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testa 2016enespañol

cristo ti salva 200DEL CIELO A LA TIERRA

HE ESCRITO EL 16 DE OCTUBRE DEL 2017:

LA CRÓNICA ESCRITA POR LA HERMANA SANDRA REPORTA FIELMENTE TODO LO QUE EL CIELO ME HA PEDIDO QUE OS COMUNIQUE EN LOS DÍAS DE LA SANTA PASCUA DE 2017.

EN FE VUESTRO.

G. B.

LA VERDAD DE CRISTO LIBERA Y SALVA NUESTRAS ALMAS
Por Sandra De Marco

Desde Su nacimiento, en la persona de los pastores que lo visitaban y durante toda Su predicación, Jesús estaba rodeado a menudo de gente común, llamada multitud, a veces pueblo, otras veces tumulto: no es ese enjambre de sacerdotes, escribas y fariseos con su poder y su doctrina; y ni siquiera el pueblo de Dios, ese Israel elegido para trazar el sendero del Evangelio siguiendo las huellas de ese joven Nazareno.

Pero ¿qué ha sido de la multitud que Lo seguía?

La multitud es extraña... toda esa gente sin rostro, ni nombre, llevada por una fe que reclama signos, que pide una palabra, una consolación, un milagro, la esperanza que la vida de cada uno pueda cambiar, o el perdón de sus pecados; una multitud ávida de cariño y de respuestas en una desesperada búsqueda de algo que pueda colmar sus vacíos interiores. Que indaga, que interroga, que busca, que exulta, que se deslumbra, que se alegra, que arroja monedas al templo y que desordenadamente pide justicia... Que Lo aprieta y Lo aplasta por todos lados, que siempre quiere estar cerca Suyo... que no quisiera nunca dejarlo ir, al punto tal de impedir a Su Madre y a Sus hermanos que se acerquen.

La multitud es extraña... pero ella es la primera testigo, la humilde y espontánea invitada, que comienza a contar... Un marco constante en la vida de Jesús: llega desde toda la Judea, desde Jerusalén y desde el litoral de Tiro y de Sidón, desde Idumea y Transjordania... Se agolpaba frente a la casa de Pedro, en Cafarnaum, a orillas del lago Tiberíades y Lo sigue durante Su peregrinaje hasta Galilea con la esperanza de poder seguirlo escuchando, de ver los prodigios de los que era capaz. Lo ha visto descender desde Betfagé, entre los olivos, atravesar el torrente de Cedron, exultante Lo ha recibido en Jerusalén, arrojando sus mantos en el camino por donde pasaba y al verlo llegar sobre el lomo de un burro Lo alcamó Rey.

También es buena la multitud…, sin lugar a dudas no teme el juicio de condena que ya han emitido los escribas, enviados por las autoridades del Sanedrín para controlar la situación, es más, demuestra quererlo proteger de ellos y hasta incluso de los parientes de Jesús que habían venido a buscarlo desde Nazaret.

Sin embargo en un determinado momento, en el juicio frente a Pilatos, de estar a favor suyo pasa a una hostilidad total y sin motivos. Una vez que los guardias del Templo Lo arrestaron y que todos Sus amigos se escaparon, aquella que había tenido una actitud amigable y pasional pasó a ser feroz, encarneciéndose, al punto de impulsar al juez a aceptar su reclamo de condena y de muerte.

La multitud es extraña… pero después de todo no es tan absurda, no es tan blasfema; si la observas bien bien de cerca incluso te puede resular familiar.

Miras a la multitud y nos vemos a nosotros mismos, que nos acercamos a la cruz por mil millones de razones, con todos nuestros arrebatos de entusiasmo y con nuestros límites: nosotros somos capaces de hacer grandes acciones, con mucha dedicación... nosotros, que nos embriagamos de entusiasmos y maravillas, nosotros que sentimos que ya estamos bien con una fe enrarecida por la enorme cantidad de condicionamientos. Nosotros, que con un incontenible fervor Le ofrecemos nuestra vida, pero que luego pensamos que muchas veces hablar de Jesús es algo duro, incomprensible, con requisitos que a menudo son excesivos, intolerables, infundados... Nosotros, que a veces ofendemos la Cruz pensando que somos cireneos porque afrontamos algunas dificultades inevitables, que nos consideramos Sus hijos legítimos y que nos escudamos con una idea infantil y católica de Cristo... Nosotros, que Lo hemos confundido con alguien que reparte certezas, que preferimos ser unos frustrados y enojarnos en lugar de tener el valor de confiar en Él y obedecerle totalmente...

Tal vez la multitud no había entendido que la apuesta era alta... quizás nosotros no lo hemos comprendido...

En medio de esta multitud también estamos nosotros y Su llamada nos impulsa a salir a la luz, a dar un paso al frente, a luchar hasta nuestro último respiro, abandonando el anonimato.

Jesús dijo: “En verdad, en verdad os digo: me buscáis, no porque hayáis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado” (Juan 6, 26).

¿Qué pasó con la multitud? Es algo sobre lo cual nunca se escribió nada pero lo que será de nosotros, si damos un paso atrás, si no cumplimos con nuestra Promesa, será un destino mucho peor porque nosotros no sólo hemos conocido a Cristo: hemos comido y bebido con Él, hemos contemplado el Universo, respirado y seguido Sus pasos...

A la insistente multitud que pregunta: “¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús: ‘Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado’.”

La Verdad que fue Crucificada ya está aquí, entre nosotros... Y si no hacemos Su voluntad no será porque hemos entendido mal, sino porque hemos comprendido demasiado bien.

Y, mal que pese, lo único peor a la traición es el engaño.

