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Por Jorge Figueredo -  18  de Noviembre de 2015

A las nueve de la mañana en punto del miércoles 18 de noviembre  Vilmar  “ Neneco”  Acosta Marques se presentó en la sede de Antisecuestros del Ministerio Publico  ante los fiscales Sandra Quiñonez  y  Lorenzo Lezcano y se abstuvo  de prestar declaración indagatoria.  Neneco llegó  acompañado de un fuerte dispositivo de seguridad integrado principalmente por efectivos policiales de la Fope (Fuerza de Operaciones Especiales).   Mientras el exintendente se encontraba en el despacho fiscal, afuera estaba  Don Pablo Medina y  Dyrsen Medina – padre e hija respectivamente del periodista asesinado por la mafia- concediendo entrevistas a diversos medios de comunicación.  También estaban presentes periodistas del diario de ABC color con máscaras del rostro de Pablo Medina   que se manifestaban  expresando “Todos somos Pablo”   y exigiendo Justicia para Pablo y Antonia, víctimas de la narco política.
 Dyrsen Medina  ha manifestado  a la prensa  que la extradición de “Neneco” es un pequeño avance a la investigación y hay mucho por hacer.  Nos gustaría tener una formal reunión con los fiscales para concretar algunas cosas. La hija de Medina  denunció que sufrió amenazas de un hombre, quien le advirtió que si seguía presionando sobre el caso de su padre,  la  mataría con las balas que habrían sobrado, luego de dispararle a Pablo. Esto habría ocurrido pocos días después de la manifestación antimafia realizada justamente hace un año en la plaza de la Democracia de Asunción.  Por su parte,   Don Pablo  Medina no solo exigió la detención de los sicarios, autores materiales del asesinato, Wilson Acosta Marques y Flavio Acosta-que continúan prófugos- sino además solicito que los políticos del departamento de Canindeyú,  la diputada Cristina Villalba y el Gobernador Alfonzo Noria- ambos ligados supuestamente  a la narco política- también sean investigados por el Ministerio Publico, más aun al existir  testimonios y evidencias documentales de la amistad entre los mencionados personajes y Vilmar Acosta Marques, ya que todos pertenecían al mismo movimiento político dentro del Partido Colorado. Así mismo denunció que ambos estarían involucrados en el asesinato de su querido hijo periodista,   por lo que deberían ser procesados y castigados.   Finalmente expreso su deseo de que “Neneco” sea condenado a la máxima pena prevista en la ley.
Inmediatamente después de que “Neneco” Acosta fue retirado de la sede Antisecuestros del Ministerio Público, para ser trasladado a la penitenciaria de Tacumbú por disposición del Juez Carlos Martínez,   los familiares de Pablo y Antonia tuvieron una breve conversación con la fiscala Sandra Quiñonez donde  Dyrsen  manifestó: “ la extradición de “Neneco” no fue fácil, al  fin esto se concretó. Nosotros esperábamos con ansias este momento.  Queríamos verle la cara al asesino, al autor moral que ordeno la muerte de mi querido padre Pablo. Entonces  a partir de ahora lo que nosotros exigiríamos  a ustedes es la pronta detención de los sicarios que aún están prófugos doctora “   
Conforme a lo manifestado por los investigadores del crimen, los autores materiales se encontrarían aun en Paraguay, moviéndose entre los distritos de Ypejhu, Itanara, Villa Ygatimi e inclusive en Curuguaty.
Haciendo un análisis frio  de la situación procesal de Vilmar “Neneco” Acosta Marques, podemos sostener que él,  una vez realizado el Juicio Oral y Público, se expone a una pena privativa de libertad máxima de 30 años por “homicidio doloso agravado” conforme a lo establecido en el Código Penal,  más 10 años de  reclusión en un establecimiento como medida de seguridad en caso que el Ministerio Publico demuestre la alta peligrosidad suya  y que en el futuro podría volver a cometer crímenes. Por lo tanto para proteger a la sociedad se aplica este instrumento de lucha contra el delito, totalizándose 40 años, de privación de libertad.
Podemos afirmar  que el silencio sombrío de Vilmar “ Neneco”  Acosta Marques, ante el Ministerio Público,  presagia claramente su condena a la máxima pena. De ocurrir esta sentencia, la misma significaría un avance cualitativo de la Justicia Paraguaya. Significaría aplicar todo el peso de la Ley  a un criminal por formar parte   del primer nivel del crimen organizado. Significaría procesar, juzgar y condenar a personeros  políticos y personajes de poder económico que formarían parte del tercer nivel. Ese nivel del que hablaba tan claramente el Juez antimafia siciliano Giovanni Falcone (cuando se refería al vértice político-financiero de la organización mafiosa) y  que podrían estar involucrados en el asesinato del periodista Pablo Medina.  
Si la Justicia sigue dejando impune a los verdaderos mafiosos, integrantes de las cúpulas de las asociaciones criminales, varias de ellas en connubio con sectores importantes del Estado, el Paraguay pasara a ser una narcocracia (algo que se ha dado sobre todo durante el Gobierno del General Andrés Rodríguez) cuyo fenómeno se presenta en los países cuyos gobernantes han resultado directamente involucrados en el tráfico de drogas. Con todo este panorama no hay que olvidar que incluso  Cartes es sospechoso de estar vinculado al lavado de dinero proveniente de los negocios ilícito. Estamos a un paso de que el Paraguay  llegue  a convertirse en un Estado-mafia. Uno de aquellos Estados afectados por un doble fenómeno: las conexiones entre organizaciones criminales e instituciones, representadas por hombres incriminados por corrupción o por mafia, y el uso, continuado o frecuente, de prácticas criminales por parte de las instituciones mismas.    
(*) Foto de Portada: ABC COLOR