Esta página web utiliza cookies de carácter técnico propios y de terceros, para mejorar la navegación de los usuarios y para recoger información sobre el uso de la misma. Para conocer los detalles o para desactivar las cookies, puedes consultar nuestra cookie policy. Cerrando este banner, deslizando esta página o haciendo clic sobre cualquier link de la página, estarás aceptando el uso de las cookies.

PAOLA3Por Paola Becco
Durante una de las últimas reuniones que hemos pasado junto a Giorgio, un tema recurrente fue el amor crístico, el amor por los demás.
Muchos hermanos con dulces palabras y con la emoción a flor de piel, demostraban el profundo amor que sienten por Giorgio, y el amor por nuestro Maestro, y la frase amor crístico se repitió en varias ocasiones. Mientras yo escuchaba a mis hermanos y compartía esos sentimientos de amor, siento dentro mío una falencia, una miseria que me está mirando a la cara y no quiero verla, y al sentirme bastante intranquila comienzo a prestarle atención, intentando organizar en mí, entendimientos que siempre aparecían dispersos y que a medida que voy escribiendo estos conceptos van tomando forma.

Somos concientes de las frases que repetimos una y otra vez? Comprendemos verdaderamente su siginificado, somos y hacemos eso que decimos?
Qué fácil que es amarte Giorgio, me digo, cómo no hacerlo, si sos la perfecta imitación de Cristo, qué fácil que es amar al Maestro que dio su perfecta y sublime vida por todos nosotros, cuánta grandeza indescifrable e inentendible para mi humilde existencia mora en esos espíritus.
Y ahí encuentro una base, una médula, desde donde trabajar, desde donde realizar un juicio interno, sincero, despojado de miedos, deseos, y emocionalidades. Cuál es aquella enseñanza que no desarrollamos, que no queremos ver, y asumir como indispensable para  comenzar a comprender y transitar este ilimitado viaje espiritual?, creo que es el amor fraterno, identificarse en el otro, sentir que el otro es uno mismo pero con otro cuero, como diría Atahualpa Yupanqui.

Porque en definitiva, Jesús, por quién hizo el sacrificio por su Padre o por nosotros? Y Giorgio por quiénes lo está haciendo?
Este conflicto interno me ha zarandeado durante toda la reunión y no he podido poner demasiada atención a lo demás, se me ha clavado una daga con violencia, pero la dejo ahí, que duela, hasta que purifique.
Al llegar a casa luego de este encuentro me recuesto durante algunos minutos para descansar y tengo el siguiente sueño:

Teníamos que llegar al cuarto piso de un edificio , era como un estacionamiento y el suelo era una especie de río bien turbio y verde, no se podía cruzar porque el puente estaba roto, y la gente, que yo reconocía como mis hermanos de la obra y otros,  se desesperaban por cruzarlo y se tiraban al río, como podían, yo me estaba por tirar también, pero me doy vuelta y veo que detrás mío se encontraba Giorgio que quería tirarse, me doy cuenta y con desesperación le digo que no se tire, que se iba a mojar los estigmas, que yo nadaba, y él podía tirarse arriba mío, así no se mojaba. Entonces  voy nadando con él, pero muy lento ya que me pesaba mucho en la espalda, y como yo no sé nadar, y soy consciente de eso en el sueño, voy tragando cada vez más agua, sabiendo que quizás no llegaba con vida, pero me pareció que estaba bien hacer eso y entonces seguí. Llego muy despacito y con mucho esfuerzo, y cuando saco la cabeza a la superficie, me doy cuenta que Giorgio no era Giorgio, había dejado que un hermano se haga pasar por él, era un hermano de la obra con el cual tengo poca relación, ya que en el plano humano no encuentro mucha afinidad.

En el sueño, por Giorgio daba mi vida y no me molestaba, pero por un hermano no la hubiese dado, y por el “último” de mis hermanos menos. Cuando comprendo la enseñanza, Giorgio aparece desde el borde del puente y me asiente con la cabeza, estaba contento con lo que había aprendido, pero a la vez me reta porque dentro de mi corazón todavía había una pequeña porción de dolor por no haber podido hacer ese acto “heroico” hacia él.

La unión, no es una elección, es una imposición, lo mismo debería serlo el amor al hermano, el que está lejos, el que está cerca, el que puedo verme reflejada a través de su corazón.
Esta es hoy mi mejor aproximación para comprender  el amor crístico.
Paola