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Mensajes del Cielo a la Tierra

Índice del artículo

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CRIMENES EN EL VATICANO
SEGUNDA PARTE
De Giorgio Bongiovanni

PREMISA.
PARA TODOS AQUELLOS QUE NO HAN TENIDO LA POSIBILIDAD DE LEER LA PRIMERA PARTE DE ESTE DOSSIER, DESEO RATIFICAR EL ESPÍRITU CON EL QUE HA SIDO CONCEBIDO Y ESCRITO. CRÍMENES EN VATICANO NO ES NI QUIERE SER UN ATAQUE A LA FE CRISTIANO-CATÓLICA NI MUCHO MENOS A SUS FIELES. ES MÁS BIEN LA LLAMADA DE ATENCIÓN DE UN CREYENTE QUE NO PUEDE ACEPTAR EL VER LA FIGURA Y LAS ENSEÑANZAS DEL MAESTRO JESÚSCRISTO DESATENDIDAS, TERGIVERSADAS Y TRAICIONADAS POR PARTE DE QUIEN DEBERÍA, SIN EMBARGO, REPRESENTARLAS, VIVIRLAS Y HACERLAS VIVIR. ES UNA LLAMADA A UNA CAUSA QUE DEBERÍA INVOLUCRAR A TODOS LOS CRISTIANOS QUE QUIEREN TUTELAR Y DEFENDER LA INTEGRIDAD DE SU CREDO PARA INDUCIR A LAS CÚPULAS DE LA MÁS GRANDE DE LAS CONFESIONES CRISTIANAS A QUE EMPRENDAN UN PROFUNDO CAMINO DE ENMENDAMIENTO ESPIRITUAL Y MATERIAL.
POR LO TANTO ES CON UNA INTENCIÓN TODO LO CONTRARIO QUE ANTI-CLERICAL Y CON ESPÍRITU DE SERVICIO QUE OS INVITO A LEER LO QUE SIGUE A CONTINUACIÓN.
G.B.

Prefacio

"!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque entregáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino; pero habéis omitido lo más importante de la ley, a saber, el juicio, la misericordia y la fe. Era necesario hacer estas cosas sin omitir aquellas. !Guías ciegos, que Coláis el mosquito pero tragáis el camello!'' (Mateo cap. 23, vs 23 y 24).

Pensar en el poder someter al pueblo con el Evangelio es una pura contradicción literalmente hablando.
Asimismo admitiendo errores de traducción e incluso malévolas manipulaciones es clara a pesar de los siglos la esencia del mensaje de aquel que los cristianos creen que es el Mesías.
Al leerlo y releerlo con la mente abierta se captan inmediatamente principios que, si fueran comprendidos y puestos en práctica, cortarían desde la base el sistema de iniquidad y de vejaciones que persiste hoy como ayer y que ha cambiado solo en sus aspectos mas externos.
Las palabras de Jesús Cristo, cortantes con ricos y poderosos y colmadas de misericordia y perdón para los pecadores comunes, establecen los criterios fundamentales para erigir sobre la tierra ''el reino de los Cielos'' una parábola que no es otra cosa que la sociedad que todas las personas honestas (los buenos, los afables, los mansos, los justos... del sermón de la montaña) esperan: justa, prospera y solidaria.
Desde sus orígenes el cristianismo no supo traducir en acción la capacidad revolucionaria de la ''buena nueva'' quedando prisionero en el formalismo de las doctrinas y defendiendo estos formalismos resbaló progresivamente en la deriva de la violencia, del fanatismo y de la intolerancia.
La Babel de interpretaciones que se ha originado después no ha hecho otra cosa que separar y contraponer a los pueblos negando al hombre la posibilidad de vivir la salvación del Evangelio.
Las Iglesias siempre mas ávidas de poder temporal se han insinuado en ese juego de prepotencia, corrupción y engaño, mientras las enseñanzas crísticas, en cambio, nos habrían podido ''convertir en libres, pero libres de verdad''.
Escribas y fariseos de toda clase y de todos los tiempos han adaptado la figura de Jesús Cristo a sus innobles fines haciéndolo estandarte de arrogancia y sumisión, icono que idolatrar y que temer, instrumento de chantaje y de superstición. En su nombre se ha matado y se mata, se ha mentido y se miente, se ha difamado y se difama, se ha violado y se viola, se ha castigado y se castiga, se ha engañado y se engaña...
La imagen de un Jesús que primero vengativo y luego afable formó generaciones de creyentes convencidos que la dimensión de un buen cristiano se limita a un suficiente buen comportamiento individual y, en la mejor de las hipótesis, a una solidaridad en el tiempo libre o a la fugaz limosna aún cuando tal vez sea generosa.
Realmente el mensaje del Hijo de Dios suena como una poderosa llamada al cambio concreto.
Da la clave, la solución, para remover las causas de los sufrimientos y no solamente el método para curar los efectos. Llama al amor por el prójimo, todo el prójimo, al perdón, porque ninguno está exento de pecado y por sobre todas las cosas a la Justicia.
Tres pilares que las Iglesias han convertido en conceptos abstractos concentrando la atención de los fieles en los ritos, en las formalidades, en la exterioridad hipócrita y traduciendo la buena fe y la buena voluntad en el asistencialismo que si no está fundado en un proyecto de dignidad y de rescate no produce otra cosa que posterior pobreza y degradación.
Sin embargo hay servidores de Cristo que han sabido encarnar el Evangelio haciéndolo vivo en vez de reducirlo a un folleto para un círculo cultural de bienpensantes.
''En cuarenta años - explica Luis Ciotti, fundador del Grupo Abele y de Libera - aprendí que una sociedad feliz es aquella donde hay menos solidaridad y mas derechos. La bondad por si sola no basta, incluso a veces es una excusa para dejar sin resolver los problemas. Esta bondad nos hace cómplices de un sistema fundado en la injusticia, que después delega a un puñado de voluntarios el cuidado de los chabolismos para que no molesten mucho. Los voluntarios del Grupo Abele, católicos o no, no tienen añoranzas por lo que han elegido en la vida. Es todo lo que queríamos hacer. Pero no de cierto todo lo que podríamos hacer. Se tiene siempre la impresión de ir detrás de los problemas. La cuestión es reclamar más justicia, no ofrecer como caridad aquello que tendría que ser un derecho''.
Pocas palabras, simples, precisas, que recuerdan sin equívocos o mediaciones al cristiano que puede y debe pretender de las distintas instituciones que deberían representar los valores, que se activen para incidir realmente en los equilibrios y en las politicas que hacen de la tierra prometida un infierno.
Aún teniendo en cuenta las humanas debilidades y las terribles condiciones geopolíticas que marcaron la historia de las naciones, está fuera de duda que la mayor parte de los jefes religiosos y, mirando a Italia, de los vicarios de Cristo: los papas de la Iglesia Católica, hayan actuado sin escrúpulos aventajando a los tiranos y recurriendo a horrendas prácticas de tortura para mantener inalterado el estado de subyugación y de terror con los cuales han dominado a los pueblos.
Las cruzadas, la inquisición, el cristianismo impuesto con la violencia a los nativos de las nuevas tierras, las intrigas de palacio, los asesinatos impunes, las muertes misteriosas, las alianzas, las dictaduras, los grandes negocios...
En 2000 años la Iglesia Católica ha sido capaz de modernizar sus crímines más de lo que ha hecho con sus puntos de vista.
Sin embargo ha habido papas iluminados que han intentado conducir a la iglesia al alveo de la enseñanza crística. Si no lo pudieron realizar es porque han tenido que ceder a la extorsión del compromiso o bien porque han sido eliminados por la fuerza.
Ciértamente no se puede poner en el mismo plano al papa Borgia, rico, potente y desprejuiciado y el papa Benedicto XV, que levantó la voz en contra de la guerra, o Juan XXIII y su apertura social del evangelio y Pio XII quien en cambio guardó silencio y usó los genocidios para ''defender'' la fe, pero el resultado final es el que está a la vista de todos.
Por un lado una Iglesia rica, opulenta, potente, enredada con las maniobras políticas económicas que devoran el mundo, y por otro una iglesia de monjas y sacerdotes verdaderos, cercanos a la gente y a los olvidados del mundo.
Así el Vaticano mantiene su influencia entre los grandes y acapara el consenso de los pequeños que ve en sus hombres más verdaderos una esperanza de supervivencia. Con una mano crea hambruna y con la otra despilfarra, con una comercializa armas con la otra mitiga las heridas, con una juega en la bolsa y con la otra destina las migajas a los más desesperados... Con una crea la demanda, con la otra una mísera oferta. Poder y consenso, en una sola movida.
Las páginas que siguen, lejos de presentar un exhaustivo ''excursus'' de la historia de la Iglesia Católica, quieren ofrecer una oportunidad, no solamente de conocer los crímenes y las enormes contradicciones de una antiquísima institución que ha sobrevivido a todos los tiempos, pero sobretodo de comprender el gran engaño, el enorme espejuelo que lleva a creyentes y no creyentes a pensar el poder vivir con la conciencia tranquila y a muchos de sentirse buenos cristianos cuando cada día, cada minuto, el hambre, la violencia, la desesperación y el terror atenazan la vida de millones y millones de seres humanos: nuestro prójimo.
Hoy no nos podemos esconder más con la excusa de la ignorancia medieval, ricos y pobres, todos son llamados al altruismo cotidiano y a pretender justicia como forma de política social para los pueblos. Ninguna civilización es tal si desarrollo y progreso son exclusiva prerrogativa de pocos. No existe cristianismo del mundanismo, jesús de los potentes y de los ricos.
Existe un Jesús Cristo, con el Evangelio para los hombres y mujeres de todos los tiempos y sus palabras son claras e inequívocas:
''Si vuestra justicia no supera aquella de los escribas y fariseos no entrareis en el reino de los Cielos''


Introducción

''Los escribas y los fariseos Están sentados en la Cátedra de Moisés. Así que, todo lo que os digan hacedlo y guardadlo; pero no Hagáis Según sus obras, porque ellos dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y Difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos mismos no las quieren mover ni aún con el dedo. (Mateo 23, 2-4)

Cada día millones de personas luchan para asegurarse lo estríctamente necesario para vivir en la pobreza, degradación, indigencia, o, para los mas afortunados, tasas, deudas, préstamos infinitos, cuotas con intereses usureros.
En tiempos de crisis cuando las seguridades materiales tambalean muchos buscan refugio en la fe que, puntualmente, en vez de focalizarla en las causas que determinan la condición humana y realizarla a través de la atención al prójimo, de la ayuda recíproca y sobre todo reclamando derechos e igualdad para todos, se transforma en un óptimo negocio del egoísmo y del tener la conciencia tranquila. Con refinadas técnicas de marketing y spots publicitarios de las más notables agencias internacionales las iglesias venden por un lado la salvación del alma y por el otro la benevolencia de un dios muy generoso que nos quiere buenos, felices, pero sobretodo muy concentrados en nuestras continúas carencias.
Ninguna denuncia, ningún resonar de cadenas en el templo ocupado por ladrones que concentran en sus manos todo el bienestar depredando las riquezas de la madre tierra y el derecho de cada ser humano a una vida decorosa. Ninguna voz autorizada se eleva para gritar la injusticia o para señalar a los potentes del mundo responsables de este desastre.
¿Por qué?
Simplemente porque las iglesias son parte integrante de aquel ''sistema criminal'' que ha hecho de la disparidad su mayor recurso de fortuna y dominio y tiene como único objetivo el de protegerse a si mismo y a sus propios privilegios.
Mientras la mayor parte de las más recientes confesiones cristianas - protestantes, especialmente en América, ha apuntado sobre un look joven de gran carisma construído sobre una verdadera y propia promoción del sello de un Jesús moderno y alegre, la vieja Italia todavía se maneja con el oscurantismo y los pactos lateranenses
Como demuestran recientes investigaciones la Iglesia católica ha conseguido mantener intactas e incluso a multiplicar sus ventajas a despecho de la época y de las abigarradas coaliciones gubernativas: centro, derecha y también de izquierda. Por lo demás, en su tradición milenaria la Iglesia siempre ha sabido arreglárselas entre los potentes de turno abrazando con habilidad táctica y previsora las alianzas más fructíferas. Es en los períodos más críticos que ha sabido hacer al mal tiempo buena cara, según la conveniencia y las contingencias históricas.

