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jacopo“¿Quiénes son esos que vuelan como una nube, como palomas a su palomar?”

(Isaías 60, 8)

33  Pilato volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?».

36 Jesús respondió: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí».

37 Entonces Pilato le dijo: «¿Entonces tú eres rey». Jesús respondió: «Tú lo dices: yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz».

(Juan 18, 33-37)

El otro día un querido amigo, que sabía de mi interés por el tema, me preguntó: “¿quiénes son los extraterrestres”? ... y yo le he contestado así:

Omisis/... te escribo no por egocentrismo o para querer convencerte de algo sino exclusivamente porque el conocimiento de estos temas concierne la comprensión de verdades universales y cualquier persona, como yo mismo, que sea consciente de ello tiene el sagrado deber de informar y ofrecer un primer nivel de conocimiento que pueda ser útil para seguir profundizando, ya que después, a la fuerza, deberá llevarlo adelante a nivel individual.

La Verdad no se compra y no se vende, es un recorrido íntimo de estudio y de experimentación que se puede iniciar solo si existe una voluntad personal.

El estudio te lleva al conocimiento, el conocimiento experimentado lleva a la sabiduría.

El hombre sabio no se deja manipular y, a través del discernimiento es capaz de determinar de forma cierta cual será el resultado de sus acciones y, por consiguiente, tendrá firme en sus manos su propia vida.

El resultado de dicho estudio no depende de las facultades intelectuales o culturales de la persona, ni de diplomas o metas profesionales alcanzadas que se hayan podido conseguir, depende en cambio de su estado de conciencia y de evolución espiritual.

El momento de estar en grado de comprender llegará de todos modos para todos, es solo una cuestión de tiempo.

Entonces, ¿quiénes son los extraterrestres?

Aquellos a los que el hombre de la tierra llama extraterrestres son seres que provienen de mundos físicos que se asemejan al nuestro o son seres de naturaleza energética que pertenecen a esas dimensiones que nosotros comúnmente definimos divinas o angelicales.

Lo que las diferencia, y nos diferencia a nosotros de ellos, es exclusivamente la evolución que ellos y nosotros hemos logrado.

Todos somos hijos de la misma creación y todos avanzamos por el mismo camino de evolución (que se realiza, por ley natural, y al menos en una primera fase, a través de encarnaciones en los mundos materiales como el nuestro).

Dicho proceso evolutivo nos llevará, después de un tiempo inconcebiblemente largo según nuestros parámetros actuales, a la completa realización de nuestra naturaleza más íntima, la divina (Cristo enseñaba: vosotros sois dioses y haréis cosas más grandes que yo).

Su evolución, a diferencia de la nuestra, no avanza superando obstáculos sino de forma rectilínea siendo que han comprendido y aceptado la Ley universal de ama a tu prójimo como a ti mismo.

Su evolución, tanto a nivel material como espiritual, es inconmensurablemente más avanzada que la nuestra.

Nosotros por ejemplo estamos avanzados a nivel tecnológico, sobre todo en este último siglo, los seres más antiguos que nos visitan están en evolución sin interrupción desde hace quince mil millones de años.

Todo ello determina un avance tecnológico/científico y espiritual/cognitivo para nosotros inconcebible.

Su misión en nuestro mundo es de paz.

Su presencia ha acompañado al hombre desde su aparición en este mundo. Siendo que ellos actúan por cuenta de la Inteligencia Omnicreante (teológicamente el Santo Espíritu) han sido los promotores materiales.

A todos los efectos, son los tutores de la humanidad.

Su presencia, de la que se habla en todos los textos y en todas las tradiciones antiguas, siempre ha sido una guía, una mano tendida hacia la humanidad niña que éramos (y que somos todavía) siempre respetando nuestro libre albedrío en cuanto herramienta necesaria (equivocandonos aprendemos) a efectos de evolución.

Lamentablemente el hombre de la Tierra es duro de cuello (y de corazón); no es casualidad que civilizaciones extraterrestres llamen a nuestro planeta “Saras”, que en nuestro idioma (el idioma universal Solex mal) quiere decir “repetición de error”.

Las cosas han tomado un curso diferente a mediados del siglo pasado cuando el ser humano “niño” empezó a jugar con la energía atómica. A partir de ese momento su presencia se ha hecho cada vez más evidendente, sus amonestaciones a esta humanidad, con el fin de salvaguardar la integridad del planeta, han llegado hasta personas, que tenían una cierta influencia en ámbito político, religioso, militar y civil, obligando a los poderosos del mundo a enfrentar una decisión.

