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adriPor Adriana Gnani
Nosotros, los seres de este planeta que luchamos por un mundo mejor, no nos cansamos de buscar las respuestas del amor, de nutrir la sed de conocimiento, de satisfacer los deseos de vivir en un mundo mejor...
 
DEL CIELO A LA TIERRA

HE ESCRITO EL 31 DE AGOSTO DE 2013:
 
¡MIS HERMANAS Y MIS HERMANOS EN EL MUNDO!
ELLOS SON AQUELLOS QUE CRISTO, NUESTRO SEÑOR, LE RECOMENDÓ AL PADRE ANTES DE SU ASCENSIÓN AL CIELO EN CUERPO Y ESPÍRITU (Juan 17:15 “No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno”).
¡MIS HERMANAS Y MIS HERMANOS EN EL MUNDO!
POR ELLOS HE VENIDO NUEVAMENTE A ESTE PLANETA, PARA SERVIRLOS, CONSOLARLOS, AMARLOS Y PROTEGERLOS DEL MALIGNO. EN ESPERA DE LA SEGUNDA VENIDA DEL MESÍAS, JESÚS CRISTO, QUE LOS CORONARÁ CON LA VIDA ETERNA Y LES ENTREGARÁ EL REINO DE DIOS EN LA TIERRA
MIS HERMANAS, MIS HERMANOS EN EL MUNDO Y SUS PARVULITOS AMADOS POR EL SEÑOR ADONAY!
¡LEED Y MEDITAD!
VUESTRO.

G. B.
Sant’Elpidio a Mare (Italia)
31 de Agosto de 2013
 
FORMAR PARTE DE UN ÚNICO CUERPO
Por Adriana Gnani
Nosotros, los seres de este planeta que luchamos por un mundo mejor, no nos cansamos de buscar las respuestas del amor, de nutrir la sed de conocimiento, de satisfacer los deseos de vivir en un mundo mejor.
Somos seres que tienen el valor de mirar a lo lejos, allá donde los demás no ven, pero también de vivir cerca del corazón de las personas, tomándolas de la mano.
Estos seres hacen que sus pies caminen hacia un mundo rico en esperanza, y amasan la vida con el amor y la pasión, con la aventura y el desafío. A menudo no son desafíos clamorosos, sino desafíos profundos, los de la vida cotidiana. Trabajan a nivel social, luchando y poniendo en práctica sus ideas, sin agachar la cabeza, siguiendo sus pasiones.
Tienen la fuerza de combatir, de mostrar aspectos secretos de sí mismos sin preocuparse mucho por las críticas, aceptándolas incluso como enseñanzas; han abrazado la fe, saboreado la libertad del espíritu, no tienen miedo de ser rechazados, y hablan con cualquiera del amor, de la fuerza que existe en ella, y también narran y hablan sobre el verdadero sentido de la vida.
Son seres que a pesar de no poseer nada en este mundo, porque se han despojado de todos sus haberes, son felices; adentro suyo tienen un don universal: el conocimiento del infinito.
Son aquellos que lloran de noche, en silencio, sin que nadie los vea, sin que nadie los escuche.
Son aquellos que, si les preguntas cómo están te responden, “TODO BIEN, gracias” con una sonrisa de treinta y dos dientes, a pesar de que estén muriendo por el dolor del mundo.
Son aquellos que han aprendido a convivir con su dolor.
Son aquellos que aún cayendo muchas veces, han tenido la fuerza de levantarse volviéndose más fuertes.
Son seres que luchan con todas sus fuerzas que tienen a disposición por la Justicia del Padre, y a pesar de que sean torturados, asesinados, o cortados en pedazos, no temen, porque saben que el Padre está en ellos y su lucha es más fuerte que la muerte.
Estos seres, a pesar de tener los zapatos rotos, siguen caminando y cuando los mismos se terminan de consumir le agradecen al Padre y no se preocupan por si tendrán que caminar descalzos, porque saben, con su humilde consciencia, que el Padre sabe que es lo que ellos necesitan y esperan en silencio. Para ellos toda necesidad recibida es un regalo del cielo. Un milagro que se manifiesta cotidianamente ante sus ojos.  
Son hombres y mujeres que forman parte de este mundo, pero que se han despertado para un nuevo mundo; y saben que forman parte de un único cuerpo: NUESTRO PADRE, LA CREACIÓN, EL INFINITO.
Adriana Gnani
Palermo (Italia)
23 de Agosto de 2013