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cruzcama_2_9_2010UN DIA QUE SIEMPRE LLEVARE EN MI CORAZON
En el día del 21°'aniversario de los estigmas, por la primera vez Giorgio se encuentra aquí, en el arca Alea-Lores, de Pordenone, para celebrar esta fecha. Todos los hermanos espirituales del arca que desde hace tiempo lo siguen están aquí, cerca de él, en espera de algo que es todavía inexplicable por la ciencia humana.  
Giorgio está solo en el habitación en el último piso de la casa, nosotros estamos en el patio, esperando, tranquilamente sentados bajo el toldo preparado para la ocasión, escuchamos a Sonia que nos cuenta algunas experiencias que ha vivido con Giorgio en Sudamérica, la escuchamos mientras habla de la necesidad de actuar en ayuda de los niños, de la justicia, en espera de poder compartir este acontecimiento milagroso que se cumple en el cuerpo de Giorgio desde hace muchos años.   
En un cierto momento la dulce hermana Sonia recibe la llamada de Giorgio, está sangrando. Domenico nos informa que Giorgio está sufriendo mucho y que se han formado cuatro cruces a los lados de la sábana. En pequeños grupitos, primero los que no asistieron nunca a la sangración, y luego poco a poco todos los otros, vamos a asistir a tal acontecimiento.   
Luego nos llaman a mi y a mi mujer Francesca con nuestro hijo Francesco, subimos las escaleras, en punta de pies como si estuviéramos en una iglesia, llegados arriba, Valter nos invita a entrar, apenas entro siento dentro de mi una fuerte energía que me envuelve, veo el cuerpo de Giorgio muy doliente, me doy cuenta en ese momento de revivir y ver a nuestro querido Maestro Jesús en la cruz, me acerco a la cama y me viene por instinto el arrodillarme, bajo la cabeza, le tomo la mano y pido perdón por mis debilidades humanas y al mismo tiempo le pido que se haga su voluntad.
Me levanto y salgo de la habitación, bajando las escaleras me doy cuenta que no logro bajarlas, los músculos, a causa mi semi parálisis, se han entumecido, mi mujer me ve en dificultades y viene en mi ayuda junto a Loredana, a mitad de la escalera se acerca Valter que me acompaña abajo.  Despacio, muy despacio, me acerco al sofá, me siento para atarme los zapatos y una fuerte emoción entre rabia y dolor me llena el espíritu, estallo en llanto y me pongo a gritar: "Porqué, Porqué seguís crucificándolo, porqué", mi mujer me tiene la cabeza entre sus manos para confortarme y para calmarme, he sentido el sufrimiento de Jesús y sentí que esta humanidad seguía crucificándolo y me sentía indigno frente al amor inmenso de Jesús Cristo.  
Luego Valter se acerca, me abraza, me consuela y me dice "somos todos indignos, todos"  
En ese momento he percibido el amor de todos mis hermanos, de Aldo, de Loretta, de Maria Bonella, de todos de verdad, luego me extiendo sobre la cama y pido la ayuda de Domenico porque sentía fuertes dolores en las piernas.  
Cuando empiezo a sentirme mejor, veo con mi gran sorpresa a Giorgio que había bajado después de la dolorosa sangración que acababa de tener, se acerca, me toma la mano y me dice: "Si puedo caminar yo, también puedes hacerlo tú, fuerza" se me hace un nudo en la garganta al mismo tiempo que siento alegría y con su ayuda me levanto, él, que lleva los estigmas desde hace 21 años con sufrimiento, me ayuda a mi, un pobre ser humano, cuya discapacidad que llevo desde el nacimiento no es nada en comparación al sufrimiento de Cristo que él lleva en su cuerpo.  
Un día y un gesto éste, que no olvidaré nunca, que llevaré siempre en mi corazón.  
Con amor y afecto

Vittorino
Arca Alea-Lores   
9 de septiembre 2010