SANTA PASCUA DE 2017
SÁBADO 15 DE ABRIL DE 2017 - SANT’ELPIDIO A MARE

Giorgio: Un día, hace 2050 años, en Jerusalén, entre los meses de Marzo y Abril, a las 19:37 hs, (por decir un horario simbólico) en el Sepulcro sellado de la familia de José de Arimatea, yacía el cuerpo de Jesús de Nazaret, estaba envuelto con la Sábana Santa. La piedra que cubría el Sepulcro pesaba diez, quizás veinte quintales y los guardias estaban apostados para controlar que no se acercaran los Apóstoles. Cristo estaba allí, acostado, esperando la hora de Su Resurrección, pero en realidad Su Espíritu, el que personificaba a Jesús de Nazaret, estaba visitando un lugar debajo de la Tierra: Agartha, el infierno y Jesús visitaba a los espíritus atormentados. Dios y Su Hijo, el Cristo, son los dueños de todo, del Paraíso y del infierno, porque Dios es único y no tiene rivales. Satanás es simplemente un delegado, no tiene ningún poder, Dios lo ha relegado a ese lugar y lo utiliza como un instrumento de tentación (porque Satanás obedece a Dios, el hombre no).

A las 19:37 hs. Jesús se encuentra en el infierno porque Su infinito amor todavía personificaba el amor incondicional del Espíritu Santo, es decir: dar todo y no recibir nada a cambio. El amor pasa a ser incondicional (crístico) cuando aquellos a los que amas te odian y te persiguen. Este es el amor que Jesús le dio a los hombres hace dos mil años para luego recibir persecución, asesinato, muerte y por último resurrección. Cuando en cambio uno da amor y lo recibe ese es un amor espiritual, humano, altruista. En la fase actual en la que nos encontramos (la tercera dimensión humana, material, racional, egoista), el amor incondicional es dar y no recibir nada a cambio, o hasta incluso sufrir un daño. En la cuarta dimensión, es dar y recibir. Inclusive en los mundos espirituales de los hermanos de la luz siempre hay un dar y un recibir, pero si doy amor y recibo algo negativo quien me lo ha provocado va al exilio.

Por lo tanto Cristo se encarnó y nos transmitió el amor incondicional...

A las 19:40 Él estaba visitando el infierno, miraba a todas las almas atormentadas y les ofrecía la redención. En ese momento Su presencia los alivió y los liberó del tormento: “-Soy el Hijo de Dios. ¿Queréis redimiros?”

Las almas Lo escucharon y Le respondieron: “-¡Hemos sido condenados eternamente! ¿Tú vienes aquí a liberarnos?”. “-Si queréis dejar a Satanás que lo único que hace es manteneros en el tormento, en el sufrimiento y beneficios materiales, os prometo el perdón de vuestro castigo”. Muchos aceptaron y Jesús les permitió reencarnar para redimirse, salieron de Agartha y eligieron familias para trabajar a favor de la vida y hacer obras de bien. Si no lo hubieran hecho habrían regresado allí abajo a padecer sufrimientos peores. Algunos espíritus, que tal vez habían sido comandantes, no tuvieron la fuerza de humillarse porque cuando Jesús les ofreció la posibilidad de renacer se acordaron de quiénes habían sido (si yo he sido Berlusconi no me sentiría feliz al renacer como el hijo de su sirvienta).

A las 5 de la mañana el Espíritu de Jesús Cristificado ascendió y se proyectó nuevamente en el cuerpo de Jesús de Nazaret. Durante este proceso, Él había cicatrizado todas Sus heridas, excepto los estigmas y por lo tanto resucitó con los Signos que ya no sangraban para que lo pudieran reconocer, mientras que el resto de las heridas quedaron impresas en la Sábana Santa. Luego desmaterializó el cuerpo dentro del lienzo y salió del mismo para volver a materializar el cuerpo apareciendo de pie, para que esa Sábana no sufriera ningún tipo de rastros de movimiento. Cristo puede hacer todo, sin excepciones. Jesús había resucitado, los Seres de luz derribaron la piedra y los soldados romanos que estaban de guardia vieron todo: los Ángeles, el rayo de luz que había movido la roca y a Cristo saliendo del Sepulcro. En la película “Risen” (Resucitado) los guardias se lo confiesan al tribuno. A partir de ese momento Jesús dejó de manifestar el amor incondicional y, después del ofrecimiento de redención, asumió en Si mismo la justicia de Dios, que no es otra cosa que la Ley de causa y efecto (tendrás en base a lo que has producido y si no lo haces se te quitará hasta lo que tienes). La Resurrección es una transformación, un cambio: desde ese instante Cristo dejó al reino del mundo (la humanidad) en manos de Satanás, quien tuvo el permiso de administrarlo y de tentar a todos los que creían en el Señor para ver si tenían fe, poniéndolos a prueba hasta el cansancio. “Dentro de dos mil años veremos quién me ha sido fiel: con ellos construiré el Renio de Mi Padre en la Tierra”. Obviamente a lo largo de estos dos mil años también ha habido intervenciones de una misericordia infinita ( que no han sido frecuentes).

P: ¿Cómo es posible que las almas atormentadas rechazaran el ofrecimiento de Cristo?

Giorgio: Cuando Cristo descendió a Agartha para ofrecerles la reencarnación Satanás también les prometió que los haría reencarnarse, dándoles un bienestar material superior al que habían tenido anteriormente. Solo en ese caso, con el permiso de Dios, pudo hacerlo.

DOMINGO 16 DE ABRIL DE 2017 – SANT’ELPIDIO A MARE

Giorgio: Ayer, Sábado Santo, Jesús resucitado fue a Agartha para ver a las almas atormentadas. A las 5 de la mañana salió del Sepulcro y se dejó ver por María Magdalena y por la Santísima Madre. En los Evangelios está la descripción de casi todo pero ahora os digo cómo fueron las cosas. Dos Ángeles se les aparecieron a María María Magdalena y a la Virgen y les preguntaron: “-¿Por qué buscáis al Viviente entre los muertos? ¡Jesús ha resucitado!” a pesar de ello la Magdalena se desesperaba y seguía llorando ya que no encontraba el cuerpo de Cristo. En un determinado momento, frente a ella, se apareció el Señor. La Virgen Lo reconoció de inmediato, pero no dijo nada para respetar el plan de Jesús. María Magdalena no dejaba de llorar y, como dice el Evangelio, se dirigió a esa figura de hombre que pensaba que era el custodio del jardín y le preguntó: “-¿Me ayuda a encontrar a mi Señor?”.

