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Cristo-e-Sua-Madre100EL ANUNCIO DE UN IMPORTANTE SIGNO
El estigmatizado de Fátima visita a la Virgen de Piazza Armerina

“En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón. Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada... Entonces se le apareció el Angel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo. Pero el Angel le dijo: «No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan. El será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida alcohólica; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios. Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto». Pero Zacarías dijo al Angel: «¿Cómo conoceré esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada». El Angel le respondió: «Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo». Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. El se expresaba por señas, porque había quedado mudo. Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa. Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses. Ella pensaba: «Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres». En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Angel: «¿Cómo será esto, pues yo no conozco varón?» El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».Y el Angel se alejó. En aquellos días, María partió a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor». María dijo entonces: «Mi alma glorifica al Señor,  y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de su servidora. Porque desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia para siempre». María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan». Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre». Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan». Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: «¿Qué llegará a ser este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él. Entonces Zacarías, su padre, quedó lleno del Espíritu Santo y dijo proféticamente: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes, por boca de sus santos profetas, para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian. Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza, del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de nuestros enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia, bajo su mirada, durante toda nuestra vida. Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados; gracias a la entrañable misericordia de nuestro Dios. Así nos visitará desde el cielo el sol naciente, para dar luz a los que viven en tinieblas, en la más terrible oscuridad, para guiar nuestros pasos por la senda de la paz». Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que apareció en público a Israel. (Lucas, cap. 1, 5-80).

https://www.youtube.com/watch?v=66zUY8UZn4M&list=PLYkr34Ar2o1SQ3zC7EHhk5NNFo8b8Ii5J&index=6

Maria, Madre del Salvador, Reina de los Apóstoles, han pasado dos mil años y aún recorres el camino del Calvario, para socorrer a tus parvulitos, cuyas lágrimas han llenado tu corazón colmandolo de dolor.

Cuanto sufrimiento has tenido que soportar, Madre Divina, después de haber glorificado tu alma inmaculada al Señor. Tuviste que ver el extremo sacrificio del hijo que habías llevado en tu seno.

Ese hijo que vino a salvar a los hombres, pero que los hombres asesinaron como si fuera el peor de los malhechores. Ese hijo, ungido del Altísimo, que se hizo hombre entre los hombres, pobre entre los pobres, desesperado entre desesperados.

“El que esté sin pecado que tire la primera piedra”, dijo defendiendo a una mujer como nosotros, enseñándonos el sublime valor del perdón, y a no juzgar. “Vé y no peques más”, susurró después a nuestros corazones, para que el pecado no fuera un perverso placer del alma, sino una lección que aprender para mejorar.

Sanó toda enfermedad en el cuerpo y en el espíritu de aquellos que Le pedían ayuda, y nos dio la clave para abrir la puerta de la libertad y de la eternidad del espíritu: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganara todo el mundo, y perdiera su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mateo 16, 24-26).

Nos indicó el Camino hacia el nuevo Reino que no obedece a las leyes de este mundo, sino a aquellas que sostienen las galaxias y los universos: “Los reyes de las naciones las gobiernan, y los que sobre ellas tienen autoridad se hacen llamar bienhechores; mas no así vosotros, que no sea así entre vosotros Al contrario, el mayor debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve. (Lucas 22, 25-26). Y éste es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos (Juan 15, 12).

No obstante tuviera poder de vida o de muerte sobre los hombres, nos permitió que le escupiéramos, que le golpeáramos, que le injuriáramos, azotáramos y le claváramos en una cruz como al peor de los enemigos redimiendo así nuestros pecados.

Con el peso de la cruz de la humanidad entera se cayó, cubierto de sangre, tus manos María acudieron a socorrerlo, acariciando su rostro tumefacto. “Madre, yo hago nuevas todas las cosas”, dijo mirando a tus ojos desesperados de Madre y hallando en ellos la fuerza para levantar de nuevo nuestra cruz.

https://www.youtube.com/watch?v=tNgAz6fCl8c&list=PLYkr34Ar2o1S2inz1R3x1fWgil_sxAbDb&index=27    

Y resucitó para que comprendiéramos que la vida es eterna y que para realizar nuestra verdadera identidad tenemos que vivir imitando el Evangelio dispuestos a dar incluso la vida por la Verdad. Mientras esperamos su profetizado Retorno con Potencia y Gloria sobre las nubes del cielo.

