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retorno_01LA VERDAD
A su excelencia el obispo de Pordenone Ovidio Poletto.

Me presento, me llamo Andrea Raggiotto, soy de Pordenone desde que nací y cristiano católico, pero de esa universalidad que ya no pertenece a la iglesia romana, sino que es un valor innato en los verdaderos creyentes en Cristo nuestro Rey y en quien cree en Su retorno.
Como habrá entendido, ya no me reconozco en esta iglesia, en estos obispos, en estos cardenales que dicen y presumen que la representan.
Si me lo permite, eminencia, quisiera comentar y hacerle algunas preguntas que Ud. es libre de contestar o no sobre la gestión por vuestra parte del Cristo que sangra de San Vito al Tagliamento (provincia de Pordenone).
Empiezo por mis consideraciones sobre el hecho, constato cada vez más que el clero se está alejando (a decir la verdad ya lo está) de Cristo y de sus signos, signos que son la expresión más auténtica de Su Amor por nosotros, signos que son advertencias para nosotros pobres pecadores, signos que quieren decir con mucha probabilidad a quien no cree y a quien ha perdido la fe, pero también a quien está firme en el credo Crístico: Estoy aquí, miradme, lloro por vosotros, arrepentíos.
Me pregunto entonces porqué escondéis estos signos, porqué tenéis miedo de mostrarlos a todos, Dios no es un negocio  privado de la iglesia romana. Dios tiene que ver con todos y si El da signos, nosotros los creyentes, nosotros los cristianos, tenemos que estar preparados para recibirlos, porque Dios cuando se manifiesta no lo hace por casualidad.
Recordemos todos que Cristo ha dado la vida por nosotros, para salvarnos ¿y la iglesia que hace? esconde la verdad, esconde la obra grandiosa de Dios refugiándose en la habitual y ya obsoleta excusa de los análisis científicos.
Recordad lo que dijo Jesús respondiendo a los fariseos después de entrar en Jerusalén: “Os digo que si éstos callaran, gritarán las piedras”. (Lucas 19, 28-40).
Y entonces, visto que la iglesia calla cada vez más, hablan otra vez los signos de Dios como hace 2000 años a través de su hijo Jesús-Cristo y vosotros sacerdotes ¿que hacéis? actuais como los fariseos fingiendo que no os dais cuenta de que Dios nos está hablando con los signos y vosotros os arrogáis el derecho de esconderlos.
No son vuestras quizás, prelados, las palabras dichas a través de don Cescon: “nadie por el momento puede comprobar si se trata de sangre o de barniz. Hay que analizarlas” y más: “Primero hay que efectuar averiguaciones de lo contrario se corre el riesgo de facilitar la credulidad”.
Fuente: Mensajero Veneto del 29/8/10

Me parece, eminencia, que distinguir la sangre del barniz es bastante fácil incluso sin tener que recurrir a análisis científicos.
Porqué seguís manteniendo todo bajo silencio, porqué os apropiáis de cosas que pertenecen a Dios y a sus servidores, por qué hacéis como los fariseos que hace 2000 años no creyeron en Cristo, porqué después de 2000 años continuais a hacer como si nada, no podeis esconder la verdad por siempre como habéis hecho hasta ahora, Ud. eminencia como cabeza de esta diócesis debe absolutamente decir la verdad y no esconderla, no tenga miedo de Cristo, El es nuestro Rey que ama a su pueblo, no lo olvide, compórtese de manera que nosotros, gente común, podamos acercarnos en oración a Ese Cristo que sangra, que ha redimido al mundo y encerrándolo en un relicario no hacéis nada más que renegarlo.

Que Dios nos perdone
Andrea Raggiotto

14 de septiembre 2010