Matrimonio por conveniencia

Se cuenta que al Duce no le gustaban nada los curas, tanto como para definirlos, en sus artículos al inicio de su carrera de periodista desencadenado ''microbios negros tan letales como los gérmenes de la tuberculosis''. Pero cuando en el año 1922 Mussolini puso en marcha la locura fascista se dio cuenta enseguida de cuán importante podría ser tener de su lado al Vaticano. Por lo tanto comenzó a tejer la red de la diplomacia y una vez convertido en primer ministro en 1926 lanzó una serie de medidas importantes a favor de la Iglesia: educación religiosa en las escuelas primarias, los crucifijos en los edificios públicos, fondos del estado para restaurar las iglesias y sobretodo una sólida intervención para sanar el Banco de Roma donde el Vaticano tenía importantes intereses financieros. Pero lo mejor estaba todavía por venir, Mussolini trataba de resolver de una vez por todas, la espinosa cuestión de la política del papa en Italia a quien quería garantizar total independencia.
Las relaciones diplomáticas entre el reino de Italia y el estado Pontificio habían sido brúscamente interrumpidas en 1870 luego de la llamada ''brecha de Porta Pia''. El 10 de septiembre de aquel año el rey Victorio Emanuel había enviado un emisario para informar al entonces pontifice Pio IX (papa Ferretti 1846 - 1878) que las tropas reales marcharían sobre Roma expropiando aquellas tierras que desde hacía un milenio eran de propiedad de la Iglesia. En cambio, por respeto a la soberanía del papa, el rey dejaba en libertad al pontífice de mantener las relaciones con el extranjero y le ofrecía un resarcimiento en dinero para compensar la pérdida de los territorios.
Pero Pio IX no tenía ninguna intención de pasar a la historia como el papa que habia cedido tan fácilmente el poder temporal de la iglesia y por lo tanto no solo rechazó la propuesta del rey, sino que ordenó a la guardia pontificia, si bien era un número irrisorio, de resistir todo lo que se pudiera al asalto del enemigo.
En diez días el ejército real abrió un paso en los muros leoninos de Porta Pia y en otras dos semanas los invasores organizaron un plebiscito en donde los ex súbditos del pontífice votaron a favor de su incorporación al reino de Italia.
Por ello el papa se apuro a excomulgar a todos aquellos que habían participado en el asedio y se declaró públicamente ''prisionero del Vaticano'' rechazando cualquier diálogo con los usurpadores.
Luego, preocupado por el creciente descontento de los católicos, el gobierno italiano decide perfeccionar y dar forma a la propuesta hecha al papa antes de la invasión aprobando la llamada ley de las ''Guarentigie''. Pero el pontífice se mantuvo firme y rechazó también esa medida.
La inestabilidad generada por esta crisis diplomática preocupaba mucho a ambos reinos, pero los acontecimientos que desde ese momento en más se desencadenarán en Europa pasarán a ser cuestiones casi de exclusiva competencia de las diplomacias y de los primeros servicios de información. Pero básicamente no cambió nada hasta que el Duce no emprendió las largas y delicadas tratativas que llevaron a la elaboración de los Pactos Lateranenses de 1929.
Tres documentos que sancionaron el nacimiento del Estado independiente y neutral del Vaticano, establecieron las relaciones entre el estado y la Iglesia en Italia y garantizaron un reembolso financiero para compensar las expropiaciones del siglo anterior. De hecho símplemente fueron modernizadas las propuestas recogidas en las leyes de las ''Guarentigie'' y esta vez Pio XI (papa Ratti 1922-1939), que sucedió a un papa mas iluminado como Benedicto XV (papa Della Chiesa 1914-1922) que, en nombre de la paz había rechazado estrategias y compromisos, decidió que era justo el tiempo de relucir a nuevo el poder temporal de la Iglesia.
La toma del gobierno por parte de Mussolini, que encuentra poca y muy débil oposición, es recibida por el pontífice con gran estimación sobretodo teniendo en cuenta los desórdenes sociales que agitaban el país y la revolución política de izquierda que había tenido origen de movimientos rusos de pocos años atrás.
Para reforzar los acuerdos con el Duce reconocido como el único dotado del pulso necesario para garantizar el orden en el país, la santa sede empezó a oponerse tenazmente a cualquier fuerza política de impronta católica que se opusiera a la dictadura emergente, empezando por el Partido Popular Italiano, cuyo inspirador, el antifacista Luigi Sturzo, es obligado a dejar el país
En 1924 les es prohibido a los clérigos el pertenecer a cualquier partido político y el papa públicamente tomó las distancias del Partido Popular que se disolvió definitivamente poco después, y estuvo bien atento a darse vuelta cuando el régimen recurría a la violencia para reprimir a sus enemigos. Ni siquiera por el asesino de Matteoti y por la consiguiente crisis que se desencadenó, el papa pronunció una palabra más que la simple denuncia por homicidio, para después tomar la defensa del Duce de las imputaciones que le hacían.
Como todos los matrimonios por conveniencia la luna de miel termina en el momento en que cambian los intereses. Una vez solucionada para siempre la ''cuestión romana'', que representaba un punto débil del régimen, Mussolini comenzó a no tolerar la ingerencia religiosa en su territorio, también por el motivo que las Asociaciones Católicas de hecho eran las únicas fuera del control fascista. Así como había hecho por la mafia militar el Duce empezó a tratar de desembarazarse de aquel ''otro'' poder atacando la Accion Católica hasta el punto de que en 1931 llevo a Pio XI a emitir la encíclica ''No tenemos necesidad'' en la cual defendía al mundo católico y realizaba las primeras críticas a la violencia y a la ingerencia del fascismo en la vida de los ciudadanos.
A pesar de ello el pontífice no adoptó una hostilidad abierta contra el régimen, sino que sostuvo la ''necesidad de resistir con un frente único (clérigo-fascista) a las filas de los partidos subversivos''. Por lo demás se limitó a defender la doctrina católica y los bienes eclesiásticos del paganismo hitleriano y de su gran enemigo: el comunismo.
Con un pasado de embajador y con grandes dotes de mediador político Pio XI había consolidado las relaciones de la Iglesia con muchos países extranjeros reforzando así no solo la soberanía del Vaticano sino también privilegios y concesiones, incluso económicas, dignas de cualquier otro tipo de gobierno.
Una vez establecido que había que tratar al pontífice a la par de cualquier jefe de Estado y que cualquiera que atentara contra su persona debía ser castigado con la muerte el papa podía dedicarse a los problemas internos. Así nacen y prosperan en aquellos años entre los muros vaticanos muchas actividades comerciales creando un notable flujo económico de cuya administración se ocupa el COR (Comisión para la obras de religión) como un verdadero y propio instituto bancario.
Para que dieran frutos los importantes ingresos de dinero habidos como indemnización de Mussolini el papa fundó al objeto la Administración Especial confiándosela a un experto y astuto laico, el ingeniero pero sobretodo financiero Bernardino Nogara. Hermano de un obispo, el profesional aceptó el trabajo encargado a pacto de poder invertir el dinero santo en todo el mundo sin ningún condicionamiento religioso.
Obtenida la vía libre Nogara participará sin ningún escrúpulo en las más rentables especulaciones de ese tiempo y echará las bases del potentísimo capitalismo católico que más tarde será definido, no se sabe si como ironía: finanza blanca.
Italgas, Breda, Dalmine, Reggiane, Ferrorotaie, Sociedad eléctrica Italia central, Sociedad agrícola lombarda Milano fueron solo las primeras empresas de las cuales Nogara compró las acciones, luego siguieron Iri y la esmerada red de estrechísimas relaciones con las instituciones bancarias más prestigiosas y potentes del mundo: Hambros Bank, Morgan Guarantee Trust, Chase Manhattan, Continental Illinois'¦.
Los frutos de las inversiones se multiplicaron hasta el infinito, más que los panes y los peces...
Con esa enorme masa de dinero entre las manos Nogara partió a la conquista de las más importantes e influyentes empresas públicas y privadas de Italia y de Europa, incluidas las empresas que fabrican armas y anticonceptivos.
''Productos como bombas, tanques y anticonceptivos - escribe David Yallop en su célebre ''En nombre de Dios'' - podían ser condenados en el púlpito, pero las acciones que Nogara compraba ayudaban a llenar los bolsillos de San Pedro''.
Y fue justamente con una buena cantidad de armas provenientes de la fábrica de municiones comprada por Nogara que la Santa Sede apoyó la campaña de Mussolini en Etiopía en el año 1935. Efectivamente además de una maniobra económica se trataba también de una movida política a través de la cual la Iglesia obtenía así a cambio apoyo para su misión evangelizadora en Rusia.
Más feroces se volvían las luchas y la guerra misma, más el papa sentía que tenía que intervenir directamente.
En el `39, en ocasión de los diez años de la conciliación entre el Estado y la Iglesia, Pio XI llamó a una asamblea en Roma a todo el episcopado italiano para pronunciar un discurso en el que tenia intención de denunciar la violación de los ''Pactos Lateranenses'' por parte del gobierno italiano y la persecución racial en la Alemania nazista.
Un discurso que nunca llegaría a pronunciar ya que murió de un infarto la noche anterior al encuentro. Una muerte, como sucede a menudo, ''en el momento justo''.
Sobre la providencial desaparición del papa el cardenal Tisserant escribió una memoria en la cual afirmaba que el pontífice había sido envenenado por una inyección dada por Francisco Petacci, padre de Claretta, la amante de Mussolini, por orden directa del Duce quien temía la excomunión.
Otro claroscuro que se va a juntar a los muchos custodiados en los muros vaticanos.
El cónclave, rapidísimo, elige a Pio XII, ese Eugenio Pacelli que detuvo a su predecesor de llamar a la sede al Nuncio de Berlín, rompiendo así las relaciones con Alemania.
En efecto Pio XII había tenido siempre una cierta debilidad por esa patria en la que cuando era nuncio apostólico había aprendido las artes de la diplomacia y descubierto su aversión por el marxismo. Y es justamente por su actitud de mediador en la época mas trágica del pasado reciente marcada por la guerra y por las ordas racistas que es recordado todavía hoy como el papa de los dictadores. Muchos lo defienden recordando que salvó la vida a muchos hebreos y perseguidos haciéndolos refugiar en las iglesias y que iba sin preocuparse de su incolumidad entre las ruinas de los bombardeos de San Lorenzo, fuera de los muros, pero son los mismos historiadores católicos quienes recuerdan que es lo mínimo para el Vicario de Cristo, que sin embargo hace poco y mal por incidir en las grandes tragedias dictatoriales de ese período.
Empezando por el mensaje enviado en el `39 a la España de las masacres de Franco en el cual, olvidando los miles de cadáveres, se congratulaba con ''la parte sana del pueblo español'' por haber entrado en guerra ''con el fin de defender el ideal de la fe y de la civilización cristiana'', o sea justificaba la guerra tomándola como ''la mejor prueba'' que se pueda dar de la supremacía de la razón y del espíritu''.
En el `41 Hitler invade Yugoslavia abriendo la entrada al poder a los fascistas croatas: Los Ustascia. Guiados por Ante Pavel declararon la propia independencia y la firme voluntad de querer instaurar una Croacia católica que obtuvieron con un exterminio masivo y sistemático de serbios ortodoxos, gitanos, hebreos y comunistas. Además un par de años antes, mientras se entretenía en Roma con al arzobispo Alojzije Stepinac, el papa había definido a los Ustascia como ''la vanguardia del cristianismo''.
Con la ayuda de un ejército de franciscanos, aunque estas dos palabras puedan hacer revolver en su tumba al pobre San Francisco, los ''cristianos modelo'' de Pavel y de su vice Andria Artukov, el Himler de los Balcanes, exterminaron 800.000 personas y 100.000 solo en los campos de concentración de Jasenivac.
A pesar de estar bien informado del genocidio por el mismo Stepinac, el Papa no dijo una palabra.
El arzobispo de Zagabria será beatificado por Juan Pablo II en 1998 y los dos dictadores Pavel y Artukov se escondieron en Italia en un monasterio romano bajo la personal protección del vicesecretario del Estado del Vaticano, Juan Bautista Montini, futuro papa Pablo VI, para luego recalar en América Latina para gozar del inmenso patrimonio depredado a sus víctimas.
Un dramático reavivamiento de la Santa Inquisición contra los herejes y los disidentes. ¿Pero no estaba dicho y escrito ''¿No matarás?''?
Pero los reproches más serios al obrar de Pio XII son de orden interno y llegan de los fieles que, en aquellos terribles años de persecución y de campos de concentración, pedían una toma de posición dura y fuerte por parte del vicario de Cristo y hasta el ofrecimiento del martirio voluntario de parte del Papa para evitar, reducir, conjurar el exterminio.
''Un sacrificio - escribe Claudio Rendina en ''Los papas, historias y secretos'' - que habrían iluminado de santidad al papado como en los tiempos de su origen, el mundo habría visto, habría entendido el significado profundo de su sacrificio. Quien no creía tal vez hubiera descubierto la fe o la hubiese vuelto a encontrar''. ''Si así no ocurrió - reflexiona el laico Dino Buzzatti en el prefacio del mismo libro - es señal que intervino el oportunismo, el problema primordial del '˜subsistir'. Y ciertas caídas del espíritu se pagan''.
Pero las palabras que marcaron la condena moral de Pio XII fueron las del teólogo jesuita Alfred Delp, arrestado en 1944 después del fallido atentado a Hitler y ahorcado en Ploetzense en el `45 sin que se levantara un susurro de Roma: ''Una honesta historia de la Iglesia deberá escribir amargos capítulos sobre la contribución de la Iglesia al surgimiento del hombre masa, del colectivismo, del poder dictatorial''.
Si Pio XII decide por el silencio acerca de los crímenes nazis, cuidándose bien de al menos amenazar con alguna excomunión en defensa de los mártires cristianos y de millones de inocentes, no faltó en cambio el hacer sentir fuerte y clara la condena, si bien con razón, por las persecuciones de los cristianos en los países del Este víctimas del odiado comunismo de los ''sin- dios''. Hace colgar en todas las parroquias la excomunión para todo aquel que se adheriese o se acercara al Partido Comunista y transformó el año santo en una declaración de guerra fría a los infieles.
Si bien hoy se tenga el coraje de proponer la beatificación de un papa como Pacelli, nadie puede sostener que vivió imitando al Jesús Cristo del Evangelio. Aunque no queda ninguna duda del mérito que hay que atribuirle por haber restituido al estado pontificio la antigua potencia y todas las alianzas, políticas y no, necesarias para transformarlo en un objeto político y económico a quien hay que tener en cuenta a nivel nacional e internacional.
Y de hecho es precísamente bajo su pontificado que nace IOR, sustituyendo a COR, en junio de 1942 y que se conceden al Banco del Vaticano todas las trapisondas que por un lado lo han convertido en inmensamente rico y por el otro en alguna medida todavía hoy lo miran con sospecha. Lo dirije otro desprejuiciado mago de la finanza, el príncipe Massimo Spada ayudado por otros dos personajes que darán mucho de que hablar: Luis Mennini y Pellegrino De Stroebel.


