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immortali200a Por Elena Forgiarini
Pradamano (UD) 18 de febrero 2018, 09:00 horas
 

La sala del agriturismo “Conte Otelio” de Pradamano está llena. Se están ultimando los últimos preparativos y las personas están esperando que empiece la conferencia de Pier Giorgio Caria sobre:

“LA MITICA EL DORADO, civilizaciones desaparecidas, mundos subterráneos y otros misterios de la tierra”.

La mañana vuela entre importantes informaciones e imágines surreales de mundos maravillosos. Pier Giorgio no habla solo de El dorado, sino que hace una panorámica general sobre la situación internacional que estamos viviendo, llamando la atención del público y especialmente la de los jóvenes hacia la importancia de conocer las cosas a fondo, y no quedarnos solo con las noticias que nos dan los medios de comunicación y que muy a menudo están manipuladas y censuradas.

Nos dice que solo a través del conocimiento podemos actuar de forma consciente y hacer que el mundo pueda cambiar. Pier Giorgio, como en todas sus conferencias, ha sabido relacionar entre ellos de manera fluída y natural, los temas que él trata como el retorno de Cristo y la misión de Giorgio Bongiovanni. Y durante la segunda parte de la conferencia anuncia al público que intervendrá también Giorgio en persona para contar su experiencia directa en El dorado.

Poco después se oyen susurros en la sala; miradas sorprendidas, caras felices. La conferencia sigue adelante, hasta cuando se oye el ruido de coches afuera del hotel que nos hace pensar que Giorgio había llegado. Pier Giorgio termina su exposición y va a recibirlo. Al entrar Giorgio tiene una mirada radiante; a pesar del viaje, de la sangración de los estigmas a primeras horas de la tarde y del cansancio que afronta día por día, tiene un aspecto fuerte y dinámico.

Pier le presenta al público y Giorgio hace la señal de la cruz antes de empezar su exposición.   No quiere hablar mucho, prefiere ponerse a disposición de todos para contestar a sus preguntas.

Pier Giorgio rompe el hielo pidiéndole que cuente su experiencia, cuando los seres de luz le llevaron a El dorado.

Antes de contestar, Giorgio hace una premisa, que encierra los conocimientos adquiridos en todos estos años de contacto con los Seres ultraterrenos. Subraya que nunca es una casualidad cuando los hermanos cósmicos contactan a las personas en la tierra; primero hacen test con ellas, las preparan y siguen con atención su evolución incluso durante varias vidas.

Hablando en particular de la encarnación actual, se necesitan 100 años de preparación en los que hay que tener una disciplina estricta. Para poder recibir una misión es necesario que la persona tenga sobre todo un profundo conocimiento sobre temas de base y una lógica que para nosotros, que vivimos en una sociedad materialista, es difícil comprender y aceptar. La sed de poseer y el ego dominan nuestra existencia y son la antítesis de los principios que gobiernan la vida en el universo. Sólo el conocimiento es individual, la experiencia es colectiva. LA OBRA ES NUESTRA.

Tenemos que empezar a comprender que nada nos pertenece, ni siquiera nuestros hijos. Nosotros tenemos que ser sus maestros, ayudarles a crecer con la ayuda de toda la comunidad, exactamente como ocurre en las civilizaciones extraterrestres. ¿Pero cómo puede una sociedad corrupta y enferma educar a las nuevas generaciones? ¡Tenemos que cambiar radicalmente nuestro modo de pensar, existir, crecer y vivir dentro de la sociedad! El Cielo nos perdona los pecados y las debilidades humanas, pero no podemos caer en la tentación de creer que poseemos algo. Si esto ocurre, simplemente se interrumpe el contacto con ellos, no es posible ya más. Hay que despojarse de todo lo que tenemos, y vivir con los recursos que nos llegan solo para cumplir nuestra tarea.

De repente la expresión de Giorgio cambia, mira a Sonia Alea y con voz emocionada nos cuenta la experiencia que ha vivido por la tarde después de la sangración.

