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UN MOJON EN EL CAMINO
Por Adriana Navarro La Luz
Montevideo, 13 de mayo de 2011.
En la tarde de hoy se realizó una marcha en contra del emprendimiento para realizar minería a cielo abierto en Uruguay –Proyecto Aratirí-. Un mega-proyecto que incluye además la construcción de un puerto de aguas profundas en el departamento de Rocha, con la consiguiente destrucción de varias playas y una zona turística muy importante del país. Sabido es, en verdad a nivel mundial, el alto grado de contaminación que la minería a cielo abierto trae aparejado. Contaminación del aire, del agua y de los suelos. Detengámonos un instante: El aire y el agua, necesitados por todos los seres humanos y no humanos del planeta, los dos primeros alimentos indispensables para la vida. Los suelos fértiles de nuestro país, un regalo que la Madre Naturaleza nos ha dado sin que nosotros reflexionemos nunca el trabajo de miles de miles de años, que le toma a la tierra formar “el manto verde” con que se cubre. Nunca nos ocupamos en pensar que debajo de ese manto verde existe otro “manto oscuro”, que es una fórmula mágica de la naturaleza, una fórmula de cantidad de elementos químicos que se hayan combinados en la forma y proporciones exactas para dar vida a la flora de nuestro país, así como sostener la producción agrícola o ganadera. Un delicado manto en permanente formación, que los humanos con todo nuestra tecnología y fertilizantes y productos de todo tipo no podemos imitar, muy por el contrario, hoy por hoy ya se sabe que los fertilizantes terminan empobreciendo, enfermando y contaminando los suelos y siendo extremadamente peligrosos para la salud.
Es así que se convoca esta marcha, para defender la vida, la tierra y a los niños que vivirán en esta tierra. Participaron cantidad de grupos sociales, productores y personas independientes que se dieron la cita en General Flores y Propios y marcharon hacia el Palacio Legislativo de la ciudad de Montevideo.
Asistimos a la misma como asociación Un Punto en el Infinito, y es una alegría contar que fuimos varios hermanos los que estuvimos ahí, Genny, Loreley, Matilde y Noel, Domingo, Victoria, Ana María, María del Carmen, Aroma, Daniel, Patricia, Claudio, quien escribe, y nuestra representante Erika que redactó una adhesión para ser leída durante la manifestación. También llevamos pancartas y volantes que explicaban lo nefasto del proyecto, y plasmaban por qué forma parte del despertar conciencias, el denunciar todas las cosas que sean injustas, o provoquen más daños a la sociedad y al planeta, que es nuestro único hogar.
Difícil se hacía calcular la cantidad de personas, pero eran miles, rodeaban el Palacio Legislativo y una gran cantidad eran hombres, mujeres y niños montados a caballo que venían desde el interior del país a formar parte de la protesta. Casi todos lucían la bandera artiguista y carteles alusivos a los principios de Artigas, a quien se le da el título de prócer nacional, pese a que a lo largo de toda nuestra historia no hemos llegado a plasmar ni siquiera algo de estos principios, como “el reparto de tierra a quienes de verdad la trabajen con sus manos”, o “que los más infelices sean los más privilegiados”.
La alegría del encuentro con quienes esperaban en Montevideo era notoria. Los rostros sonrientes y enérgicos, firmes de esos jinetes, conmovían y hacían llenar los ojos de lágrimas. Por momentos, de los silbidos de algarabía, brotaba la sangre charrúa que se quiso exterminar con un genocidio y que hoy resurge. Era imposible no pensar en aquéllos “lanceros de Artigas”. No pretendemos hacer una ponderación de las armas o de la guerra como forma de liberarse, pero sí del espíritu de libertad que soplaba, de las ansias de una justicia real, del amor a la tierra y a la vida en hermandad entre los hombres y entre los hombres y la tierra.
Por último mencionamos la alegría de algunos rostros que siempre están en todas las marchas que sean por causas justas. Rostros que llevan toda una vida de lucha, lucha contra los monocultivos forestales y la desertificación de los suelos, lucha contra la extranjerización de la tierra, contra los transgénicos, que acarrean terribles riesgos para la salud, contra las pasteras, lucha por los derechos humanos, ....luchas y luchas...rostros que no sabemos si creen en Cristo, pero que son rostros amigos que siempre están ahí manifestando los valores crísticos. Hoy, como un mojón en el camino, se llevaron la alegría. Como diría nuestro amigo y maestro Giorgio Bongiovanni, fue una “bellísima”manifestación.

Montevideo, 6 de junio de 2011.
Adriana Navarro.
Montevideo, Uruguay.

P.D. Al día de hoy seguimos informándonos, y participando de distintas reuniones para informar a otros, viendo la forma de colaborar para detener un futuro desastroso para Uruguay y toda Latinoamérica.