Maquillaje y retoque

A mediados de los años ochenta, el consenso del que goza la Iglesia Católica está en vertiginosa caída. Pablo VI (el papa Montini 1963-1978), después de dar una aparente continuidad a la apertura social del Evangelio fuertemente deseada por Juan XXIII (Papa Roncalli 1958-1963), adopta posiciones conservadoras, pero que no han preservado la Iglesia de los escándalos de la época.
Es con Montini en efecto que los banqueros Michele Sindona primero y Roberto Calvi después entran en estrecha y peligrosa relación con el IOR, comportamiento que los arrollará en una serie de asuntos turbios entre la mafia, masonería, el comercio ilegal y la especulación financiera con un trágico epílogo.
La extraterritorialidad del Vaticano nunca ha permitido establecer con exactitud la responsabilidad de IOR y tampoco de los protagonistas de este asunto como el Arzobispo Marcinkus que quedó resguardado dentro de los ''muros leoninos'' el tiempo necesario para calmar las aguas e ir a morir en su ciudad natal de América como un cura común.
El secreto que desde siempre circunda los acontecimientos de la santa iglesia romana, por cierto, no han favorecido su reputación y las declaraciones de muchos testigos y colaboradores de la justicia que convergen peligrosamente y se han mantenido sin respuesta.
Se ha intentado con una experta maniobra de maquillaje de minimizar primero las acusaciones y de restituir después el prestigio del banco del Vaticano llamando para dirigirlo a Angelo Caloia, reconocido por todos como "caballero de las finanzas blancas."
En el famoso libro de Gian Carlo Galli "Finanza Blanca" el presidente del IOR, a punto de dimitir a su cargo precisamente mientras escribimos, explica las razones por las que la finanza Católica justamente se ha creado para contrarrestar a la laica-masónica, representada un tiempo por el Sr. Enrico Cuccia y Mediobanca y para proteger los intereses económicos y de poder de la Iglesia Católica, añadimos nosotros. Un interesante punto de vista, pero que poco se adapta a los hechos que emergieron después, aunque con dificultad, con el tiempo.
Caloia no se preocupa de dar explicaciones, dando por descontado que no fuesen más que rumores, porque también el banco del Vaticano es considerado (aún en el 2008, nda) por los expertos del UNICRI (el organismo de las Naciones Unidas para la prevención del delito) una de las "lavanderías" de dinero ilegal y sobretodo porque Francesco Marino Mannoia, el colaborador de justicia considerado por Giovanni Falcone, entre los más confiables, opina que Licio Gelli, masón de conocida fama, invirtió también en el IOR capitales de los corleoneses. Versión también confirmada por una decena de los llamados "arrepentidos", incluso de épocas más recientes. Francesco Di Carlo, Salvatore Cancemi, y Enzo Calcara y por último Antonino Giuffré afirman con certeza que tanto Calvi como Sindona habían reciclado el dinero de la mafia, incluso en las secretas estancias del IOR.
De hecho aquella torre del 400 construida por Nicolás V, que ha permanecido prácticamente invariable en el tiempo y a la que se accede mediante una puerta anónima sin cartel, con una sola ventanilla y un cajero automático, en el que las transacciones en efectivo se realizan solamente por transferencia bancaria, en efectivo o en lingotes de oro, es lo mejor que la discreción pueda pedir. No hay que sorprenderse por lo tanto que semejante institución atraiga a cuentacorrientistas muy adinerados con exigencias de cierta discreción y en este sentido la clientela no escasea visto que se estima que en los misteriosos caveaux estén depósitos por alrededor de 5 mil millones de euros.
Ciértamente, la experiencia les ha enseñado a moverse con mayor cautela y, en la buena fe de muchos, para limitar al mínimo las frecuentaciones menos apropiadas. Pero hoy en día es muy difícil distinguir e incluso definir al criminal moderno dado que también los mafiosos, y lo mismo ellos por experiencia, han contratado establemente a gente de traje y corbata y no han hecho nada más que aprender los futuristas nuevos instrumentos de la estafa, probados y puestos a punto, precisamente por parte de exponentes de relieve de las finanzas blancas, para dar algun ejemplo conocido, Calisto Tanzi (quiebra Parmalat dejando por el suelo a decenas y decenas de familias honestas), Sergio Cragnotti y Gian Piero Fiorani de los que nos hemos ocupado siempre en la primera parte de este trabajo.
Después de todo, católicos o no católicos, pecunia non olet.
Incluso Caloia se encontró en la embarazosa posición de tener que hablar cuando fue llamado por el jefe de la fiscalía de Milán Francesco Saverio Borrelli para arrojar luz sobre ese tramo de maxi soborno Enimont, de 108.000 millones de liras en certificados del Tesoro, que transitó del IOR para terminar en una cuenta cifrada por orden de Luigi Bisignani. Un antiguo cliente, peduista (de la P2), periodista, vinculado al grupo Ferruzzi y condenado por la cuestión Enimont a 3 años y 4 meses, y recientemente reapareciendo en la invetigación ¿Por qué no? (Why Not?) conducida por Luigi De Magistris.
Para resolver el asunto IOR se valió del exhorto internacional puesto que, ''una institución fundacional de la Ciudad del Vaticano", está protegida por el Concordato (Acuerdo). Un muro que hasta la fecha ha resultado totalmente impenetrable. Y es también esta una garantía única que brinda a los clientes.
Hoy en día entiendo mejor la reacción que tuvo el colaborador de justicia Salvatore Cancemi, mientras lo entrevistaba para el libro que estábamos escribiendo juntos (Riina me dió los nombres de... Ed. Massari, 2002), literalmente, saltó de la silla cuando le pregunté cuales eran, si los hubiera, los vínculos entre la crimninalidad y el Vaticano. Se cerró como un erizo y símplemente con su manera un poco teatral me dijo: ''Pero Giorgio, ¿usted quiere morir?''.
Seguramente en el Vaticano, como en todas las instituciones de poder, hay corrientes contrarias, mejores y peores, que en el equilibrio oportunista de las partes han restaurado la fachada de la antigua torre, al menos la más expuesta. Sin embargo, entre los mitos y las leyendas no puede ser mistificado, ni siquiera con el hábil humo del incienso de la Iglesia Católica, que detrás de esos misterios jamás revelados, han trabajado hombres, padres de familia, esposos, hijos que por haber tenido la audacia de querer ir más allá del laborioso maquillaje han perdido la vida, como el síndico liquidador del banco de Sindona Giorgio Ambrosoli.
Los acontecimientos de ese momento, decíamos, si agregados al referéndum sobre el aborto y el divorcio, afectaron pesadamente el consenso popular de la Iglesia. Más allá de un relanzamiento de imagen, culminando después con la figura carismática y muy mediática de Juan Pablo II había una necesidad urgente de engrosar las cajas fuertes.
Digan lo que digan el fracaso del banco Ambrosiano había arrastrado también al IOR que debió pagar 406 millones de dólares a los liquidadores ya que Ambrosoli no se dejó hechizar por los locuaces juegos de prestigio de los Monseñores y había declarado al banco Vaticano insolvente. Una suma considerable, pero nada comparado con lo que se debía, estimado por el entonces ministro de Hacienda Beniamino Andreatta: 1159 millones de dólares de ese momento.
Era necesario correr a reparo, urgentemente.
La Providencia viene a través de la firma del Concordato firmado por Bettino Craxi, que, detrás de la mampara socialista de la ''libre iglesia en un estado libre'', aseguraba en las hábiles manos de la administración vaticana el instrumento que la habría levantado de la quiebra.
Las hábiles manos, concretamente, son las del cardenal Camillo Ruini que tomó el cargo de jefe del CEI (Conferencia episcopal italiana) en 1986 y el instrumento, el tan famoso como desconocido 8 por mil.

