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flavio_01PRESENTACION DEL LIBRO “EL SECRETO EN LOS OJOS DE MARIA”
Riccione - Sábado, 1 de mayo de 2010
La sala de Congresos “Le Conchiglie” estaba semi oscura cuando llegamos a las 10 de la mañana. Saludamos con gran alegría a Antonio, nuestro queridísimo doctor de Pordenone, que estaba en las últimas filas. Estaban hablando dos relatores de L'Aquila, sobre los símbolos que quedaron o que se destruyeron por el terremoto: un argumento muy interesante para mí, porque yo investigo las “señales”. Luego era el turno de un teólogo alemán que habló de una investigación que ha realizado sobre Jesús en la India. Ya era muy tarde: los tiempos se habían extendido y estábamos fuera de horario. La gente empezaba a salir, porque era la pausa, incluso antes de que el teólogo terminara su presentación. Quedamos casi solos Antonio, Vanessa, Rita María y yo. Me empezaba a preocupar: “¿Queréis ver que ahora que es la hora del almuerzo se van todos a comer?”.
Mientras tanto había regresado Paola Giovetti, quien presidía el congreso y la gente empezaba a regresar a sus asientos; “Creo que te está buscando”, dice Vanessa; de hecho Paola miraba en la sala que ya estaba oscura. Me levanté y ella me hizo subir al palco. Para ser sincero no estaba emocionado, pero hacía algunos días que me sentía interiormente un poco desanimado; cuando Giovetti me presentó como investigador de acontecimientos espirituales y como miembro del grupo de Giorgio Bongiovanni, el estigmatizado, presentando brevemente el libro “Il Secreto negli occhi di Maria” (El Secreto en los Ojos de María), me hace señas para hablar, la miro y le digo: “Hágame preguntas, no se cómo comenzar”... Ella me dice: “¿Cómo nació este libro?”.
En ese momento miro hacia la sala y me doy cuenta de que está completamente llena: las butacas estaban  todas ocupadas y habían personas de pie en el fondo de la sala. A ojo calculo que habría unas cuatrocientas personas. Me he animado y he empezado a hablar: señalando mi viaje a México, con Giorgio Bongiovanni y de la gran emoción que sentí al visitar el santuario de Guadalupe. “Ustedes se preguntarán ¿por qué hablar de algo que ocurrió en 1531?”, le pregunté al público, “porque ese acontecimiento fue una señal para aquél tiempo, pero es una gran señal para este nuestro tiempo, para este mundo en el que vivimos – he continuado-.
Paola lo ha llamado en uno de sus libros 'el mundo materialista', pero yo creo que no lo describe por completo”...Y Paola asiente “Es cierto... ¡realmente es un cumplido definirlo así!”...Y empezé a hablar de las apariciones marianas, de las señales que acompañan las blasfemias de este tiempo, en el que reinan las guerras, el hambre, las injusticias.  “Este es el tiempo de las señales que anuncian el regreso de todos los mensajeros que Dios ha enviado sobre la tierra, el retorno de Cristo”... No recuerdo en detalle todo el discurso, pero me doy cuenta de que Paola me hace señas de que muestre el video. Entonces me interrumpo y presento el video realizado por Studio 3 Tv, que ya fue presentado por la Rai en “Voyager”...
Luego de un corto aplauso se apagan las luces y empieza el video. Durante toda la proyección reina un silencio absoluto en la sala que al final explota en un aplauso interminable. Con el corazón lleno de emoción me nace una plegaria espontánea: “¡Gracias Virgen Santa, también hoy hemos hablado de tu Hijo!”

Flavio Ciucani

Sant’Elpidio a Mare (Italia)
2 de mayo de 2010

Copertina-libro-Flavio¿Pertenece a San Lucas la enigmática estatuilla hallada en España?
¿Por qué existen dos santuarios de Guadalupe?
¿Qué es lo que se cela en la mirada de la Virgen?

La tradición popular atribuye a Lucas, el Evangelista, obras pictóricas que representan, siempre, a la Virgen María muy a menudo teniendo en brazos al niño Jesús. Obras de este tipo se encuentran en toda la cuenca Mediterránea: en Grecia, en el sur de Italia, en Boloña, en Padova, en Roma. Son muchos los lugares y los santuarios en los que es posible admirar cuadros que se atribuyen a San Lucas expuestos al público.
El hilo conductor de esta historia es precisamente una estatua de madera que se atribuye a Lucas el Evangelista. Pero la figura de madera representa solo un pretexto, un camino que seguir, que recorrer; a través de este recorrido de vez en cuando nos detenemos, miramos alrededor, como si estuviésemos en una área de servicio de una autopista moderna, o quizás, mejor aún, en una estación del vía crucis, en la cual entrar, observar el acontecimiento propuesto, y darse cuenta de que en cada parada está siempre presente el mismo personaje, como si estuviese haciendo el mismo viaje y hubiese decidido hacer las mismas paradas: la madre de Jesús. El personaje principal de esta historia es precisamente Ella, como si nunca hubiera dejado de estar presente en los eventos de los hombres, constantemente al lado de los que sufren y que más necesitan ser confortados.

... una leyenda
que se vuelve historia
y una historia
que se vuelve misterio.