Sólo cuando Jesús exclamó: “-¡María!” ella Lo reconoció y respondió: “-¡Rabbi!” (Señor, Maestro). Jesús estaba en astral, elevado del suelo, aún no se había materializado por completo, si María hubiera intentado abrazarlo habría encontrado aire y habría escapado ya que en ese tiempo de le tenía miedo a los fantasmas. “-¡No me toques! Ve a buscar a Mis hermanos y avísales que los veré en Galilea” (no les dice Judea porque en ese lugar Lo habían condenado a muerte).

El Domingo se dejó ver únicamente por María Magdalena y por Su Madre, a los Apóstoles se les apareció durante cuarenta días antes de ascender al Cielo para luego regresar a la Tierra. El Señor lo hará en los días por venir, no se cuantificar cuándo será, si pasarán semanas, meses, o años pero pronto se mostrará al mundo. También dijo lo que ocurriría y nosotros tenemos que afrontar los acontecimientos.

En los días posteriores Él entró en el Cenáculo, a puertas cerradas, donde se desmaterializó y se encarnó nuevamente frente a Sus Apóstoles que, todos felices, se arrodillaron y Lo adoraron. Jesús no quería solo ser tocado y comió con ellos. Su metodología “preveía” que Él conviviera con los Apóstoles, para que ellos tuvieran la certeza de que era Él, en carne y huesos. En Su segunda aparición el Señor también se dejó tocar por Tomás, porque la primera vez no estaba presente y no había creído en el relato de sus hermanos. Para ser más precisos, los hermanos de Tomás, que son los Apóstoles de Cristo, ni siquiera creían en lo que les había contado María Magdalena, cuando la Virgen la invitó al Cenáculo. La Santísima Madre le dijo: “-Ve y dile a los hermanos de Mi Hijo, a nuestros hermanos, que Él ha resucitado”. Seguramente si hubiera ido Ella misma, los Apóstoles le habrían creído instantáneamente, pero en el proyecto de Cristo, de la Madre Celeste, estaba previsto que ocurriera esto.

De hecho cuando María Magdalena les contó que había visto a Jesús resucitado nadie confió en ella. Solo Pedro, quien tenía un gran carisma ante los demás once, los sorprendió diciendo: “-¡Yo le creo!” en ese momento todos estaban condicionados por la incredulidad de Tomás. Hasta Juan manifestó algunas dudas pero sabía que Jesús resucitaría. Luego Pedro agregó: “-Jesús había dicho que resucitaría entonces creo que es así. ¡No os lo está diciendo el mejor Apóstol sino aquel que Lo ha renegado y que Lo ha traicionado! ¿Por qué no tendríamos que creerle a nuestra hermana María Magdalena? ¡Está bien que Él se manifieste ante ella ya que nosotros hemos comido y dormido con Él, sabíamos que era el Cristo y sin embargo lo traicionamos, en cambio ella no! Está bien que el Maestro se deje ver por ella primero y luego por nosotros, si lo merecemos”.

Y fue así que todos se arrepintieron, abrazaron a Pedro y le creyeron.

Jesús entró al Cenáculo, a puertas cerradas, también durante Su segunda aparición. Tomás que ya había regresado de hacer sus cosas, se encontró con los doce Apóstoles, incluido Matías, quien se había sumado a ellos. Jesús llamó a Tomás, quien después de haber puesto la mano en Su costado, se arrodilló exclamando: “-¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: “¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que creerán sin ver”.

Así es, hoy me detendré en esta última frase: “En verdad os digo, bienaventurados los que creerán sin ver”. Salvo algunas excepciones la mayoría de vosotros no ha visto a Jesús físicamente. En este caso todos vosotros que no habéis visto sois bienaventurados porque estáis creyendo sin ver. En cambio yo me encuentro un poco en la condición de Tomás. Lo he visto y no soy bienaventurado, soy un mensajero Suyo y he tenido la gracia de verlo. Vosotros sois beatos pero esa también es una arma de doble filo porque tenéis que estar alertas y no perder la fe. El hecho de crerr sin ver nos da la gracia pero cuando luego dejamos de creer y abandonamos la fe que hemos adquirido (sin haber visto) nos perdemos. ¡Tenéis que tener las manos firmes en el arado! En cambio quienes nunca han visto a Cristo y se pierden pueden regresar: el Señor los perdonará porque son bienaventurados, han creído sin ver. En cambio aquellos que, como yo, Lo han visto físicamente, o de forma directa (física, astral, etc.) no son dichosos, si llegaran a abandonar, no serán perdonados!

P: ¿Conviene ver a Cristo, con el riesgo de que si uno abandona luego no será perdonado?

Giorgio: Conviene no haberlo visto, ya que eres bienaventurado sin ver, te pierdes, caes, pecas, luego regresas y Él te acepta. Si en cambio Lo has visto y vives en las mismas condiciones no serás perdonado. Lo más conveniente os lo dejo decidir a vosotros.

P: ¿Ver Sus Signos es como verle a Él?

Giorgio: ¡Si, ver Sus Signos es como verlo a Él, pero no son Él! Tomás vio Sus estigmas pero también al Señor. Yo los tengo. Ellas son una parte de Jesús pero yo no soy Él: soy el precursor a quien Cristo selló con los Signos de los Estigmas. Jesús dijo: “Tenéis que creerle porque lleva el Sello, pero él no es el Mesías”, yo lo anuncio.

Cuando me preguntáis: “-¿Cuándo vendrá Jesús? ¿Lo veré algún día?” Respondo: “-Si, el Señor me ha prometido que se dejará ver por cada uno de vosotros, os visitará uno por uno”. Lo está haciendo: algunos ya me han contado que Lo han visto en los sueños.

