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juanbautistaPor Claudio Rojas Guerra
Juan el Bautista predicó un evangelio completo. Sin censura, mostrando siempre un gran coraje.

Es necesario que hagamos lo mismo para que las personas, por obra del Espíritu Santo, vean la necesidad que tienen de un salvador. Las personas necesitan la verdad y no algo que luzca como la verdad. La verdad siempre incómoda, pero si amamos a las personas y queremos que sean salvas debemos proclamarla a los cuatro vientos.

“Fueron entonces adonde estaba Juan, y le dijeron: «Rabí, resulta que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos acuden a él.» Juan les respondió: «Nadie puede recibir nada, si no le es dado del cielo…»” (Juan 3:26-27).

Juan no se preocupó cuando su popularidad empezó a descender por causa de que las personas acudían a Jesús, ya hemos visto que él sabía que eso debía ser así porque sólo Jesús es digno de toda la gloria.  Además, Juan entendía que su ministerio era un don de Dios.

Todos estamos llamados a predicar el evangelio y vivir para la gloria de Dios en nuestras iglesias, trabajos, hogares, etc. “Lo que hacemos por Dios en realidad es un regalo de Él para nosotros”

Lo que hacemos por Dios en realidad es un regalo de Él para nosotros. Esto debe impulsarnos a abandonar compararnos con otras personas. Esto debe llenar nuestros corazones de humildad.

Los sacerdotes habían abandonado el imponer las manos y el rito de la ofrenda de sangre que Dios les había enseñado para la expiación de sus pecados. Está registrado que los sacerdotes en los días de Malaquías habían abandonado el sacrificio, la imposición de las manos y la ofrenda de sangre en el rito.

Entonces, Juan el Bautista no podía quedarse con ellos. Por eso Juan el Bautista se fue al desierto y dijo en voz alta. ¿Qué dijo él?

Esto está escrito en Marcos 1:2, en las palabras del profeta Isaías, "He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino. Voz de uno que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; haced derechas sus sendas."

La voz en el desierto clamó al pueblo para el bautismo del arrepentimiento. ¿Qué es el 'bautismo del arrepentimiento' del que habla la Biblia? Este es el bautismo que Juan el Bautista clamó haciendo al pueblo volver a Jesús entonces ellos podrían confiar en que Jesús quitaría todos sus pecados y podrían ser salvados.

"Arrepiéntase y bautízate, y Jesús sería bautizado en la misma manera para quitar todos sus pecados." El grito de Juan el Bautista decía que Jesús quitaría todos los pecados del mundo y sería juzgado en la Cruz para salvar a todo el pueblo y entonces ellos podrían volver a Dios.

"A la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo. "'Os bautizará con Espíritu Santo' significa quitar todos sus pecados. 'Para bautizar' significa 'para limpiar'. El bautismo de Jesús en el río Jordán nos dice que el Hijo de Dios fue bautizado y quitó todos nuestros pecados para salvarnos. Juan el Bautista fue un hombre realmente extraordinario porque vivió buscando agradar a Dios más que a la gente. Como cristianos, estas son algunas lecciones que necesitamos aprender de él.

“Ustedes mismos son mis testigos de que dije: “Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él.” El que tiene la esposa, es el esposo; pero el amigo del esposo, que está a su lado y lo oye, se alegra mucho al oír la voz del esposo. Así que esta alegría mía ya se ha cumplido. Es necesario que él crezca, y que yo decrezca” (Juan 3:28-30).

“Solo Jesús puede salvar y merece la Gloria, no nosotros”.

Estamos llamados a guiar a las personas a Jesús. No hacia nosotros mismos. La razón de eso es simple: Solo Jesús puede salvar y merece la Gloria, no nosotros. Sin embargo, nuestros corazones a veces se inclinan al orgullo. A veces queremos figurar o sentirnos importantes.

El gozo de Juan era que Cristo fuese más evidente que él ¿Es ese nuestro gozo también?

Es triste ver cómo hay profesantes de la fe cristiana que pretenden ser el centro de atención en vez de apuntar a Jesús. Ellos quieren brillar, no para la gloria de Dios, sino para la de ellos mismos. Necesitamos orar para que Dios nos cuide de eso.

También necesitamos estar alerta cuando, al seguir a Jesús y por la gracia de Dios dar frutos, algunas personas nos consideren “súper” santos o importantes (lo cual es dañino para esas personas), para no llenarnos de orgullo y/o desviar a las personas de fijar sus ojos en Jesús.

