ANNO DOMINI 2013.

DÍA DOS DEL MES DE SEPTIEMBRE.

LA CELESTE SEÑORA, LA SANTÍSIMA MADRE MARÍA, CON LAS MANOS JUNTAS EN ORACIÓN Y UNA ROSA EN EL CENTRO DE SU PECHO, APARECE EN FÁTIMA A LO ALTO, SOBRE UNA ENCINA.

“HIJO, TE CONFÍO UNA MISIÓN...”

HAN PASADO 24 LARGOS AÑOS DESDE AQUEL DOS DE SEPTIEMBRE DE 1989. LA MISIÓN SIGUE EN CURSO Y ESTÁ EN SU FASE FINAL.

LAS SEÑALES DE LA CRUZ, LA FE EN JESÚS CRISTO, LA CONSOLACIÓN DE MIS HERMANAS, DE MIS HERMANOS Y DE MIS HIJOS SIGUEN SIENDO LOS SELLOS DE UN FUEGO DE AMOR IMPRESO EN MI ESPÍRITU, EN MI CUERPO Y EN MI ALMA.

LA TRISTEZA Y EL LLANTO SE APODERAN DE MI ESPÍRITU, PERO SOLO POR EL HECHO DE VER AL MUNDO EN RUINAS Y EL INJUSTO SUFRIMIENTO QUE DEVASTA A LOS PARVULITOS AMADOS POR EL SEÑOR ADONAY, MIENTRAS QUE LA SERENIDAD Y LA ALEGRÍA DEL ESPÍRITU SON MI PAN COTIDIANO. POR DICHA RAZÓN ME SIENTO AGRADECIDO E INFINITAMENTE DEVOTO A JESÚS CRISTO, EL MESÍAS, PORQUE ME HA VISITADO, ME HA LLAMADO Y ME HA ELEGIDO. NO HAY RIQUEZA NI FELICIDAD MÁS GRANDE PARA UN HOMBRE QUE CUANDO OCURRE UN MILAGRO TAN INMENSO.

A PESAR DE QUE TODAVÍA SOY RELATIVAMENTE JOVEN CON ESTE CUERPO, CREO QUE ESTOY EN EL CAMINO DEL OCASO DE ESTA EXISTENCIA TERRENAL, POR DICHA RAZÓN QUIERO DEDICAR ESTOS ÚLTIMOS AÑOS DE MI VIDA A ÉL, AL MAESTRO DE LOS MAESTROS, AL AMOR MÁS GRANDE DE TODOS LOS AMORES: JESÚS CRISTO.

MI VIDA HUMANA Y ESPIRITUAL ESTÁ EN SUS MANOS Y LA ETERNIDAD DE MI EXISTIR ES EL LATIDO CONTINUO E INCESANTE QUE VUELVE MI CONCIENCIA CONSCIENTE DE DICHA VERDAD.

ESPERO Y RUEGO QUE UN DÍA TODOS VOSOTROS, HERMANOS Y HERMANAS, PODÁIS VIVIR Y SENTIR LO QUE MI ESPÍRITU VIVE EN LA ETERNIDAD DE LA VIDA.

¡PAZ PARA TODOS VOSOTROS!

CON AMOR.