Giorgio: “Hoy he vivido el fenómeno de la sangración. Miraba a Sonia que me estaba ayudando, me vestía, me lavaba, mientras yo estaba inmóvil como un viejo que no puede moverse para nada; después me recupero un poco y ella me dice: ‘Estabas mirando en el vacío, ¿qué es lo que mirabas, mirabas el infinito?’. ‘Si’, he contestado, ‘porque pienso cuanto tiene que durar este mundo. El mundo no ha cambiado y esos signos todavía están ahí’”. Un instante después, Giorgio con una sonrisa sigue diciendo: “Entonces ella, que me habla siempre para consolarme, me dice: ‘Pero no te han dado estos signos para el mundo...’, ¡es verdad, es así! Bien, eres un genio, me inspiras. ¡La Virgen de hecho me dijo que eran para mis hermanos! Es verdad...”

Y después de esta premisa Giorgio empieza a contar de El dorado.

El 5 de mayo de 1990 descienden del techo dos Seres de luz, como si fueran rayos laser. Lentamente toman semblanzas humanas, son Ashtar Sheran e Itacar, los mismos Seres con los que se había encontrado Eugenio Siragusa en el 1962/63 en el Etna. Estas dos figuras le piden a Giorgio que les siga y después de haber aceptado, Giorgio emprende el viaje en astral; sale por el techo y le llevan en una astronave de luz dentro de la cual viajará hasta el polo Sur. De una forma casi surreal, a medida que descendían hacia el Polo tenía la sensación de que la materia sólida se volviese líquida e inesperadamente veía vegetación, ríos, lagos, animales, personas y medios de transporte muy distintos de los nuestros: levitaban. En el centro del paisaje había un sol, cálido y dorado, más pequeño y menos deslumbrante que el nuestro, que iluminaba todo alrededor. Veía pequeñas ciudades, con muchas estructuras cilíndricas y algunas piramidales, todas de oro transparente. Me quedé fascinado, encantado de tanta belleza y armonía. Una luz dorada impregnaba todas las cosas. De repente la astronave se para y aterriza en una plataforma mucho más grande que un campo deportivo, era como un aeropuerto. Alrededor había otras astronaves que pulsaban y cambiaban de color. Los Seres le hacen bajar y le piden que les siga.

Ve a personas que le saludan, a algunas las reconoce, son habitantes de la tierra, algunos hermanos de las Arcas y un “Justo”, la identidad de estas personas tiene que quedar reservada. En El dorado los habitantes envejecen muy lentamente. Dos años de ellos, en la cuarta dimensión, equivalen a unos cien años nuestros. Viven una media de 1.200 años de los nuestros. En un cierto momento los dos Seres le llevan delante de una estructura que se podría comparar con una gigantesca maxi pantalla, en la cual Giorgio podía ver todo el planeta Tierra con banderas amarillas en stand by, que representaban las bases nucleares “dormidas”, otras, de color rojo, pulsaban y representaban las bases nucleares con los silos ya listos para lanzar los mísiles nucleares. Los Seres le invitan a observar todo esto y le dan un mensaje para que lo transmita a la humanidad: “Tienes que decir a todos que existe el peligro de una explosión atómica, que pondría en peligro la existencia de toda vuestra civilización”.

Le dijeron también que tenía que poner en alerta al presidente ruso Gorbachov, al cual los servicios secretos le habían puesto un pace maker, que una vez activado habría provocado su muerte dando inicio a la guerra nuclear. (Giorgio, efectivametne, después de volver, le escribe una carta y por una serie de circunstancias inexplicables, durante una reunión pública, filmada por las TV nacionales rusas, con la complicidad de la Reina de España la cual, rompiendo el protocolo, consigue que se encuentre con Gorbachov. Giorgio nos cuenta que cuando le dio la mano tuvo la percepción de que los extraterrestres, mediante este contacto, habían desactivado el pace maker).

Para terminar, los Seres le vuelven a llevar a la astronave y le preparan para volver a casa.

Pier Giorgio le pide a Bongiovanni que explique lo que es Agarta.

Giorgio: “Agarta es un continente situado debajo del Polo Norte y representa el infierno que describía Dante, donde reina la oscuridad y el sufrimiento. En este lugar hay animales inmundos y espíritus malvados. Pero en el periodo histórico en el que vivimos, no creo que haya nadie. Están todos libres en la superficie”.

Pier Giorgio recuerda la profecía de la vidente Teresa Neumann, que en sus visiones veía el mundo en manos a bestias horribles y esto se relaciona con la descripción que Giorgio ha hecho de Agarta.