Yo me refiero a una visita directa, que se recuerda perfectamente: en los sueños, en astral, físicamente, por ejemplo que llama a la puerta, entra y se sienta en vuestras casas. Esto es lo que hará Jesús con cada uno de vosotros. Hoy Él me ha dicho que os diga: “-Quienes Me vean serán bienaventurados tendrán el don del Espíritu Santo, pero serán tentados y si abandonan no serán perdonados”.

Por las noches tenéis que miraros al espejo y preguntaros: “-¿Estoy listo para recibir a Jesús? Si estoy listo ya no puedo volver atrás”. Hablad con vuestro espíritu y preguntadle: “-¿Estás dispuesto a dejar todo, a no dejarte condicionar por los sentimientos, por el amor, por tu novio/a, por el trabajo, por el dinero, por la casa, por los estudios, por los pasatiempos, por las vacaciones, por las distracciones, por las exigencias personales, por la muerte, por la vida...?” ¿Estamos listos para ver a Jesús? Si así es tenéis que decir: “-Si” ¡Y Él vendrá! Pero si pensáis: “-Soy un hombre/mujer con todas mis debilidades, tropiezo... si luego me dejo atraer por un sentimiento humano, por un enamoramiento, por una exigencia personal y me aparto un poco, Jesús ya no me recibiría, entonces le digo: “-Señor espera un momento, ven más adelante cuando esté listo. Por ahora sigo la Obra, la vivo y soy beato sin verte”.

Tomás es el símbolo de la humanidad que cree pero se deja tentar por el materialismo, por la racionalidad, por el egoismo, por la intolerancia. ¡Tomás era intolerante consigo mismo, imaginemos con los demás! Era exigente, meticuloso, perfeccionista, racional: creía únicamente si veía, pero Jesús lo aceptó porque era fiel. ¡Todos creen si ven! En cambio la espiritualidad se basa sobre todo en la interioridad. Tomás representa esa humanidad honesta, positiva que, si ve, luego cree y no se separa más, pero esto no es suficiente. Hay que tener esa fe que te permite creer en cosas que no se ven. De hecho Jesús le llamó la atención y dijo: “Bienaventurados los que creerán sin ver”. Cada Apóstol tenía una peculiaridad de la humanidad, para darnos una enseñanza. Pedro representaba la fuerza y el miedo. La fe de Pedro le daba fuerza a todos los demás Apóstoles, pero el miedo lo llevó a traicionar. Los hombres somos limitados a causa del miedo y Pedro lo venció dando la vida, dejándose crucificar en la cruz, cabeza abajo. Cada uno de los Apóstoles tenía una característica positiva y una negativa para enseñarnos, ellos pasaron a ser perfectos sólo en el momento que descendió sobre ellos el Espíritu Santo. Con Jesús expresaron características típicamente humanas y espirituales, de las cuales nosotros tenemos que ver cuál es su enseñanza. Los Apóstoles nacieron para ello: eran el complemento de Jesús para instruirnos.

El Señor no podía enseñarnos los pecados y los límites humanos porque Él es perfecto: esta tarea era de los doce. ¡Cuando me dicen que Jesús se equivocó me enloquezco! Él no se equivocó y tampoco fingió, simplemente no podía, así como no habría podido morir por más que lo hubiera deseado. ¡Cristo es eterno! ¡Cuando estaba en el Getsemaní y se dirigió al Padre no se estaba equivocando, ni mucho menos tenía miedo: esa era una enseñanza.

¡Era la carne la que tenía miedo, Él no! Tenemos que acostumbrarnos a creer sin ver, porque hemos visto los Signos. Muchos de nosotros los hemos vivido. Jesús nos ha dado un Signo visible, una parte de Él, además de muchos otros (astronaves, milagros...), por lo tanto nosotros ya estamos saliendo de la categoría de los bienaventurados. Tenemos que ser fieles hasta el Retorno de Cristo y tener mucho cuidado de no convertirnos en símbolo de la parábola del banquete nupcial (Mateo 22, 1-14) en el que el Rey (el Padre) manda a Sus sirvientes a llamar a los invitados para las bodas de Su Hijo. Frente a una invitación como esa algunos permanecen indiferentes y no la aceptan: hay quienes van a su campo, otros van al mercado, otros siguen haciendo sus cosas. los sirvientes regresan donde su Señor y le comunican que ninguno de los invitados estaba dispuesto a venir. El Rey les dice que sigan insistiendo pero los invitados maltratan, les pegan y echan a los sirvientes y, paradójicamente, a algunos hasta incluso llegan a matarlos.

El Rey, enfurecido, ordena a los militares de su ejército que extermine a todos los invitados y que luego vayan a la plaza a buscar a los pobres, a los lisiados, a los ciegos, a los rencos, a los buenos y a los malos para invitarlos ya que su Hijo tiene que casarse y tiene que tener “comensales”. Se celebra la boda y la sala se llena con todos los que habían sido reclutados en las calles.

“... Pero cuando el rey entró a ver a los comensales, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de boda, le dijo: ``Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda? Y él enmudeció. Entonces el rey dijo a los sirvientes: ``Atadle las manos y los pies, y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos”.

En el Evangelio hay otra parábola en la que Jesús cuenta como el Padre elige a un pueblo para que reconozca a Su Hijo, pero eso no sucede: es más, el pueblo mismo Le persigue, Le procesa y Le mata. Dios abandona al pueblo de Israel y elige al pueblo latino, es decir a esta generación. Por lo tanto, Cristo regresará en el territorio latino: en Italia o en Sudamerica, España o Francia. ¡Jesús volverá aquí! Os he leído esta parábola porque nosotros podríamos ser los invitados que no van a la boda de Jesús, y en ese caso seremos echados al fuego donde hay llanto y temblor de dientes. Tenemos que vestirnos con el traje de boda, de lo contrario nos perderemos y tendremos ese fin.