Pero tú, María, estás todavía aquí. Tus lágrimas siguen humedeciendo la sangre de esa cruz sobre la cual Tus niños inocentes son sacrificados todos los días y Tus mártires inmolados en aras de este mundo. “Quien escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar” (Mateo 18, 6).

Pero Tus niños siguen siendo matados en Gaza mientras estudian sentados en la escuela o mientras juegan a correr unos detrás de otros sobre la arena o mientras abrazan a sus hermanitos más pequeños asustados por las bombas que destruyen sus casas, tú, María, sigués socorriéndoles teniéndoles en tus brazos mientras sus ojos exánimes escrutan los tuyos durante el último respiro preguntándote ¿Por qué? Siguen muriendo ahogados en las aguas de nuestros mares, siguen cayendo de las derruidas barcazas mientras escapan del infierno para alcanzar la esperanza, asesinados por nuestra indiferencia, intentas aferrar sus manitas, pero son muchos, demasiados, ¿cómo puedes abrazarles a todos? Parecen flores de loto que flotan en el mar, son centenares, miles, que se suman a todos sus hermanitos muertos en guerra en el Congo, Somalia, Sudán, Afganistán, Birmania, Pakistán, Ucrania, Chechenia, Irak, Colombia, Méjico y millones y millones que en todo el mundo mueren cada año por falta de alimentos, de agua y de asistencia médica.

Es el estrago de los inocentes del siglo 21º. Son ellos el Cristo de hoy, es siempre Él, Tu hijo, que se inmola por nuestra salvación.

Pero que se preparen los impíos, el Juez está en las puertas.


“LOS PARVULITOS DE LA VIDA SEGADOS POR LA MUERTE, POR EL HAMBRE, POR LA SED, POR LA GUERRA, POR VUESTRO ODIO Y POR VUESTRA INDIFERENCIA.
¡HE AQUI LA SOCIEDAD INHUMANA DE HOY! ESTE ES EL PRELUDIO DEL FIN DE UNA GENERACION SEMBRADORA DE MUERTE Y DE DESTRUCCION. UNA SOCIEDAD HUMANA AUN MAS OPULENTA QUE HACE 2000 AÑOS CUANDO MI VERBO CRISTICO OBRABA EN MEDIO DE VOSOTROS.
UNA SOCIEDAD HUMANA CONSUMISTA, LOCA, CINICA, IMPREGNADA DE MALEFICIOS DE TODO TIPO. NECIA, VIOLENTA COMO JAMAS VUESTRA HISTORIA RECUERDE.
EL ESTRAGO DE NUEVOS INOCENTES, UNA MASACRE  CARENTE DE CUALQUIER SENTIMIENTO DE PIEDAD, UN PISOTEO DE JOVENES EXISTENCIAS HAMBRIENTAS.
LA TIERRA TRISTE Y DESESPERADA GIME  DEL DOLOR DE UNA MADRE QUE VE SU CUERPO  SIN LINFA PARA SUS PROPIOS PARVULITOS Y ESCUCHA EN EL FRIO DE LA NOCHE  EL GRITO QUE EL VIENTO DE ORIENTE LLEVA; EL GRITO INFANTIL DESESPERADO DE SUS PEQUEŇOS:
“!ASESINOS! ¡ASESINOS! ¡ASESINOS!”
¡EL TIEMPO HA LLEGADO! ¡MI BRAZO SERA LIBRE Y SEVERO!
¡QUE! ¿QUE ME PREGUNTAREIS  SOBRE LO QUE NO OS HAYA DICHO YA?
EN VERDAD OS DIGO,  ¡NO ME PREGUNTAREIS NADA! ¡ME MIRAREIS A LOS OJOS Y CALLAREIS!
¡SENTIREIS SOLO VERGUENZA!, TEMOR Y SOBRE TODO PENA, POR NO HABER PUESTO EN PRACTICA MIS DIVINAS ENSEÑANZAS Y POR NO HABER CREIDO EN MIS DIVINAS PROFECIAS.
¡NO ME HABEIS OBEDECIDO! ¡OS HABIA ENCOMENDADO A LOS PARVULITOS DE LA VIDA!
¡MI JUSTICIA SERA VUESTRA RECOMPENSA!  (MATEO cap. 18,5 – 18, 6 – 18, 7).
¡ME MANIFESTARE CON “POTENCIA Y GLORIA” Y OS SENTIREIS FRUSTRADOS POR MI CONMISERACION, POR MI PIEDAD, POR MI  DESPRECIO! ¡TODOS ESTAREIS  ANTE  MI PRESENCIA Y ANTE LA DE MI PADRE! ¡TODOS! POTENTES, RICOS, JEFES RELIGIOSOS, POBRES, HOMBRES, MUJERES, VIEJOS, JOVENES Y TODOS LOS SERES VIVIENTES DE LA TIERRA.
¡LOS CULPABLES DEL ESTRAGO DE LOS INOCENTES SERAN UNA VEZ MAS COBARDES!
MUDOS, INCAPACES DE GOLPEARSE EL PECHO DICIENDO “MEA CULPA, MEA MAXIMA CULPA”.
TODA MI DIVINA CONMISERACION SERA EXPRESADA, PERO TAMBIEN MI JUSTICIA, QUE ES LA JUSTICIA DEL PADRE, ADONAY – RA.
¡PAZ!