Un adverbio milagroso

Fue Bettino Craxi quien estableció que el ocho por mil del impuesto IRPEF debía destinarse a la Iglesia católica, también este personaje más que lambido por el caso Calvi. El objetivo era sustituir la ''congrua'', o sea el sueldo de los sacerdotes, como estaba garantizado por el Pacto de Letrán. Curzio Maltese explica, luego en una larga investigación en capítulos publicada en el añejo R2 del diario La Reppublica y que incluye después en su libro ''La Questua'' (Edit. Feltrinelli), que en los primeros años de puesta en vigencia de los nuevos acuerdos el Estado se había comprometido a integrar los ingresos del 8/1000 hasta la cifra de 407 mil millones de liras en el caso que "la colecta" no hubiera sido suficiente para sustentar a los curas. De su parte el Vaticano, se comprometió a aceptar que una comisión adecuada valorara la hipótesis de reducir aquella cifra en caso de que ya no fuese más necesaria. Desde 1990, año en que el sistema del 8/1000 entra a regir a pleno hasta el 2007 - precisa Maltese - los ingresos para el CEI se han quintuplicado y el gasto para los curas se ha reducido a la mitad debido a la crisis de vocaciones. Inútil decir que nunca hubo ningún tipo de ajuste.
Sólo el 40% de los ciudadanos especifica en su declaración de renta a donde destina el 8 /1000. Del 60% restante, que lo quieran o no, que lo sepan o no, el 90% de sus 8 / 1000 no especificados van a la Iglesia Católica. Lo establece el astuto art.37 del acuerdo en el que está sancionado que las cuotas no expresadas son reasignadas de acuerdo con el porcentaje de las opciones que fueron expresadas y en el caso de Italia la mayoría de las donaciones son para la Iglesia Católica.
Como si esto no bastase el estado le adelanta al CEI el 90% sobre la entrada del año siguiente, cosa que las otras religiones sólo pueden soñarlo. En evidente violación de la Constitución que pone sobre el mismo nivel a todas las religiones.
Hoy se estima que la Iglesia de esta manera obtiene alrededor de mil millones de euros. La pregunta lógica y consecuente es, cual es el uso de ese dinero tomado a los italianos, les guste o no. Respuesta nada fácil. Ha intentado hacerlo Maltese analizando los pocos datos públicos que ha podido juntar ya que como se ha dicho de balances claros y transparentes, a los que son obligados en Italia, todos los entes del tercer sector (pero también del primero y del segundo), ni siquiera hablar de ello.
Partimos entonces de lo que mientras tanto no puede sustraerse a los ojos: la publicidad.
¿Quién de nosotros no ha quedado fascinado por el megaspot a redes unidas sobre el 8/1000 dedicados a la tragedia del Tsunami?
!La música de Morricone, las magistrales filmaciones sugestivas del mar amenazador y los pobres sobrevivientes que tratan de recomenzar su vida con aquellos exiguos medios'¦ que gracias a la contribución de los italianos, mucho se ha hecho ya, por muchos! Fin del spot, aliento suspendido y una punta de lágrimas en los ojos.
Bien, para realizar esta obra maestra cinematográfica la CEI, según el Sole 24ore, ha gastado 9 millones de Euros valiéndose de una compañía publicitaria de confianza, la Saatchi & Saatchi, una multinacional entre las más famosas en el campo. A las víctimas del Tsunami de esta cifra ha ido un tercio de los gastos publicitarios, tres millones de Euros, (fuente: CEI) el 0.3% de lo que se recogió con el 8/1000. En el mismo año, escribe Maltese, el UCEI, la unión de las comunidades hebreas en Italia, vertió para Sri Lanka e Indonesia 200 mil euros, el 6% de lo destinado del IRPEF. En proporción una oferta 20 veces superior y en un área dónde no existen comunidades hebreas.
Deslumbrados por las magníficas campañas publicitarias los italianos están convencidos que el dinero recaudado con la fórmula del ocho por mil va a obras de caridad en Italia y en el Tercermundo; en realidad sólo el 20% de la " recaudación" va en esa dirección, (Fuente: Avvenire), el 80% restante queda en la Iglesia Católica. Según las estimaciones más prudentes publicadas por la misma CEI de cada 5 euros pagados por los contribuyentes, uno se gasta en intervenciones de caridad en Italia (12%), y en el extranjero (8%), los otros 4 sirven al autofinanciamiento. Una vez pagados los aproximádamente 39.000 sacerdotes italianos en las cuentas del CEI quedan 500 millones de euros cuyo destino es impreciso y relacionado a "exigencias de culto."
Mientras en los otros países europeos vale la regla del diezmo que presupone la oferta voluntaria de los fieles, en Italia se tiene que recurrir a este rebuscado artilugio. Las iglesias alemanas y también aquellas católicas estadounidenses son muy ricas gracias a los aportes voluntarios, pero aquí somos conscientes que se recogería poco o nada. En efecto calculando solo las contribuciones voluntarias no se llega a los veinte millones de euros al año, cerca de 1 euro por cabeza que si se divide por los 50 millones de católicos italianos de los que habla la iglesia, hace unos 40 céntesimos por cabeza.
De las dos la una, o no son tantos los practicantes o bien no son tan propensos a mantener la santa madre Iglesia. Sin embargo obtorto collo (moción en contra), lo hacen o no saben que lo hacen.
Un tratamiento ni remotamente comparable es el reservado en cambio a las asociaciones de voluntariado o de investigación para las cuales está previsto la asignación del 5/1000.
En el 2006, añade aún más particulares Maltese, la iniciativa tuvo un notable éxito, se adhirió en efecto el 61% de los italianos con una donación, esta sí voluntaria, de más de 400 millones de euros. Sin embargo la condición financiera del 2007 fijó un techo máximo de 250 millones y lo que excedió fue retenido por el erario. Es decir "con una mano el estado ofrece 600 millones de cuotas no expresadas al CEI y con la otra sustrae 150 millones de cuotas expresadas a onlus e investigación."
Obviamente todo esto ocurre bajo los ojos, y sobre todo sobre los hombros, de los italianos ignorantes cuya información, en efecto, es programada mucho más sobre spot y titulares sensacionalistas que difunden mentiras y no sobre los simples hechos.
Aquí hay algunos otros datos. Ateniéndose a una estimación prudente la Iglesia Católica les cuesta a los contribuyentes italianos 4 mil millones y medio de euros entre financiaciones directas del Estado y de los entes locales y la faltante entrada fiscal. La primera voz comprende mil millones de euros del ocho por mil, luego los 950 millones para los sueldos de los 22.000 profesores de la hora de religión, otros 700 mil de los entes locales para las convenciones sobre escuela y salud. Esta última cifra sería en realidad muy superior. Solo en el 2006 mientras la ley presupuestaria cortaron las financiaciones a la escuela pública, asignó en cambio 532,3 millones de euros a la escuela privada, las convenciones con los hospitales católicos aumentaron a mil millones de euros, con los institutos de investigación a 420 millones de euros, con las clínicas a 250 millones.
A esta ya extraordinaria cifra hay que añadir, al menos, otros dos mil millones de ventajas fiscales de todo tipo. Se calculan, siempre con absoluta prudencia, entre los 400 y los 700 millones por la falta de entrada del Ici (Impuesto municipal Inmuebles), 500 millones el descuento por el 50% sobre Ires, Irap y otros impuestos y ulteriores 600 millones por la evasión fiscal legalizada del mundo del turismo católico.
Aquellas poquísimas voces, también del mundo católico, que han osado desafiar cualquier contestación a este estado de vergonzoso privilegio han sido en gran parte aisladas y silenciadas, la iglesia siempre encuentra el partido más potente de turno para apoyar sus solicitudes aún cuando sean abiertamente adversas al interés del mismo Estado.
El tema de no pagar el Ici ha logrado levantar alguna polémica, pero de poco o ningún valor si se compara con el volumen del daño al erario.
Tras una sentencia de Casación emitida en el 2004 la iglesia habría tenido que pagar lo que debía al Estado, incluida la deuda de 5 años, pero con una rápida intervención vinculada a la confianza, el gobierno de Berlusconi decidió la exención total del Ici a las actividades comerciales de los entes religiosos y de las Onlus. En el 2006 el Gobierno de Prodi simuló ponerle remedio pero en realidad restableció el Ici solo para las asociaciones porque un providencial adverbio permitió y permite todavía al Vaticano eludir la ley.
El art. 39 del decreto Bersani prevé en efecto que el Ici deba ser pagado por los inmuebles en que son desarrolladas "exclusivamente", y éste es el adverbio de la estafa, actividades comerciales. ¿Qué significa en práctica? Es suficiente que en el mismo inmueble en que está presente el comercio haya también un lugar de culto, a lo mejor un altarcito con una Virgencita donde rezar un veloz Ave María, para estar exento del Ici. Obviamente inútiles fueron las tentativas de enmiendas reparadoras y tanto menos los reclamos de Europa por el respeto de las leyes sobre la competencia desleal.
Este pequeño lucrosísimo obstáculo en efecto permite a la Iglesia, por ejemplo, ofrecerle a la misma clientela lujosas habitaciones de hotel con vistas impresionantes sobre la ciudad eterna a precios absolutamente invencibles.
Si se entra al sitio www.istitutireligiosi.org se accede a un modesto pero ordenado portal que recoge todas las informaciones sobre los institutos religiosos, las casas de albergue y las casas para vacaciones de propiedad de la Iglesia Católica diseminadas sobre todo el territorio nacional.
Se trata de antiguas casas o de monasterios reestructurados y transformados en hotel y bed&breakfast, todo claramente con el agregado de la capilla, además de todas las más modernas y necesarias comodidades.
Un ejemplo por todos citado por Maltese es el del hotel Brigidine que está en la bellísima Plaza Farnese en Roma, justo detrás de la sugestiva Campo dei Fiori donde domina la estatua de Giordano Bruno, quemado en la plaza por la Santa Iglesia romana.
El folleto anuncia el "magnífico edificio del Cuatrocientos", citado en los sitios de interés turístico de 5 estrellas y muy recomendado por los visitantes por la relación calidad-precio y la gran aceptación que ha tenido por las monjas que hablan inglés. Una habitación va de los 120 a los 190 euros, un poco más de una pensión de tres estrellas en cualquier sitio de mar o montaña. En el catastro romano la Casa de Santa Brígida, de 4 mil metros cuadrados con terraza en la zona más cara de Roma, está registrada en la categoría "internados'' para estudiantes y no paga una lira de Ici.
Un cálculo exacto de lo que pueda sumar este impuesto no pagado casi parece imposible ya que nadie sabe o puede estimar el alcance real de las posesiones de la Iglesia Católica, visto que no existe un censo exacto en Italia y aparentemente tampoco en el Vaticano, aunque no está obligado a dar ninguna explicación a las entidades extranjeras el hecho es que no da ninguna muestra de querer colaborar.
Según la investigación publicada por Sandro Orlando sobre la revista económica El Mundo, (el 18 de mayo de 2007), con el apropiado título "San Ladrillo" el 20, 22% sobre el patrimonio entero italiano hace referencia a la Iglesia; un cuarto de Roma está a nombre de diócesis, congregaciones religiosas, entes y sociedad del Vaticano. Sólo las propiedades que hacen referencia a Propaganda Fide, (el ministerio de Asuntos Exteriores del Vaticano que administra las misiones en el mundo), suben a 8-9 mil millones de euros. De lo que está censado en cambio, se cuentan en solo la capital: 400 institutos de monjas, 300 parroquias, 250 escuelas católicas, 200 iglesias no parroquiales, 90 institutos religiosos, 65 clínicas, 50 misiones, 43 colegios, 30 monasterios, 20 casas de descanso y la misma cantidad de seminarios, 18 hospitales, 16 conventos, 13 oratorios, 10 cofradías, 6 geriátricos. Casi son 2000 los entes religiosos domiciliados en la capital y resultan propietarios de cerca de 20.000 terrenos y construcciones."
Desde el 2002 con el nombramiento a presidente del APSA (Administración del patrimonio de la sede apostólica) del cardenal Attilio Nicora el Vaticano ha empezado a interesarse con cierto empeño en el mercado inmobiliario. Entre el 2004 y el 2005 el comercio en este sector ha rentado a la santa sede de casi 50 millones de euros con la venta de edificios, departamentos y conventos.
Deben ser contadas también las donaciones de bienes inmobiliarios, cerca de 8000 sólo en el 2006 en la ciudad de Roma y 3200 en la provincia. El grupo Re Spa que hace de intermediario para la Iglesia, factura solo por esta actividad cerca de 30 millones de euros.
Un paréntesis aparte merece el capítulo salud. Son 4712 los centros de asistencia médica que hacen referencia a la Iglesia Católica de los cuales 1853 son hospitales y clínicas y 10 grandes hospitales entre los que están el policlínico Gemelli, considerado uno de los mejores de Italia, el Bambino Jesús y la ''Casa de alivio del sufrimiento" fundadas por Padre Pio en San Giovanni Rotondo. Un record también de excelencia que clasifica al Vaticano como el más grande empresario médico italiano bajo la atenta dirección del cardenal Javier Lozzano Barragán, (Diario La Stampa del 7 de agosto de 2008).
Por el año 2008 la región del Lazio ha asignado 550 millones de euros solo por el Gemelli, 16 millones por el DEA, el departamento de emergencia sanitario y 71 millones de euros al Campus Bio-médico del Opus Dei.
No puede faltar en esta contabilidad de la opulencia el gran negocio del turismo religioso. También en este caso los datos son sobrecogedores. Según una investigación de Trademark en efecto la Iglesia controla cada año un tráfico de 40 millones de personas, 19 millones de alojamientos, más de 200 mil sitios cama en 3500 estructuras por un volumen de negocios de 150 millones de euros solo en la capital y de 4500 millones totales, tres veces más que el mayor operador de turismo italiano.
Los orígenes de tanto éxito son lejanos. Remontan a 1933 cuando el Vaticano funda la ORP, Obra Romana de Peregrinaciones, para administrar directamente los viajes de la esperanza de enfermos o no, en los diferentes lugares de culto. La preside directamente el vicario de Roma y como el APSA, teniendo sede en la Ciudad del Vaticano, goza régimen de extraterritorialidad y por lo tanto no tiene la obligación de someterse a las leyes italianas en materia de hacienda, de higiene, de prevención'¦ y tampoco de presentar balances.
Tal como para el Ici el Estado italiano también favorece a la Iglesia con el Irpef, el Irap y otros impuestos. Del resto los trabajadores de las casas religiosas-hoteles son mayormente monjas o curas, o voluntarios que no representan un costo de los impuestos sobre el trabajo dependiente. Para aquella "mitad" que, según el Padre Atuire, actual director del ORP, está constituida en cambio, de externos a los que, probablemente porque "no está en grado de garantizar las mismas prestaciones de monjas y curas", son reservados trabajos precarios y en turnos a decir algo agotadores y prácticamente sin ninguna protección ya que las leyes pontificias son bastante imprecisas sobre este punto. Este ahorro incide obviamente sobre las tarifas alterando así el mercado del turismo.
Gracias al acuerdo con la compañía aérea Mistral, fundada por el actor Bud Spencer, el ORP garantiza vuelos a bajo costo a todos los fieles que quieren ir a rezar en los lugares de culto europeos y en tierra santa. Se calcula que en ocasión del 150 aniversario de la aparición de Lourdes los devotos pasajeros hayan sido cerca de 150.000.
A pesar que los asuntos vayan evidentemente viento en popa también por este segmento de la empresa el Vaticano cuenta con la suficiencia de entes y ayuntamientos italianos. Las millares de iglesias esparcidas por todo el país son indudablemente, en la mayor parte de los casos, un patrimonio histórico y artístico de gran valor y son todos de propiedad de la Iglesia pero los gravámenes por el mantenimiento y la restauración están en cambio a cargo del Estado gracias, también aquí, a una ley capciosa según la cual los ayuntamientos deben pagar el 8% de los gravámenes de urbanización secundaria a "entes institucionalmente competentes en materia de culto de la Iglesia Católica". Traducido, otros millones de euros que van a sumarse. Para la financiación solamente de los oratorios en el año 2008-2009 Lombardía ha asignado 10 millones de euros, 12 millones en cambio la región Puglia, desbaratando cada récord.
Todavía peor si se abre el capítulo de Europa, no sólo Italia está al final de la clasificación en la explotación de los fondos europeos para la recuperación del patrimonio cultural sino que además los explota en particular para restaurar los bienes de la Iglesia. Una región perjudicada como Sicilia que necesitaría restaurar a nuevo una gran parte de sus muchas bellezas arquitectónicas gasta en cambio el 80-90% de los recursos para los entes religiosos.
Luego además del daño la broma: muchos de estos bienes restaurados a nuevo son revendidos con provechos enormes para el Vaticano.

Ecomonstruos de Dios

La inversión más masiva en los últimos años ha sido, sin duda, en San Giovanni Rotondo
Sobre la figura de Padre Pio se ha escrito y dicho de todo.
Hoy Santo y venerado, sobre todo gracias a las entradas que su extraordinaria historia todavía hoy da a las cajas vaticanas, ha sido perseguido lárgamente con procesos sumarios, por decir poco. En el centro de muchas envidias por la gran afluencia de fieles y ofrendas el fraile de Petrelcina ha padecido inspecciones e investigaciones como el peor de los criminales con análisis médicos dolorosos y grabación de las conversaciones privadas.
Un perplejo Benedetto XV mandará para aclararse las ideas a médicos e inspectores. Una primera sentencia negativa sobre los estigmas vendrá de Padre Agostino Gemelli, el eminente monseñor que aparece entre los firmantes del "Manifiesto de la raza'' y que es considerado uno de los exponentes de relieve del anti hebraísmo espiritualista tremolado por el régimen fascista.
El juicio de un prelado de poder como Gemelli pesará muchísimo sobre el futuro de Padre Pio al que, bajo el pontificado de Pio XI y Pio XII le será prohibido celebrar misa y confesar. Sólo en 1964, también en una fase de necesidades económicas de parte del Vaticano, Pio XII le concederá al fraile celebrar misa, pero sólo en latín.
A pesar de las prohibiciones de los papas los peregrinajes a San Giovanni Rotondo nunca cesarán completamente también atrayendo personalidades importantes como la realeza de España, los Borbones de Parma, Maria José y Eugenio de Saboya.
Juan XXIII pedirá luego una ulterior verificación sobre el fraile de los estigmas. Le serán referidos encuentros poco recomendables con varias mujeres de lo cual habría pruebas grabadas. El Papa no escuchará nunca aquellas cintas pero dejará de su puño y letra un parecer muy severo sobre el fraile aunque con un inciso, si vera sunt quae referentur, (si es verdad lo que ha sido referido, nda).
Tiempo después, en 1961, papa Roncalli volverá sobre el asunto a informarse sobre la veracidad de aquellas pruebas y monseñor Andrea Cesarano le explicará que aquellos besos de los que le habían hablado eran los saludos que Padre Pio se intercambiaba con su misma hermana.
Será luego el Papa Juan Pablo II quien rehabilitaría definitivamente su figura también porque la historia cuenta de un encuentro en que el fraile predijo a un joven Carol Wojtyla su largo pontificado.
Lo que es evidente a los ojos de todos, fuera de polémicas, es la masiva explotación de la figura de Padre Pio.
Su experiencia mística, en la que yo creo firmemente, se ha convertido hoy en el más grande negocio de los tiempos modernos, con la macabra exhumación y exposición de los sagrados y atormentados restos.
Gracias al atractivo de San Giovanni Rotondo donde en cosa de pocos años han aparecido 200 hoteles, más de 100 restaurantes, decenas de estacionamientos y hasta una sala de Bingo - sigue recordando Maltese - en la década 1995-2005 Puglia ha saltado al primer lugar entre las regiones italianas por las nuevas estructuras hoteleras.
Las asignaciones estatales han llovido como el maná del Cielo pero el "milagro" de la multiplicación, esta vez, ha durado bien poco. Lentamente la ola próspera del Jubileo ha ido menguando reduciendo el período de ocupación hotelera a solo 100 días al año.
Un daño enorme a las decenas y decenas de empresarios que han visto impedida la posibilidad de cambiar el destino de uso a privado a causa de la convención estipulada con el municipio que los vincula al menos por 25 años. El único que ha logrado eludir el obstáculo es como siempre el Vaticano cuyo Comisionado Especial enviado por la Santa Sede para comprobar las muchas irregularidades en la gestión de los fondos manejada por los frailes capuchinos, Domenico De Ambrosio, ha conseguido cambiar el destino de uso de la Casa para ancianos en 250 mini departamentos. Para todos los demás nada que hacer.
Y es muy reciente la polémica suscitada por el proyecto de edificar un santuario con capacidad de mil sitios en Santa María de Leuca (Lecce) sobre la espléndida última franja de tierra italiana. Los ambientalistas que presentan una protesta valerosa lo han rebautizado ya como ''Teomonstruo'' ''El monstruo de Dios'', acusando el impacto ambiental que una estructura mastodóntica de tales características, aportaría a la delicada y magnífica costa. Nada ha objetado, en cambio, el ayuntamiento que oliendo el negocio, ha concedido los primeros permisos a Don Giuseppe Stendardo, párroco del lugar, determinado más que nunca a ver realizado su sueño de dejar a la posteridad una gran obra: Sostiene que la Basílica como está hoy no es lo suficientemente amplia para acoger a los fieles y esto lo obliga a celebrar la misa 8 veces al día.
Los ambientalistas replican que en realidad todo este flujo sería solo dos meses al año y piden que la obra de 7 millones de euros, 22 mil metros cúbicos y 13 metros de altura, sea parada. El riesgo de otro fracaso como el de San Giovanni Rotondo es elevado, pero la perspectiva de una lluvia de asignación de fondos y la posibilidad de incrementar el turismo, aunque sólo en la bella temporada parece tener las de vencer.
No puedo hacer menos que preguntarme ¿Con qué sentido de conciencia el soberano de tal imperio que rige sobre embaucamientos, equilibrismos complicados y contradicciones mastodónticas puede pedir cada domingo, apoyo y atención para las familias? Todas aquellas familias abrumadas por las dificultades de la vida a las que verdaderamente no les queda más que rezar para poder vivir decorosamente.

