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mara2015Por Mara Testasecca
21 de Marzo de 2015:
“… he sangrado. Seamos testigos de los Justos y servidores de los servidores de Dios.
Vuestro en Cristo. Giorgio”.

En el día de ayer vimos, a través de fotos que nos llegaron y de la transmisión de streaming, cómo Giorgio después de haber sangrado de los estigmas cumplió con la gente que lo esperaba participando de la Conferencia que se realizó en la Región de la Toscana. Los amigos de la Asociación ONLUS “IL NESPOLO” habían organizado un evento público, en las cercanías de la ciudad de Livorno. Vi su rostro marcado por el dolor-emoción-cansancio... su mirada me hizo viajar hasta esa cruz que él abraza por todos nosotros desde el 2 de Septiembre de 1989.

Al final de su discurso y respondiendo a una de las personas del público dijo:

“Yo tengo que seguir y servir a Cristo, si tú o vosotros queréis servirlo como yo podemos juntarnos y servirlo unidos... yo no he sido elegido porque soy humilde, sino porque tengo coraje...”

Esta mañana, muy temprano escuché el audio, y luego volvi a leer el pasaje del Evangelio de Juan que dice así:

“Había unos griegos que habían subido a Jerusalén para adorar a Dios durante la fiesta de la Pascua. Estos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: ‘Señor, queremos ver a Jesús’. Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús. Él les respondió: ‘Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Os aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde Yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. Mi alma está ahora turbada. ¿Y qué diré: ‘Padre, líbrame de esta hora?’ ¡Si para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!’ Entonces se oyó una voz del cielo: ‘Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar’. La multitud, que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: ‘Le ha hablado un ángel’. Jesús respondió: ‘Esta voz no se oyó por mí, sino por vosotros. Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera: y cuando Yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí’. Él dijo esto para indicar por que muerte Él iba a morir. (Juan 12:20-33).”

No se el porqué, o tal vez si, el hecho es que no logré contener las lágrimas...

Jesús, el Hijo de Dios, le habló claro ese día a la Iglesia de Pedro y a la Iglesia de Juan. A los Apóstoles Felipe y Andrés que habían ido a decirle que algunos griegos querían conocerlo, Él les respondió con algo completamente diferente... Se dirigió directamente a ellos y a los Discípulos que se encontraban con Él porque tenían que despertar y saber que esa sería Su última Pascua... tenían que saber que se acercaba el tiempo del sacrificio de la cruz.

Él, el Maestro, se reveló y pidió una Señal. A pesar de que la Señal fuera Él en ese día y en ese momento fue Jesús mismo el que atrajo “esa voz que venía del Cielo”... voz que algunos oyeron y que otros confundieron con un trueno.

La historia se repite hoy en día, tanto por las señales como por los señalados que, como Giorgio Bongiovanni, gritan en el desierto porque la sordera y la ceguera del hombre son incurables.

¡La diferencia entre ese tiempo y hoy es que la Crucifixión ya tuvo lugar!

Hace 2.000 años Cristo, con Su Resurrección, dio el ejemplo y demostró a todos la victoria de la VIDA ETERNA del espíritu sobre la caducidad de la materia.

Somos nosotros renegados los que le seguimos crucificando día tras día, con una cínica conciencia y con las bocas fétidas por el hedor de la hipocresía y de la infamia.

Para nosotros, los discípulos de hoy, es imposible rechazar la elección, después de haber visto y oído. Pero ¿cuál elección? La de amar, de crecer en la verdad y de transmitir los valores universales de la justicia y de la paz, en espera de Su Retorno.

Palabras simples que vibran de Luz, sublimes expresiones que habremos leído al menos 1.000 veces entre las sagradas escrituras, mensajes, crónicas y transcripciones de reuniones espirituales... sin embargo queridos hermanos cuán estrecho es el camino y cuán difícil resulta recorrerlo. Nosotros – yo la primera-, que nos declaramos cristianos, en cada santo día corremos el riesgo de no recordar, de cansarnos, de adormecernos, de menospreciar, de “considerar”, pero en realidad, de juzgar.

Una vez más se acerca la Pascua, la Santa Pascua del 2015.

Preparémonos y estemos cerca de nuestros hijos, protegiéndolos sin exaltación y sin fanatismo en las arcas bendecidas por el Señor, invocando para cada uno de ellos la protección de la Santa Madre de Dios.

Me uno al hermano Omar Cristaldo, quien ayer por la noche escribió que el amor de Giorgio es el reflejo del Amor más grande de todos los amores... que lo une a él, hoy, mañana y por siempre, por toda la eternidad... gracias infinitas Omar, yo siento lo mismo.

Con amor – Mara

22 de Marzo de 2015