DEL CIELO A LA TIERRA
JESUS
A TRAVES DE  MI SIERVO
GIORGIO BONGIOVANNI


Montevideo (Uruguay)  
21 de Junio 2005. 20:30 horas”

“EL NOVIO LLEGARÁ PRONTO CON POTENCIA Y GLORIA. ÉL, EL MESÍAS, JESÚS CRISTO, ESTARÁ ACOMPAÑADO POR TODA SU COHORTE FORMADA POR ÁNGELES PODEROSOS Y OBEDIENTES.
LA LIBERACIÓN PARA TODOS LOS PUEBLOS OPRIMIDOS POR LA TIRANÍA DE LOS TRAIDORES DE DIOS ES SEGURA. EL NUEVO REINO SERÁ ESTABLECIDO EN LA TIERRA Y LOS MALVADOS SERÁN DEPORTADOS HACIA MUNDOS SIN LUZ Y ENCERRADOS EN GRUMOS DE MATERIA EN LOS QUE PAGARÁN SU LARGA PENA.
¡SI! TODAVÍA QUEDA ALGO DE TIEMPO DE ESPERA, SUFRIMIENTO Y RESISTENCIA PARA LOS HIJOS DE LA PAZ Y DE LA JUSTICIA. LA VANGUARDIA DEL DIOS DE LOS EJÉRCITOS OS ANUNCIA QUE EL REY DE REYES ESTÁ EN EL HORIZONTE Y CON SU MARCHA TRIUNFAL ESTÁ POR LLEGAR Y LIBERAR LA TIERRA DE LOS MÁRTIRES Y DE LOS INOCENTES TRANSFORMADA POR LOS TORTURADORES, TIRANOS Y SANGUINARIOS, EN UN INMENSO, ESPANTOSO, CAMPO DE CONCENTRACIÓN Y DE EXTERMINIO.
G.B.
San Giovanni in Polcenigo (Italia)
27 de Julio 2014. 16:35 horas

http://www.giorgiobongiovanni.it/messaggi-2015/5902-la-promessa-di-dio.html

María, Madre nuestra, tú estás todavía aquí, entre nosotros, para anunciar la próxima venida de Tu hijo, para tutelar a Sus apóstoles y a su descendencia. Para acompañar y proteger al precursor que, como hace dos mil años en el vientre de Elisabetta, se mueve porque el Mesías viene.

