UN EJEMPLO DE VIDA PARA TODOS NOSOTROSHe tenido la posibilidad y el honor de poder visitar la comunidad de San Patrignano (comunidad para la recuperación de tóxico-dependientes, famosa en todo el mundo ya que es la más grande de Europa.
Fundada por Vincenzo Muccioli el 31 de Octubre de 1978, luego se convirtió en una cooperativa que da asistencia gratuita a toxico-dependientes, principalmente, a enfermos afectados por enfermedades graves como el SIDA o incluso enfermos terminales donde se trata de darles una muerte digna y serena.
Salimos temprano, alrededor de las 7 de la mañana, para llegar allí alrededor de las 9:30.
Inicialmente el paseo dentro de la comunidad se hace en autobus, dada la enorme estructura y la extensión de los campos de cultivo.
Comenzamos a ver el orden y la limpieza de esta comunidad que se ve que es tratada igual que como un joven trata a su primer auto, luego finalmente se baja hasta los silos enormes en los cuales se conserva el vino que resulta de estos inmensos cultivos de viñedos.
Salimos temprano, alrededor de las 7 de la mañana, para llegar allí alrededor de las 9:30.
Inicialmente el paseo dentro de la comunidad se hace en autobus, dada la enorme estructura y la extensión de los campos de cultivo.
Comenzamos a ver el orden y la limpieza de esta comunidad que se ve que es tratada igual que como un joven trata a su primer auto, luego finalmente se baja hasta los silos enormes en los cuales se conserva el vino que resulta de estos inmensos cultivos de viñedos.
El encargado de explicarnos toda la producción, que va desde la recolección de la uva hasta el embotellado, es un joven ex tóxico-dependiente, el cual con algo de timidez logra hablarnos de todos los procesos detallándolos uno a uno.
Pero está muy interesado en decirnos una cosa, más allá de la producción del vino, que al final es un trabajo como cualquier otro, lo más importante en la vida es poder donar al prójimo todo el amor posible y esto dicho por una persona que antes no hacía otra cosa que drogarse causa un cierto efecto, esto me ha impresionado completamente.
Luego nos vamos de estas bodegas vitivinícolas para dirigirnos hacia un enorme establo, donde pienso que habrían unas 200 vacas, luego hacia una carpintería, donde se realizan cuadros, marcos, mochilas y otras cosas, todo esto es realizado por estos chicos y chicas que están en busca de algo más, de lo que les ofrece la sociedad actual.
El hecho de ver a todos estos jóvenes que nos observan y que nosotros observamos, me ha hecho reflexionar, me identifico con ellos y trato de descifrar su pensamiento, que no puede ser otro que: “¿No podía haberlo pensado antes?”
Llega la hora del almuerzo y algo nos deja estupefactos, una sala con una capacidad de 2000 sillas, grande casi como un estadio deportivo, construido con una estructura de madera lo cual lo hace un ambiente muy familiar.
Alrededor de las 12:30 se empieza a llenar la sala y se comienza a sentir solamente la respiración de 2000 personas.
En cierto momento un señor golpea tres veces las manos y... SILENCIO, las personas se ponen de pie, se hace la señal de la cruz y luego se sientan nuevamente.
Así sucede en cada almuerzo y en cada cena en la comunidad de San Patrignano.
Algo inalcanzable para personas normales, dado que apenas nos sentamos en la mesa, la falta de respeto por el silencio en la mesa cotidiana es constante.
Entonces lamentablemente, las personas con algunos problemas somos nosotros y no la gente de San Patrignano.
No hablemos de la comida, me avergoncé al ver que dos compañeras mías que estaban sentadas a mi lado habían dejado el plato casi lleno de sobras de comida.
Porque hemos olvidado la educación, estamos viciados hasta los huesos, no nos falta nada y cuando algo nos falta alguien se preocupa por proporcionárnoslo.
Seguramente Vincenzo Muccioli ha logrado muy bien, hacer comprender la importancia de la comida y que dejarla es un pecado.
Inmediatamente después nos encontramos con los chicos de WeFree, una asociación nacida para la prevención de la droga. Los chicos que han experimentado la dependencia de sustancias estupefacientes, van por toda Italia para contar su trágica historia, para que el joven que escucha se sensibilice y no la pruebe.
