Esta página web utiliza cookies de carácter técnico propios y de terceros, para mejorar la navegación de los usuarios y para recoger información sobre el uso de la misma. Para conocer los detalles o para desactivar las cookies, puedes consultar nuestra cookie policy. Cerrando este banner, deslizando esta página o haciendo clic sobre cualquier link de la página, estarás aceptando el uso de las cookies.

Uno sguardo sulla realta100Por Jacopo Bonfili
Alguien que esté un poco distraído podría tener algo que decir ante el título de esta breve crónica y del video adjunto sosteniendo que la realidad, esa que vivimos todos los días no es la de Montevideo, o en forma más general de muchas otras metrópolis de Sudamérica, que no es la de los conflictos sociales, del hambre, de la droga, de la prostitución, de los golpes de Estado en el Parlamento, de la corrupción reinante.

Esa, diría el distraído, es la excepción imperfecta e incómoda de un país del tercer mundo que no es capaz de ponerse de pie y que solo gracias a la ayuda económica, a la beneficencia y a las lecciones de democracia del Occidente puede llegar a tener la esperanza de recuperarse.

Probablemente el distraído hablaría en estos términos mientras toma su usual café con leche y una media luna en calle Del Corso, en Roma, antes de ir a trabajar, mientras hojea con interés el periódico “Corriere dello Sport” para controlar la posición en el ranking o los resultados de su equipo favorito de futbol.

Porque, en el fondo, la realidad no es tan terrible, pensaría el distraído.

Claro está, en este momento hay crisis económica en todos lados, ecos lejanos de las bombas que acaban de explotar en algún que otro país de Medio Oriente del cual jamás recuerdo su nombre, tensiones sociales apenas mencionadas en algún periódico de quién sabe donde del sur del mundo, la última acción terrorista de esos sucios islamitas que es mejor que se vayan a rezar a su Dios en su casa... si, pero son todas cosas lejanas, a años luz de distancia, cosas marginales, cosas que probablemente le ocurren a quienes están demasiado atrasados y que en el fondo se merecen esa miseria.

“Querido distraído – le diría humildemente – tu mirada sobre la realidad está nublada. Nublada por el aún concreto bienestar en el que vives todos los días, por las veladas que compartes con tus amigos saliendo a comer una pizza con una cerveza para después ir al cine, por las victorias de tu equipo del corazón, por el sueldo del senador vitalicio que es una mala persona pero que en el fondo siempre ha sido tan amable y cariñoso con sus sobrinos... por las palabras simplonas y llenas de falsa esperanza de tu párroco de barrio, por la demagogia y por el populismo de tu líder partidario preferido, por el hermoso vestido de noche con collar de brillantes de tu dulce compañera, por la corbata que usan tus amigos del Club de Leones en el desfile de La Scala, o en la sala Nervi –aula Pablo VI- frente al Papa... La realidad es otra querido distraído. Muy pronto la realidad te arrollará con la fuerza destructiva de un río en crecida, te conviene abrir los ojos. Sobre todo te conviene abrir el corazón, comprender que en nuestra burbuja de bienestar todavía estamos en condiciones de poder ayudar a nuestro hermano en problemas, ni siquiera del otro lado del mundo sino del otro lado de la calle. Espero, querido amigo distraído, que al final tu y yo logremos cambiar los paradigmas de nuestra existencia y aplicar una conducta de vida ética y solidaria. Lo espero sinceramente, depende únicamente de nosotros. Despierta amigo mío, mira mi mano extendida, tómala, para que la ola que nos está por arrollar no sea una bofetada mortal inexorable sino un trampolín para una existencia renovada bajo los valores más nobles que la humanidad es y será capaz de expresar”.

Jacopo Bonfili
11 de AbUno sguardo sulla realta450ril de 2017

Link del video: https://www.youtube.com/watch?v=odozhclQWH4