Los estigmas y la Virgen de Piazza Armerina

“Hace días recibí una carta de mi amigo y hermano Saro Pavone donde me contaba el prodigio ocurrido en una casa de la ciudad de Piazza Armerina”. Giorgio Bongiovanni cuenta a los hermanos, amigos y simpatizantes que están reunidos en el Arca de Catania, en las laderas del Etna, la experiencia vivida pocas horas antes en Piazza Armerina, el lugar donde nació Carmelo, el papá de Giorgio, donde una pequeña estatua de la Virgen llora lágrimas humanas y de sangre. “Cuando leí los detalles de esta experiencia” prosigue “recibí la misma llamada interior que siento cuando sangran las heridas que tengo en las manos, en los pies y en el costado desde hace 26 años. Así es que me preparé para ir a Piazza Armerina y os mandé la comunicación a todos vosotros”.

Llega el 29 de agosto, aniversario de la primera lagrimación de la Virgen de las lágrimas de Siracusa, que lloró hasta el 2 de septiembre del 1951, en Via degli Orti de San Giorgio, a unos 8 km de donde Giorgio nació.

Me acompañan mi compañera de vida, mi hija y algunos queridísimos hermanos, Antonella, Saro, Stella, Oxana”, sigue diciendo Giorgio mientras le escuchan atentamente todas las personas que están presentes y los que están conectados en streaming desde las distintas arcas en Italia, España y Latino América “vamos a la humilde casa de una familia formada por dos personas: Giuseppe y Crocifissa. El primero y la última de 12 hermanos. “Éste es el barrio Monte”, me dice Riccardo, nuestro querido hermano que ha organizado el encuentro. Me quedo sorprendido y emocionado, mi pensamiento vuela hacia mi padre que había nacido en ese mismo barrio Monte, en esta pequeña ciudad en el corazón de Sicilia. Entramos en una calle muy estrecha entre casas antiguas y humildes y llegamos al frente de la pequeña casa de esta familia. Entramos. En la entrada notamos una pequeña capillita donde está colocada una estatua de la Virgen del Rosario y alrededor las 14 estaciones del sufrimiento de Jesús Cristo. Una biblia está abierta en una página del Evangelio que cita las palabras de Jesús cuando exalta la figura de Juan el Bautista. La señora Crocifissa es la guardiana, el testigo de la estatuilla de la Virgen que llora sangre y lágrimas humanas y Giuseppe es el intermediario de las visiones de la Virgen. Subimos al piso de arriba por una pequeña escalera y vemos a la señora Crocifissa en la cama, ya que desde hace 20 años no se puede mover. Nuestros pensamientos se llenan de emoción cuando, no obstante el gran sufrimiento, vemos delante nuestro a una mujer llena de gracia, alegre, que irradia continuamente amor, consolación, fuerza a quien se acerca a ella. Nos conmueve ver a una mujer a la que tienen que ayudar en todo, como si fuera la persona más feliz de la tierra. En cierto momento, mientras miro absorto la estatua de la Virgen ella me dice: “Tómala...” Me quedo sorprendido por la completa falta de celos hacia la imagen. La tomo delicadamente y con mucha emoción; es una pequeña estatua de unos 50 cm de la Virgen de Lourdes, la tengo unos segundos en las manos y después la vuelvo a poner en su lugar. Crocifissa y Giuseppe nos cuentan que los signos que acompañan las lagrimaciones de la estatua de la Virgen se suman a otros signos de sangre o de naturaleza “paranormal” que aparecen en determinadas ocasiones en algunas partes o tejidos de la casa o que se manifiestan a los fieles durante la visita a la Virgen o de regreso a su casa. La curia, que al principio tenía intención de llevarse la estatua, y que tuvo que resignarse después de la firme oposición de los dos hermanos, ha asumido el caso y la diócesis ha abierto una comisión de investigación para verificar la veracidad de los hechos milagrosos sucedidos. Para evitar que los dos hermanos puedan tener problemas se nos ha pedido que seamos reservados.