“Cuando él vio que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: «¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? Produzcan frutos dignos de arrepentimiento, y no crean que pueden decir: “Tenemos a Abraham por padre”, porque yo les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abraham. El hacha ya está lista para derribar de raíz a los árboles; por tanto, todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado en el fuego.

A decir verdad, yo los bautizo en agua en señal de arrepentimiento, pero el que viene después de mí, de quien no soy digno de llevar su calzado, es más poderoso que yo. Él los bautizará en Espíritu Santo y fuego. Ya tiene el bieldo en la mano, de modo que limpiará su era, recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en un fuego que nunca se apagará.» (Mateo 3:7-12).

El testimonio de Zacarías, el padre de Juan

Vamos a leer Lucas 1:67-80. "Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó diciendo: Bendito el Señor Dios de Israel, Porque ha visitado y ha efectuado redención para su pueblo. Y ha suscitado una fuerza de salvación en favor nuestro, en casa de David su siervo, tal como habló desde antiguo por boca de sus santos profetas, que nos salvaría de nuestros enemigos, y de las manos de todos los que nos odian; Para mostrar su misericordia para con nuestros padres, y recordar su santo pacto, el juramento que hizo a Abrahám, nuestro padre: concedernos que, liberados de las manos de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor en santidad de vida y rectitud de conducta ante sus ojos, todos nuestros días. Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás ante la faz del Señor, para preparar sus caminos; para dar a su pueblo conocimiento de salvación, por el perdón de sus pecados, por medio de las entrañas de misericordia de nuestro Dios, por las cuales nos visitó un amanecer del sol desde lo alto, para que brille su luz sobre los que están sentados en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pies hacia un camino de paz. Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivía en lugares desiertos hasta el día de su aparición pública ante Israel."

Zacarías profetizó dos cosas. El profetizó que el Rey de todo el pueblo había venido. Del verso 68 a 73, el profetizó con alegría que Dios no se olvidó de Sus promesas y que Jesús, como Dios se comprometió con Abraham, fue nacido de la virgen María a fin de salvar a sus descendientes de las manos de sus enemigos.

Y Después de verso 74, "que, liberados de las manos de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor." Esto nos hace recordar la Promesa de Dios a Abrahán y el pueblo de Israel, y el profetizó, "que, librados de las manos de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor."

Desde el verso 76, el profetizó a su hijo. "Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás ante la faz del Señor, para preparar sus caminos; para dar a su pueblo conocimiento de salvación, por el perdón de sus pecados, por medio de las entrañas de misericordia de nuestro Dios, por las cuales nos visitó un amanecer del sol desde lo alto, para que brille su luz sobre los que están sentados en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pies hacia un camino de paz."

Aquí él dijo, "para dar a su pueblo conocimiento de salvación, por el perdón de sus pecados" ¿Por quién fue dado el anuncio de salvación? Juan el Bautista. ¿Podemos entender todo esto? Juan el Bautista, por medio de las palabras de Dios, nos anunció que Jesús es el Hijo de Dios que quitó el pecado del mundo.

Ahora, vamos a ver Marcos 1. "Principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino. Voz de uno que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; haced derechas sus sendas. Apareció Juan bautizando en el desierto, y predicando el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados. Y salían a él de toda la región de Judea, y todos los de Jerusalén: y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados." (Marcos 1:1-5).

Las personas dejaron de adorar a los ídolos de los gentiles y fueron bautizados por Juan el Bautista. Pero Juan testificó, "Te bautizo con agua para que tú puedas volver a Dios. Pero el Hijo de Dios va a venir y ser bautizado por mí para que todos los pecados puedan ser pasados a Él. Y si tú crees, al ser bautizado por mí, todos tus pecados serán pasados a Él como los pecados fueron pasados mediante la imposición de manos en el Antiguo Testamento." Esto fue lo que Juan testificó.

El hecho de que Jesús fue bautizado en el río Jordán significa que Él fue bautizado en el río de la muerte. Cuando morimos, vamos a cruzar el Río Jordán. El río Jordán es el río de la muerte, Jesús fue bautizado en el río de la muerte.

En Mateo 3:13-17, leemos, "Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, presentándose a Juan para ser bautizado por él. Mas Juan trataba de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces se lo permitió. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí que los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Éste es mi Hijo, el amado, en quien he puesto mi complacencia."

Jesús vino al río Jordán y fue bautizado por Juan el Bautista. "Bautízame." "Pero soy yo que necesito que tú me bautices, y eres tú el que vienes a mí?" Los sumos sacerdotes del cielo y la tierra se reunieron.

