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Horas de gestiones y de constatación de documentos definen el futuro de un asesino
 Por  Jean Georges Almendras

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La incertidumbre, la burocracia, las certezas legales, la astucia en las gestiones, la mezquindad mafiosa, la impunidad y la sed de justicia se dan cita alrededor de un detenido de nombre Vilmar Acosta, alias “Neneco”, alojado en un edificio estatal de la ciudad de Navirai, en el estado de Matogrosso del Sur, en el Brasil. Mientras los abogados del ex intendente  de Ypehjú, sindicado como el ideólogo del mortal ataque a balazos cometido contra Pablo Medina y su asistente Antonia Almada, apelan a todos los mecanismos legales (y hasta quizás sutilmente ilegales) para que su patrocinado recupere la libertad, en el marco de una maniobra que podría permitirle eludir su extradición al territorio paraguayo para su condena, en diferentes ámbitos de la sociedad paraguaya se hacen movilizaciones y se corre una verdadera carrera contra reloj, para que toda la maquinaria jurídica del Estado paraguayo deje limpios y sin obstáculos, todos los caminos para que todo el peso de la ley caiga sobre el instigador y mandante del crimen del periodista Pablo Medina y de su asistente. Un péndulo perverso si se quiere, pero inevitable, dentro de una sociedad que está siendo testigo de un hecho quizás sin precedentes en el Paraguay y que podría marcar un mojón muy importante, sea  del triunfo de la Justicia o del triunfo del poder mafioso, en connubio con el sistema político paraguayo, apadrinado por la desidia de una burocracia siempre poco diligente cuando se trata de defender la verdad y la legalidad. Un connubio de vieja data en ese país, cuya sociedad humana del 2015, asiste impertérrita a una nueva pulseada entre el bien y el mal, con el saldo de vidas humanas destrozadas y de valores pisoteados y denostados.

En razón de todo este contexto, periodistas de los diarios de Asunción, de los informativos radiales y televisivos, y también de programas periodísticos de diferentes medios de comunicación no hacen otra cosa que hablar, no solo de la captura de Vilmar Acosta, sino además de todo lo que se relaciona con su futuro. ¿Será finalmente extraditado ?¿ O será que otra vez el manto de la impunidad lo apañará para regresarlo a las calles de  ciudades brasileñas, donde seguramente osará burlarse de los policías, que tras rastrearlo por varias semanas, le dieron captura cuando hacía compras en un supermercado de la localidad de Caarapo, en el distrito de Naviraí, a tan solo 250 kilómetros de la ciudad de Ypehjú?
Aires de incertidumbre se respiran por las calles de la capital paraguaya, y en las ciudades donde los valores de justicia se oponen a las redes delictivas y de corrupción, de elementos dedicados al narcotráfico o al oficio de asesinar personas, por dinero o por favoritismo al poderoso de turno, de la región.
Desde el día 16 de octubre del año 2014 no había paraguayo (y periodista paraguayo o de la región o del mundo) honesto que no deseara ver detenido al ideólogo del crimen de Pablo Medina y de su asistente, hecho cometido en un camino rural de una zona conocida como Villa Ygatimi. Por casi cinco meses se sabía perfectamente que tres eran los principales involucrados en este hecho de violencia: el ex intendente Vilmar “Neneco” Acosta, de 36 años,  (líder del denominado clan Acosta, con dominio total en la región de Ypehjú y Curuguaty), su hermano Wilson Acosta y un sobrino identificado como Flavio Acosta, más otros implicados, algunos de ellos relacionados con la familia Acosta y otros no, estando entre ellos seguramente policías y políticos, todos  pesos pesados del narcotráfico, y estrechamente vinculados a algunos sistemas de poder del Estado paraguayo. Hasta que finalmente, en la tarde del 4 de marzo,  se dio captura al pez más gordo del grupo de criminales que conspiró contra Medina. Se capturó a quien ordenara la muerte del colega, lisa y llanamente para sacarlo del medio, como a tantos otros.
Ahora bien, capturado Vilmar “Neneco” Acosta  en el Brasil, el tema no concluyó con los oropeles deseados, porque prácticamente al segundo siguiente de darle la voz de alto y de esposarlo sin hacer caso de sus protestas por el procedimiento, sobrevino otro problema, inevitable, por haberse materializado su arresto fuera de las fronteras paraguayas. Sobrevino la discusión sobre su extradición al Paraguay.
Vilmar Acosta, por saberse intensamente buscado por las autoridades, por el crimen de Pablo Medina y de su asistente,  no creo que por casualidad haya puesto proa hacia el Brasil. Oportunamente se supo que este sujeto mantenía una doble ciudadanía. Y pues bien, haciendo gala y uso de ese beneficio, quizás se sintió seguro fuera del Paraguay y de él huyó, sin dejar rastro. Nunca supuso que policías honestos y distantes de la corrupción imperante en la región de Ypehjú lo rastrearían pacientemente hasta detectarlo en la localidad de Naviraí , en el Brasil. Y como era de suponer, tras  abordarlo, cuando se aprestaba a salir de un supermercado tripulando una moto, lo detuvieron, abriéndose así una etapa muy importante en el caso Medina-Al mada: la etapa de hacerse justicia.

