Esta página web utiliza cookies de carácter técnico propios y de terceros, para mejorar la navegación de los usuarios y para recoger información sobre el uso de la misma. Para conocer los detalles o para desactivar las cookies, puedes consultar nuestra cookie policy. Cerrando este banner, deslizando esta página o haciendo clic sobre cualquier link de la página, estarás aceptando el uso de las cookies.

Non_paghiamo_il_debito1“NOSOTROS NO PAGAMOS LA DEUDA”
Crónica de la manifestación de Roma desarrollada el 15 de octubre.
Por Andrea Raggiotto, Alessandro Da Rold, Maurizio Saporito, Valter Paron - 21.10.11
El capitalismo, como todos los imperios llega a su fin. Durante años la gente no se preocupó por lo que hicieran los políticos y los poderosos, porque de todos modos le fue dada la posibilidad a todos de mejorar la propia existencia terrena, sin pensar que el precio a pagar, algún día, sería muy alto y este precio se llama libertad; uno de estos ejemplos de soberanía arrebatada ocurrió en Italia, donde a lo largo de los últimos cincuenta años, con las leyes hechas a medida los diferentes gobiernos que se sucedieron prepararon un plan para la destrucción de la agricultura local, privilegiando a la industria, con evidentes efectos colaterales como la cementificación, la competencia desleal y la exigencia energética cada vez más creciente en detrimento del medio ambiente. Pero las personas no se rebelaron porque la industrialización acarreó consigo el bienestar, el coche, la tv, las vacaciones; en pocas palabras el consumismo, sin darse cuenta de que estaba convirtiéndose en esclava de este sistema. En el mundo occidental hay nueve banqueros que periódicamente se reúnen y deciden el destino de pueblos enteros, este pueblo tiene que vivir, estos en cambio se hacen los graciosos asi que tenemos que crearles una guerra, y así sucesivamente; ésto parecerá trivial pero es su forma de pensar, nadie tiene que pisarles los pies; para enriquecerse aún más y al mismo tiempo mantener ocupados a sus esclavos, estos maléficos señores, sentados a discutir organizaron la crisis económica que nos oprime. Al principio tenían todo bajo control, pero ahora algo se les escapó de las manos, porque la crisis es irreversible si no se cambia el modo de concebir la economía y los consumos. Nunca como hasta este momento la humanidad moderna ha tenido una crisis de tal alcance y tan homogénea que se puede comparar con la del veintinueve esta última a su lado fue un paseo ya que en este momento los recursos de la tierra se están acabando y en menos de cincuenta años la naturaleza no se podrá regenerar más. Esos nueve banqueros saben ésto y harán de todo para acaparar en el más breve tiempo posible las mayores riquezas de los países en detrimento de la gente honesta. La crisis económica actual, con la ayuda de muchos gobiernos corruptos, ha provocado que muchas personas hayan perdido el trabajo, la casa, volviendo incierto el presente e imposible el futuro de millones de jóvenes, porque se sabe que en situaciones como esta quienes sufren las consecuencias antes que nadie son las clases más débiles de la sociedad. Nos han robado de todas las formas y ahora nos quieren mandar la cuenta de los gastos en los que han incurrido para hacerlo. Pero la gente dijo basta “NO PAGAMOS LA DEUDA” y con este eslogan, en muchas partes del imperio se desarrollaron manifestaciones en contra de estos soberanos y sus vasallos. Italia también estuvo presente, el 15 de octubre, Milán, Bolonia, Roma y en otras 900 ciudades del mundo desfilaron imponentes marchas para decir basta ya a esta economía y a estos bancos que le roban a la gente y la dejan en la miseria imponiendo maniobras de lágrimas y sangre a gobiernos incapaces y mafiosos; pero fue en Roma donde se desarrolló la marcha más importante y grandiosa  de toda Europa.
He aquí que el grupito de Pordenone, militantes del movimiento político cultural ALTERNATIVA ideado y fundado por el periodista Giulietto Chiesa, decide participar. Estaba previsto partir el sábado 15 de octubre con un vuelo desde Venecia, al llegar nos encontramos con los hermanos de la región del Veneto que viajaron en tren. Son las 12:30 la “Piazza dei Cinquecento” comienza a   hormiguear de personas que llegan algunos de la estación, otros con el subterráneo, con colectivos; algunos son muy pintorescos, vemos pancartas de protesta de muchos movimientos o asociaciones unidas por un denominador común, la crisis económico/financiera, de hecho sólo el sufrimiento une a las personas. Estamos un poco preocupados porque el grupo de Sant'Elpidio (nuestros hermanos del Arca 3) están retrasados, los teléfonos no funcionan, nos dicen que es normal donde hay una concentración de cientos de miles de personas, al hacer una mirada panorámica se ve como la plaza se está llenando, el ruido ensordecedor de la música hace más difícil la búsqueda de nuestros amigos. Mientras tanto la marcha comienza lenta, muy lentamente su paso, ésto nos permite encontrarnos con el grupo de Sant'Elpidio. Estamos a la espera de nuestro momento para entrar en la marcha, Giulietto no entiende porqué los manifestantes no avanzan, y en ese momento llegan las