Por Saro Pavone
La acogida, al calor de un hogar a leña, fue fantástico. Su tibieza y el calor que emanaba nos acompañaron a lo largo de toda la reunión de la que participamos 14 personas.
Muchas no pudieron venir porque estaban engripadas, o porque tenían compromisos familiares, pero como siempre sucede fue también una oportunidad para conocer a nuevos hermanos y para profundizar con los demás.
En medio de un clima de confort y calidez, en el transcurso de una noche que alcanzó los cero grados centígrados y que congeló los parabrisas de nuestros coches, nos dispusimos en forma circular, como hacemos generalmente, con serenidad y espíritu comunitario.
Hicimos una veloz presentación, sobre todo para una pareja de jóvenes nuevos, Giuseppe y Laura, de Catania, muy entusiastas, conscientes y deseosos de “hacer”. También estaba Manfredi, a quien ya conocíamos pero que para muchos era la primera vez que lo veían. Éramos Antonio, Antonella junto a su hijo y su marido, de Messina habían venido Gabriele y Enzo y luego Salvo nos deleitó con su presencia, además estaba Francesco “el chiquito” con su padre Alfio, y por último el infaltable Enzo Buda que llegó desde Siracusa y yo. Que tomo en el aire la palabra sobre una referencia a la ciudad de Grosseto y comenzar recordando que cerca de allí ocurrió la importante historia de Davide Lazzaretti, quien según Eugenio Siragusa había sido Juan el Bautista, y de la grande y autónoma comunidad que él había creado.
Se trata de un caso que me “interesa” mucho ya que es como si el recuerdo me tocara profundamente...
Por analogía de sentimientos y recuerdos voy hacia Rasputin, que me ineteresaba ya desde cuando iba a la escuela y a través de sus fotos descubrí que habían lugares y personajes que me parecían de una natural familiaridad. Luego cité la vida del gran Cagliostro, que adquirió un nuevo valor gracias a los documentos del libro y de la espléndida película de Pier Carpi. El final del Siglo XVIII fue un período muy intenso y ferviente, del cual más que recordar tengo la clara y fuerte sensación de haber “participado”.
Luego Enzo intervino explicándonos, en relación a la reciente entrevista que Giorgio Bongiovanni le realizara a Giulietto Chiesa, los aspectos político-militares expresados por Giulietto haciendo hincapié en la intención de la agresión y la guerra que los Estados Unidos y la OTAN han planteado en contra de Rusia. Lo que, como explicaba Enzo, nos pondría en una situación muy limitada y precaria a causa de los famosos “15 minutos”.
Es decir, el tiempo que tendríamos... a disposición... en caso de guerra si ambas partes reaccionaran.
De allí surge la frase: “estamos viviendo de 15 en 15 minutos...”
Alguien citó los famosos 8 minutos a los que hacen referencia muchos mensajes y entre metáforas y datos científicos explicamos además lo que significan estos “8 minutos”. Todo intercalado con reflexiones, acotaciones y preguntas de todo tipo pero siempre relacionadas con los temas tratados. Antonio y Antonella nos confirmaron a todos que el 15 de Abril se desarrollará una Conferencia en Acireale, en la que todos esperamos contar con la presencia efectiva de Giorgio, algo que probablemente sería factible...
Francesco había propuesto llevar el “gran libro” Eschatus, que tiene desde hace poco, para verlo completo y poder comentar sobre él, tal vez incluso se podría explicar el significado de la gran cantidad de ilustraciones presentes.
Cosa que hago de muy buena gana ya que cuento con la asistencia del propio Francesco, armados del conocimiento que disponíamos sobre temas proféticos, de la intuición que nos da la providencia, además de un buen texto sobre las cuartetas de Nostradamus relativas a los inspirados dibujos. Con las observaciones y puntualizaciones de todos y de manera particular de la mente crítica y reflexiva de Gabriele.
Creo que a todos le gustó ver “las imágenes proféticas parlantes” de Pennington y escuchar lo que según mi opinión, modestamente... fue una buena exégesis. Ha sido apreciada.
Así se hicieron las 20 hs. y nos preparamos, con el corazón ligero y la mente límpida, para comer algo todos juntos. Mientras seguían transcurriendo minutos de mayor conocimiento y fraternal camaradería. Una pequeña anécdota: en la playa de estacionamiento del restaurant habían algunos zorros que se acercaban tranquilamente, buscando comida obviamente, permitían que nos arrimáramos a ellos y que les tomáramos fotografías.
Luego nos despedimos con la pregunta general: “¿Cuándo nos vemos nuevamente?”
No sabemos, pero supongo que muy pronto.
¡Gracias al Cielo y además a Su Rey por estos instantes!
Saro Pavone
11 de Febrero 2018