Para que comprendáis lo que es el traje de boda, os leo el pasaje del Evangelio: (Mateo 19,29) “Y el que deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, mujer, hijos, bienes, dinero o campos por Mi nombre, recibirá cien veces. ¡Solo así entraréis en el Reino, si no no entraréis!” Éste es mi mensaje de Pascua. Tenéis que dar todo lo que tenéis, incluso vuestra ropa, de lo contrario, cuando subáis a las astronaves, os preguntaré a cada uno de vosotros: “¿Has dato todo?” Muéstrame las pruebas de que has dado tu mujer, tu marido, tu casa, tus hijos, tus hermanos, tus bienes, tus propriedades a los que lo necesitaban”. Si os habéis dejado algo para vosotros, aunque sea solo el anillo, no entraréis. Sólamente el que se despoja de todo entrará. Ni siquiera la ropa que tengo encima me pertenecen y mis hijos son Tuyos Señor; mi mujer es Tuya Señor, Te pertenece. ¡Quítame todo lo que quieras!

Nosotros tenemos que trabajar todavía para llegar a este nivel, por el momento no somos perfectos; a veces somos egoístas, celosos, pero tenemos que llegar a ser capaces de despojarnos de todo: yo me preocupo por vuestra salvación y la mia. Estemos atentos: ¡se acercan esos tiempos! Llega la guerra...

Gracias a Dios nosotros somos afortunados ya que no tenemos bienes o tenemos poco y es fácil liberarse de ello; el que en cambio es muy rico tendrá que sufrir mucho. Ese pasaje del Evangelio de Mateo nunca lo leen en la Iglesia, porque tendría que ser la primera en desprenderse de todo. Entonces la Iglesia Católica, por excelencia, está fuera del Reino. Claro está que hay personas como Don Ciotti que no poseen nada, ni siquiera la parroquia. ¡Por el contrario, esos cardenales criminales, bastardos, malditos, asesinos, demonios, tienen que ir al infierno! ¡Yo estoy sediento de justicia!

Os he dicho ayer que Jesús no volverá con el amor crístico incondicionado, para recibir torturas, ¡vendrá con la espada de la justicia y separará el grano de la cizaña! Enseñad a vuestros hijos a que sean altruistas, a que deseen el bien del prójimo.

Yo creo que nosotros no entraremos en el Reino, ya que estamos incrustados de pecado; pero podemos hacer el bien. Yo no se si entraré en el Reino, no soy perfecto y no he sido como Jesús quería que yo fuera, pero he intentado dar todo lo que podía. Quiero enseñar a mis hijos a que sean altruistas, a que ayuden al prójimo, expresando su creatividad para que la sociedad mejore; a que hagan el bien y que no piensen en acumular dinero. Este comportamiento se refiere a mi y a mis hijos: yo no puedo juzgar a nadie.

Yo tengo hijos que tienen talentos y podrían de verdad enriquecerse con las facultades intelectuales y creativas que tienen, pero les he dicho que hagan el bien, que vivan al día con lo que el Señor nos ofrece, justo para tirar adelante; y sus talentos para el bien del prójimo. Yo tengo hijos biológicos y espirituales: hay quien escribe para luchar contra el mal a través de la lucha contra la mafia, hay quien ayuda a los niños carenciados, quien expresa el arte, quien dibuja y yo les he enseñado a acumular solamente tesoros espirituales. Os hago una profecía: se que dentro de poco tiempo no se hablará más de temas económicos, pronto no escucharéis más en la televisón noticias de economía, sino solo de lo que tenga que ver con la supervivencia: ¡la economía se acabó! Durante la segunda guerra mundial nuestros abuelos nos contaban que comián la piel de las patatas. Si estallase una guerra mundial, en esta era multimedial, los telediarios nos enseñarían como plantar lechugas o patatas, porque no habrá tiendas, no habrá más nada. ¿Entonces para que sirve acumular?

Como dice Jesús, nosotros tenemos que dar todo para entrar en Su Reino. Le he prometido, y os lo prometo también a vosotros, que escriberé el quinto Evangelio de Juan: explicaré todo lo que ha dicho Jesús y Sus parábolas en clave moderna, adaptado al tercer milenio, no a hace 2000 años.

Ahora os leo yo un mensaje, mañana lo leeré al público, pero creo que las personas se levantarán y se irán a casa...

Yo, Giorgio Bongiovanni, he encontrado a Jesús Cristo físicamente en Nairobi, el 12 de abril de 2017, tenía 9 años y se llamaba Moisés; quizás ya se haya muerto de nuevo, pero resucitará.

“Hola Jesús, ¿por qué te llamas Moses? Cuéntame tu jornada”.

http://www.unpuntoenelinfinito.com/messaggi-celesti/2017/7808-he-encontrado-a-jesus-en-nairobi-se-llamaba-moses.html

El 12 de abril se celebra el Día de los Niños. Hay 200 millones de niños en las mismas condiciones que Moses: morirán todos, vivirán una vida de infierno y no llegarán a los veinte años. Son Ángeles de Dios que han venido para salvarnos del infierno, han elegido sufrir atrozmente. Cuando se encarnan no se lo recuerdan, muchos se suicidan porque no han resistido a la misión que habían elegido autopostulandose. No sufrirán la muerte segunda, porque los ha mandado el Padre: Cristo no solo les perdonará, sino que además les recibirá en la Luz. Deciden de encarnarse para ayudarnos en nuestras miserias y son la prueba de que somos egoístas y materialistas. Somos nosotros los que nos postulamos a la muerte segunda y estos niños quieren salvarnos, asumiendo sobre ellos los pecados del mundo, viviendo en la pobreza; ¡ellos son Jesús, son Cristo! Por eso mismo no voy a Africa a dar de comer a Moses: ¡Moses es Jesús! ¡Yo me quedo aquí en el infierno, para intentar salvarnos a nosotros! ¡Nosotros sí que arriesgamos el infierno!

