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emergency¿UN DIA DE GUERRA O  UN AÑO DE ATENCION MEDICA?
Carta abierta de un operador de Emergency* en Afganistán sobre la refinanciación a la misión militar italiana.
Dos millones de euros al día es el costo de la misión militar italiana en Afganistán. Esta es la última refinanciación de la guerra, por el momento aprobada por la Cámara de Diputados, probablemente compuesta por personas que es probable que no sepan ni siquiera cuales son las fronteras estatales con Afganistán o si linda con el mar.
Dos millones es el costo anual de un hospital de Emergency en Afganistán (hay tres, en Kabul, en Anabah y en Lashkar). En un año, con la misma cantidad de dinero gastado por Italia en favor de la guerra, se podría hacer funcionar trescientos sesenta y cinco hospitales, todos de alto nivel y completamente gratuitos para la población. Con ese dinero, tal vez se podría pasar a la historia por haber cambiado el destino de un país.
Italia, con estos dos millones de euros al día, no pasará a la historia: esta elección es probable que sea recordada algún día sólo como un error, una violación del artículo 11 de la Constitución, algo que podría evitarse. Tal vez ahí radica la diferencia entre la civilización y la ignorancia: saber cómo gastar el dinero correctamente.
Las organizaciones internacionales, el Banco Mundial a la cabeza, reservan cada año para la salud de los afganos cinco dólares por persona. Traducido en números, eso significa que una provincia de 100.000 habitantes recibiría 500.000 dólares al año para la gestión de salud en su conjunto: con este dinero sólo puede existir una atención sanitaria básica, muy básica.
Un hospital de Emergency abarca un área de asistencia de alrededor de esa dimensión, pero se asigna un presupuesto cuatro veces mayor. Cabe señalar que debido a la guerra, el Estado afgano depende íntegramente de los fondos internacionales para sus propios servicios esenciales.
No es polémica. Es desilusión.
Es la sonrisa de un niño lo que iluminó mi día. Un soplo de mala suerte le ha llevado una mano: agita su brazo como si todavía quisiese utilizar el alma de la extremidad perdida. Lo observo. Me responde con una sonrisa, ojos inmensos, brillantes.
Por un momento veo, reflejado a través de sus ojos, el mundo visto desde un niño. Con la misma ingenuidad, la misma incomprensión de los actos estúpidos de los adultos. El mundo es perfecto, a esa edad, incluso si la estupidez de los adultos te ha privado de una mano.
Alessandro Angaria
http://it.peacereporter.net/articolo/26587/Un+giorno+di+guerra+o+un+anno+di+cure%3F
* http://www.emergency.it/index.html