ese momento representan a todos, esperando podernos abrazar nuevamente, en un futuro cercano o lejano, solo el Padre lo sabe.
Aterrizamos en Roma, Piero viene a buscarnos para regresar a casa. Otra pequeña señal nos sorprende una vez más. Nos detenemos a comer a mitad de camino y delante del auto, donde estacionamos, encontramos dentro de una urna de vidrio, la misma estatua que tenía Alejandra en su jardín, idéntica, el mismo color, la misma medida, perfectamente igual. Diego al ver la estatua nos llama exclamando. “¡Es la misma estatua de Alejandra! La Virgen nos ha acompañado siempre, hasta el regreso a casa”... El 11 de febrero es por otro lado el día de la aparición de Lourdes...otra pequeña pero importante señal.

Queremos agradecer infinitamente a todos los hermanos. Hemos estado poco tiempo juntos, es más poquísimo, pero los sentimos dentro, están dentro de nuestros corazones.
Disculpad si no soy muy buena para escribir y para transmitir todo lo que sentí en este viaje, pero lo más importante es que os queremos mucho, que nos sentimos unidos y servimos a la Obra más grande de este tiempo. Gracias, gracias también a Giorgio, quien nos ha dado la posibilidad una vez más de poder servir al Cristo.

Con profundo amor y devoción Mariela, Luca y Diego.

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