Esta página web utiliza cookies de carácter técnico propios y de terceros, para mejorar la navegación de los usuarios y para recoger información sobre el uso de la misma. Para conocer los detalles o para desactivar las cookies, puedes consultar nuestra cookie policy. Cerrando este banner, deslizando esta página o haciendo clic sobre cualquier link de la página, estarás aceptando el uso de las cookies.

cruzcama_2_9_2010Deseo con mis palabras dar las gracias a Nuestro Papá y Nuestra Mamá Celeste por haberme concedido la gracia de testimoniar cuanto sigue:  
"NADIE TIENE UN AMOR MAS GRANDE QUE ESTE: DAR SU VIDA POR  SUS AMIGOS", Gv 15,9-17.  

Me llamo a Arianna, tengo 32 años, y vivo en Pordenone con mi marido Andrea.  
Desde hace unos tres meses, vivimos en el corazón, el sentimiento de quien, después de un largo viaje "vuelve a casa y vuelve a abrazar a los hermanos". Esta casa se llama Arca Alea-Lores y se encuentra en San Giovanni de Polcenigo, pero nuestros hermanos no están solo aquí y en las otras Arcas presentes en todo el mundo, sino sobre todo en las muchas moradas que el Padre Nuestro Celeste nos ha dado.
Lo que nos tiene unidos, además del amor fraterno, es el mandamiento que el Padre le ha dado a Jesús: que os améis los unos a los otros como Yo os he amado, este amor tiene que ser mutuo, recíproco y sin exclusiones, Gv 13,34 s 15,17.  
Exactamente aquel que Giorgio Bongiovanni, nuestro querido guía, incansable testigo de la luz y la verdad de Cristo, nos exhorta a hacer: quereos y estad unidos.  
Giorgio Bongiovanni es un hombre que como Juan El Bautista, sobrevive con poquísimas cosas y tiene el corazón colmado, rebosante de Dios y en su cuerpo viven las señales de aquel amor único e ilimitado de Aquel que murió en la cruz por nosotros.  
El pasado dos de septiembre se cumplió el 21° aniversario de los estigmas de Giorgio y él se encontraba con nosotros, los hermanos del arca Alea-Lores.  
Sabía que Jesús le hablaría y él, su humilde siervo se ha abandonado totalmente en sus manos en alma y cuerpo. Yo no había asistido nunca a una sangración de estas señales, los estigmas, pero en mi corazón, cuando las vi, me hicieron sentir que Jesús estaba cerca.  
Pero no era solo eso, sabía que me esperaba en esa habitación donde a través de Giorgio estaría vivo delante mío. Y ha sido justo así.  
He entrado, el sufrimiento era tangible, la sangración copiosa dejaba indelebles huellas sobre las sábanas donde Giorgio estaba acostado.  
Han bastado poco segundos y el intenso, maravilloso e indescriptible perfume de rosas y de cielo, me ha dejado sola y desnuda como el más pequeño gusano de la tierra frente a Jesús Hijo de Dios Padre de la vida.  
Yo misma he pedido de ser destruida y aniquilada por cuanta era mi vergüenza y por cuánto me sentí indigna de aquel amor absoluto y total que tenía frente a mí y que a través de Giorgio me exhortaba a tener fe y a no tener miedo.   
Aquel amor estaba y está vivo para mí, aquel amor estaba y está vivo para cada uno de nosotros.   
Jesús, yo pensaba, no he comprendido nunca cuánto tú me quieres y Él me ha contestado “ahora me veis ahora me tocáis."  
Sea hecha tu voluntad, repetía siempre Giorgio, él que desde siempre está al servicio total y completo de aquella voluntad del Padre que nos quiere salvos, Giorgio que trabaja de día y de noche para preparar el camino a Jesús, para enderezar nuestra vida para que a su vuelta nos encuentre despiertos y sabios, dignos de estar frente a Él y de pretender que salve nuestra alma.  
Como Juan preparó el camino y el pueblo a Jesús, así Giorgio nos prepara para su próxima venida, nos exhorta a imitar aquella cruz que en él se revive desde hace 21 años y a demostrar el mismo amor de Cristo, empeñándonos concretamente y con sacrificio en cualquier tipo de obra a beneficio del mundo, de los hermanos, de cada criatura suya y de  nuestro espíritu mismo.   
"OS HE DICHO ESTAS COSAS PARA QUE MI ALEGRIA ESTE EN VOSOTROS Y VUESTRA ALEGRIA SEA PLENA", Gv. 15,11.  
"QUERIDOS HIJOS, SI SUPIERAIS CUANTO OS QUIERO, LLORARIAIS DE ALEGRIA" (Medjugorje Nuestra Madre Celeste).  

Con amor, con el corazón   
Arianna.
Pordenone
10 setiembre 2010