Hoy día de Pascua, hemos intentado dentro de nuestros límites vivir a Jesús juntos, entonces no siento que estoy en pecado, pero sí me siento en culpa. Aquí intentamos hacer lo mejor que podemos, mientras muchos hombres en el Vaticano, los hombres de poder, los ricos, se han reunido y han tirado a la basura cientos de toneladas de comida que podrían dar la vida a Moses y a otros 150 millones de niños: ¡para ellos no habrá perdón! Y no habrá perdón tampoco para nosotros, queridos hermanos, si no vivimos a Cristo dentro de nosotros al 100%. Por ahora no se nos pide sacrificar nuestra vida, ¡pero nos será pedido! En este momento, el Cielo quiere que nosotros no nos lamentemos nunca. No digáis: “Ah, me falta esto... no se como haré. Esta noche me duele el dedo pequeño... mi novia me trata mal... no puedo ir al arca, está demasiado lejos y no tengo coche, llegaría muy cansado... hoy no he comido, no es justo, Dios entonces no existe, la Virgen me está tratando mal, ¡¿pero cómo?! He dado todo a la Obra y ahora no tengo ni siquiera un plato de pasta?... Hola Giorgio, me encuentro en una situación devastadora, reza a Jesús para que me ayude. Yo no puedo ayudar a la Obra porque no llego a finales de mes, ¡corro el riesgo de morir!”

Tengo que daros un mensaje: Adoniesis, el Padre de Cristo, me ha encargado que os diga: “Yo perdonaré todos sus pecados, sólo si no se lamentan ¡Si lo hacen, les privaré de comida, del coche, del novio, de la mujer, de los hijos, del trabajo, del dinero, de la casa y les mandaré al infierno! Tienen que vivir con la alegría en el corazón, con amor. No importa lo que yo pueda darles en la vida, Me lo tienen que agradecer igual. Si viven con amor y alegría sin quejarse nunca, Yo les daré 100 veces más de lo que les falta. ¡Pero en cuanto oiga una sola queja, les privaré de todo, incluso de la vida, para rendir justicia a Moses!”

Además, el Padre me ha dicho que yo soy la primera persona a la que está dirigido este mensaje. Y he contestado: “Está bien Señor, Te prometo que no me lamentaré, aceptaré todo lo que me des. Necesito Tu ayuda para hacer la Obra. Si no me ayudas y no me concederás la providencia, yo Te prometo que la llevaré adelante lo mismo, aunque sea debajo de un puente, con mis hijos, donde podrá nacer mi nietito, pero no me quejaré. Te doy las gracias siempre, porque lo que nos has dado a nosotros no tiene precio comparando con lo que no has dado a estos niños. Tú, Señor, desde el momento que me has dado el Conocimiento, puedes incluso arrancar la piel de mi cuerpo porque si tengo la Verdad nunca me podrá faltar nada. ¡Entonces Señor, ponme a prueba: quítame la casa, el coche, la mujer, los hijos y verás que no te renegaré!”.

Y el Señor ha dicho también: “No hijo, si hablas así no lo haré. A todos los que son como tú, también a tus amigos, yo les daré 100 veces más si dirán y harán lo mismo”. Si no poseemos nada y además padecemos de todas las enfermedades de este mundo, tenemos que demostrarlo y decir: “¡Señor gracias! ¡Me has dado el Conocimiento! Todo lo que me estás quitando a mi dáselo a Moses y a todos esos millones de niños. ¡Yo puedo morir de privaciones, pero tengo la Verdad dentro de mi!”.

¿Cuánto vale el Conocimiento de la Verdad? No tiene precio, ¡yo no lo cambio con nada! Lo que os recomiendo es: ¡no traicionemos a Jesús que vive en Nairobi! ¡Tenemos que ser felices, sonreir (que es algo sencillo, aunque no sea fácil todos los días) y agradecer al Señor! Ahora no nos falta de nada, tenemos la providencia, a lo máximo tenemos algunas perqueñas dificultades. Un día podríamos tener que vivir la prueba de que se nos quite todo: coche, casa, incluso el arca. Entonces diremos: “Señor, así lo has decidido, yo Te lo agradezco porque se que si yo soy fiel a Ti, Tú me darás cien veces más, como hiciste con Job”.

¡Nuestras depresiones y victimismos no son tolerables! Hermanos, hermanas, yo os amo muchísimo pero os estoy advirtiendo. Sabéis que estoy dispuesto a dar mi vida si lo queréis, pero no puedo hacer nada en el caso en que os hagáis víctimas en contra de vosotros mismos, diciendo: “me falta esto... me falta aquello”. Si mi hija, o mi mujer decididieran irse, haría de todo para que se quedaran, pero al final yo diría: “Tengo a Adonay, tengo a Cristo”. Si un día me veréis con la carne lacerada a causa de una lepra misteriosa, con la cara toda morada pero sonriente, no os maravilléis porque la riqueza más grande que tengo son los hijos y la Verdad. Aunque el Señor me quitara los hijos, Le daría gracias lo mismo porque yo he vivido toda mi vida, mientras Moses está viviendo el infierno; ¡respira la cola para olvidar la vida de este mundo! ¡Un niño que es Dios, la alegría de la vida, quiere morir!

¡Nosotros no tenemos derecho a lamentarnos de nada, a ninguna intemperancia, instancia, controversia, en contra de nuestro Cristo que nos ha dado todo! Tenemos solo que dar gracias; incluso cuando nos pone a prueba haciendonos perder cosas. Objetivamente, es verdad que a veces nos falta algo: no tenemos dinero, tenemos problemas sentimentales pero no tenemos que afrontarlos jamás con el victimismo, sino con la sonrisa y el diálogo; y si tenemos razón, también con determinación. ¡Si después de todo nos vemos obligados a caminar por ahí como mendigos, al final sonríamos! Nosotros tenemos en el banco (es decir dentro de nosotros) un tesoro con un valor infinito: ¡el Conocimiento!

P: Yo he estado en África y he visto a todos esos niños. ¡No hay un minuto que perder! Jesús no tiene que venir donde nosotros, sino donde los hombres de poder corruptos, asustarlos y hacerles ver los riesgos que corren. Yo soy impotente y puedo solo dar algún euro para los niños sirios.