Proseguimos nuestro fraterno diálogo con los hermanos Cosenza (éste es su apellido) y sintéticamente cuento mi historia y digo que mi padre era de Piazza Armerina. La señora Crocifissa, que habla solo el dialecto local, se da cuenta de quien soy y perpleja, me dice que mis primos viven prácticamente a pocos metros de su casa, exactamente donde nació mi padre y que esa Virgencita se la había regalado el cuñado de un primo mío. Agradezco a la Virgen por el signo que me ha mostrado y cuando estoy por despedirme de ella Crocifissa exclama: “¡Sangre!” Se siente fuertemente que esa es una habitación mística donde acontecen fenómenos paranormales que para nosotros los creyentes son milagros. Misteriosamente algunas gotitas de sangre aparecen en mi chaleco, en el lado izquierdo del costado. También aparecen gotas de sangre rojo vivo en los pañuelitos de papel que algunos de nosotros habíamos metido en el bolsillo de la bata de Crocifissa. La Virgen había dicho muchos años antes: En cada ciudad que tú visitarás yo daré signos.

Los signos de María anunciadora.

Relacionando esta experiencia con la que hemos vivido el 15 de agosto en Pordenone, el año anterior en Fátima y a todas las demás podemos ver claro el mensaje: la Virgen nos acompaña, nos recomienda que estemos unidos, nos recomienda que pongamos en práctica las obras y que recemos dándonos señales muy fuertes para hacernos entender que estamos en los últimos tiempos. La vidente, según lo que la Virgen le había comunicado, concordaba completamente con nosotros sobre el hecho de que estamos en los últimos tiempos y que ahora ya está cercano el retorno de Jesús a la tierra. Nosotros no somos sólo místicos, no somos sólo mensajeros, nosotros somos también soldados que llevan adelante una firme batalla contra el mal que nosotros llamamos anticristo y que hemos identificado en la mafia siciliana, calabresa y en las mafias en general. La Santa Madre quiere incitarnos y consolarnos a fin de que llevemos a cabo nuestra obra y continuémos por este camino, defendiendo a los justos y haciendo nuestro deber, nada más que nuestro deber y esto me emociona mucho.

Recibimos estos signos porque estamos viviendo el momento más importante de la historia de la humanidad, pero también el más negro. El mundo se ha convertido en un foco de guerras, no hay paz y la Madre Santa, que “está siempre por debajo de Jesús”, como dice Crocifissa, insiste en llamar a Sus hijos. Ella es la anunciadora por excelencia de la segunda venida de Cristo, nosotros somos solamente siervos de Cristo y anunciamos junto a Ella la venida de Su Hijo. Recordad cuanto la Virgen dijo en Fátima, “Yo manifestaré un signo” y la Virgen de Medjugorie dijo a los videntes “Yo manifestaré un signo al mundo” y la Virgen de Garabandal igualmente: “Ocho días antes de que se manifieste os anunciaré un signo que todo el mundo verá”, es decir que los signos que hoy vivimos son de preparación para otros grandes signos milagrosos y también catastróficos que tendrán que suceder. Tenemos que prepararnos a vivir los signos de la misericordia de Dios pero también los de amonestación haciendo una elección de vida que sea coherente con las enseñanzas de Cristo. Entonces debemos, sobre todo nosotros que hemos sido llamados a esta misión, ser mensajeros coherentes con las obras día tras día.

Es como si fuese un camino para recorrer, un peregrinaje. Ella quiere anunciar algo importante que yo creo que se, algo que ocurrirá en nuestro ámbito muy pronto.

María luz de la fe y protección del maligno.