De acuerdo con Hebreos, Jesucristo es el Sumo Sacerdote para siempre en el orden de Melquisedec. Él no tiene genealogía. Él no es un descendiente de Aarón, ni de alguien de la tierra. Él es el Hijo de Dios, nuestro Creador. Él es lo que él es. Entonces Él no tiene genealogía. Pero El dejó la gloria del cielo y vino a la tierra para salvar a Su pueblo.

La razón por la que Él descendió a este mundo fue para salvar a los pecadores que sufrieron el engaño de Satán. Y El quitó todos los pecados del mundo al ser bautizado por Juan el Bautista. "Jesús le respondió, 'Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces se lo permitió".

"Permítelo ahora." ¡Permítelo! Jesús ordenó al representante de todas las personas y se inclinó. En el Antiguo Testamento, cuando el sacrificio era ofrecido a Dios, el pecador o el sumo sacerdote ponía sus manos sobre la cabeza del sacrificio y pasaba sus pecados. 'Poner las manos' significa 'pasar el pecado'.

Jesús fue bautizado por Juan el Bautista. Lo que significa lo mismo que poner las manos en el Antiguo Testamento. 'Pasar a', 'ser enterrado', 'para ser limpiado,' y 'sacrificar' es lo mismo. El Nuevo Testamento es la realidad, mientras que el Antiguo Testamento es su sombra.

Cuando un pecador ponía sus manos sobre un macho cabrío en el Antiguo Testamento, su pecado pasaba al macho cabrío y el cabrío moría. Cuando el macho cabrío era muerto, él era enterrado. Él pecado de la persona que puso sus manos sobre el macho cabrío había pasado al macho cabrío, entonces ¡el macho cabrío moría con el pecado! Cuando el pecado era pasado al macho cabrío, ¿no tenía pecado el que trajo al macho cabrío?

Supongamos que este pañuelo es pecado, este teléfono celular es el macho cabrío. Y cuando pongo mis manos en este teléfono, el pecado se pasa a este teléfono, el macho cabrío.

Dios mismo decidió que esto fuera así. "Pon tus manos." Entonces a fin de ser redimido de pecados, una persona tiene que poner sus manos. Después de esto, él no tiene pecado. El bautismo de Jesús es para limpiar, enterrar, y pasar los pecados a Él. Esto es exactamente lo que significa.

El hombre más grande nacido de mujer

Vamos a ver Mateo 11:7-14. "Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿Pero qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras lujosas? He aquí los que llevan vestiduras lujosas están en las casas de los reyes. Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. Porque éste es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el que sea menor en el reino de los cielos, es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es Elías, el que había de venir."

Las personas fueron al desierto a ver a Juan el Bautista, que gritó, "¡Arrepentíos, engendros de víboras!" "Y Jesús dijo, "Entonces, ¿qué saliste a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras lujosas? He aquí que los que llevan vestiduras lujosas, están en las casas de los reyes”.

Jesús mismo testificó la grandeza de Juan. "¿Qué salisteis a ver?" A un bárbaro que se viste con pieles de camello y grita con todo el corazón. Él se debió haber vestido con pieles de camello. "¿Qué salisteis a ver?" ¿A un hombre cubierto de vestiduras lujosas? Los que visten con lujo están en las casas de los reyes. Pero, él es más grande que el rey," testificó Jesús. "¿Un profeta? Sí, os digo y más que un profeta."

En aquel entonces, los profetas eran más grandes que los reyes. ¿Puede usted entenderlo? Pero Juan el Bautista fue más que un rey, y más que un profeta.  Él fue más que todos los profetas del Antiguo Testamento. De hecho, Juan el último sumo sacerdote y el representante de las personas, fue más que Aarón el primer sumo sacerdote. Jesús mismo testificó de Juan.

¿Quién es el representante de las personas? Cristo, ¿quién es el hombre más grande en la tierra? Juan el Bautista. "Sí, os digo y más que un profeta. 'He aquí que yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti."

Juan el Bautista testificó que la guerra contra el pecado había terminado. "¡He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!" Este fue Juan el Bautista que testificó que Jesús quitó los pecados del mundo.

En Mateo 11:11 "De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista." ¿No ha habido uno mayor que Juan el Bautista entre los hijos de mujer?

¿Qué significa 'entre los que nacen de mujer?' Esto significa que todos los hombres excepto Adán, todos fueron nacidos de mujer. Sí, entre los que nacieron de mujer, no ha habido uno mayor que Juan el Bautista. Entonces él es el último sumo sacerdote y el representante de las personas. Juan el Bautista fue el sumo sacerdote, el profeta, y nuestro representante.