Su propuesta consistía en que, a cambio del inmediato desarme nuclear, ofrecer a la humanidad los principios básicos de comprensión para poder instaurar una sociedad con un elevado nivel ético con el fin de llegar a la igualdad social y a la emancipación del yugo de los poderosos en perjuicio de los débiles y de los oprimidos.

En detalle:

una economía basada sobre la colaboración y no sobre la competición donde el capital y la propriedad privada perderían su significado ya que la abundancia (no la riqueza, que de por si es discriminadora porque presupone la existencia de la pobreza), que sería fruto del trabajo ético y sinérgico del hombre, habría podido satisfacer ampliamente todas las necesidades naturales de la humanidad;

un conocimiento médico de tipo holístico que habría determinado una longevidad y una conservación de las facultades psico-físicas extraordinaria;

el conocimiento sobre como generar y utilizar energía limpia, sin ningún costo y sin violar el planeta;

la comprensión de la verdadera naturaleza de Dios;

La respuesta de los jefes de estado, mediada como es obvio por los intereses de las lobby de la guerra, de las empresas farmaceuticas, de la finanza, de la industria, de las religiones ha sido unívoca: “¡preocuparos de vuestras cosas y manteneros distantes de la Tierra!

Entonces libre albedrío,

que ellos respetarán con diligencia hasta cuando una guerra mundial nuclear o una catástrofe geológica inducida por el hombre no determinara el riesgo seguro de destrución de los ecosistemas del planeta Tierra, a ese punto, si o si, en ocho minutos de nuestro tiempo, intervendrán con los medios que tienen a disposición para parar el desastre y salvaguardar a esa parte de la humanidad de personas buenas y justas que han comprendido y practican la enseñanza universal del ama a tu prójimo como a ti mismo y de no hacer a los demás lo que no quisieras que te hagan a ti.

Es decir, esa parte de humanidad que, no con palabras, o con buenos sentimientos, o con las prácticas religiosas rituales que son fin en si mismas, sino con acciones concretas han traído beneficios y alivio a las personas necesitadas... (Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis... entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos... Y Jesús responderá: En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.")

... el buen árbol se reconoce solo por la cualidad de los frutos que produce...

Naturalmente la figura de Cristo, el Maestro de los maestros, la encarnación terrena de la Inteligencia Omnicreante (Santo Espíritu) en nuestro mundo, juega un rol fundamental...

pero para explicarte el rol y la naturaleza de este personaje, que es el centro en los temas mencionados arriba, tendría que hablar de temas que en este momento sería demasiado extenso afrontar.

Para concluir, las civilizaciones extraterrestres, siendo nuestros hermanos mayores y tutores no importa si vienen de mundos físicos o de reinos transcendentales, contemplan el asentamiento de este plan existencial (que nosotros estamos desequilibrando) ofreciendo a los que tienen ojos para ver y oídos para oír (es decir, a quien busca la Verdad) herramientas válidas de redención.

Su obrar en nuestro mundo no representa solo un gesto humanitario natural y fraterno sino, sobre todo, la manifestación tangible de la voluntad divina.

Son los ejecutores materiales de la voluntad celeste, el acelerador y el freno invisible que tutela y guia a la humanidad redimida hacia la cita, que Dios tiene preparada desde la fundación de los tiempos, con la instauración de una nueva sociedad en este martirizado planeta, un evento que sellará el fin de una era y el inicio de otra que será edificiada sobre las cenizas de la anterior.

Dicho acontecimiento, perfectamente sincronizado y sorprendente con las revelaciones de los místicos, de los videntes, de los santos, de los profetas, de los mensajeros divinos, de los contactistas de todas las épocas, coincidirá con el evento más desconcertante e inesperado que el hombre pueda imaginar.

El glorioso retorno físico a este mundo del Legislador supremo, de ese personaje del cual esos seres que nosotros hoy llamamos extraterrestres representan las “legiones angélicas” citadas en las escrituras, el Logos solar, nuestro Señor Jesús Cristo.

Por el momento termino aquí.

Con sincera humildad y fraterno espíritu de colaboración estoy a tu disposición en el caso que quisieras profundizar sobre estos temas incluso en vista de eventos, que ya se acercan, que repercutirán sobre nosotros y nuestros hijos que lo queráis o no, provocando un cambio radical de la vida sobre este planeta.

Con afecto Jacopo

29 aprile 2018