La Virgen manifiesta el signo de Su presencia para protegernos del anticristo, es decir del diablo que quiere dividirnos. Ella nos visita para consolar nuestro camino, para avalar el trabajo que estamos haciendo en la misión, para decirnos: “Yo estoy con vosotros”. Estos signos amplifican en nosotros el valor místico, es decir el valor de la fe y de esta manera Ella nos mantiene unidos. Con todo lo que yo mismo pueda hacer, con todos los signos que llevo en mi cuerpo, el diablo es tan fuerte que logra penetrar tentando por todos los medios nuestra fe para dividirnos, entonces Ella hace un trabajo de prevención y de tamiz disolviendo las energías negativas que de vez en cuando nos atenazan por problemas cotidianos, por dificultades que nos atacan en la vida; a veces no nos recordamos de cuanta gente vive en la miseria más completa y en el sufrimiento y perdemos la conciencia de lo que nosotros tenemos. Por este motivo es importante estar juntos para fortalecer nuestra fe. Pero si a pesar de los signos no somos capaces de fortificar nuestra unión, la selección será inevitable y muchas ovejas se perderán por el camino.

Nuestra verdadera misión no es hoy. Nuestra misión verdadera todavía tiene que comenzar, en este momento nosotros estamos en la escuela y estamos aprendiendo. Los maestros son los signos. Nuestra misión empezará de verdad cuando aparezcan grandes signos en el cielo y en la tierra porque será ese el momento en el que tendremos que dar la cara, la gente vendrá a buscarnos a nosotros y nuestra prueba será la de escapar por miedo a escondernos o dar la cara y decir la verdad a costa de la vida. Tenemos que tener cuidado de no romper de nuevo el pacto con Dios.

El pacto de la nueva alianza con el pueblo latino

En otros momentos históricos que están referidos en la biblia el pueblo de Israel rompe el pacto con Dios. La primera vez cuando Moisés rompe las tablas de la ley después que vio a su pueblo levantar y adorar un becerro de oro. Dios castiga a su pueblo haciéndolo vagar durante 40 años por el desierto, hasta que toda aquella generación adulta que había sido rebelde y desobediente muere y los sabios y los más jóvenes llegan finalmente a la tierra prometida. Cuando llega el Mesías Jesús Cristo, Dios vuelve a proponer la santa alianza con Israel: “He venido a salvar a las ovejas perdidas del pueblo de Israel” dice Cristo, y después dice a la Cananea: “Yo he sido enviado para los hijos de Israel”, aunque después le hace el milagro por la profunda fe que tenía.

Pero luego, compenetrado por Su Padre, dice: “¡Jerusalén, Jerusalén, que lapidas y matas a tus profetas, ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas? Pero yo te digo que no volveréis a verme hasta que no digáis: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”. El pueblo rompe nuevamente el pacto con el Padre cuando condena a muerte a Su Hijo. Pero cuando Le clavan en la cruz, y le crucifican, Cristo dice a los soldados romanos “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. El pueblo latino se convierte en ese momento en el nuevo pueblo elegido por Dios, elegido como conductor del mensaje de Cristo en todo el mundo. Una elección que ya profetizó Jesús antes de Su pasión: “Elegiré mi pueblo fuera de mi pueblo, más allá del Jordán, la Galilea de los gentiles”. Entonces nosotros tenemos una gran responsabilidad, la de arrastrar a todos nuestros hermanos hacia Cristo, de hecho el trabajo más grande de Satanás, es precisamente evitar que podamos cumplir con nuestra misión. Nosotros somos como el centurión publicano que se le acerca a Jesús y Le pide si puede curar a su siervo. Gesús le contesta: “Voy a tu casa”, pero él le dice que no hace falta, una palabra suya bastará para sanarlo”. Jesús entonces dice: “¿Habéis visto? No he visto una fe tan grande ni siquiera en Israel. Entonces nosotros somos como el centurión que Cristo está llamando para hacer lo que otros hermanos antes no hicieron.