En el Antiguo Testamento, Aarón y sus hijos fueron ordenados por Dios a servir de manera perpetua. Todos los pecados tuvieron que ser limpiados a través de Aarón y sus hijos. Esto fue lo que Dios había ordenado.

Si alguien entre los Levitas hubiera venido y se hubiera atrevido a intervenir, él habría muerto. Todo lo que ellos podían hacer era recolectar leña para el fuego del altar, desollar los animales, limpiar los intestinos, y separar la grosura. Si ellos hubieran tratado de hacer el trabajo de los sacerdotes, ellos habrían muerto. Esta es la ley de Dios. Ellos no podían cruzar la línea.

En la tierra, no ha habido uno mayor que Juan el Bautista. Él fue el mayor entre todos los vivientes. "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan."

El Bautismo de Jesús

Juan el Bautista testificó que Jesús fue el Hijo de Dios y El quitó todos los pecados. Él fue Juan el Bautista, el siervo de Dios que testificó nuestra salvación. Esto no significa que Dios mismo no dice que Él no es nuestro Salvador. Dios trabaja a través de Sus siervos en la iglesia, y a través de las bocas de todas las personas que han sido salvadas.

Dios dice, "Secase la hierba, marchitase la flor; más la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. Decidle a voces que su tiempo de servicio duro es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que ha recibido de la mano de Jehová el doble por todo sus pecados." (Isaías 40:2,8)

"Tú ya no eres pecador. He expiado todos tus pecados y la guerra ha terminado." La voz del evangelio de redención continúa hablándonos. Esto es lo que es llamado como la preparación del evangelio.

Cuando entendemos las obras de Juan el Bautista, cuando entendemos realmente que todos los pecados del mundo fueron pasados a Jesús a través de Juan el Bautista, todos podemos ser libres de nuestros pecados.

Los cuatro Evangelios nos hablan de Juan el Bautista, y el último profeta del Antiguo Testamento también testificó a Juan el Bautista, el siervo de Dios. Y el Nuevo Testamento empieza con el nacimiento de Juan el Bautista y el paso de los pecados a través de él.

¿Entonces por qué le llamamos Juan el Bautista? Esto se debe a que él bautizó a Jesús. ¿Qué significa el bautismo? Esto significa 'pasar a ser enterrado, ser limpiado'-lo mismo que 'poner las manos' en el Antiguo Testamento.

En el Antiguo Testamento, cuando un hombre cometía pecado, él pasaba sus pecados a la cabeza del sacrificio, el sacrificio sin defecto, por poner las manos en el sacrificio, y el sacrificio murió con esos pecados. 'poner las manos' y 'bautismo' son la misma cosa pero con nombres diferentes.

¿Entonces cuál fue el significado del bautismo de Jesús? Su bautismo fue la única manera de hacer expiación sin la ordenación de Dios.

En el Antiguo Testamento, los pecadores tuvieron que poner sus manos en la cabeza de un sacrificio a fin de pasar todos sus pecados. Por eso ellos la tuvieron que degollar y los sacerdotes trajeron la sangre para ponerla en los cuernos del altar de la ofrenda quemada. Esta era la manera de expiar los pecados diarios.

¿Entonces, cómo ellos expiaron sus pecados anuales?

Aarón, el sumo sacerdote ofreció el sacrificio por todo el pueblo de Israel. Porque Juan el Bautista nació de la familia de Aarón, fue el adecuado para ser el sumo sacerdote, y Dios le predestinó como el último sumo sacerdote de acuerdo con Su promesa de redención.

Juan el Bautista fue el representante de todo ser humano y el último sumo sacerdote de todo ser humano porque el Antiguo Testamento terminó cuando Jesucristo nació. ¿Quién excepto Juan el Bautista pasó todos los pecados del mundo a Jesús en el Nuevo Testamento como Aarón había expiado los pecados de su pueblo en el Antiguo Testamento? Como el último sumo sacerdote del Antiguo Testamento y el representante de todo ser humano, Juan el Bautista pasó todos los pecados del mundo a Jesús en el bautismo de Jesús.

Porque Juan pasó todos los pecados a Jesús, podemos ser redimidos por confiar en el evangelio por el agua y el Espíritu. Jesús se hizo una Oveja a fin de salvar a todos los pecadores, para realizar el trabajo de redención como Dios había planeado. Jesús nos dijo que Juan el Bautista fue el último profeta, el último sumo sacerdote que le pasó todos los pecados del mundo a El.

