Los días previos no prometían nada bueno, ya que el tiempo había sido muy lluvioso y turbulento y muchos de nosotros estábamos preocupados por si se lograría realizar la reunión.

15 Agosto.
Finalmente el día tan esperado llegó, pero el tiempo no desistía hasta que el cielo nos bendijo y como por arte de magia (milagro para los más religiosos) nuestro Padre Adonay, para honrar a su esposa Miriam se mostró con todo su esplendor regalándonos una jornada llena de Amor y energía.
 
Una energía que solo ahora, repasando y revisando en mi mente esos momentos, en ese lugar se creó una sede de seres espirituales, en ese lugar a los pies de una montaña, con la presencia de la Madre Celeste y de las señales de Cristo que nos acompañaron.
Si, esas Señales que llaman a otras Señales...
Señales y más señales que acompañan nuestra vida y nuestro camino espiritual hacia una meta que solo quien está en lo alto puede ver el final y tener la certeza del diseño completo de esta obra guiada por el Cielo.
Esta es la enseñanza que Giorgio nos ha dado a su regreso de Inglaterra donde fue invitado para asistir al fenómeno de los círculos de trigo donde se manifestaron figuras que año a año transmiten cada vez más un mensaje de carácter espiritual.
De hecho durante los días en los que Giorgio estuvo presente en Inglaterra se presentó una figura que representa la estrella que todos nosotros llevamos colgada en el cuello (la llamada) y posteriormente aparecieron otras que hacen referencia a una energía divina interior que se expande hacia el exterior con la fuerza de afirmarse en la materia (ver explicación de Pier Giorgio Caria).

 

   

En fin, parecería que el cielo le hubiera regalado una señal a otra Señal…
Días antes de viajar hacia Pordenone me venían a la mente las siguientes frases del Evangelio:
“Al oír esto los diez comenzaron a indignarse contra Santiago y Juan. Entonces Jesús, llamándoles, les dijo: Sabéis que los que figuran como jefes de los pueblos los oprimen, y los poderosos los avasallan. No ha de ser así entre vosotros; por el contrario, quien quiera llegar a ser grande entre vosotros, sea vuestro servidor; y quien entre vosotros quiera ser el primero, sea esclavo de todos: porque el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en redención por muchos” (Marcos 10, 32-45).
Estas palabras quedaron grabadas en mi mente hasta el día 16 de Agosto, al día siguiente de la inauguración de la gruta para la estatua de la Virgen, una hermana del Arca Alea Lores nos regaló un pan realizado por sus manos, un pan que se convirtió en un pretexto para que hiciéramos la comunión todos juntos.
En mi corazón el hecho de repartir el pan es algo que siento muy fuerte, más aún si es para compartirlo con los hermanos de las Arcas. Eugenio y yo repartimos el pan que nuestro amado Giorgio había bendecido con sus manos y lo distribuimos entre todos nosotros, grandes y chicos. 

Ese día vi en mis hermanos la alegría de estar juntos y de comer con devoción ese pan bendecido.
La emoción que provocó en mi el hecho de Repartir el Pan de la Vida me marcó profundamente y quería expresar este sentimiento de agradecimiento hacia quien lo ha comido con el tan esperado Maestro Jesús, es decir, Giorgio.
También quiero agradecer a Valter, Mara, Sandra, Loretta y a todos los hermanos del Arca de Pordenone y de Buja por habernos recibido y por haber preparado todo con gran sacrificio y Amor para acoger a todos los hermanos de las diferentes Arcas.
Humildad y unión tienen que ser los pilares de nuestro camino que nos llevará a la meta.

Giovanni Micale.

26 de Agosto de 2014