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luna100Por Valter Paron
Miércoles 25 de Noviembre
Levantarse muy temprano por la mañana para ir a trabajar, más allá de las pocas horas de sueño, tiene sus lados positivos.
En el camino no hay casi nadie por lo tanto el peligro de sufrir un accidente se reduce al mínimo. Se puede escuchar música a todo volumen, o conducir en silencio para reflexionar y tener pensamientos que te llevan a recordar o a viajar hacia otros lugares, a cualquiera que sea más agradable del actual.
Como de costumbre, desde hace algunos meses, los días miércoles me toca ir a trabajar. En esta ocasión me encontraba viajando en absoluto silencio. Concentrado en mis pensamientos al punto tal de no escuchar ni siquiera el ruido del motor y de no darme cuenta de que me había detenido en el semáforo o de que había puesto el guiño para girar. Es algo que me ocurre bastante seguido. Pero esa mañana pensaba en los hermanos, en el chat a través del cual Sonia Alea nos transmite informaciones, en las fotos de los avistamientos tomadas por algunos hermanos y me repetía a mi mismo lo hermosa que es la TIERRA, este planeta nuestro que no merecemos.
Esa mañana además de mis pensamientos también había algo que me acompañaba a lo largo del camino, iluminándolo. A esa hora el cielo era sereno y no había ni siquiera una sola nube. En dirección Noroeste se veía la Luna y era de color naranja, como el fuego, rodeada por nubes a su alrededor. Hermosa, resplandeciente. Mi pensamiento fue: cuánto nos quiere el Padre, a pesar de que ahora esté iluminando en otro lugar permite que algo de luz, aunque sea de reflejo, llegue hacia nosotros.
Me preguntaba si era merecedor de ello. Quizás si, o quizás no, pero de todos modos aproveché el momento y me detuve a sacarle una foto.
Como para saludar a todos los hermanos a través del chat del Arca Alea-Lores la mandé a través del teléfono. Sin mirarla, como suelo hacer, para no llegar tarde al trabajo. A la noche Mara me dijo que le había enviado la foto a Giorgio y a Sonia Alea y me preguntó si había notado esos tres puntitos.
Le expliqué cómo había tomado las fotos y mientras las descargaba del celular nos dimos cuenta de que eran dos las fotos.
No se qué es lo que fotografié, creí que era la Luna, a pesar de que a la mañana siguiente me detuve en el mismo lugar, en el mismo horario, y no se encontraba donde la había fotografiado el día anterior.
Mi amigo Giorgio me pidió que escribiera detalladamente cómo ocurrieron los hechos y he aquí la descripción.


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Valter Paron
28 de Noviembre de 2015