¿Por qué Jesús no podía hacerlo por sí mismo? ¿Por qué El necesitó a Juan el Bautista? Había una razón por la cual Juan el Bautista vino seis meses antes de Jesús. Esto fue para cumplir la ley del Antiguo Testamento, para perfeccionar el Antiguo Testamento.

Jesús fue nacido de la virgen María, y Juan el Bautista fue nacido de una mujer vieja llamada Isabel.

Estos fueron las obras de Dios, y El planeó que ellos salvarían a todos los pecadores. Para salvarnos de la guerra contra el pecado, y de todos los sufrimientos del ser humano lleno de pecados, Él envió a Su siervo Juan y después a Su propio Hijo Jesús. Juan el Bautista fue enviado como el representante de las personas, el último sumo sacerdote.

¡La providencia especial de Dios!

En Éxodo, Dios dio a Israel Su Ley y Pacto; la ley de Dios y la ley para gobernar el ministerio del sacrificio en el tabernáculo, hasta los ornamentos de los sacerdotes, detalles de sacrificios y la sucesión del sacerdocio a los hijos de sacerdotes. Dios destinó a Aarón y sus descendientes al sumo sacerdocio perpetuamente.

Entonces todos los descendientes de Aarón podían ofrecer sacrificios y los sumos sacerdotes debieron ser sólo los descendientes de Aarón. ¿Puede usted entenderlo?

Pero entre muchos descendientes de Aarón, Dios escogió a un sacerdote llamado Zacarías y su esposa Isabel. Él dijo, "Yo envío mi mensajero delante de tu faz." Cuando Dios le dijo a Zacarías que El haría que Isabel diera luz a un hijo, y que Él lo llamaría Juan, él estaba tan sorprendido que se quedó mudo hasta que su hijo nació.

Y de hecho, un hijo nació en su casa. Cuando llegó el tiempo de ponerle nombre a este hijo de acuerdo con la costumbre de Israel, el hijo sería nombrado como su padre.

"Se le cumplió a Elisabeth el tiempo de dar a luz, y dio a luz un hijo. Oyeron sus vecinos y sus parientes que el Señor había mostrado gran misericordia hacia ella, y se regocijaban juntamente con ella. Sucedió que al octavo día vinieron a circuncidar al niño y le iban a llamar Zacarías, según el nombre de su padre, pero su madre, tomando la palabra, dijo: No, sino que se ha de llamar Juan. Y le dijeron: No hay nadie de tu parentela que se llame así. Y le preguntaban por señas a su padre cómo desearía que se le llamase. Entonces él pidió una tablilla y escribió lo siguiente: Juan es su nombre. Y todos se asombraron. Al instante le fue abierta la boca y desatada la lengua, y comenzó a hablar bendiciendo a Dios. Y vino temor sobre todos los que vivían en derredor suyo; y en toda la zona montañosa de Judea se comentaban todas estas cosas. Y todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: ¿Qué, pues, va a ser este niño?' Porque ciertamente la mano del Señor estaba con él." (Lucas 1:57-66).

Lucas habla del nacimiento de Juan el Bautista en la casa de Zacarías. "Había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías." En la providencia de Dios, Juan el Bautista, el representante del ser humano nació de Zacarías, un descendiente de Aarón.

Y a través de Juan el Bautista y Jesucristo, Dios había cumplido la salvación del ser humano. Somos salvados de todos nuestros pecados por confiar en el trabajo de redención realizada mediante Juan y Jesucristo.

También en Éxodo 29:1-9, "Esto es lo que les harás para consagrarlos, para que sean mis sacerdotes: Toma un becerro de la vacada, y dos carneros sin defecto; y panes sin levadura, y tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untados con aceite; los harás de flor de harina de trigo. Y los pondrás en un canastillo, y en el canastillo los ofrecerás, con el becerro y los dos carneros. Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión y los lavarás con agua. Y tomarás las vestiduras, y vestirás a Aarón la túnica, el manto del efod, el efod y el pectoral, y le ceñirás con el cinto del efod; y pondrás la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra pondrás la diadema santa. Luego tomarás el aceite de la unción, y lo derramarás sobre su cabeza, y le ungirás. Y harás que se acerquen sus hijos, y les vestirás las túnicas. Les ceñirás el cinto a Aarón y a sus hijos, y les atarás las tiaras, y tendrán el sacerdocio por derecho perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus hijos."