Un hombre del público le pregunta a Giorgio si Jesús Cristo es de verdad el hijo de Dios encarnado por medio del Espíritu Santo.

Giorgio confirma lo que acaba de decir, pero subraya que los tiempos hoy han cambiado; hoy se es más conscientes con respecto a los tiempos de Jesus. Es importante comprender qué es lo que significa HIJO, quién es DIOS y quién es el MESÍAS. Jesús tenía en Su Ser la energía Crística, el espíritu de Cristo. Él hablaba de un Dios Padre, pero Padre de todas las cosas, Padre de todo el Universo. Jesús fue concebido por medio del Espíritu Santo, de una forma que podríamos definir extraterrestre, por voluntad de Dios mismo. Cristo es hijo de Dios, que se encarnó en la Tierra para salvarnos del pecado rescatándonos del karma.

Ahora, con la segunda venida de Cristo, somos llamados a elegir nuevamente.

Cristo es la luz del mundo y es representada por el sol. El sol es la Inteligencia Crística. El pan y el vino durante la eucarestía representan precisamente el cuerpo y la sangre de Cristo, ya que el grano madura durante el solsticio de verano, lo mismo que la uva, por lo tanto el cuerpo y la sangre de Cristo son el SOL. El espíritu solar se ha encarnado, ha tomado cuerpo y sangre en Jesús de Nazareth. ¡Todos los soles del universo están en Cristo!

Una mujer del público le pide que explique el significado de los tres días de oscuridad.

Giorgio explica que probablemente grandes astronaves oscurecerán el sol durante tres días y provocarán un eclipsis solar completo o parcial. Este evento será precedido por señales visibles para todos, como terremotos, inundaciones, explosiones volcánicas, avistamientos Ufo, caerán los gobiernos y las Bolsas. Probablemente estos eventos empezarán este año. ¡Existe el peligro concreto de una guerra nuclear y ningún político habla de ello, como no se habla nunca de mafia!

Los tres días de oscuridad significan una amonestación para la humanidad, un intento extremo para disuadir a los hombres de poder de que utilicen las bombas nucleares que nos llevarían a una tercera guerra mundial. ¡En Europa existen 666 puntos de impacto de mísiles nucleares, en caso de explosión Europa terminaría hecha polvo! Giorgio exhorta a la gente presente en la sala a que tenga fe en Cristo: “los que tienen fe en Él, los que obran en la Verdad, los que hacen obras a favor de la vida, sus almas serán salvadas”. Grandes astronaves pondrán a salvo a todos los niños y a los justos, se llevarán con ellos unos diez millones de personas, no más; a algunos se les llevarán en astral, a otros físicamente. Les llevarán por unas semanas o unos meses a bases extraterrestres, como por ejemplo Ganímedes, uno de los satélites de Júpiter. El dorado será evacuada por tres días por motivos de seguridad. Una vez que los extraterrestres hayan limpiado el planeta, a las personas que serán llamadas a instaurar el nuevo reino las traerán nuevamente a la tierra.

La imagen de Jesús queda sobrepuesta a la de Giorgio, proyectada sobre la pared detrás y alzando la mirada nos preguntamos ¡como es posible ser tan locos como para jugar con armas nucleares!. Solo una sociedad enferma como la nuestra puede hacerlo. ¡Nosotros somos como una garrapata, un cáncer que ha atacado al planeta! Dios es amor, misericordia, dulzura infinita, pero también su paciencia tiene un límite y para salvar nuestra expléndida y amada tierra, no se plantea ni siquiera el problema, extirpará ese mal con toda Su fuerza y Su potencia.

Giorgio, con voz firme, anuncia que habrá tres contactos masivos: en el primero se dejarán ver por todos; en el segundo, se dejarán ver y filmar por algunos contactados; en el tercero, además de dejarse ver y filmar, elegirán a un contactado que hará de portavoz suyo. No hablarán directamente ellos con la humanidad, de lo contrario violarían el pacto de no interferir. Si la persona que eligen no quisiera colaborar, los extraterrestres se irán. Nuestros mísiles les atacarán, pero todo se detendrá. ¡Ellos tienen una tecnología tan potente y tan superior a la nuestra que solo un tonto podría creer que puede ganar contra ellos!.