primeras noticias, un grupo disfrazado está rompiendo escaparates, ha incendiado algunos coches en la Calle Cavour, la marcha pacífica está detenida por ese motivo. Giulietto decide ir personalmente para entender la situación, después de casi una hora nos comunica, a través de Giovanna Tinè, (del grupo Alternativa de Lacio), qué ha habido un poco de desorden pero que todo parece estar mejor, pero, a los costados de las calles, están las personas disfrazadas de negro que podrían crear ulteriores problemas, por lo tanto nos aconsejan que tengamos cuidado y si la situación degenera volver hacia atrás. La marcha se encamina tranquila, de vez en cuando algún miembro de los varios movimientos habla por el micrófono, exteriorizando su rabia, por el trabajo perdido, por el fondo de desempleo que se está acabando, por los políticos que no hacen nada y que en cambio empeoran la situación con las sus leyes ad personam. Todo procede de la mejor manera, los manifestantes desfilan pacíficamente ya que la gente está indignada pero no es criminal. Gracias a que Andrea se conecta a internet con su teléfono celular nos enteramos que las noticias de Ansa describen la guerrilla que se está desarrollando en “Piazza San Giovanni” entre de los facinerosos vestidos de negro y las fuerzas del orden, intentamos saber algo más pero es difícil, sólo cuando Giulietto vuelve puede decirnos como es la situación:
- “Piazza San Giovanni” está cerrada, no se puede entrar pero la policía nos permite desviarnos  hacia el Coliseo y por lo tanto en dirección del Circo Massimo, para darnos la posibilidad de terminar la manifestación en paz -  éstas son las palabras tristes de Giulietto.
Llegamos a una gran Plaza, de la cual no recordamos el nombre, en esa zona hay una gran formación de policía y medios que no dejan pasar a la marcha, suponemos que la calle que están bloqueando lleve hacia el corazón de la política italiana, al frente hay unos jóvenes tomados de las manos que no nos quieren dejar pasar y despotrican en contra de nosotros llamándonos cobardes, pero después descubrimos que era lo que realmente pretendían, no dejarnos pasar y por lo tanto que continuemos derecho hacia “Piazza San Giovanni”, y así dejar a la marcha entre la policía y ellos y de modo tal que ellos puedan atacar a las fuerzas del orden con consecuencias que para la marcha  pacífica habrían sido inimaginables. Pero estos no eran Black Bloc, ni siquiera estaban enmascarados, tal vez eran centros sociales o anarquistas-insurrectos, de todos modos lo que queda claro es que no habían comprendido el verdadero sentido de la protesta, el motivo por el cual las 500.000 personas se reunieron el 15 de octubre en Roma, sin entender que gracias a ese comportamiento entran en el juego de quienes quieren boicotear la protesta; los responsables de los movimientos nos dicen que nos movamos y nos reunamos con el grupo que ya ha pasado. Mientras tanto se hicieron las 18:30 horas y ya era tarde para nuestros amigos que tenían que tomar el tren o el autobus, por lo tanto decidimos acompañarlos a tomar el subterráneo y despedirnos allí. En cambio los del grupo de Alternativa de Pordenone volvemos y nos introducimos en la marcha hasta volver a reunirnos con Giulietto y los demás. Luego de unos dos kilómetros ya no queda más por  hacer, la marcha se está disolviendo, nos reunimos con Giulietto un poco apartados del ruido de los tambores para hablar de cuál es la situación. Él nos dice que ha sido un gran día, comentando que en los últimos 10 años jamás vio a tanta gente como hoy, unida para manifestar su propio disenso, también nos advierte del hecho de que a pesar de la imponente manifestación los medios de comunicación sólo hablarán de los enfrentamientos de “Piazza San Giovanni” y de los daños ocasionados. Nos saludamos y fijamos nuestra cita para Florencia donde se desarrollará el Congreso nacional de Alternativa, en el cual decidiremos cómo continuar el proyecto político de unir a los varios movimientos pacíficos que se oponen a este Gobierno y a este sistema financiero y bancario inhumano. Estamos convencidos de lo único que queda por hacer es continuar en este camino, sabiendo que la gente está con nosotros y con todos estos grupos que han participado de la manifestación en forma pacífica y los números lo demuestran, además las personas saben perfectamente que los auténticos “Indignados” no tienen nada que ver con los delincuentes que incendiaron “Piazza San Giovanni” y que destruyeron una estatua de la Virgen. Para el grupo de Pordenone la manifestación llega a su fin, regresamos al hotel después de una buena cena, cansados pero felices por la experiencia vivida y porque nuestra decisión de protestar en contra de los tiranos y de los criminales que están destruyendo y pisoteando nuestros derechos por los cuales muchos de nuestros padres dieron la vida, está tomando forma, sobre todo gracias a las enseñanzas que nos ha dado y nos da nuestro amigo y hermano Giorgio Bongiovanni.
Cuando llegamos a la habitación son apenas las 21:30 horas, el tiempo transcurre lento en la ciudad eterna.

Andrea Raggiotto
Alessandro Da Rold
Maurizio Saporito
Valter Paron

21 de Octubre de 2011