Pero los cabos de acero del destino no estuvieron bien aceitados porque a la captura le sucedió la incertidumbre. La incertidumbre por saber si esa captura tendría sus frutos. Porque la captura se hizo fuera del Paraguay y porque Vilmar “Neneco” Acosta deberá ser extraditado, para ser juzgado.
Mientras unos iniciaban una lucha intensa por su extradición, otros –los abogados defensores del detenido- iniciaban su lucha por neutralizarla, para evitarle así su comparecencia ante los jueces paraguayos. La pulseada inevitable entre las dos posiciones cobró forma gradualmente y en las horas siguientes a  la captura mediáticamente se oyeron todo tipo de opiniones y de posturas. Pese a todas ellas, los aspectos vitales de esa puja se fueron desarrollando progresivamente en un clima tenso y de gran expectativa.
Según la prensa paraguaya, el Jefe de la Policía Civil de Naviraí, Claudeneis Galinari , quien años atrás  llegó a conocer personalmente a Pablo Medina al punto de entablar una sólida amistad con él, se constituyó en uno de los principales defensores del caso criminal a favor de la extradición al Paraguay de Vilmar Acosta y en ese sentido no dejó de decir, con cuanto periodista pudo mantener un diálogo, que sin el apoyo de las autoridades paraguayas poco se podría hacer para concretar esa tan deseada extradición.
“Vilmar podría ser liberado en cualquier momento. Es una situación contra la que estamos peleando desde el momento mismo de su captura, en una corrida contra el tiempo” dijo Galinari. Luego agregó, en tono melancólico: “Resucitar a Pablo Medina ya no puedo, no tengo el poder de Dios, pero sí puedo colaborar para que (Neneco) siga en prisión”
En una entrevista que el Jefe Galinari concedió a los periodistas del programa “De Primera Mano” dijo enérgicamente: “Neneco no tiene vergüenza, dice que es brasilero ahora. Es un bandido, un sicario sinvergüenza y cobarde. Es hombre con las armas en las manos, pero cobarde cuando se trata de estar en las manos de la justicia y la policía. Cuando fue detenido dijo que es inocente. No le queremos a Neneco en el Brasil. No nos interesa que este sicario se quede en el Brasil. El debe ser juzgado en el Paraguay. Estoy muy contento, en forma especial por la detención de Vilmar Acosta, porque yo era  amigo de Pablo  Medina”
En esta terrible pulseada, entre las legalidades y las argucias para huir de los jueces que condenarían a Vilmar Acosta, todo se centra en la doble nacionalidad que dice tener el detenido y en lo que vaya a suceder en consecuencia
El Jefe Galinari, en diálogo con periodistas de radio Monumental 1080 AM dijo: “La anulación del certificado de nacimiento brasileño de Vilmar Acosta fue en la noche del jueves y esa decisión judicial fue elevada hasta Brasilia, capital del Brasil. La decisión se originó debido a que ese documento se tramitó en forma ilegal”
En consecuencia, con la anulación del documento brasileño, que como decía Galinari fue hecho en forma ilegal, el asunto quedaría zanjado: el ex intendente de Ypehjú quedaría definitivamente con la nacionalidad paraguaya y con las puertas abiertas para la extradición. No obstante, este panorama no es tal,  porque el alto Oficial de la Policía Civil Galinari dijo que lamentablemente la justicia paraguaya no habría enviado anticipadamente al Brasil una orden de captura contra Vilmar Acosta.
También agregó :“para la legislación brasileña no es suficiente un pedido de captura emanado por Interpol, para que una persona pueda quedar detenida.  Mencionó que un juez paraguayo debía haber tramitado esa medida para ser analizado por el Supremo Tribunal Federal en Brasilia”