Explica también que nosotros, como nuestros hermanos cósmicos, no tendríamos que trabajar, tendríamos que ocuparnos solo de investigación, como hace Pier Giorgio, de leer y estudiar. Tendríamos que dejar todo trabajo en manos de los robot. Tendríamos solo que contemplar, conocer, viajar, ocuparnos de arte, escritura. ¡Esto tendría que hacer el hombre, no ser esclavo! Giorgio nos explica que la vida es así en otros mundos, viven de conocimiento, arte, belleza, recitación, música y el trabajo lo hacen las máquinas. Afirma que, a pesar del dolor y de las tragedias que marcan la vida, ha elegido de encarnarse en esta existencia. Para él, como para muchas otras almas, no se debe a un castigo, sino que ha sido una decisión consciente. Hemos venido voluntarios a este mundo corrupto, que ansía poseer, que ya no ama más a sus hijos cuando no le sirven más, cuando no le conviene. Vivir en esta sociedad es lo peor que pueda suceder, pero hay que encontrar la fuerza para afrontar cada uno su propio camino, intentando despertar conciencias. Después, si decide no hacerlo, cada uno tendrá que dar cuentas de sus acciones.

Y un niño, de entre el público, le pregunta a Giorgio si puede tocar su violín. Giorgio sonríe y dice que los niños son la representación de Dios en la tierra, porque con su espontaneidad, sin esquemas mentales ni prejuicios, viven la vida espontaneamente y con el corazón abierto. Según Eugenio Siragusa, un niño se puede considerar puro hasta los 14 años.

Giorgio expresa con fuerza lo que siente y explica que un niño que nace cojo o enfermo en realidad es Crito que se está encarnando para purificar nuestros pecados, nuestras miserias. ¡Ay de aquellos que osen decir que están descontando un Karma!

Pier Giorgio menciona que por la mañana se había hablado de Alessandro, conde de Cagliostro, del conde de Saint Germain y de Louis-Claude de Saint-Martin y le pregunta a Giorgio si se acuerda de la carta de Voltaire que el conde Richard De Chamfray le dio a Eugenio.

Conmovido Giorgio revela que fue Eugenio el que le regaló esa carta. La carta representa la despedida de Voltaire a Saint-Germain y al final revela que se encontrarían después de 300 años. Voltaire habla de máquinas volantes y de imágenes que hablan (probablemente los monitores). Voltaire ha personificado a un personaje extraordinario de nuestros tiempos. Formaba parte de la obra, era delegado de Eugenio, llevaba el anillo de Voltaire y la estrella. Se llamaba Angel Franchetto.

Durante la última sangración Giorgio, destruído por el dolor y el cansancio, sentía que el Maestro le susurraba al oído: “ETERNIDAD”. Solo esto... de esta sola palabra entendemos: “¡NOSOTROS SOMOS TODOS ETERNOS! ¡El don más grande que Dios nos ha dado es el CONOCIMIENTO! Es decir, que si ahora tenemos el conocimiento y somos inmortales, ¿por qué sufrimos y nos odiamos? ¡Si somos realmente conscientes de nuestra eternidad, cualquier sufrimiento físico no nos puede impedir que seamos felices!

Este es el ejemplo que Jesús nos ha dato. Mientras padecía en la cruz, sonreía e imploraba piedad para sus asesinos.

Si en nuestra vida tenemos muchos sufrimientos, nos vemos con grandes problemas que afrontar, que nos causamos nosotros mismos, o por karma, o por la misión que tenemos en esta vida, o por quien nos persigue, nos odia, enfrentemos la vida con fe, amor y coraje y no nos olvidemos nunca de que somos seres inmortales. Nosotros tenemos que ser felices en el amor de Cristo que nos ha dado esta eternidad... Él nos ha ofrecido con su vida el ejemplo de Amor e inmortalidad. ¡Nosotros, como señal de reconocimiento y gratitud hacia Él, tenemos el deber de ser hermanos, unidos y afectuosos! Cuando no nos amamos y nos dividimos, nosotros Le crucificamos otra vez. Giorgio exhorta a los presentes a que no renieguen su dolor, a enfadarse, a discutir, pero conscientes de que somos eternos y tenemos que estar unidos por él en Su amor.

Giorgio concluye diciendo a todos que cuando morirá nos dará la prueba de nuestra inmortalidad encendiendo y apagando las luces de nuestra casa.

Con amor y gratitud

Elena Forgiarini

26 de febrero  2018

 

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