Octopus Dei

Son muchos los que sostienen que sin la ayuda económico-financiera del Opus Dei, la Iglesia Católica no se habría podido recuperar de la quiebra del Banco Ambrosiano. Habrían sido los millones de dólares puestos a disposición por esta oculta e inquietante ''prelatura personal'' a salvar las cajas Vaticanas, a cambio de la ''santidad'' de su fundador José María Escrivá de Balaguer.
No es fácil reconstruir la historia de la Obra de Dios porque su característica principal es el secreto, así como lo quiso su creador, que asegura que fue inspirado en ésta su misión, directamente por Dios que se le apareció en una visión. Estamos en 1928 en Madrid donde el joven sacerdote se ha apenas mudado para conseguir el Doctorado en Derecho. Cuando estalla la Guerra Escrivá escapa de las persecuciones, atraviesa los Pirineos y se refugia en Francia, en la página oficial del Opus Dei, sección italiana, la biografía de San José omite citar la heroica gesta de aquellos miembros de la prelatura que se enrolaron en la División Azul, la armada de 40.000 voluntarios españoles, enviada por el Dictador Francisco Franco para acompañar al ejército alemán empeñado en la Unión Soviética contra las tropas rojas. La idea de enrolar voluntarios había permitido a Franco mantener una posición de formal neutralidad en la Segunda Guerra mundial y al mismo tiempo de devolver a Hitler el favor por su contribución prestada durante la Guerra Civil Española.
Este fervor contra los ''sin-dios'' había causado buena impresión en el Papa Pio XII, que recibió con alegría al franquista Escrivá en 1946. Aquí obtiene el permiso para fundar el Colegio Romano de la Santa Cruz, un instituto de formación pastoral para los fieles del Opus Dei. No es más que el inicio de un largo recorrido, José María tiene los objetivos muy claros en su cabeza y los alcanza uno a uno incluso después de su muerte.
Primero: Obtiene de parte del Papa el poder de admitir en el Opus Dei a las personas casadas, así como de poder recoger las adhesiones de los sacerdotes diocesanos que trabajan en el interior del Colegio. Escrivá presenta también la documentación que impone a los socios el secreto, con la prohibición absoluta de revelar el número de miembros a quien sea, mucho menos a la familia o al ambiente propio de trabajo.
El siguiente paso es la prelatura personal: Escrivá quiere disponer de un ''orden propio'' que le permita ''erigir un seminario internacional, encardinar a los alumnos y promoverlos a los órdenes, con el título de Servicio de la Prelatura''. Con éste fin funda en 1953 el Colegio Romano de Santa María destinado a la formación teológica y apostólica de las mujeres.
Pero todavía no es el tiempo, el Papa niega tres veces la mitra obispal al ambicioso sacerdote que pisa el freno y deberá esperar porque Juan XXIII, sucesor a su inicial protector, no tiene ningún interés por sus miras. El concepto que tiene el Papa Roncalli de la ''Iglesia de Todos'' en cuya cumbre se sienta solo Cristo, está verdaderamente muy lejano de las glorias personales de un solo hombre. Una gloria que sin embargo, mientras tanto, no le ahorran en la tierra natal donde obtiene de Franco el título de marqués de Peralta, un cargo que le consiente a su movimiento conquistar posiciones de poder en España bajo la directa protección del dictador que interviene personalmente para defender la Obra de un escándalo financiero.
Si bien fuese más profeta en patria que no en otros lugares Escrivá prosigue su escalada en Roma donde funda el centro ELIS (Educación, Trabajo, Instrucción y Deporte), un instrumento de formación de excelencia a través del cual la obra empezará su tarea de penetración en los centros de poder económico y financiero italianos e internacionales. Transformándose en CEDEL (Cooperativa Social Educativa Elis) en 1991 puede recurrir a ''convenciones y acuerdos con organismos públicos y privados y en particular con entes que se mueven en el ''privado social'' para ''promover y manejar incluso recurriendo a los fondos públicos y privados, actividades de formación profesional y de desarrollo en la ocupación''. El fin es el de poner a disposión de un grupo de empresas personal con un elevado nivel de preparación y cualificado y favorecer el accesso a cursos exclusivos. En 1992 efectivamente será fundado el consorcio Elis, firman: la Stet, Italcementi, Ericson, la Cedel obviamente y después otras 34 empresas municipales y estatales. Es muy difícil creer -como puntualiza Sandro Rendina autor del libro ''La Santa Casta de la Iglesia'' (Ed. Newton y Compton) a quien se debe la reconstrucción- que todo el antedicho complejo empresarial, considerados los miembros, fuese sin fin de lucro.
No es más que una alusión al poder que la obra irá adquiriendo en años insertándose en la cumbre de los más importantes potentados económicos y políticos del ambiente católico, pero cuando ocurre el verdadero salto de cualidad, a José María no le queda más que admirarle en espíritu porque es llamado a la presencia de Dios en 1975. Le sustituye su muy fiel Alvaro de Portillo que sabrá llevar a cumplimiento el proyecto original de Escrivá.
La ocasión es trágica, pero no hay nada como la tempestividad para realizar las propias ambiciones.
El 13 de mayo de 1981 el turco Ali Agca atenta contra la vida del Papa abriendo otro de los grandes misterios vaticanos. Y es precisamente durante los 153 días de convalescencia de Juan Pablo II que el Opus Dei con táctica y destreza mueve sus peones.
El cardenal Marcinkus, ya presidente del IOR, es nombrado pro-presidente de la pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano, es decir que se ha convertido de hecho en el gobernador de la Santa Sede y puede disponer de todas las finalidades político-financieras del Vaticano.
La razón de tanto poder tiene un nombre: Polonia. Liberar la tierra natal de la invasión comunista es un objetivo prioritario para el santo Padre que con tal de obtenerlo da carta blanca a Marcinkus. El cual no se hace rogar de cierto. Gracias a las relaciones económicas patentes y ocultas que ha entrelazado con Calvi y el Ambrosiano encuentra la manera de financiar la revolución de Solidarnosc que decreta la liderazgo de Lech Walesa.
Al mismo tiempo el capitán de las guardias suizas Alois Estermann, miembro del Opus Dei, viaja varias veces a Varsovia para coordinar la llegada de las armas desde Escandinavia y destinadas a la revolución. Todo ello, observa justamente Rendina, no hubiera podido suceder sin una coordinada y eficaz operación de inteligencia, ciertamente coadyuvada por el Opus Dei. En mayo del mismo año una indiscreción publicada en el diario alemán Frankfuerter Allgemaine Zeitung comunica que el papa Juan Pablo II ha decretado el Opus Dei una prelatura personal y aunque habrá que esperar hasta marzo del año siguiente para la confirmación oficial con la nominación como Prelado de Alvaro de Portillo, la noticia influye fuertemente en los equilibrios internos del Vaticano.
Estamos en pleno escándalo del IOR-Ambrosiano y en los primeros meses de 1982 Calvi entiende que está en grave peligro y juega todas las cartas en su poder para intentar salvarse. Después del bajón en la bolsa de los títulos del Ambrosiano, se refugia en Londres donde se jugará el todo por el todo. Entre las personas con las que se pone en contacto está también el financiero venezolano Alberto Jaimes Berti a quien pide que libre un fondo secreto de 2200 millones de dólares constituido por cuenta del IOR y del Opus Dei. Ya no hay nada que hacer, Calvi es un hombre peligroso, ha manejado el dinero de la mafia, de la alta finanza, de la Iglesia y del Opus Dei en un castillo hecho con tres cartas que se ha derrumbado miserablemente y que arriesga el arrastrar con él también a sus socios más ocultos. Es algo que no puede suceder y el cadáver del banquero milanés es encontrado colgado debajo del puente de los ''Monjes Negros'' en Londres. Durante veinte años se ha querido hacer creer que se tratase de un suicidio, solo recientemente se ha podido proceder al proceso por homicidio sostenido en debate por el fiscal Luca Tescaroli.
Desde siempre la Iglesia Católica está lacerada internamente por muchas almas que se debaten sobre la real interpretación de la enseñanza cristiana no solo desde un punto de vista teológico sino también meramente práctico.
Efectivamente en estos años Juan Pablo II y sus más cercanos consejeros entre los cuales destaca el cardenal Josef Ratzinger, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, el ex Santo Uficio, decidirán adoptar esa política que llevará la actual Iglesia Católica a disponer de un gran poder mediático y politico, pero también a una gran crisis de fieles y de vocaciones.
Como extremo coletazo de la santa inquisición son condenados a la imposición del ''respetuoso silencio a tiempo indeterminado'' y en algunos casos a la destitución, los teólogos ideólogos y sostenedores de la ''Teología de la liberación''.
El primero que sufrió la condena en 1984 es Gustavo Gutiérrez que en su libro, ya citado anteriórmente, exponía en puntos claros y explícitos un programa bien preciso de reforma de la doctrina cristiana.
Antes que nada la pobreza concebida como acto de solidaridad, pero también como acto de protesta liberadora que debe entenderse articulada en tres pasajes: ''liberación política y social, con la eliminación de las causas inmediatas de pobreza e injusticia; la liberación humana, mejor dicho, la emancipación de los pobres, marginados y oprimidos por todo aquello que limita su capacidad de desarrollarse a sí mismos libremente y dignamente; la liberación teológica, mejor dicho, la liberación del egoísmo del pecado, para restablecer la relación con Dios y la humanidad''.
De verdad, demasiado, demasiado en contradicción con las elecciones tomadas en los últimos años por los Papas, todas ellas que tendían hacia la salvaguardia del poder temporal y estratégico-político del Estado Vaticano y a su prosperidad económica, cueste lo que cueste, como los delicados asuntos del IOR están demostrando justamente en estos años.
Por demás estas teorías de rescate y libertad son fruto de la difícil batalla que muchos prelados están combatiendo en el campo para proteger las víctimas de las furiosas dictaduras sudamericanas que han provocado decenas de miles de muertos y de mártires como Monseñor Romero.
Sin embargo se sabe, como ya hemos demostrado, que la Iglesia a través de los exponentes que ocupan sus más altos cargos ha sido a menudo connivente de dictadores y asesinos y la revolución de los pobres de América Latina en ese momento juega contra los planes estratégicos del Vaticano.
La condena sucesiva también del teólogo Leonardo Boff y del obispo brasileño Helder Camara por análogas razones sanciona la definitiva vuelta de hoja política del Vaticano con la toma del poder por parte del Opus Dei sellada por el anuncio de beatificación de José María Escrivá de Balaguer en 1992. Pero la apoteosis se alcanza diez años después, en el 2002 cuando Juan Pablo II le declara Santo.
La prelatura personal de este tenaz y sin duda vencedor sacerdote español llegará a contar en el 2008, 1956 sacerdotes, 37 sacerdotes ordinarios, 351 seminaristas mayores, 86.305 laicos sobre 1828 iglesias y centros parroquiales.
En particular ha suscitado el interés de escritores y de periodistas la condición de vida de los llamados ''numerarios'', es decir, de esos miembros que han hecho voto de celibato y viven en comunidad.
En el libro investigación de Ferruccio Pinotti ''Opus dei secreta'' han sido recogidos testimonios de algunos hombres pero sobretodo mujeres que han formado parte por largo tiempo de esta particular categoría de afiliados a la prelatura. Son historias de abusos, de grandes sacrificios y privaciones, de castigos corporales, de trabajo durísimo y de mortificación personal, de completa donación de los propios bienes y del propio sueldo además del de los propios talentos y de la vida misma. A prescindir de las elecciones que cada uno de nosotros tiene derecho de hacer, a pacto de que sean cumplidas líbremente, lo que más impresiona es la diferencia de vida que llevan los numerarios, a los que la prelatura ''líbremente usa'' y los supernumerarios. Son los laicos que tienen mujer e hijos pero que han elegido el camino de la castidad y son, en la mayor parte de los casos profesionales afirmados y ricos integrados en empresas, estudios profesionales, política, empresariado, finanza.
En pocas palabras donde se toman decisiones que determinan la evolución del poder en muchas partes del mundo.
Y por cuanto puedan estar convencidos de aspirar a la santidad muchos de los más conocidos supernumerarios han estado involucrados en escándalos recientes y pasados algunos de los cuales han derivado en episodios dramáticos por decir poco.
Volviendo atrás en el tiempo, a 1976, el Opus Dei, desde hacía poco dirigido por Alvaro de Portillo, es llamado en causa en el asesinato del financiero francés Jean de Broglie cuya trágica desaparición parece estar en relación con los asuntos del Banque des Intéres Francais, a la que participan al 35 % dos miembros españoles del Opus Dei: Andrea Rueda Salaberry y Rafael Termes. Resulta muy significativo que sea directamente el gobierno español el que interviene para poner una piedra encima.
En septiembre de 1992, los mercados monetarios mundiales sufren un fuerte shock especulativo que lleva al gobierno italiano a devaluar la lira en un 7 %. Ninguna consecuencia en cambio para el IOR que sin embargo unos meses antes había adquirido marcos alemanes llevándose detrás muchos órdenes religiosos que de esa forma se han visto preparados en el momento de la crisis. Giuliano De Benardo, gran maestro del Oriente de Italia, no duda en acusar al cardenal Rosario José Castillo Lara, presidente del APSA y del cual ya hemos hablado en el capítulo Fiorani, de especulación y denunciando por la prensa que el Opus Dei ha invadido como un pulpo la finanza internacional y también la italiana''. De aquí no es difícil comprender y tampoco compartir el sarcástico sobrenombre con el que ha sido rebautizada la prelatura de Escrivá: ''Octopus Dei'', el pulpo de Dios. Sobre su naturaleza oculta y de sus perversos enredos empiezan a preguntar algunos diputados italianos a través de debates parlamentarios en los que se quiere aclarar el real objetivo de lo que Rino Formica, en ese entonces cabeza del grupo socialista en la Cámara de los Diputados llama ''una sociedad secreta''. Un poco mafia y un poco masonería, comenta Rendina, los servicios secretos abren una investigación, pero sin éxito.
Todo un capítulo aparte merecería la profundización de la figura de Marcello dell'Utri, supernumerario del Opus Dei, condenado en primer grado a nueve años y medio por implicación externa en asociación mafiosa y objeto de investigaciones en la búsqueda de los ideólogos externos de los atentados de 1992 y 1993, cuando murieron Giovanni Falcone, su esposa, Paolo Borsellino y los agentes de sus escoltas.
En tiempos muy recientes los misterios del Opus Dei han vuelto a la luz de los reflectores con dos eventos.
El primero sacado a relucir por Sabrina Minardi, la ex amante de Enrico De Pedis, llamado Renatino, boss de la banda de la Magliana, ligado a Pippo Caló, exponente de relieve de la Cosa Nostra de los corleoneses, que después de veinticinco años confiesa la involucración de su ex compañero en el secuestro de la pobre Emanuela Orlandi, hija de un dependiente del Vaticano que desapareció en la nada el 22 de junio de 1983. (Sobre este caso ha investigado por mucho tiempo el juez Ferdinando Imposimato, cuyas consideraciones han sido recogidas en el libro: ''Vaticano-un negocio de estado'', Ed. Koiné 2003).
Actualmente las declaraciones de esta super testigo que involucran a Marcinkus en persona en el secuestro de la joven están siendo estudiadas aténtamente por los investigadores que ya han hallado muchas contradiciones, pero el nombre de De Pedis ha despertado otro escándalo.
Efectivamente, el criminal, ha sido enterrado, bajo concesión del prelado Javier Echevarria, que sucedió a de Portillo en la prelatura del Opus Dei, en la basílica de Sant'Apollinaire donde descansan muchos otros importantes monseñores y su misa fúnebre fue oficiada por Monseñor Piero Vergari, rector de la basílica.
¿Qué relación tenía este lúgubre personaje con la Santa Sede?
¿Y qué tenía que ver, si tenía que ver, con la desaparición de la pobre Emanuela Orlandi?
Misterios, misterios y más misterios, al que se añade otro recientísimo y delicadísimo dado que involucra directamente a un exponente de primer plano de la finanza católica nacional y supernumerario del Opus Dei: Gianmario Roveraro.


