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Claudia100Por Claudia Marsili
“Padre, quiero hacer más por Tu Obra, quiero estar aún más cerca tuyo, aún más dentro de esta misión”. Estas son las palabras pronunciadas hace algunos años por una joven mujer dedicada a la misión de Juan, inmersa en un incesante operatividad y con un Espíritu que desborda de pasión y fervor.
Ya había dejado su tierra, sus amigos, su trabajo, pero todo esto parecía no ser suficiente aún, su llama la llevaba a pedir más... a OFRECER más... hasta ofrecerse a si misma.
Y el Cielo la escucha, escucha a su hija devota, y la pone frente a nuevos desafíos, a difíciles pruebas que superar y comprender, pero de una extraordinaria potencia. El Cielo le da la gracia de poder servir a Cristo aún más de cerca... de tocarlo con la mano, hasta de curarle sus heridas.
En una sola palabra se resume lo que esta mujer ha ofrecido y entregado desde su primer encuentro con esta maravillosa Obra: DISPONIBILIDAD.
Esta palabra es la que quiso explicarnos más en detalle a todos nosotros nuestro amado Giorgio Bongiovanni durante la lección espiritual de Navidad; las lágrimas llenaron mis ojos al escuchar sus palabras, el relato de la sangración de sus estigmas a la que no pude asistir físicamente pero que viví con toda la participación de mi Espíritu: al cerrar los ojos se representó ante mi la escena de ese cuerpo flagelado una vez más por este inmenso prodigio. Y vi sus ojos desnudos. Entregados a nosotros. Amorosos y severos. Una emoción muy fuerte sacudió mi pecho. Y me arrastró hasta esa habitación.
¿Estamos listos realmente a dar TODO? Esa fue la pregunta que nos hizo Giorgio. ¿Pero qué significa realmente estar disponibles?
La disponibilidad es la predisposición interior a despojar nuestras vidas para llenarlas de Cristo.
Disponibilidad es estar listos a dedicar cada segundo de nuestra vida para anunciar el Retorno de nuestro Salvador, dejando que sea el Cielo quien nos indique el camino para poder recorrerlo lo mejor posible.
Disponibilidad es trabajar hasta 12 horas por día, si es necesario, para llevar el pan a casa y dedicar todo el tiempo restante a la obra de Cristo. Disponibilidad es discernimiento para comprender hacia dónde dirigir nuestras energías y cómo hacer fructificar al máximo los talentos que el Señor ha puesto en nuestro interior. Disponibilidad es elegir entre mil oportunidades y caminos aquel que esté iluminado por la sabiduría divina. Disponibilidad es saber resistir a las tentaciones y mirar más allá, incluso cuando éstas se camuflan detrás de las lágrimas de una madre que nos querría tener a su lado. Disponibilidad es asumir nuestras responsabilidades. Disponibilidad es paciencia. Espera. Predisposición de ánimo. Un corazón que escucha. Es humildad. Sacrificio.
¿Realmente hemos hecho nuestra esta palabra? ¿En la infinidad de sus significados? ¿En el más profundo significado que esta palabra representa para nosotros que formamos parte de esta familia? Pero hay un joven que sin lugar a dudas logró hacerlo, el 2 de Septiembre de 1989, y todo lo que vino después está a la vista de todos nosotros. Giorgio, con paciencia y tenacidad, jamás se ha cansado de tomarnos de la mano y de guiar nuestros lentos pasos. Él da cada vez una nueva linfa y una nueva fuerza a nuestro compromiso cotidiano, mientras que tendríamos que ser nosotros los que tendríamos que apoyarlo y darle nuevas fuerzas.
Así como esa joven mujer encarnó esta palabra en su significado más auténtico. Su nombre es Sonia Alea, una fuente preciosa de amor y dulzura. Un fresco rocío son sus palabras mientras estando en nuestra tierra de Gubbio nos hizo un relato inmenso y precioso con sus ojos encendidos de Amor. Gracias a estos dos Espíritus maravillosos. Que nos dan una señal tangible de lo que es la disponibilidad.
Ojalá el Padre pueda escuchar el grito de todos nosotros y pueda hacernos dignos de la tarea que nos ha sido confiada. Desde el más pequeño de nosotros hasta el más preparado y expuesto. Desde quienes tienen apenas 5 minutos para dedicarle a esta obra después del trabajo hasta quienes trabajan en Su viña 24 horas por día. Desde quien todavía tiene mucho que aprender hasta quien tiene la capacidad de instruir e iluminar al mundo. Todos son engranajes de la misma máquina perfecta. Muchas espigas doradas, todas dobladas dulcemente para formar el mismo dibujo maravilloso en el trigo.
Claudia Marsili
26 de Diciembre de 2014