Por Fabio Maccari
Queridísimo Giorgio:
Que la exaltación de la Cruz que reviste de goce y de esperanza a aquellos que confían en el Mesías y en su poder de curación y de liberación sea para ti un estímulo para continuar con regocijo la misión de preparación para la acogida de Su segunda venida...
DEL CIELO A LA TIERRA
HE ESCRITO EL 5 DE NOVIEMBRE DE 2013:
UN QUERIDO Y AMADO HERMANO ME HA ESCRITO. SU MANO ESTÁ GUIADA POR UN APÓSTOL DE CRISTO. PARA MI ES UN HONOR Y UNA CONSOLACIÓN RECIBIR SU PRECIOSO VERBO.
LEED Y MEDITAD.
VUESTRO.
G. B.
Sant’Elpidio a Mare (Italia)
5 de Noviembre de 2013
Queridísimo Giorgio:
Que la exaltación de la Cruz que reviste de goce y de esperanza a aquellos que confían en el Mesías y en su poder de curación y de liberación sea para ti un estímulo para continuar con regocijo la misión de preparación para la acogida de Su segunda venida.
El miércoles 30 de Octubre de 2013 he participado del encuentro de oración de la Renovación en el Espíritu y he alabado a Jesús con las siguientes palabras: “Te alabo y te agradezco por la llamada para vivir según Tu Palabra para que yo haga un servicio como apóstol de paz para la instauración del Reino de los cielos”.
Una vez más mi plegaria ha sido bien recibida por el Buen Jesús y el consuelo que Él me ha dado a través del Espíritu Santo Paráclito ha inundado mi ser de una poderosa energía profética.
De hecho durante el canto en lenguas he recibido la siguiente locución interior: “He venido a renovar los corazones para que el mundo crea en mi Palabra”.
Antes que nada Jesús ha sido enviado por Dios Padre para transformar “en carne” los corazones “de piedra”. A Él le interesa la vida del alma y su completa conversión mediante la sanación de las heridas causadas por el pecado y por la incredulidad.
Además dicha conversión no tiene como destinatario únicamente al convertido sino que también es antorcha fecunda para todos aquellos que aún siguen vagando en las tinieblas del mundo y que al mismo tiempo aspiran a la confianza en el Ser Supremo, que ofreció al mundo el Cordero sacrificial para guiar nuevamente a quienes se han alejado de la fe hacia el rebaño que constituye Su pueblo elegido.
Finalmente todo esto me ha hecho comprender que la oración de alabanzas y la de intercesión son verdaderos instrumentos para llevar a nuestros corazones los dictámentes de la ley natural, transmitida por la Palabra de profecía del Mesías y que es la base de la convivencia de las criaturas vivientes en los mundos visitados por el Salvador y sublime acceso a las moradas eternas, donde Jesús nos ha preparado un lugar al final del peligroso peregrinar terrenal.
En Cristo, María y Jesús te saludo con fraternal afecto.
Fabio Maccari
Terni 03/11/13