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marielaPor Mariela
Hace unos días atrás salí a hacer un mandado, tipo 19:30 hs., ya estaba anocheciendo, miro el cielo mientras camino, veo una astronave, miro a mi alrededor, veo una señora, la invito a ver, ella la mira pero se va, porque estaba apurada, no me quedo contenta, vuelvo a mirar a mi alrededor y veo dos niños, los invito, ellos la ven, la contemplan, mientras se aleja en el cielo, el  niño más grande me pregunta “-¿de dónde vienen?” yo le respondo “-del cosmos, de mundos lejanos, tienen una civilización más avanzada que la nuestra por eso tienen esos transportes tan bellos y muy veloces”. Entonces, les cuento que ellos han acompañado a Nuestro Señor Jesucristo y que pronto van a regresar con Él. También les digo que grandes cosas van a pasar, pero que ellos no se preocupen, cuando pasen cosas terribles que no se olviden de que luego regresa Nuestro Dios con Potencia y Gloria, y en el cielo se verán muchas de esas naves. Termino de pronunciar esa frase y el niño más pequeño, que no había dejado de mirar el cielo nos dice: “-¡ahí está de nuevo, volvió!”, la nave que era pequeña se hizo de un brillo más intenso y su tamaño pasó de pequeño a grande, les dije que ese era un regalo del cielo para ellos. “-Vosotros Lo veréis venir de entre las nubes con potencia y gloria, no lo olvidéis, atesoren mis palabras en vuestro corazón”.

Estos niños escucharon atentos y se quedaron contentos de lo que habíamos visto.

Unos días después de este acontecimiento, tengo que viajar, unos 52 km, para resolver un problema que tenía, que me ocupó todo el día, no podía pensar en otra cosa. Era tarde, más o menos las 21:00 hs. Estando en el colectivo, miro por la ventana, veo una estrella que me acompaña, cuando la visualizo, se hace más grande, la señora que estaba al lado mío la ve y en silencio me mira, le sonrío, y le digo: “-lo que acaba de ver es verdad, es una astronave que viene del cosmos, porque nosotros no somos los únicos, hay vida en otros planetas y ellos anuncian el Retorno de Nuestro Señor Jesucristo, con potencia y gloria, lo que acaba de ver es un regalo del Cielo para usted y un consuelo para mí porque yo lo espero todos los días, pero también va ocurrir la Santa Ira y Justicia de Dios, es por eso señora que la invito a ver la pagina web”, le escribo la dirección y se la doy. Me faltaba poco para bajarme, le digo “-no se olvide de lo que acaba de ver”. Le doy un beso y me bajo.

Otro día en la parada de colectivo, junto  a una joven y una señora, veo una astronave, se las muestro, les hablo, trato de aprovechar ese momento y anunciar el Retorno de Jesús y la Santa Ira y Justa del Padre, les presento a Giorgio. La chica  me escuchaba atenta pero la señora se corrió a un costado, y veo que la nave regresa, las dos la miramos y me quedé contemplándola.

Pocos días después, a las 05:30 hs de la mañana debía regresar a Campana, estoy esperando el colectivo, junto a mi hay 5 hombres que van a trabajar, miro el cielo aun era de noche, observo una nave, se las muestro, la miran, uno de ellos dice que no la ve, la nave se había ido, pero para asombro mío regresó haciéndose más grande.Parecería que las paradas de colectivo, son un punto de encuentro con gente con las que debo compartir e introducirlas en el mensaje.

Hace un mes y medio atrás, me ocurrió algo maravilloso, quiero compartirlo con ustedes mis hermanos en Cristo porque se que si bien me ocurrió a mí, también a ustedes, de alguna manera, ya que somos uno cuando unidos buscamos y abrazamos la Verdad Crística. Ese día regresaba tarde a casa, no sabía por qué, pero estaba triste, miro al cielo y en voz alta digo: “¡Padre Tu eres Mi certeza, Cristo Tu eres mi certeza, Giorgio Tu eres mi certeza!”, aparece una nave, cuando la veo digo: “¡Hermanos del cielo ustedes son mi certeza!”, fueron apareciendo una a una astronaves de los distintos puntos cardinales, la emoción fue tan grande que aun hoy escribiendo para ustedes la vuelvo a sentir y no puedo evitar llorar.

Entonces Queridos Hermanos yo no puedo ser más lo que era, una cobarde e hipócrita. Pido perdón por ello. Quiero que mi vida sea para la Obra, que mis días sean para Dios y que nadie nos aparte de Él. Es por eso Hermanos que debemos abrazar con fuerza a la Obra, defenderla y que el fuego de nuestro Espíritu se haga fuerte. Anunciemos la Verdad sin prejuicios ni distracciones, pues no hay nada más importante que esto y me lo digo a mi misma también. Pronto regresa Nuestro Rey. Tenemos que anunciarlo, tenemos que denunciar el mal,  anunciar la Santa y Justa Ira de Nuestro Padre. No tenemos tiempo, no debemos traicionar la Preciosísima sangre que es derramada sobre nosotros y que nos mantiene vivos. ¡Que valga la pena estar vivos para servir a Dios y al último de nuestros hermanos!. Es nuestra oportunidad porque somos llamados aún no somos elegidos.

Tenemos muchos signos y certezas que marcan este tiempo. Uno de esos signos lo tenemos muy cerca, lo vivimos, lo escuchamos, lo amamos, es nuestro querido hermano Giorgio, él nos buscó a cada uno, recordemos cómo llegamos a formar parte, cómo nos reunió, así también cómo nos alimenta con el alimento que viene del cielo, pues Él comparte humildemente ese pan con nosotros, su sabiduría, su amor, su vida. Él es un signo y la certeza  del amor incondicional de Nuestro Padre, de Cristo, de nuestra Santa Madre y del Santo Espíritu. Él es la expresión perfecta del amor de Dios hacia nosotros que somos indignos.

Con amor

Mariela
Arca de Campana
7 de Noviembre de 2014