Etica del poder


Los estudiosos de economía y finanza italiana, así como los principales protagonistas, cuentan que la finanza católica, rebautizada finanza blanca, nació para contrastar el ascenso y el poder de la finanza laica masónica.
En efecto en Italia, el concepto mismo de sistema bancario es asumido con neto atraso respecto al resto de Europa. Como explica el ya citado ''Finanza Blanca'' de Giancarlo Galli, cuando se decreta la unidad de Italia en 1861 con capital Torino, Cavour se ve obligado a hacerse financiar por los Hambro y por los Rotschield para construir la red ferroviaria.
Será después Giolitti el que fundará el primer Banco Comercial italiano en 1894, valiéndose de todas formas de la profesionalidad de dos banqueros israelitas centroeuropeos: Otto Joel y Federico Weil. El banco efectivamente nace del consorcio de 6 bancos alemanes, 3 suizos, 3 austriacos y 2 franceses.
Galli escribe que el sistema bancario italiano en este periodo es ''un complejo enredo de alianzas, de solidaridad, de intereses, en los que están plenamente involucradas las potencias financieras internacionales, con sus adentellados hebreos, además de masones, por difusa convicción''.
Y es precisamente para contrastar ''el extrapoder financiero laico-masónico'' que nace el Banco Ambrosiano y con él el presunto dilema de los católicos entre Dios y dios dinero.
En efecto, las distinciones netas no son la característica principal del mundo católico, así como esta supuesta toma de distancia de la obscura masonería. Aunque el canon 2335 del Código de Derecho Canónico decrete que ningún prelado pueda estar afiliado a la masonería, la historia narra más bien otros hechos.
Al centro de la atención vuelve una vez más el cardenal Marcinkus. Según cuanto denunciado por el periodista Mino Pecorelli en su muy temida revista ''OP, observatorio político'' el 21 de agosto del 1967 el atípico presidente del IOR entró a formar parte de la masonería con el número de matrícula 43/649 con el sobrenombre de Marpa. En una lista publicada el 3 de noviembre 1978 su nombre aparece al lado del de Jean Marie Villot, secretario de estado de la Santa Sede (matrícula 041/3 sobrenombre Jeanvi), Agostino Casaroli, jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Santa Sede (matrícula 41/076 sobrenombre Casa), Sebastiano Baggio, presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano (matrícula 85/2640 sobrenombre Seba), Salvatore Pappalardo, arzobispo de Palermo (matricula 234/07 sobrenombre Salpa), don Virgilio Levi director del ''Osservatore Romano'' (matrícula 241/3 sobrenombre Vile), Roberto Tucci, director de la radio Vaticana (matrícula 42/58 sobrenombre Turo) y el brazo derecho de Marcinkus Donato De Bonis (matrícula 321/02 sobrenombre Dondebo).
Este último permanecerá dominus sin rival de la finanza vaticana también después de la era Marcinkus y considerado el verdadero antagonista oculto de Angelo Caloia en su proyecto de reformar el banco vaticano.
Galli puntualiza: ''Tenía la oficina más bonita y por allí pasaban las personalidades más distintas. Era de la familia monseñor Fiorenzo Angelini, ahora cardenal, Francesco Cossiga le llamaba Donatino, Giulio Andreotti le tenía en la máxima consideración. Monseñor De Bonis tenía relaciones con toda la Roma que contaba, política y mundana. Aristocráticos, financieros y artistas como Sophia Loren. Lo cual explicaría por que entre las cuentas que habían tenido acceso al banco estuviesen también las de individuos laicos que tuvieron que confrontarse con la justicia italiana. Debía bastar un ademán del monseñor para abrir una cuentra en el instituto vaticano, más reservado que los suizos, una especie de paraíso (financiero y fiscal) en la tierra'¦''
La acusación de adhesión del gotha del Vaticano a la masonería no provocó ninguna reacción por parte de la santa sede que, siempre sin preocuparse de desmentir nada ni tanto menos de dar explicaciones, relegó todo el asunto en la lista de las malas lenguas.
Lo que está claro es que Mino Pecorelli fue asesinado el 20 de marzo del año siguiente y que los eventos que involucrarán al IOR confirmarán, al menos en parte, las inquietudes y las siempre puntuales informaciones del periodista.
La sombra de la masonería de hecho se extiende hasta el interior de las habitaciones internas más secretas vaticanas. Rendina sostiene que Umberto Ortolani estratega de la logia P2 de Licio Gelli a mediados de junio del 1963 puso a disposición del cardenal Giacomo Lercaro uno de sus chalets de Grottaferrata donde se habrían reunido una serie de obispos que sostenían la candidatura, después vencedora, del cardenal de Milán Montini, Pablo VI.
Está ya comprobado después de años y años de investigaciones conducidas minuciosamente por último, por el juez Luca Tescaroli que Sindona y Calvi entablaron su propia sociedad criminal precisamente mediante Gelli y que a través de los comunes enlaces con la masonería y la alta finanza en las cajas vaticanas y ambrosianas circulaba el dinero de la mafia.
En la Cisalpina Overseas Bank, fundada por Calvi, Sindona y Marcinkus en las Bahamas, en cuyo consejo de administración figura Licio Gelli son almacenados los fondos negros, y lavado el dinero negro. Este procedimiento del blanqueo ocurre en tres tiempos, según lo que escribe el juez Ferdinando Imposimato que por mucho tiempo ha investigado sobre estos temas: ''Primero los capitales de la mafia, de los partidos políticos y de las grandes industrias son despositados en los bancos de Sindona. En un segundo lugar pasan al IOR, que se queda los intereses y después son transferidos, añadiendo el dinero de la santa sede, a los bancos extranjeros de Sindona, la Franklin Bank de New York y sus filiales en las Bahamas y en Panamá.
Imposimato pagará muy caro su coraje con el asesinato de su hermano Francesco por manos de la banda de la magliana, involucrada en todo el asunto, el 11 de octubre 1983.
El dinero negro es utilizado por precisos objetivos: la financiación de gobiernos dictatoriales según las exigencias políticas y la compraventa de bienes inmuebles.
Según varias fuentes e investigaciones, entre ellas la del periodista Paolo Ojetti, publicada en la revista Europeo, el inmenso patrimonio de la iglesia que ocupa casi una cuarta parte de Roma, como hemos podido constatar en las páginas anteriores, deriva la mayor parte de transferencias ilegales de mercado de los años setenta. La santa sede por lo tanto, dice en síntesis Rendina, a través del IOR y del dinero sucio maneja lo que resulta ser en fondo la empresa más legal porque aparentemente actúa a la luz del sol, es decir, la compraventa de inmuebles dentro de Roma, que como hemos visto no pagan impuestos o se asignan a nombres de cómodo de entes religiosos algunos de los cuales nacen y mueren en pocos años y otros se convierten en lucrosos negocios.
Cuando el papa Wojtyla en Agrigento en 1993 condenó con palabras muy severas a los mafiosos, excomulgándolos -cuenta Marino Mannoia- los boss, que llevaban su dinero al Vaticano- se ofendieron y maduraron la idea de hacer explotar las bombas cerca de las iglesias romanas.
Cosa Nostra había actuado en el proyecto estragista en colaboración con otras entidades incluída la masonería, que no hay que entender tanto como desviada o no, sino propio como punto de encuentro entre individuos que representan determinados poderes e intereses dispuestos a recurrir a cualquier medio para alcanzar su objetivo.
Entonces es legítima la pregunta: ¿se puede concebir una función ética del poder? En los exclusivos clubes de los decisores están seguramente convencidos que si, también porque son ellos mismos los que mueven los peones.
Lo divulgan por todos los lados los miles de militantes de Comunión y Liberación que acojen siempre en alegre exultación durante el gran encuentro de Rimini al senador de por vida Giulio Andreotti, el ''gran estadista'' que, como ha definitivamente confirmado la Casación, trató con la mafia también a costa de la vida de Pier Santi Mattarella. No son menos los llamados Memores Domini, brazo de acero de CL (Comunión y Liberación) un ilustre representante de la cual, el presidente de la región Lombardia Roberto Formigoni, ha terminado en el centro de un escándalo por las presuntas irregularidades de la operación de las Naciones Unidas ''Oil for Food'' petróleo a cambio de alimentos durante el embargo iraquí, otra habitual apetitosa ocasión para hacer nevar fajos de billetes.
Estaba seguro de ello Escrivá de Balaguer que ha recogido dentro del Opus Dei la flor y nata de los protagonistas de la historia político-económica contemporánea de Italia y de Europa.
Si en teoría cualquier cosa que mire al real bien común pueda responder a los dictámenes cristianos los ''frutos'' en base a los cuales se debería juzgar demuestran que se está muy lejos de obtener dicho resultado, incluso poniendo toda la mejor voluntad.