Giorgio: Al contrario de los hombres de poder, nosotros creemos en Jesús. Lo primero de todo tenemos que despojarnos de todo y una vez que Le hayamos demostrado que lo hemos hecho, porque creemos en Él, entonces Él ira donde los potentes con la justicia. Ahora no creemos verdaderamente en Jesús, no estamos dispuestos a darle todo. Entonces viviremos en el afán, en el sufrimiento atroz: viendo a los niños morir de hambre y viendo nuestra muerte interior. Cuando nos desprendamos verdaderamente de todo, incluso físicamente, en Verdad os digo: “Yo acompañaré a Jesús a donde los hombres de poder. ¡Pero mientras haya aunque sea uno solo de nosotros que no lo haga, Cristo no irá donde ellos! Jesús pretende, si verdaderamente creemos en Él, que sacrifiquemos nuestra vida y entonces golpeará a los potentes y cambiará sus cabezas, ¡ésta es la respuesta de Jesús. Antes tenemos que demostrarle a Dios que creemos de verdad en Su Hijo. ¡Creer significa dejarse crucificar y sufrir como Él, no tener ningún bien a disposición! Si me quedo sentado en mi sofá viendo las noticias en el canal Sky, escribiendo mensajes en mi computadora, haciendo el predicador sin tener el valor de bajar a la plaza y desnudarme como hizo San Francisco, yo no puedo pedirle a Jesús que vaya donde los potentes. Yo puedo prometerle que gritaré, puedo decir: “Señor, todavía no soy capaz de darte todo. Tengo pocas cosas pero todavía quiero tenerlas, apenas conseguiré desprenderme de todo entonces te pediré que vayas donde los hombres de poder”.

Os había advertido que el día de Pascua os habría dicho cosas que os harían sentir mal, ¡pero es la Verdad! Así que, queridos hermanos, no os lamentéis, sed felices. Yo deseo solo que me prometáis que intentaremos hacerlo. ¡No quiero que os volváis fanáticos y que mañana vayáis a la plaza sin ropa! Intentemos dar toda nuestra vida, día tras día. Trabajemos en esto. Jesús lee nuestros corazones y sabrá que somos de buena fe; no dejará nunca que nos falte nada, pero quiere ver si estamos dispuestos a hacerlo. Tenemos que empezar, pero si lo hacemos solo con la mente es una tomadura de pelo! ¡Jesús derrotará a los poderosos cuando nos derrotemos a nosotros mismos!

P: La Iglesia Católica, el Papa, la apertura de Francisco hacia Cuba, cual es su rol,cual es su estrategia?

Giorgio: A mi juicio el Papa Francisco tendrá el papel de ser matado y se tratará de un asesinato preventivo. El Papa se está esforzando en hacer algo: en algunas cosas lo logra, en otras más complejas no obtiene los resultados que él quisiera. Entonces tomará una decisión improvisada y sobre todo audaz, pero justa, y será un martirio. Después llegará el anticristo.

P: ¿Por qué en el Evangelio de Juan no aparece la Última Cena?

Giorgio: Te equivocas: en el Evangelio de Juan la Última cena es fundamental, porque contiene la famosa oración que Jesús hizo al padre: “Padre, yo te los recomiendo, no te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del mal” (Juan 17,15).

P: ¿La fe es un don o se puede adquirir durante la vida?

Giorgio: La fe es un don que te es concedido gracias a una conquista tuya, es semejante a una copa que recibes después de ganar una competición. Tú trabajas por el bien, te esfuerzas en hacer el bien y si eres capaz de persistir en ello hasta el final, Jesús te premia con la fe, es decir que crees sin ver; ya no necesitas hacer batallas para conquistarla. Si naces con la fe es porque ya te lo has ganado en la vida precedente. A mi no me han regalado nunca nada, el regalo que he recibido es el amor de Cristo; el resto me lo tenido que ganar con el sudor de la sangre. A pesar de ello, me considero afortunado ya que Dios me ha dado el intelecto, el discernimiento, y el conocimiento con lo cual puedes hacer todo.

P: Antes de salir del sepulcro, Jesús desciende a Agarta y ofrece una posibilidad de redención a los condenados; has hablado de ese lugar como de un lugar material, físico. Cuando en cambio un espíritu se desencarna, transita en el cinturón de Van Allen?

Giorgio: Agarta, es decir el infierno que está bajo tierra, es un lugar tanto físico, concreto, como astral. El cinturón de Van Allen es el Purgatorio, un lugar de transición parecido a una estación de pasaje hacia la reencarnación, el El Dorado, Agarta o otros planetas.

Os dejo con algunos mensajes que he escrito, pero es como si los estuviera recibiendo ahora:

DEL CIELO A LA TIERRA
 
SANTA PASCUA 2014
EL SEÑOR JESÚS CRISTO ESTÁ EN LA TIERRA.
ÉL NO NOS HA DEJADO HUÉRFANOS, HA REGRESADO.
YO LE HE VISTO Y LE HE BESADO.
SI, EL ESPOSO ANUNCIADO POR EL EVANGELIO ESTÁ AQUÍ, EN MEDIO DE NOSOTROS, Y PRONTO SE MANIFESTARÁ CON POTENCIA Y GLORIA A TODO EL MUNDO PARA EL JUICIO FINAL Y LA INSTAURACIÓN DEL REINO DE DIOS EN LA TIERRA.
YO LE HE VISTO Y ANUNCIO SU JUSTICIA Y LA DEL PADRE.
¡PREPARAOS Y ARREPENTÍOS!
¡EL TIEMPO HA LLEGADO!
EN FE
G.B.
 
