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cuadro_profeticoUN CUADRO PROFETICO
Es muy conocido el cuadro exhibido en la sala Hércules del Palacio Viejo de Florencia del siglo XV, de indudable atribución, titulado “Virgen con el Niño, San Juan niño”. Algunos dicen que sea una obra de Jacopo del Sellaio, como dice el cartelito, otros en cambio se lo atribuyen al pincel de Sebastiano Mainardi. Más allá de las disputas, que se las dejamos a los críticos de arte, el cuadro fue causa de discusiones entre los ufólogos a causa del objeto que aparece representado a espaldas de la Virgen.
Al realizar un análisis histórico espiritual el cuadro asume un carácter profético en relación a la presentación de la época del nacimiento de Jesús. De hecho en éste están descriptos los precursores de la venida de Cristo. Pero si comparamos los acontecimientos, las manifestaciones divinas, los mensajeros y los videntes de la era moderna, como lo sucedido hace dos mil años, podemos definir el cuadro expuesto en Florencia, como profético del retorno del Cristo.
cuadro_profetico_01En el cuadro el Niño Jesús es el centro de la atención. No se encuentra en el centro del cuadro, sino en una posición central geográfica creada por líneas, círculos y luces tales que representan la importancia de la presencia del Hijo de Dios en la realidad física, en el mundo real, como en el espiritual.
Precisamente el niño indica con la mirada y con la mano al precursor más importante de su venida: la Virgen. Ella lo llevó en el vientre anunciando su venida con su proprio cuerpo y con su propia vida de fe. Aún hoy la Virgen anuncia el retorno de su hijo a través de una miríada de manifestaciones de sus imágenes que lloran y sangran, a través de sus apariciones en las cuales anuncia el retorno de Aquél que juzgará el obrar de esta humanidad.

A espaldas de María aparece suspendido en el cielo un Objeto Volador que atrae la atención de un hombre. Esto representaría a todos aquellos que se han convertido en intermediarios entre el cielo y la tierra para anunciar la venida del Salvador, como los profetas que han tenido un contacto directo con el “Cielo” y al “Cielo”, fueron raptados. Hoy los profetas han sido reemplazados por los videntes, muchas veces estigmatizados, los cuales reciben directamente de Jesús y de la Virgen, mensajes de conversión en espera de la segunda venida del Maestro – Juez. A éstos se les pueden unir los contactados, a quienes los habitantes de otros planetas dan misivas para la humanidad, para que se preparen para el retorno de Jesús.

A la izquierda del cuadro, desde el Sol salen unos globos de luz que representan a los Ángeles que han acompañado el nacimiento y la vida de Jesús. Hoy son los seres de luz quienes aparecen en los cielos de todo el mundo con sus astronaves para recordar al hombre que no está solo en el universo y que tiene que respetar las leyes universales de la naturaleza para no incurrir en el juicio severo de Aquél que es Luz, que ilumina, vivifica y protege al Mundo.

Por último, no por cierto por falta de importancia, está representado Juan el Bautista, hombre íntegro y sin compromisos, que gritaba para el arrepentimiento del pueblo, para que se preparen a recibir al Salvador. Él señalaba y denunciaba la corrupción del mundo político de la época y fue ese poder el que lo eliminó físicamente. Hoy redescubro a este personaje en Giorgio Bongiovanni, que con integridad, valor y sin compromisos, denuncia las tantas caras del Anticristo (mafias, crimen organizado, desviaciones políticas, corrupciones en el interior de las Iglesias) que se oponen al camino del regreso de Cristo.

Estos son los precursores de la primera y de la segunda venida de Jesús, descriptos hace 500 años en un cuadro florentino.

Por Flavio Ciucani
24 de septiembre 2010