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napoli100Por Maria Campobasso

El día 18-10-2015 se realizó en Nápoles la primera conferencia de Giorgio Bongiovanni. Entre los oradores también se encontraban el investigador Pier Giorgio Caria y el historiador y mariólogo Flavio Ciucani. El trabajo realizado por los hermanos de esta maravillosa ciudad, en la que según mi opinión existe el mayor número de ángeles de la guarda, fue premiado. La sala estaba repleta de gente predispuesta a recibir el mensaje de los oradores para enriquecer su mente, su corazón con alma y espíritu.

La figura de Cristo, es el punto principal de esta conferencia, pero no solo, también es el perno central de las vidas de quienes se “esfuerzan” todos los días por ser cristianos con todos sus límites y errores. De hecho muchos de nosotros a menudo perdemos de vista la figura del Padre y del Hijo a lo largo del día y poco a poco, durante nuestra existencia en este mundo, y entonces comenzamos a buscar la fe y a entregar a los demás seres, que si son más elevados pero que también se equivocan, toda nuestra devoción, como por ejemplo a los Santos, a quienes tenemos que admirar, que tomar como ejemplo, pero que no tenemos que alabar en lugar del mismo Cristo... De hecho ningún santo, ningún ángel, ni siquiera la Madre Santísima, tendrían que reemplazar en nuestros corazones a la figura de la encarnación del Padre, ya que Él, a pesar de ser la justicia perfecta, ha demostrado ser el más cercano a Dios, a través de la causa primaria de la creación en si: EL AMOR.

Ya que él nos inculca la benevolencia en nuestros corazones y promueve la no violencia, al punto tal de dejarse crucificar, a pesar de que sea él Mesías, el Rey de los Reyes, y de que todo ha sido creado por el Padre en función propia. “Pon la otra mejilla... perdona setenta veces siete... aquel que esté libre de pecado que tire la primer piedra” son todas enseñanzas de amor que Cristo mismo nos ha enseñado y que tendrían que guiar nuestros corazones, nuestras jornadas, nuestras vidas. Claramente Él es la manifestación del amor excelso.

Las señales de la Virgen, y sus mensajes, la presencia de seres extraterrestres anuncian y preparan a la humanidad para Su Segunda Venida. Por lo cual todos participaremos de dos grandes acontecimientos: el contacto con los Seres de Luz, o bien, los ángeles de memoria bíblica y los extraterrestres de hoy y el cambio del destino de la humanidad que nos hará comprender que la verdadera vida es el amor.

Como máximo la oración elevada a los santos tendría que ser para pedir su intercesión, pero jamás reemplazar al fervor por el Creador, aquel que da todos los dones, aquel que se hizo hombre y que ofreció su vida, a través de un dolor y de una inmensa humillación para redimirnos y para permitir que la misericordia de Dios descendiera sobre toda la humanidad y que Él dirigiera su mirada hacia nosotros, pero sin modificar el equilibrio de la Divina Justicia.

Si le damos a Dios, nuestro Padre, la posibilidad de actuar en nosotros, tendremos la posibilidad de alcanzar la verdadera alegría... no la felicidad compuesta por momentos, basada en el materialismo, sino la eterna y duradera...

Para hacerlo no solo todos los días, si nos ponemos a pensar, nos concede muchos pequeños milagros a través de la divina providencia, sino que además nos envía muchas señales, estatuas de la Virgen que lloran, avistamientos y mensajeros como Giorgio, quien con humildad lleva y muestra en su cuerpo las señales de la pasión de Cristo, y que con devoción sacude a las almas de todo el mundo por voluntad del Padre divulgando la verdad, invitándonos a ponernos al servicio de nuestros hermanos, iluminando nuestras mentes con mensajes de justicia que a veces son sobrecogedores, es cierto, pero que son auténticos porque quien está con Cristo no está en contra de Cristo, exactamente como el mismo Mesías nos ha enseñado.

Maria Campobasso, Arca de Bari.

24 de Octubre de 2015