El contacto con los mundos espirituales

Si la entidad pertenece a una dimensión superior a la nuestra, cuarta, quinta, interactúa fácilmente y puede descender a nuestro nivel teniendo el control de las vibraciones tanto espirituales como materiales, es decir, por medio de la energía magnética. Como sabéis la materia es energía por lo tanto esta entidad, gracias a la ciencia que posee, está en grado de descender sobre nuestro plano. Si en cambio la entidad pertenece a nuestra dimensión, pero vive en el plano espiritual y no está encarnada debe tener antes el consentimiento de entidades superiores para poder hacerlo. Si mi padre ha muerto, por ejemplo, y está en el plano espiritual de nuestra misma dimensión, quiere comunicarse conmigo para ayudar mi evolución, no puede hacerlo por si solo, tiene que haber entidades superiores que después de haber recibido la autorización de lo Alto le abren el canal a fin de que pueda comunicarse conmigo. Después hay otra posibilidad, la de que yo puedo forzar este canal con las sesiones mediunmicas y esto es otra cosa. En este caso tengo que tener mucho cuidado porque la sesión mediunmica parte de la dimensión material que busca la dimensión espiritual. Si yo fuerzo este plano no estoy cometiendo un delito, pero me estoy metiendo en grave peligro, estoy poniendo en riesgo el contacto y la entidad que yo estoy buscando. Si yo por ejemplo busco a mi padre y sin embargo se me aparece Hitler que me engaña diciéndome que es mi padre y sugiere falsedades a mis oídos, ¿qué efecto podría tener sobre mi persona? Por esta razón tenemos que estar lejos de las sesiones espiritistas y mediunmicas Es peligroso porque estas entidades desencarnadas entran en el canal que hemos abierto y se aferran y ya no quieren irse más, de consecuencia pueden empezar a perseguirnos y atormentarnos. En cambio yo me quedo sereno porque yo se que si mi padre quiere venir donde mi y el Cielo se lo permite él vendrá, me dará signos y el mensaje que quiera darme. Si se trata de cosas positivas digo que si, de lo contrario digo que no. Pero el contacto más bonito, estad seguros de ello, es aquél con las entidades de la dimensión superior, con los seres cósmicos que viven en la dimensión de la luz, con ellos el contacto es angelical.

El karma, Cristo y los niños

El karma es la ley primaria de la existencia y de la evolución del universo porque el karma es la ley de causa y efecto. Esta ley es indispensable para la evolución de todos los espíritus que viven en el universo que son cientos de miles de millones.

Te encarnas en la materia, porque tienes que hacer experiencias de vida para adquirir conocimiento. El conocimiento es ese elemento que te permite crecer en la evolución. Así como en la escuela, cuanto más sabes más estás preparado, lo mismo sucede en la vida. Vivirás también experiencias negativas y conocerás el mal, pero después el mal que habrás cometido tendrás que recibirlo a tu vez sobre tu piel y comprenderás que para no sufrir y ser feliz tendrás que poner en práctica el bien. Ésta es la perfección de la ley, y por lo tanto no depende de nadie, no existen seres que controlan la ley del karma porque es una ley que ha establecido Dios y que se cumple autónomamente. La ley de causa efecto es irrepetible e infalible, pero una persona que se llama Jesús Cristo, que posee dentro de si la Entidad que ha generado el universo, cuando se encarnó en la tierra fue el único de los maestros que han venido en toda la historia de la humanidad que ha podido decirnos algo sobre el karma que otros no podían decir. O porque no tenían la orden. O porque no la conocían. Cristo dijo: “Pon tu espada en la funda Pedro porque quien a espada hiere a espada muere”. Ley de causa y efecto. Entonces curó la oreja del guardia del Sinedrín evitando de esa forma que el karma recayera sobre Su apóstol. Cristo con Su crucifixión, con Su resurrección y en fin con Su sacrificio nos dice que existe un modo para poder cambiar el karma. ¿Cuál es la novedad que el Señor nos ha dejado? Cristo nos dice “Os doy la clave para poder cambiar el karma de nuestros hermanos” Si ponemos en acto el amor incondicional. Si cada uno de nosotros tiene su propio karma pero decimos a Cristo “Me ofrezco como víctima de este sacrificio de amor incondicional para cancelar el karma de todos mis hermanos y en cambio no quiero nada. Quiero hacerlo por Amor. Solo por amor”. Esta elección sincera y profunda llega a la Conciencia Crística solar de nuestro Señor que cambia el karma de todos tus hermanos. Es decir que si yo tenía que terminar asesinado ya no seré asesinado, si tenía que ser miserable, ya no seré miserable, si el hermano tenía que enfermarse de cáncer, ya no se enfermará de cáncer, porque tu amor crístico ha cambiado el karma de tus hermanos.