Locura y silencio

Gianmario Roveraro era un hombre muy reservado.
Miembro supernumerario del Opus Dei había hecho de la reserva y de la discreción el rasgo distintivo entre su vida privada y la profesional.
Serio, riguroso e inteligente vivía su ambición de forma prudente y atenta. Campeón de gimnasia atlética, que tuvo que abandonar por un accidente, dedicó su vida a explorar los sectores más futuristas del mundo de la finanza. En su larga carrera se midió con competidores italianos y extranjeros concediéndose algún atrevimiento y corriendo los riesgos de la profesión. A veces perdió, a veces ganó, pero su obrar no sobrepasó nunca los límites. Si bien operase en un ambiente sin escrúpulos estaba considerado por todos una persona de fiar y se había ganado el respeto de amigos y enemigos. Por esta razón su trágica y cruel muerte parece todavía más misteriosa.
La noche del 5 de julio del 2006, dos noches antes de la final del mundo de fútbol entre Italia y Francia, Roveraro está regresando a casa después de una reunión de la Obra. Hace todavía mucho calor a pesar de que sean las 21:30 de la noche. Mientras camina lentamente para tomar un poco el aire dos hombres le golpean en la cabeza y le meten en un coche, un Fiat Doblo y le llevan atado a un paso a nivel en un barrio de Albareto cerca de Modena.
Los raptores no son profesionales. Se trata de Filippo Botteri, Marco Bladi y Emilio Toscani. La mente del secuestro es el primero de ellos y las versiones que dará después son el centro del misterio.
Botteri y Roveraro se conocían bien. Hasta poco tiempo antes habían trabajado juntos en un negocio importante pero que había ido mal. Roveraro había perdido 300 mil euros provenientes de cuentas personales de la familia y como por cualquier dificultad que había tenido que afrontar en la vida había reaccionado con compostura. Para Botteri, sin embargo, la cuestión era mucho más grave y complicada.
Joven empresario de Parma, hijo de una importante mujer de negocios, Laetitia Botteri y de un padre que conoció solo cuando éste era anciano, ve en Roveraro un punto de referencia y una óptima ocasión de éxito y de rescate de una juventud sin concluir mucho y un poco desenfrenada.
La oportunidad llega de Austria donde el financiero, uno de los dos únicos en condiciones de hacerlo en Italia, experimenta una nueva fórmula económica: el MTN, el Medium Term Notes.
En práctica se trata de un complejo y delicado sistema de pequeñas inversiones que gracias a la ''flexión financiera'' rinden notables beneficios en un tiempo bastante limitado.
Botteri se queda entusiasta de la oportunidad que le ofrece Roveraro y se prodiga para rastrear cuantos más inversionistas sea posible. Gracias a la confianza de la que goza en los ambientes mundanos de su zona invierte y hace invertir alrededor de dos millones de euros.
No pasa mucho tiempo y se ve claro que algo no va. Los beneficios esperados no llegan, peor aún, se necesitan más capitales, que lo mismo Roveraro que Botteri depositan, pero la situación no hace más que agravarse y el joven empresario empieza a sufrir presiones de sus acreedores que quieren ver los resultados de sus inversiones.
Según declara Bottari mismo el dinero que debía ser invertido en Austria era retirado por dos emisarios de Roveraro que iban a retirar los billetes, los metían en el maletín y los transportaban más allá de la frontera. A los dos, conocidos como Gianni y Claudio y nada más, el joven emiliano (de la región de Emilia Romagna) había entregado 3.800 millones de liras de su propiedad sin recibir en cambio ninguna garantía, obviamente. Se fiaba, eran hombres de Roveraro.
Por este motivo, cuando se da cuenta de que ya no podía entrar en posesión de sus inversiones y sobretodo de las de aquellos a los que había propuesto el negocio garantizando personalmente, Botteri considera a Roveraro responsable de su quiebra.
Así planifica el secuestro con la ayuda de dos cómplices, simples amigos que había ayudado en el pasado y que querían devolverle el favor. Por otra parte, se trataba de obtener del financiero dos millones de euros de rescate y basta.
Y es precisamente aquí que termina el relato de Baldi y Toscani, dado que el dramático epílogo se sabe solo por las palabras de Botteri, el cual confiesa en un primer momento de haber llevado a Roveraro al campo abierto para aclarar definitivamente sus acuerdos e intentar que se le restituyese su dinero.
Pero en un cierto momento Roveraro habría amenazado con hacérselas pagar y de ahí Botteri, perdiendo la cabeza, le habría disparado un tiro a la nuca. El horror no termina aquí. El joven en efecto habría regresado al lugar del delito ayudado por sus cómplices y con el machete habría hecho pedazos el cadáver del financiero para esparcir después los pedazos en sacos negros entre los campos. El uso del condicional en esta reconstrucción es obligatorio visto que el reo confeso ha dado más de una versión de los hechos. Después de muchos interrogatorios revela a los magistrados que el financiero hubiera estado de acuerdo en hacerse secuestrar. Ante la incredulidad de los magistrados e incluso de sus abogados que ya se habían ocupado del fingido secuestro Sindona sostiene que Roveraro estaba viviendo una situación difícil que no le había explicado nunca en los detalles, pero que tenía la necesidad de crear una situación en la que, si se viera obligado, podría hacer revelaciones comprometedoras.
''Dado que él era un católico ferviente y convencido hasta el límite del integralismo él prácticamente había apoyado algo por motivos que nunca me ha dicho... un dilema lo atormentaba... una obsesión...''
Pero el drama se desencadenaría cuando Roveraro de repente le dijo que ya no quería hacer nada y diciendo además: ''Ya no me importa nada, quiero irme a casa, os arruino a todos''. Botteri le habría disparado en un raptus de rabia.
Los magistrados no creerán nunca en esta versión que sin embargo el joven asesino continuó defendiendo sin cesar.
Aunque no se pueda considerar atendible hay que recordar las palabras de la esposa de Roveraro Silvana Canepa que a pesar de las telefonadas tranquilizadoras del marido comprendió enseguida que algo pasaba, visto que nunca antes de ese momento Gianmario había tenido un comportamiento tan extraño y fuera de sus rigidísimas costumbres.
En el proceso de análisis de las posibles hipótesis los magistrados no han desatendido ninguna pista. A partir de una declaración concedida por Todescato, uno de los actores del asunto Austria, según el cual Botteri le habría confiado que Roverado reciclaba el dinero de la mafia en Sicilia. En una declaración anterior en cambio el lavado de dinero se habría hecho por cuenta del Opus Dei.
No se ha encontrado nada que pueda probar una acusación tan grave, solo el hecho de que el financiero se había ocupado de la liquidación del grupo inmobiliario Rappa en Palermo. Vicenzo y Filippo Rappa son indagados por lavado de dinero por cuenta de los jefes de mafia del relieve de Raffaele Ganci, Francesco Madonia y Giovanni Brusca.
Ocuparse de este asunto le había causado no pocas angustias a Roveraro que incluso había dejado el encargo antes de llevarlo a conclusión.
Todavía no se ha hecho luz sobre el real contexto en el que ha madurado el delito, Botteri, declarado capaz de entender y de querer, fue condenado a cadena perpetua con aislamiento diurno durante 8 meses en diciembre del 2008.

La perversión del poder

''Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar. - !Ay del mundo por los escándalos! Es forzoso, ciertamente, que vengan escándalos, pero !ay de aquel hombre por quien el escándalo viene''.

