Esta página web utiliza cookies de carácter técnico propios y de terceros, para mejorar la navegación de los usuarios y para recoger información sobre el uso de la misma. Para conocer los detalles o para desactivar las cookies, puedes consultar nuestra cookie policy. Cerrando este banner, deslizando esta página o haciendo clic sobre cualquier link de la página, estarás aceptando el uso de las cookies.

bari100Por Alessandra Spennati - Antonella Monno
Son las 16:30 del 28 de julio; apenas hemos llegado a nuestro punto de encuentro en la ciudad de Polignano a Mare (Bari); el día es cálido como muchos de los que hemos tenido en este verano 2012. Este es un año especial: un año lleno de expectativas y de tomas de posición, en espera de aquello que podría cambiar de un momento a otro y de esperanza de que todo cambie, que la humanidad se arrepienta y que finalmente se pueda comenzar a respirar un aire bueno, ese que hace bien al corazón. Muchos advierten que algo irrepetible y dramático está ocurriendo en nuestras vidas, incluso quienes no viven directamente un camino espiritual hablan de ello; otros en cambio, inmersos en esta trampa que nos hemos creado a lo largo de los siglos, advierten con malestar y agitación como se desmoronan sus certezas y vagan para juntar los últimos retazos de normalidad y bienestar, sin entender. Otros, lamentablemente, no se dan cuenta de nada, no logran o no quieren saber.

Hay mucha gente en la sala esperando a Giorgio Bongiovanni, considerando que las invitaciones fueron realizadas solo de boca a boca, pero el número de personas es el ideal para crear una sintonía y una fluida armonía. Estamos esperando y Carlo anuncia que Giorgio acaba de sangrar de los estigmas y que vendrá apenas haya recuperado un poco de fuerza. La noticia crea silencio y la atmósfera se llena de devoción y percepción del misterio de la Creación.

bari



Cuando llega Giorgio se percibe en el aire un rayo de luz que viene de su rostro y sus ojos límpidos tienen una luz cristalina. En la primera parte de su discurso Giorgio parece usar, más que de costumbre, palabras simples y claras, quiere que todos entiendan que los tiempos nos llaman y que el mensaje del cual es portavoz no puede ser tildado de catastrofista, sino que es claro como la luz del sol, ante nuestros ojos. Comienza a hablar del regreso de Cristo, de la importancia de hacer  obras, acciones. El nuevo reino está cerca, pero entrarán solo quienes realicen obras; aquellos que se hayan limitado a vivir una honesta y serena vida de trabajo respetando los principios del bien, pero sin comprometerse ni dar la cara en pos de la mejoría de esta sociedad para que se instaure la Justicia, la solidaridad y todos los principios del Bien, no entrarán en el nuevo reino. ¡Si! Habrá un nuevo mundo, dice Giorgio, y puede ser que sea pronto; nos exhorta a no permanecer inermes, sino a actuar y llevar cada uno sus propios frutos para presentarlos a Cristo, porque Su Segunda Venida, no será con misericordia, sino con Justicia, la única forma posible para reequilibrar la decadencia en la que han caído los hombres y siguen cayendo. Él regresará acompañado por todos los grandes maestros de todas las tradiciones espirituales y de esa forma nadie podrá decir “¡no te reconozco!”. No será el fin del mundo sino el principio del nuevo mundo, después de mucho sufrimiento, injusticias insoportables, guerras y catástrofes y será habitado por quienes hayan luchado por poner en práctica los valores universales a través de frutos tangibles.

Algunos de los presentes nunca habían conocido personalmente a Giorgio y probablemente jamás han escuchado una versión diferente a la que desde hace siglos nos da la Iglesia; por lo tanto le hacen una pregunta detrás de otra y es evidente el intercambio y la voluntad de comprender y de saber más. Todo tiende a ocultar las verdades, continúa Giorgio. En la información que nos brindan los gobiernos no hay nada verdadero, nos repiten que todo mejorará y que la recuperación está por llegar: pero ¿de qué recuperación están hablando, si está a la vista de todos que se están intensificando las dificultades, la pobreza en el mundo, las miserias, las muertes por hambre de miles de niños? ¡En realidad es el anticristo que nos quiere hacer creer que todo anda bien, que todavía es posible la mejoría de nuestras condiciones materiales para anestesiar nuestras mentes e impedirnos entender que tenemos que hacer algo para mejorar nuestro mundo!
La Iglesia no revela sus “secretos” y sus conocimientos, enterrados durante siglos por la manipulación y las decisiones  de poder; hoy no está en condiciones y tampoco lo estuvo en el pasado, de mostrar una apertura  hacia los profundos conocimientos espirituales de otros pueblos, que incluso habrían podido ser integrados perfectamente a la visión occidental para enriquecerla y completarla y en cambio fueron aplastados. La ciencia, de la misma forma, cerrada y sin humildad, siempre ha negado y declarado imposible todo aquello que no logra explicar y demostrar con los medios racionales y la tecnología que tiene a disposición: dos “totalitarismos” que destruyen la conciencia.

De cuánta ayuda sería para los hombres el hecho de saber que estamos en el planeta en una dimensión física, pero que la realidad no es solo aquella que logramos percibir con los sentidos y analizar con nuestras rudimentarias tecnologías. Hay planetas en los que hay una sola parte física y 4 partes de astral, cuyas vibraciones son de una frecuencia mucho más elevada que la nuestra y planetas en los cuales los seres están formados únicamente por luz y tienen vibraciones muy altas. Es decir que la realidad no es solo aquella que vivimos nosotros. Giorgio llega a este y otros conceptos profundos que probablemente sacuden en parte lo que algunos de los presentes ya da por sentado, pero la Verdad hay que decirla, preparando y amando a nuestro prójimo, jamás hay que callarla, hoy más que nunca.

La presencia de Giorgio entre nosotros esta tarde desborda las sonrisas, abre los corazones y fortalece nuestra voluntad y nuestro entusiasmo. A pesar del cansancio quiso estar presente y por ello le estamos gratos.

IlpuntoInfinito –Mola di Bari (Ba)
1 de Agosto de 2012