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aguila_01HE SOÑADO CON UN AGUILA
Son alrededor de las siete de la mañana del sábado, cuando me levanto de la cama y voy al encuentro de mi marido Gigi, que está en la cocina preparándose para ir al trabajo. Estoy muy emocionada, tengo los ojos llenos de lágrimas, se que he llorado mucho durante el sueño. La emoción que he sentido todavía es tan fuerte que apenas logro hablar, pero tengo necesidad de contarle el sueño que he tenido hace poco tratando de traducir en palabras esas imágenes que todavía conmueven mi espíritu.
...Recuerdo que me encuentro en la cocina con toda mi familia: Gigi, mi hija Noemi, mi hermana Luciana, mi sobrino Amos, mi hermano Maurizio con Stefania y la pequeña Sara, Francesca, Roberta y Fabio con nuestro nietito Francesco, estamos pasando una jornada normal junto a los niños que juegan pasando de una habitación a la otra. Ensimismada en las pequeñas tareas domésticas entro por un instante en mi habitación, la cual se encuentra en el lado norte de la casa. Desde la ventana veo volar a un pájaro en el cielo... parece un águila, sigo su vuelo con la mirada y es en dirección a nuestro edificio, el cual está por sobrevolar, entonces llamo rápidamente a mi marido quien seguramente es capaz de reconocerla e inmediatamente me confirma que se trata precisamente de un águila muy grande...Volvemos rápidamente a la cocina para poder seguir admirándola...estoy muy emocionada y mientras llego a la ventana que se encuentra en la parte sur empiezo a gritar. <<¡¡Vengan a ver hay un águila!!...>> En un instante estamos todos delante a la ventana de la cocina la cual da a un vivero, la abro pero dejo baja la persiana mosquitera...el águila acaba de pasar por encima de la casa y ahora está allí...que vuela alto en el cielo...en dirección a las colinas que se extienden más allá del ferrocarril...pero a cierto punto cambia de ruta y regresa...está volando hacia nosotros...siento crecer la emoción...está cada vez más cerca, estamos todos sorprendidos e incrédulos...ella está justo delante nuestro...se está apoyando en el alfeizar...Por un momento me preocupo por los niños y pienso: “de todos modos es un ave rapaz”...entonces me doy la vuelta y los busco con la mirada, pero ellos están allí...detrás nuestro...totalmente tranquilos...entonces vuelvo a mirar a este pájaro majestuoso que ahora está quieto, casi acurrucado en el lado izquierdo del alfeizar...y espera. No logro quitarle la mirada de encima...estoy emocionada...el águila está a pocos centímetros de mi...la persiana del mosquitero es lo único que nos separa. Siento que no está allí para hacernos daño y en el momento que percibo esta sensación ella “atraviesa” la trama del mosquitero y derecha se yergue de frente a nosotros. Unos instantes después la siento posarse en mi hombro izquierdo...no lo puedo creer y me quedo inmóvil, invadida por un torbellino de emociones mientras los demás, igualmente incrédulos buscan frenéticamente una cámara fotográfica para inmortalizar ese increíble momento. Recuerdo que nos quedamos juntas por un largo rato en la misma posición como para detener ese instante. Luego inesperadamente el águila hace un gesto muy tierno...lentamente baja el cuello y gira la cabeza hacia mí para poder mirarme a la cara y para que yo pueda mirarla sobre todo a los ojos. Inmediatamente siento que ella quiere que yo salga de la cocina y entre en la habitación...comparto con ella el mismo “sentimiento” y entonces atravieso el pasillo que me separa del dormitorio...abro la puerta y una extraordinaria imagen aparece frente a mis ojos, delante mío no está más mi dormitorio, sino la playa con el mar...se que tengo que entrar al agua junto a ella que todavía está apoyada en mi hombro...entro y me mojo hasta las rodillas. En ese momento ocurre algo que me hizo llorar en el sueño, que conmovió profundamente mi alma y cada partícula de mi ser...estoy quieta dentro del agua y ella está quieta de frente a mi...suspendida en el aire y de esta posición, no se bien como explicarlo, comenzamos a danzar...danzamos en el mar mientras yo soy consciente de sonreír de alegría y al mismo tiempo de llorar de la emoción. Por algunos intensos momentos saboreo la magia de ese lugar y de ese ser que tengo frente a mí. Mi espíritu llora...estoy respirando el amor...no me quiero ir...no me quiero despertar.
Me seco los ojos y ahora estoy despierta pero aún ansiosa. Se que debo seguir adelante y luchar...así lo haré, con el recuerdo de este sueño que llevaré por siempre conmigo.

Maria Santamaria
Ascoli Piceno
11 de Settembre de 2010