Me he emocionado al escuchar la historia de estos chicos que desgraciadamente la mayoría de ellos, si no todos, han caído en la droga por problemas sentimentales.
La humildad y la solidaridad trasluce de estos ojos que se llenan de lágrimas cuando se rozan ciertos recuerdos del pasado, ¡pero conscientes de que lo han logrado!
Han logrado romper los muros que los encerraban en la tortura de la dependencia de la droga.
Me siento verdaderamente afortunado de haber tenido la posibilidad de visitar esta comunidad, fundada por un gran hombre como Muccioli y con la ayuda de sus chicos que hoy en día luchan contra este cáncer de la sociedad llamado droga.
Se le debe mucho a esta comunidad por el bien que ha hecho, que está haciendo y que hará.
Sant'Elpidio a Mare (Italia)
24/04/2010. Ore 00:47
Giorgio Di Stefano
Luego nos vamos de estas bodegas vitivinícolas para dirigirnos hacia un enorme establo, donde pienso que habrían unas 200 vacas, luego hacia una carpintería, donde se realizan cuadros, marcos, mochilas y otras cosas, todo esto es realizado por estos chicos y chicas que están en busca de algo más, de lo que les ofrece la sociedad actual.El hecho de ver a todos estos jóvenes que nos observan y que nosotros observamos, me ha hecho reflexionar, me identifico con ellos y trato de descifrar su pensamiento, que no puede ser otro que: “¿No podía haberlo pensado antes?”
Llega la hora del almuerzo y algo nos deja estupefactos, una sala con una capacidad de 2000 sillas, grande casi como un estadio deportivo, construido con una estructura de madera lo cual lo hace un ambiente muy familiar.
Alrededor de las 12:30 se empieza a llenar la sala y se comienza a sentir solamente la respiración de 2000 personas.
En cierto momento un señor golpea tres veces las manos y... SILENCIO, las personas se ponen de pie, se hace la señal de la cruz y luego se sientan nuevamente.
Así sucede en cada almuerzo y en cada cena en la comunidad de San Patrignano.
Algo inalcanzable para personas normales, dado que apenas nos sentamos en la mesa, la falta de respeto por el silencio en la mesa cotidiana es constante.
Entonces lamentablemente, las personas con algunos problemas somos nosotros y no la gente de San Patrignano.
No hablemos de la comida, me avergoncé al ver que dos compañeras mías que estaban sentadas a mi lado habían dejado el plato casi lleno de sobras de comida.
Porque hemos olvidado la educación, estamos viciados hasta los huesos, no nos falta nada y cuando algo nos falta alguien se preocupa por proporcionárnoslo.
Seguramente Vincenzo Muccioli ha logrado muy bien, hacer comprender la importancia de la comida y que dejarla es un pecado. Inmediatamente después nos encontramos con los chicos de WeFree, una asociación nacida para la prevención de la droga. Los chicos que han experimentado la dependencia de sustancias estupefacientes, van por toda Italia para contar su trágica historia, para que el joven que escucha se sensibilice y no la pruebe.
Me he emocionado al escuchar la historia de estos chicos que desgraciadamente la mayoría de ellos, si no todos, han caído en la droga por problemas sentimentales.
La humildad y la solidaridad trasluce de estos ojos que se llenan de lágrimas cuando se rozan ciertos recuerdos del pasado, ¡pero conscientes de que lo han logrado!
Han logrado romper los muros que los encerraban en la tortura de la dependencia de la droga.
Me siento verdaderamente afortunado de haber tenido la posibilidad de visitar esta comunidad, fundada por un gran hombre como Muccioli y con la ayuda de sus chicos que hoy en día luchan contra este cáncer de la sociedad llamado droga.
Se le debe mucho a esta comunidad por el bien que ha hecho, que está haciendo y que hará.
Sant'Elpidio a Mare (Italia)
24/04/2010. Ore 00:47
Giorgio Di Stefano
Esta es una fuente que se encuentra en el medio del parque que rodea el comedor.
Algunos de los chicos de WeFree
Algunos de los chicos de WeFree