DEL CIELO A LA TIERRA

SANTA PASCUA DEL ANNO DOMINI 2013

¡ESCUCHADME Y RECONOCEDME POR LO QUE OS DIGO!
YA ELEGÍ EL LUGAR DEL MUNDO EN EL QUE MANIFESTARÉ MI POTENCIA Y MI GLORIA CON MI ESPÍRITU Y MI CUERPO. LAS LEGIONES ANGÉLICAS ME ACOMPAÑARÁN Y SOBRE LA TIERRA TRIUNFARÁ LA JUSTICIA, LA PAZ Y EL AMOR.
¡ESTAD ATENTOS Y VIGILAD! EL TIEMPO EN QUE SE MANIFESTARÁ ESTE ÚNICO Y GRAN ACONTECIMIENTO PARA LOS HOMBRES DE LA TIERRA ESTÁ PRÓXIMO Y LAS SEÑALES QUE LO ANUNCIAN SON EVIDENTES A TODOS.
DURANTE ESOS DÍAS EL CIELO SE DESGARRARÁ Y LAS FUERZAS DE LA NATURALEZA: EL AGUA, EL AIRE, LA TIERRA Y EL FUEGO YA HABRÁN GOLPEADO A LOS PODEROSOS DEL MUNDO Y A MILES DE MILLONES DE SERES HUMANOS CON LA VARA DIVINA. LAS LEGIONES ANGÉLICAS SE PRESENTARÁN ANTE LA CIVILIZACIÓN DEL PLANETA TIERRA HACIENDO MILAGROS QUE ESTREMECERÁN A LA CIENCIA Y A LAS RELIGIONES DE LOS HOMBRES.
¡POR LO TANTO, VIGILAD! ¡Y PREPARAOS, HIJITOS MÍOS!
YA OS HE DICHO, A TRAVÉS DE AQUEL QUE ESCRIBE Y LLEVA EN SU CUERPO LAS SEÑALES SAGRADAS DE MI CRUCIFIXIÓN, MI SERVIDOR Y SERVIDOR VUESTRO, QUE VISITARÉ UNO A UNO A LOS ELEGIDOS POR EL PADRE MÍO Y A TODAS LAS ALMAS QUE HAN SIDO LLAMADAS POR ELLOS PARA PARTICIPAR EN LA IGLESIA DE JUAN.
¡VIGILAD! Y SOBRE TODO ESTAD UNIDOS. EL CAMINO SOLITARIO SIN LA COMUNIÓN ENTRE VOSOTROS, LLAMADOS, ES UNA TENTACIÓN QUE OS ARRASTRARÁ INEXORABLEMENTE LEJOS DE MI LUZ CRÍSTICA.
EL HIJO DEL HOMBRE ESTARA PRESENTE CON VOSOTROS SOLO SI, UNIDOS EN EL CAMINO MESIÁNICO, OS AMÁIS COMO HERMANOS, OS NUTRÍS DE MI CUERPO Y BEBÉIS DE MI SANGRE. NO PENSÉIS QUE YO PUEDA CONSOLAR A VUESTRAS ALMAS SI LAS MISMAS RECORREN SOLITARIAS EL CAMINO DE LA VERDAD QUE LLEVA A LA REDENCIÓN.
¡ESTAD ATENTOS! ¡OS HE ADVERTIDO!
¡EL CÁLIZ DE LA COMUNIÓN CRÍSTICA QUE VIVE ENTRE VOSOTROS, EXISTE PARA SACIAR LA SED DE VUESTRO ESPÍRITU CANDIDATO A LA REDENCIÓN CON EL AGUA DE LA VIDA!
¡ESCUCHADLO!
¡TENED MI PAZ!
DEL CIELO A LA TIERRA

Las Parejas (Santa Fe, Argentina)
30 Marzo de 2013. 09:52 horas
G. B.

Buona Pasqua a tutti!

A.D 33 - A.D 2017. Una nueva Pascua, otra Cruz… y luego otra y otra más: Dios, a través de sus instrumentos que viven entre nosotros, se manifiesta, nos escucha, nos ama, nos amonesta, nos consuela; nos sustenta, nos acompaña a lo largo del Camino y lucha para no dejar que nos perdamos. Un Dios que todavía muere y resucita ante nuestros ojos, que continúa a proponerse, a repetirse a si mismo, que nos concede el tiempo para detenernos, mirarnos dentro, mirar hacia atrás, pedir perdón e intentarlo otra vez; para empezar de nuevo. Es una historia con mil matices que parece inmóvil, una película atascada sobre esta humanidad que parece no acabar nunca. Es una escena que se repite al infinito, una cinta que se rebobina sobre si misma con una velocidad inesperada como si nada hubiera pasado nunca… Un viejo libro con las páginas amarillentas, cuenta: "Un monje Zen hizo su primer sermón. La semana siguiente lo repitió igual idéntico, y la tercera semana lo repitió sin cambiar una palabra.

La comunidad de fieles empezó a sentirse molesta. De verdad era demasiado. Después del quinto sermón idéntico, los fieles nombraron a un representante y este hombre fue donde el monje a protestar en nombre de todos. "¿Qué sucede? - dijo - ¿Sólo tienes un sermón para predicar"?. "No, tengo varios" contestó el monje. "Pero entonces por qué sigues aburriéndonos con las mismases palabras"?. El monje se calló un momento. ¡No habéis hecho nada! - suspiró – “Yo tengo muchos sermones preparados, pero si no empezáis a actuar en consecuencia no puedo pasar al segundo. He predicado cinco veces, ¿y qué habéis hecho con respecto de este sermón? ¡Nada! No, no puedo pasar todavía al segundo". Poco a poco los fieles empezaron a desertar del templo. Y el monje estaba siempre allí y también recitaba su homilía incluso cuando ya no había nadie que le escuchara. Luego la comunidad de fieles empezó a pasar de largo del templo. Las palabras del monje, siempre las mismas, repicaban a menudo también en el exterior de los muros. El monje de vez en cuando paraba a un fiel por la calle y le preguntaba: Has hecho algo con respecto al primer sermón"? Le echaron. Sólo entonces, en lo secreto del corazón de alguien, aquel discurso empezó a dar los primeros frutos, pero el monje ya estaba lejos”.

El Señor nos había advertido, este no será un cuento con un desenlace feliz para todos. El tiempo ha llegado: si todavía no hemos comprendido, si pensábamos que todo nos era debido, dejemos de una vez por todas de pedir signos y empecemos a suplicar de rodillas al buen Dios que, en Su infinita misericordia, nos conceda nuevos oídos para oír y nuevos ojos para ver.

Con amor y devoción,

Sandra de Marco
12 de octubre de 2017
San Giovanni de Polcenigo

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