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A todo esto  ¿cuál es el punto de vista del Fiscal de Asuntos Internacionales, Dr. Juan Emilio Oviedo, sobre  todo este embrollo de legalidades e ilegalidades y de plazos y de ciudadanías ?. Consultado expresamente por el colega director de la redacción Antimafia Dos Mil Paraguay, Jorge Figueredo, el titular de Asuntos Internacionales señaló enfáticamente: ”Lo  más importante en este momento es mantener la prisión preventiva de  Vilmar Acosta Márquez, alias “Neneco”.  La extradición de éste no va ser fácil.  Es como jugar con el Real Madrid, este trámite. Para el Paraguay Vilmar Acosta es paraguayo. En estos momentos determinar la nacionalidad paraguaya de él es lo que vale. Luego, el Tribunal Supremo Federal  del Brasil tiene que investigar si los documentos de identidad brasileños que presenta  Vilmar Acosta son de contenido falso. Es decir, si los documentos brasileños que tiene  “Neneco” fueron obtenidos ilegalmente o no. Evidentemente la documentación presentada por Vilmar Acosta es real, no está falsificada formalmente, pero la forma en que la obtuvo, en su contenido, puede ser falso”
Finalmente el Dr. Oviedo dijo:”se dan todos los presupuestos para solicitar la extradición, pero el problema es que el Tribunal Supremo del Brasil puede demorar, desde meses hasta años, en aceptar la extradición de Vilmar Acosta, hasta que ellos determinen con su investigación que Acosta incurrió en el delito de producción de documento de contenido falso”
A nivel de Interpol, su jefe del Paraguay, Miguel Leguizamón, aseguró a periodistas de radio Monumental 1080 AM que el país remitió al Brasil todos los trámites legales con respecto a la orden de captura de Vilmar Acosta. También recordó que el propio Fiscal General del Estado, Javier Díaz Verón y el que investiga la causa, viajaron hasta Brasilia con todos los documentos y solicitaron la colaboración de la Policía Federal y de autoridades brasileñas.
Por último, señaló rotundamente:”Brasil está en condiciones de hacer la extradición. Tiene todas las documentaciones. No pueden alegar que le falta documento. Se presentó orden de captura contra el ex intendente de Ypehjú por dos casos de homicidio”
Ahora bien, en tanto los expertos y los periodistas dialogan y se toman las debidas informaciones (y se dan las debidas explicaciones) para que la población pueda entender con claridad todo el procedimiento ajustado a Derecho, a casi 48 horas de la captura, el diario ABC Color, precisamente en el que trabajaba Pablo Medina, difundió la noticia de que un juez del Estado brasileño de Mato Grosso del Sur había denegado en la noche del jueves 5 de marzo el pedido de prisión preventiva de Vilmar Acosta Márquez, abriéndose con ello la posibilidad de que “Neneco” pudiera ser liberado en cualquier momento, por no contarse con una orden de captura en su contra en Brasil, no obstante que Interpol Paraguay había solicitado la detención suya. En la misma publicación también se informó, por primera vez, que incluso se habían pagaron unos 50.000 reales (equivalentes a unos 75 millones de guaraníes) en procura de la liberación de Vilmar Acosta. Sobre este eventual pago en efectivo no se informó a quién había sido entregado el dinero, ni bajo qué circunstancias,  ni dentro de qué motivaciones o formalidades, dándose lugar a todo tipo de conjeturas.
Lo cierto es que, en la medida que corren las horas, los hechos y las resoluciones irán surgiendo y en consecuencia llegará el momento de las definiciones. ¿Un Vilmar Acosta privado de su libertad y a la espera de la extradición al Paraguay para ser sometido a la Justicia por su detestable y repugnante participación en delitos de homicidio?  ¿Un Vilmar Acosta detenido provisoriamente en el Brasil, con la posibilidad de ser liberado en cualquier momento?
Dos caminos muy precisos se vienen dilucidando seguramente mientras redactamos estas líneas. Nosotros, como los periodistas del Paraguay y de la región, y del mundo, nos inclinamos en ver a un Vilmar “Neneco” Acosta trasladado al Paraguay, para ser juzgado debidamente, en una suerte de bofetada a la ya irritante impunidad que siempre ha transitado por las calles paraguayas desde tiempos remotos, bajo diferentes gobiernos y circunstancias. Y si ocurre lo contrario, habrá que redoblar las fuerzas y las presiones sociales para revertir de una  buena vez el asedio perverso que se ejerce a la población paraguaya, a su democracia y a su alma. Porque las familias de las víctimas de la mafia, y hasta las víctimas mismas, somos todos nosotros, que escribimos y escribimos denunciando las corrupciones de quienes sentados en las sillas y en los puestos de poder no hacen otra cosa que ser cómplices de todas las muertes y las violencias contra quienes, honestamente, y sin armas, se oponen a las repulsivas manipulaciones políticas que están enclavadas en el sistema de nuestros días, bendecidas por la indiferencia, la hipocresía y la cobardía de los pueblos que, solo por callarse y por no denunciar o revolucionar las conciencias, pierden la dignidad y se erigen como serviles y sumisos al poder criminal de gentes como Vilmar “Neneco” Acosta y sus laderos, del sistema político y del sub  mundo del narcotráfico. Pablo Medina y otros más no se dejaron condicionar por ellos, los mafiosos paraguayos del  2015, pagando con sus vidas el mantenerse dignos y honestos en medio del  estiércol de una ciudad infestada de malos hábitos y de añejas perversiones que se enquistaron en un país que en otrora, fuera el orgullo de la región y el más rico –y soberano- de nuestra América Latina.  Veremos qué ocurrirá mañana con “Neneco” Acosta, porque de sus dos cómplices que apretaron los gatillos de sus armas para quitar las vidas de Pablo Medina y de Antonia Almada, todavía, ni rastros.
Foto de Portada,de ABC Color: Reunión de Fiscales; Foto inferior, de ABC Color: Vilmar Acosta llegando a la localidad de Naviraí.

 

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