Cristo dice “Si vosotros os amáis cambiáis vuestro karma”. Nosotros en cambio no le escuchamos, somos egoístas, rechazamos el ofrecimiento de redención de Cristo, y así recogemos lo que sembramos. Esto si se vive el amor incondicionado, pero nosotros ya podemos cambiar el karma de un niño que está muriendo de hambre cuando luchamos para que ese niño pueda tener un futuro mejor. Muchas personas dicen que si los niños mueren de hambre es un karma suyo y no podemos hacer nada para evitarlo, éste es un sentimiento satánico porque, aunque en algunos casos se trate de karma, si yo le doy un pedazo de pan a ese niño ya he cambiado su karma con el Amor Crístico, en cambio quizás ese niño que está muriendo de hambre por culpa de mi egoísmo es Cristo que está cambiando mi karma de persona acomodada y materialista. Porque mientras él ha heredado el paraíso, yo todavía no sé si lo heredo y podría incluso ir al infierno. Entonces ese niño me está salvando el alma. Si empiezo a pensar así, me acerco más al reino de Dios. Los niños son Dios en la tierra, la manifestación de la pureza y por consiguiente del Espíritu Santo. Los niños que sufren son Cristo que se está crucificando nuevamente por mi culpa, por culpa de mis miserias, de mi egoísmo, de mi materialismo, para salvarme el alma, pero si yo no soy sensible para percibir esto iré al infierno, si en cambio soy sensible, lo percibo y le doy un pedazo de pan a un niño o abro un hospital en África, ese gesto Cristo lo toma como si tú estás secando Su sangre debajo de la cruz y es como si te dijera “Ven al reino de Dios conmigo”.

El gran contacto y el retorno de Cristo

Los hermanos extraterrestres me han dado un mensaje que para mí es uno de los más importantes:

“Estamos preparando a la humanidad para el importante encuentro universal con nuestra civilización que preparará al descenso de Jesús Cristo en la tierra”. El signo más grande de la historia de la humanidad que anuncia el retorno de Cristo será el contacto entre nosotros y civilizaciones de mundos más evolucionados. Esto cambiará radicalmente vuestra vida. Ellos contactan a las personas sencillas de nuestra humanidad porque han comprendido que los potentes no desean un contacto pacífico con ellos y por lo tanto su metodología ahora ya desde hace muchos pone en desarrollo un plan de sensibilización personal dirigida a la cualidad de las personas que aceptan este contacto. Por eso contactan a todas las personas que pueden dar un aporte pacífico para su próxima manifestación; ellos quieren acercarse a una cierta cantidad de personas y, una vez que se vean obligados a intervenir para salvar el planeta de una catástrofe, se harán ver por todos. Los extraterrestres que están en misión en nuestro planeta están aquí para ayudarnos a evolucionar, a hacernos salir de este lugar de tinieblas que hemos creado. Cristo volverá cuando ya la humanidad haya fracasado, cuando haya un caos mundial terrible que Él mismo provocará...

“Pondré los poderosos los unos contra los otros”... así les debilitarà y él se manifestará. El mal terminará y el reino de Dios se instaurará finalmente sobre la tierra. Mientras tanto preparamos Su retorno. Proseguimos nuestro cammino bajo la mirada de María, conscientes de que los niños son la expresión más pura de Cristo en la Tierra y de que cada sacrificio suyo recaerá inexorablemente sobre nuestra conciencia. Desprendámonos de nuestras comodidades, esquemas y egoísmos porque pagaremos caro todas nuestras negligencias.

Él, el precursor continúa su paso señalado por el signo sagrado por los prodigios que acompañan su presencia se cumplen para avalar su misión en el mundo.

Él, el precursor y Ella, Madre de Su Señor, el Cristo Rey, testigos del tiempo que anuncia el retorno del Mesías.

Ecce Homo.


Con profunda devoción
Sonia Alea

Palermo, 30 de Octubre 2015

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