Para entender el linaje de Juan el Bautista, debemos leer el Antiguo Testamento, 1 Crónicas 24:1-19.

"También los hijos de Aarón fueron distribuidos en grupos. Los hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. Mas como Nadab y Abiú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio. Y David, con Sadoc de los hijos de Eleazar, y Ahimélec de los hijos de Itamar, los repartió por sus turnos en el ministerio. Y de los hijos de Eleazar había más varones principales que de los hijos de Itamar; y los repartieron así: De los hijos de Eleazar, dieciséis cabezas de casas paternas; y de los hijos de Itamar, por sus casas paternas, ocho. Los repartieron, pues, por suerte los unos con los otros; porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo príncipes del santuario, y príncipes de la casa de Dios. Y el escriba Semaías, hijo de Natanael, de los levitas, escribió sus nombres en presencia del rey y de los príncipes y delante de Sadoc el sacerdote, de Ahimélec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, designando por suerte una casa paterna para Eleazar, y otra para Itamar. La primera suerte tocó a Joyarib, la segunda a Jedaías, la tercera a Harim, la cuarta a Seorim, la quinta a Malquiyías, la sexta a Mijamín, la séptima a Cos, la octava a Abías, la novena a Jesúa, la décima a Secanías, la undécima a Elyasib, la duodécima a Jaquim, la decimatercera a Hupá, la decimacuarta a Jesebeab, la decimaquinta a Bilgá, la decimasexta a Imer, la decimaséptima a Hezir, la decimaoctava a Apisés, la decimanovena a Petaías, la vegésima a Jehezquel, la vigesimaprimera a Jaquín, la vigesimasegunda a Gamul, la vigesimatercera a Delaía, la vigesimacuarta a Maazías. Éstos fueron distribuidos para su ministerio, para que entrasen en la casa de Jehová, según les fue ordenado por Aarón su padre, de la manera que le había mandado Jehová el Dios de Israel."

Entonces David arregló el sistema para poner en orden cada división. Había 24 turnos en el orden originado por los nietos de Aarón, y el octavo es Abías. Y se dice, "cierto sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías." Entonces Zacarías fue un sacerdote del turno de Abías, y ambos fueron descendientes de Aarón y el sumo sacerdote.

Las pruebas en la Biblia

Los cuatro Evangelios empiezan con Juan el Bautista. Juan 1:6 nos da el factor más importante del evangelio. Este nos dice quién desempeñó el papel de pasar todos los pecados del mundo a Jesús. "Hubo un hombre enviado de parte de Dios, el cual se llamaba Juan. Éste vino para testimonio, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él." (Juan 1:6-7)

Esto dice, 'todos creyesen por él', y que él fue 'para dar testimonio de la luz.' La luz es Jesucristo. Esto significa que Juan fue él que dio testimonio de Jesús para que todos creyeran por él. Ahora, vamos a ver Mateo.

En Mateo 3:13-17, "Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, presentándose a Juan para ser bautizado por él. Mas Juan trataba de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces se lo permitió. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí que los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Éste es mi Hijo, el amado, en quien he puesto mi complacencia."

Juan el Bautista bautizó a la gente y después a Jesús. El primero fue el bautismo de arrepentimiento que hizo a los pecadores volver a Dios. Muchas personas que escucharon las palabras de Dios a través de Juan abandonaron sus ídolos y volvieron a Dios.

El segundo bautismo fue el bautismo de Jesús, el bautismo que pasó todos los pecados del mundo a Jesús. Juan el Bautista bautizó a Jesús para cumplir la justicia de Dios. Jesús fue bautizado por Juan el Bautista para salvar a todas las personas de sus pecados. (Mateo 3:15)

¿Por qué Juan tuvo que bautizar a Jesús? A fin de borrar los pecados del mundo, Dios tuvo que dejar a Juan que pasara todos los pecados a Jesús, entonces la gente que confió en Jesús podía ser salvada.

Juan el Bautista fue el siervo de Dios cuyo trabajo fue para ayudar a toda la gente a ser limpios de sus pecados y él fue el representante del ser humano que testificó el evangelio de la redención. Por eso Juan tuvo que vivir sólo en el desierto. En el tiempo de Juan el Bautista, el pueblo de Israel en el fondo estaba corrupto y podrido.

Entonces Dios había dicho en el Antiguo Testamento, en Malaquías 4:5-6, "He aquí que yo os enviaré al profeta Elías, antes que venga el día grande y terrible de Jehová. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición completa."

Claudio Rojas G.

24.06.2015