Queridos, hace algunas semanas estuve escuchando una lección espiritual que Giorgio realizó en Pordenone, después de haber vivido una de sus sangraciones. Al observar las propiedades del archivo de audio figura que el año de creación del mismo fue el 2013. Al volverlo a escuchar quise escribir, con mis palabras lo que iba interpretando de lo que escuchaba, sobre todo algunos conceptos importantes que Giorgio expresaba, extrapolando una breve síntesis de su monólogo y elaborando una opinión personal al final. Pensé en compartir este breve resuman con todos y aquí os lo transmito, con el deseo de que pueda servir de estímulo y reflexión. Un abrazo grande a todos.
Reunión Espiritual
Giorgio después de la sangración – Pordenone – Año 2013
“... Amo a todas las Iglesias que trabajan apuntando al Cristo. No pertenezco a ellas pero las amo a todas y puedo participar en forma activa en sus ceremonias y rituales. Pero solo soy fiel a la Iglesia de Juan porque es la Iglesia a la que pertenezco, porque pertenezco a la Tribu de Juan.
La Iglesia de Juan es espiritual, sin sedes, ni edificios, ni templos. El templo de la Iglesia de Juan es el cuerpo de sus iniciados. La Iglesia de Juan es espiritual e iniciática.
La Iglesia de Pedro es para las masas, para aquellos que aún no tienen el conocimiento, que necesitan un guía, de hecho Pedro es PASTOR de las almas de Cristo.
La Iglesia de Juan posee el conocimiento. Quienes pertenecen a esta Iglesia son iniciados, les ha sido dado el conocimiento. ¿Acaso no habéis recibido el conocimiento? Entonces sois iniciados de la Iglesia de Juan, quien en lugar de ser un Pastor de almas es un CUSTODIO de las almas de las Iglesias de Cristo.
Cristo, antes de expirar en la cruz, le dijo a Su Madre y a Juan: “Madre he aquí tu hijo, hijo he aquí tu Madre”. Como la Virgen María es la Madre de la Iglesia de Su Hijo, Jesús Cristo en la cruz le encomendó a Juan que sea el custodio de Su Madre y de Su Iglesia.
Efectivamente la Iglesia de Juan interviene para orientar a la Iglesia de Pedro, para corregirla si se equivoca, para denunciar si algo no está bien. Esto es lo que hace la Iglesia de Juan. Controla, interviene, denuncia, custodia la enseñanza de Cristo, difunde el conocimiento y la Verdad.
Nosotros, al haber recibido el conocimiento, no seremos perdonados si abandonamos nuestra misión de difusión de aquello que nos ha sido permitido conocer.
Cristo perdona todos nuestros pecados humanos. Si caemos y volvemos a caer... cayendo una y otra vez... pero luego nos levantamos y volvemos a empezar a trabajar en Su Obra, Él nos perdona.
Lo que no nos perdona es si renunciamos, si caemos y no queremos volver a levantarnos, si caemos y nos desanimamos, si nos deprimimos y decimos: “basta no sigo más, abandono”... Si lo hacemos no seremos perdonados. Jesús Cristo nos dirá: “no puedo perdonarte, no te reconozco, irás a las tinieblas, irás a la segunda muerte...”
Es evidente el motivo por el cual Nuestro Señor nos diría estas palabras de severa condena: como nosotros tenemos el conocimiento no podemos hacer como los que, habiendo sido invitados al banquete de bodas, por un motivo o por otro, no van. No podemos hacer como quienes “no entrarán en el Reino de Dios e impedirán a los demás que entren” a causa del hecho de que los iniciados tienen la misión de transmitir.
Es por ello que los llamados y los señalados tienen una suerte y un privilegio muy grandes, pero por otro lado tienen una responsabilidad muy grande.
Por consiguiente nosotros también podríamos no ser perdonados si llegáramos a abandonar la difusión de lo que nos ha sido permitido conocer, simplemente porque es el motivo por el cual hemos venido al mundo, y si no lo hacemos habremos fracasado en nuestra encarnación y en nuestra misión...
Siempre he escuchado con sufrimiento y dolor la palabra de los talentos que nos dejara Jesús en los Evangelios, talentos que algunos han “multiplicado” y otros han “enterrado”, ya que soy consciente de no haber logrado llevar al punto de una correcta maduración y expresión los frutos y las obras de las cuales llevo la semilla en mi interior.
En este tiempo en el cual definitivamente, incluso con todos nuestros límites, nos vemos llamados en forma urgente a hacer fructificar aquello que tenemos, en este tiempo en el cual el dragón infernal se yergue cada vez más en perjuicio de las almas, en este tiempo en el que, ya desde Fátima la Virgen María nos anunciaba que tendríamos que salir al campo de juego como Sus hijos y apóstoles de los últimos tiempos, no podemos estar ausentes, tenemos que predisponernos y estar listos para dar todo, si el espíritu divino llegara a querer hacernos fuertes posándose sobre nosotros.
Es por este motivo que le pido al Cielo, a las Potencias Celestes, a nuestra purísima Madre protectora, a las cohortes angélicas y a nuestro Giorgio, que es el precursor y quien prepara el camino del Retorno del Maestro y cáliz salvador de la Redención, que nos ayuden a ser fuertes y disponibles a abandonarlo todo, para estar al servicio del ferviente amor por la difusión de la Verdad crística que hemos recibido en sus múltiples formas, a todos aquellos que la están buscando y que deseamos y que tenemos que alcanzar para que la conozcan, para que no terminemos un día siendo mísera y trágicamente parte de ellos, de aquellos que habrán sido los responsables de la pérdida de las almas de sus hermanos y hermanas que no llegaron a despertar.

Con amor en Cristo, un abrazo a todos
Mauro
12 de Octubre de 2018