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elisabettaPor Elisabetta Montevidoni
Durante la tarde del 15 de Agosto, día en el cual se celebra la Asunción de María Santísima, cientos de hermanos reunidos en el Arca Alea Lores, ubicados en semicírculo frente a la gruta de la Virgen de Fátima, esperaban la manifestación del Signo viviente. Pero esta vez el Cáliz de la Comunión Crística no llamó hasta su lecho de pasión, se levantó y descendió las escaleras sostenido por sus hijos y salió con sus estigmas aún sangrantes. Los pies descalzos y traspasados, que la Virgen besara cuando el Maestro estaba en la cruz, ahora acariciaban el suelo, el césped punzante, las piedras, nos indicaban que hace 2000 años que Ella comparte el sacrificio de la Pasión.

Bendito Aquel que viene en Nombre del Señor, Aleluya, El Reino de Dios camina en medio de nosotros, a la espera de manifestarse en el Mundo y el Verbo se hace palabra: “¡La Virgen no es esa estatua de mármol que vosotros adoráis! Su espíritu invade todo lo que vive en el Planeta: árboles, pájaros, piedras, montañas, ríos, mares, flores, animales y vosotros hombres, por lo tanto tenéis que amar y estar en sintonía con todo lo que os rodea para amarla y adorarla”.

Los niños alegraban y homenajeaban a la Santa Madre con cantos, danzas y música angelical, luego la voz celestial de una hermana eleva a todos nuestros corazones con el canto del Ave María.

Rezamos la oración del Padre Nuestro y luego repasamos la vida de la Virgen a través de algunas imágenes de la Película “The Passion”. Con total abnegación y aceptación la Doncella obediente y servidora del Señor acompañó el Paso glorioso del Cristo para transmitir la fuerza, el apoyo y el consuelo de Madre hasta los pies de la Cruz con la espada del dolor en el Corazón divino.

Únicamente la Iglesia de Juan puede explicar la relación filial esotérica que existe entre la Virgen y el hombre terrestre. María, debajo de la cruz, se convirtió en Madre de la humanidad porque, hace dos mil años, el espíritu macrocósmico de la Tierra y alma gemela del Padre Sol personificaba a María de Nazaret. El “Rabbi” Flavio, quien fuera uno de los sacerdotes del antiguo sanedrín que defendían a Cristo, nos instruyó con la ancestral cultura y simbología arcaica de la Madre Tierra relacionada con la cruz como símbolo de vida, de cuyos pueblos antiguos tenían plena conciencia incluso antes del nacimiento de Jesús en nuestro planeta.

Uno tras otro fueron participando quienes a lo largo de estos años han contribuido al desarrollo de la Obra que ha sido voluntad de la Santa Madre y que comenzara en Fátima en 1989.

Posteriormente habló Pier Giorgio Caria, estudioso, investigador ufológico y documentalista, hoy en día, a través de sus seminarios y conferencias despierta a miles de almas. Luego Luca Trovellesi, con su equipo, responsable de Sydonia. Más tarde el contactado Antonio Urzi y el ufólogo e investigador Giuseppe Garofalo. Después Giovanni Bongiovanni, director de FUNIMA International. A su vez también llegó el turno de Sonia Tabita, fundadora del movimiento internacional Our Voice, inspirado por Adoniesis para reunir y preservar a los jóvenes que son el futuro y la esperanza del renacimiento de la Tierra. Por último hablaron los responsables del Movimiento Our Voice: de Salta (Argentina) Leandro Gómez, hijo del gran Ramón y Diego Grachot, de Montevideo (Uruguay), respectivamente.

La velada concluyó con algunas emocionantes y desgarradoras representaciones a cargo de los jóvenes de Our Voice que a través del arte denuncian las injusticias del mundo y despiertan las conciencias de muchos otros chicos.

A la mañana siguiente llegó el sagrado momento tan esperado de la Comunión. El Reino de Dios que camina en medio de nosotros le encargó a tres rayos de Su Luz, que han venido a este mundo para servir y para dar su vida por sus hermanos: Giovanni, Sonia Tabita y Davide. Seres especiales que le han manifestado señales celestes de una divina voluntad a sus madres incluso antes de encarnarse y también mientras iban creciendo.

En la mirada de Giovanni y en sus amorosos gestos hacia los hermanos al dar la comunión percibí una madurez espiritual que encandilaba a nuestros espíritus. Habiendo cumplido hace poco treinta y tres años es la maduración del discípulo listo para la unción crística. La emoción, la pureza, la emoción y la serena alegría que emanaban de sus ojos, al verlo mientras sumergía el pan, que Davide tenía en sus manos, en el Cáliz, que tenía en sus manos Sonia Tabita, recordé por un instante todas las renuncias y los sacrificios que él ha tenido que afrontar en su niñez, hijo devoto, enamorado de las Marcas Sagradas de Nuestro Señor. Esta vez su padre concluyó la comunión arrodillándose ante su hijo que tomaba el lugar de sacerdote de Cristo, dando muestra de una próxima entrega de posta, como ocurriera con Elías cuando arrojó su manto a Eliseo.

La vibración era muy elevada y sublime en ese momento e inundó nuestros espíritus con la Luz crística salvífica.

La estirpe del Padre Adonay Arat Ra es eterna y renace en cada uno de los ciclos evolutivos del Planeta para liberar al hombre de las cadenas materiales para que éste sea consciente a través de la gnosis. Los Arat Ra hoy están preparando el Arca que no conocerá las aguas, la blanca astronave que llevará a bordo a los elegidos en el día que el Padre se ha reservado.

“¡Si llegarais a abandonar el camino de Cristo os enfermaréis gravemente, moriréis y tendréis que responder ante el Padre después de la muerte!” Este es el mensaje de advertencia que la Madre nos transmitiera en ese día.

Por lo tanto tenemos que rezarle al Señor para que en nuestros corazones siempre reine el espíritu de Amor, Su Espíritu de Sabiduría y Su espíritu de Verdad que a lo largo de esos dos días llenos de Gracia celestial se derramó sobre nosotros.

Por boca de una servidora de los servidores de Cristo y del Padre transmito lo que he recibido a todos los hermanos que no se encontraban presentes físicamente pero que estaban con nosotros con su corazón.


Elisabetta
Sant’Elpidio a Mare
20 de Agosto de 2018