Con todo su bagaje de historia secular y pesados fardeles la Iglesia Católica se dispone a afrontar los nuevos desafíos del milenio.
Se puede decir que el vigésimo siglo se ha concluido para la religión católica con la espectacular vigilia en mundo visión que reunió a todos los fieles al cabezal de Juan Pablo II (Wojtyla 1978-2005) hasta el último respiro. El Vaticano iluminado por miles de velas ha sido la última escenografía de gran afecto construída alrededor de un Papa muy criticado en juventud, pero elogiado como un santo en los últimos años de su vida.
El inicio mismo de su pontificado está caracterizado por un misterio, la muerte de su predecesor, el papa Juan Pablo I (Luciani 1978), que estubo en el solio pontificio solo 33 días. Falleció por un paro cardíaco, según la versión oficial, envenenado, afirman con certeza históricos e investigadores que indican como razón del delito la firme intención del pontífice de desarrollar algunas reformas netas dentro del Vaticano a partir de la cumbre del IOR.
El Papa Wojtyla sin embargo no solo dejó intactas las jerarquías vaticanas sino que además, como hemos visto, se valió de las controvertidas relaciones de monseñor Marcinkus para contrastar la amenazadora expansión del comunismo con cualquier medio.
Conjurado el peligro, la biografía de este papa se ha teñido de ''acciones heroicas'' como la ya citada exhortación a la conversión de los mafiosos en Agrigento y ha sombreado eventos trágicos como la condena de la teología de la liberación y el apoyo a las feroces dictaduras latinoamericanas.
Uno de los mayores acusadores del Papa Wojtyla, el célebre escritor inglés David Yallop, en su reciente libro ''Habemus papam'', recuerda cuando Wojtyla se asomó al balcón para bendecir la multitud en compañía de los sanguinarios Videla y Pinochet, mientras Padre Romero y muchos otros curas y monjas que se ponían de la parte de los más indefensos eran asesinados en silencio.
Yallop no usa medias palabras para definir a Juan Pablo II un gran actor (como en efecto lo era de joven), un hombre con un gran carisma, lo ideal para arquitectar una perfecta operación de marketing.
''Todos recuerdan su imagen -explica a la periodista de la revista argentina ''Noticias'' Liliana Morelli - pero nadie lo que decía. El hombre era amado, el mensaje ignorado''. Según el escritor los católicos que siguen sus preceptos de fe en lo que se refiere a aborto, divorcio, contracepción y otros temas de extrema actualidad serían muy pocos respecto a los que guardan en la memoria un ícono mistificador.
El proceso de beatificación de Juan Pablo II se ha puesto en marcha inmediatamente después de su muerte y son innumerables y continuos los relatos que atestiguan eventos milagrosos ligados a su persona.
Para contribuir a montar la beata figura, según Rendina, se ha utilizado también el tercer secreto de Fátima y su presunta revelación concedida a gran pompa en el 2000 por la Congregación de la doctrina de la Iglesia presidida por Ratzinger.
La visión de Lucia, ocultada por décadas violando la expresa petición de la Virgen que pidió que se diera a conocer en 1960, sería la previsión del atentado al papa sucedido en Roma en 1981 por mano del terrorista turco Ali Agca.
En realidad, según muchos estudiosos que se han ocupado durante años del secreto de Fátima y entre ellos me permito de contarme, el mensaje está incompleto. Efectivamente falta junto a la transcripción de la visión de la joven pastora el mensaje de la Virgen que sin embargo acompaña las dos visiones anteriores y que contemplaría eventos mucho más graves para el futuro del hombre de lo que ha sucedido al papa. Es verdad sin embargo que nunca se ha hecho luz en lo que se refiere al atentado al pontífice, ni sobre la intriga entre mafia, esta vez la turca de los lobos grises, negocios sucios e intereses políticos, que delinean el cuadro de ideólogos y motivos para el atentado.
Sombras que se quiera o no impiden que la brillante imagen de este papa luzca así como se desearía.
En cualquier caso no debe de ser fácil para su sucesor suscitar el mismo clamor y sobretodo ser amado por el pueblo de los católicos que, aunque sea vasto, parece disminuir con el tiempo.
A decir la verdad no parece que a Benedicto XVI (Ratzinger 2005) le preocupe mucho el consenso visto que sus primeras directivas en cuestión de asuntos sociales (contracepción y fin de vida) e incluso doctrinales como la celebración de la misa en latín hayan sido totalmente impopulares y juzgadas también por los fieles demasiado conservadoras de verdad.
Además de una herencia de fama verdaderamente ardua de igualar, el papa Ratzinger ha tenido que afrontar, propiamente en este periodo, uno de los escándalos más delicados y difíciles de manejar en la historia de la iglesia católica. Enterrada por un muro de silencio por siglos la plaga del abuso sexual a daño de menores de edad perpetrado por una cantidad notable de prelados ha estallado al final con toda su purulencia. Desde Juan XXIII hasta Juan Pablo II la única reacción oficial ha sido siempre la de encubrir al culpable y trasladarlo de diócesis en diócesis con el objeto de protegerlo de las ya de por si raras denuncias que una vez eran consideradas un tabú insuperable.
El fenómeno ha estallado sobre todo en los Estados Unidos donde el escándalo ha involucrado a las cumbres mismas de las diócesis: obispos, arzobispos, cardenales, párrocos de un cierto nivel e influyentes han sido acusados del más horrendo de los crímenes: la pedofilia.
Las estadísticas son despiadadas.
De los estudios realizados sobre las víctimas, pero también sobre los verdugos, conducidos por psicólogos y psiquiatras, la cantidad en conjunto de los jóvenes violados en los USA entre 1950 y el 2004 es alrededor de 40.000 - 60.000, mientras los sacerdotes, ''solo'' los que han sido declarados culpables, son 5.214. Son como es obvio cuentas muy complicadas y de difícil definición si se considera el enorme sacrificio que para la mayor parte de los abusados significa hablar y contar.
Cabe precisar dos cosas, la primera es que los abusos no suceden solo en el ámbito de la iglesia católica, si bien detenga la mácabra primacía: han sido presentadas denuncias contra rabinos hebreos, ministros musulmanes, monjes budistas y maestros Hare Krishna.
La segunda puede parecer un inútil destaque pero es justo especificar que las víctimas son la mayor parte chicos de edad comprendida entre los 11 y los 17 años, es decir, una edad pre-post puber por lo que los verdugos son definidos efebófilos.
Un detalle que parece que hay que tener presente para comprender los perfiles criminales trazados por muchos expertos clínicos y terapéuticos que han examinado miles de casos. Según estudios del caso los orígenes de este horrible desvío hay que buscarlos en múltiples y distintas direcciones que obviamente no analizaremos en esta sede.
Si por una parte se han debido a violencias sufridas en edad infantil, por otra la tendencia a los abusos habría que buscarla en la prohibición impuesta a los jóvenes seminaristas a través de la castidad precisamente en esa edad que tanto les atrae sexualmente una vez que se hacen hombres.
Elegir a jóvenes en edad de pubertad se debería precisamente a una identificación con las víctimas consideradas en substancia, a nivel sexual, a la par.
Por el contrario, para las víctimas, el hecho de que el que abusa de ellos sea el párroco, en muchos casos un sustituto del padre, en otros un amigo de familia, les paraliza y les empuja a mantener dentro de sí mismos este secreto terrible por años. Los daños físicos y psicológicos sufridos por los niños víctimas de este tipo de abusos son gravísimos y a menudo irreversibles.
Si por lo tanto para algún sacerdote pudiese valer aunque sea un mínimo atenuante que deriva de una patología, se trata completamente de otro asunto cuando la violencia deriva de la posición de poder e inevitable situación de impunidad de la que gozan la mayor parte de los prelados violadores.
Según Mauro Pesce que ha escrito la introducción de la edición italiana del libro ''Atti impuri, la piaga dell'abuso sessuale nella chiesa cattolica'' (Ed. Raffaello Cortina), (Actos impuros, la plaga del abuso sexual en la iglesia católica), el hecho de que el cura católico se disponga como único intermediario e intérprete de la relación del fiel con Dios lo coloca en una posición privilegiada que puede inducir al creyente a considerarle como una autoridad intocable hacia el cual se puede sentir una sensación de inadecuación, de inferioridad y en fin de dependencia.
El autor sugiere una comparación entre el sacerdocio católico y el predicar itinerante de Jesús Cristo que transita en todo lugar, sin poseer algún bien ni tener morada fija, que ofrece una relación con Dios a través del perdón de los propios pecados y la formación de una personalidad independiente que encuentra en si misma el manantial de la vida espiritual. ''Jesús no se queda nunca mucho en una casa, en una familia. Se despide apresuradamente de las multitudes que se reunen a su alrededor. ('¦) De esta manera después de su rápida aparición las personas son dejadas a sus responsabilidades y a su libertad''.
La tentación del poder material y psicológico sobre el prójimo es una característica de las jerarquías eclesiásticas que considerándose ''otra cosa'' respecto a la gente se creen por encima de las leyes y de las reglas aprovechando a manos llenas de su extraterritorialidad a este punto no solo vaticana, sino también plenamente subjetiva e individual.
En el prefacio del antedicho libro una de las coordinadoras Mary Gail Frawley-O'Dea explica, como ya referido en su ensayo que lleva el elocuente título de ''La Perversione del potere'' (La perversión del poder), que la mayor parte de los observadores concuerda en creer que el escándalo de los abusos sexuales en los Estados Unidos haya tenido origen en Lousiana en Henry, cuando en el 1983 Padre Gilbert Gauthe fue acusado de molestias. Un caso emblemático de un cura carismático y dinámico comprometido sobretodo con los jóvenes, especialmente chicos entre 11 y 15 años, que nutren hacia él respeto y confianza. Una vez conquistado, se introduce al chico a la relación sexual. Si el delito es descubierto y denunciado por la víctima misma las consecuencias pueden ser de dos tipos.
Hasta hace algunos años raramente la denuncia era tomada en consideración y la víctima era acusada de querer ''enfangar la iglesia''; su pecado era considerado peor que cualquier otra cosa que un cura pudiese hacer asi que se le hacía callar o en el peor de los casos se le excluía de la comunidad.
En la obscuridad de las sacristías se invitaba al sacerdote a no pecar más y después de un tiempo se le trasladaba a otro lugar desde donde permanecía en contacto con otros jóvenes y la historia empezaba de cero. Solo después de muchos años y con la presión pública sobre los obispos para que tomasen medidas serias y reales algún doloroso testimonio ha dado lugar a algún efecto consiguiendo obtener por lo menos el acuerdo bajo resarcimiento.
El mérito de haber provocado grandes desgarros en el denso muro del silencio clerical se debe en gran parte a los medios de información que han estado en condiciones de cumplir con su función de control del sistema restituyendo de esta manera un resquicio de esperanza a las víctimas.
Precísamente gracias a los medios de comunicación y al coraje de las víctimas hoy el escándalo ha asumido proporciones gigantes. Hablemos de los hechos más recientes.
En el 2002 es llamado en causa el cardenal de New York, Edward Egan, que hasta el 2000 había dirigido la diócesis de Bridgeport, en Connecticut. Es acusado de haber encubierto decenas de casos de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes que el cardenal se había limitado a destinar a otros encargos. Su sucesor ha tenido que acordar con las familias de las víctimas por millones de dólares.
Sigue el caso del cardenal Bernard Law de Boston, señalado por el Boston Globe por haber protegido a dos sacerdotes pedófilos de la denuncia y de los procesos que después les han condenado.
En el New York Times, en las últimas dos semanas de marzo 2002 se lee: ''Al menos 55 sacerdotes en 17 distintas diócesis han sido destituidos, suspendidos o despedidos, entre los cuales 6 en Filadelfia, 7 en New Hampshire, 2 en St. Louis, 2 en Maine, uno en Nord Dakota y 12 en Los Angeles. En particular destacan el reverendo Michael Hands de Long Island, del que se ha probado que ha tenido relaciones sexuales con un chico de 13 años en 1999 y en el 2000 y Anthony J. O'Connel, obispo de Palm Beach en Florida, denunciado por haber molestado a un seminarista en Missouri en los años Setenta que ha dimitido y por el cual la diócesis ha pagado un resarcimiento de 125.000 dólares''.
Entre el 2005 y el 2007 salen a la luz de la crónica otros casos estremecedores. Los periódicos de Chicago atacan al cardenal Francis George arzobispo de la metrópolis y Presidente de la conferencia Americana de Obispos Católicos por no haber tomado alguna medida contra el padre Daniel McCormack del que han sido comprobados los delitos. Se ha descubierto después que el obispo estaba en efecto muy ocupado en esconder la historia horrorosa de otro sacerdote: Kenneth Martin culpable de abusos contra niños. En el 2007 se hace público un dossier sobre padre Nicholas Aguilar Rivera que ha violado 26 chicos y a quien el obispo auxiliar de Los Angeles Thomas Curry ayudó a escapar a México, donde ha continuado molestando inocentes. Está claro que son solo algunos simples ejemplos y no se refieren solo a los Estados Unidos.
En Australia ha causado sensación el caso de dos hermanas que han sufrido violencias por parte del padre Kenin O'Donnel entre 1988 y 1993, una de las dos chicas se ha suicidado mientras la segunda tiene problemas con el alcohol y después de un accidente de carretera ha sufrido daños cerebrales.
También en Italia no son pocos ni de poca cuenta los casos de violencias y abusos.
En el 2004 Mauro Stefanoni, el párroco de Laglio, en el lago de Como, ha sido procesado y condenado, por haber abusado de un chico atrasado mental, a 8 años de cárcel y a una indemnización de 180.000 euros.
No hace mucho tiempo, en septiembre del 2007 La Repubblica publicó la medida tomada por el Vaticano contra Don Lelio Cantini, párroco de la provincia de Florencia ''considerado responsable de delictivos abusos sexuales contra algunas chicas en los años 1973-1987''. Al margen ha salido a la luz una historia de orgías y fiestas ''hard'' que habrían involucrado al obispo auxiliar de Florencia Claudio Maniago, pero se trata de insinuaciones que no han sido comprobadas.
Es de marzo la noticia de las dimisiones del obispo irlandés John Magee, también él culpable de haber encubierto abusos sexuales sobre menores y es particularmente evidente visto el nivel del personaje. En efecto, antes de ocuparse de la diócesis de Cloyne, en el sur de Irlanda, donde han ocurrido decenas de violencias, Magee ha sido secretario privado de tres papas: Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II.
En particular fue el primer sacerdote que entró en la habitación del Papa Luciani el día de su fallecimiento y el que dió la alarma. Cuando empezaron a circular las primeras ilaciones sobre las reales causas de la muerte del pontífice, Juan Pablo II lo destituyó y lo mandó a otro encargo también porque el obispo fue uno de los pocos que testimonió que el difunto pontífice, el día anterior a la muerte, había tenido por lo menos dos malestares.
El escándalo irlandés fue documentado en un dossier de 270 páginas densas de relatos dramáticos que involucran 100 sacerdotes, 350 víctimas y 40 años de silencio absoluto mellado por las valientes denuncias y el suicidio del párroco Sean Fortune imputado por abusos.
El último quebradero de cabeza para la iglesia católica ha llegado directamente al escritorio del papa que precisamente en estos días ha decidido enviar una ''visita apostólica'', es decir una inspección, a la sede de los legionarios de Cristo, una congregación de derecho pontificio que tendría la misión de ''extender el Reino de Cristo'' en la sociedad. En 1988 el fundador Marcial Maciel Degollado fue acusado de abusos sexuales e incluso de haber seducido y robado a ricas herederas con algunas de las cuales habría incluso tenido hijos. Desde el 2006 el papa Ratzinger, en vez de someterlo a proceso canónico, le ha impuesto que se retire de buen orden a una vida reservada y renunciando a cualquier ministerio público.
La actitud de la cumbre vaticana es precisamente esta: evitar los procesos y los castigos, mejor pagar, si realmente no se puede hacer nada. Pero la corte de Cincinnati, con una sentencia sin precedentes, ha dado via libre de llamar a juicio a la Santa Sede por ser considerada corresponsable de los delitos cometidos por los religiosos de la diócesis de Lousville en Kentucky.
Solamente en el año 2008 la Iglesia norteamericana ha desembolsado 436 millones de dólares para resarcir a las víctimas que se suman a los 526 millones del año anterior.
Una cifra enorme, vergonzosa en su consistencia desproporcionada y al mismo tiempo inadecuada para poner remedio al dolor y a la devastación provocadas.
El cardenal Roger Mahoney, diputado de la santa sede para intentar manejar la cuantía del daño ha asegurado que toda la suma será correspondida recurriendo a las cajas fuertes de la iglesia, que sabemos que están bien llenas y a la venta de numerosos edificios.
Es decir, poseer enormes riquezas puede ser de gran ayuda en caso de emergencia y las culpas se pueden lavar fácilmente también con lo billetes.
Por lo demás la santa sede no parece haber tenido ningún hundimiento ni siquiera en tiempos de crisis.
El presidente del IOR, Caloia, tranquiliza: ''Nuestro patrimonio es sólido y no tenemos carencia de liquidez. Hemos evitado recurrir a los derivados y hemos realizado solo inversiones claras, sencillas, éticamente fundadas''.


CONCLUSIONES:

"... No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban. Más bien, acumulad para vosotros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban. Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón''. (Mt. 6, 19-21).

A los laicos quisiéramos decirles:

Jesús-Cristo es el más grande revolucionario que la historia de la humanidad haya tenido jamás.
Un revolucionario que ha transformado el corazón del hombre, que ha crecido en la violencia y en el odio, en un corazón que anhela la paz, la concordia, el amor, la justicia.
Un revolucionario que podía fomentar con Su carisma y con Su poder guerra, sangre y violencia y que sin embargo, con el sacrificio de Su vida, ha demostrado lo que es, el amor.

''... Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos''. (Juan 15, 13)

En cambio a los cristianos:

Denunciar, como hemos querido hacer en este modesto trabajo nuestro, los crímenes de una Iglesia que ha abandonado a Cristo por las riquezas, es nuestro deber. Reconducir la Iglesia a sus orígenes: la humildad, el servicio y la justicia, extirpar el cáncer que la está consumiendo desde sus profundas raíces, es nuestro deber.
Para nosotros cristianos, Jesús-Cristo es hijo de Dios y un día regresará con gran Potencia y Gloria sobre las nubes del Cielo.

Giorgio Bongiovanni
Estigmatizado

Sant'Elpidio a Mare (Italia)
21 de mayo 2009


P.D.

''MANOS LIMPIAS'': BLOQUEARON A DI PIETRO CUANDO ESTABA ACERCANDOSE AL VATICANO

(ANSA) - ROMA, 21 DE MAYO - La investigación ''Mani Pulite'' (Manos Limpias) ''se bloqueó en el momento en el que la investigación estaba procediendo hacia el Vaticano, pero esto nadie lo enfatiza. Cuando estábamos procediendo al exhorto todo se detuvo''. Lo ha declarado Antonio Di Pietro en el programa Klauscondicio.
''Después de los que ''barrieron con todo'' post-Marcinkus -ha dicho el ex magistrado- está claro que ha cambiado mucho, pero ha habido un periodo obscuro del Vaticano. Después de la muerte del cardenal De Bustis salieron a la luz algunos documentos fundamentales que indicaban cuentas corrientes que hacían referencia a parlamentarios de primer nivel pero también a políticos conniventes con la mafia. El dinero venía del IOR, para ir a parar donde Ciancimino, el alcalde de Palermo mafioso. Si hubiera tenido en la mano esos papeles en los años '90 hoy habría otra República''. (ANSA)





UNA ENCICLICA DEL PAPA CONTRA “PARAISOS FISCALES Y OFF SHORE”

El Vaticano contra “el escándalo de los paraísos fiscales y de los bancos off shore, que son muchos y difusos”.
Pocos días después de la amonestación del obispo Gianpaolo Crepaldi, secretario del Pontificio Consejo de la Justicia y de la Paz, el Papa, durante el encuentro con la “Centesimus Annus-Pro Pontífice”, fundación comprometida en actividades de caridad, adelantará esta mañana los temas de la encíclica social que será publicada dentro de dos semanas. Según el papa Ratzinger, los fallos de un sistema basado en la idolatría del dinero y del egoísmo obscurecen la razón y la voluntad del hombre conduciéndole por caminos errados. En la tormenta de los mercados, la crisis es la ocasión para replantear la economía teniendo en cuenta las exigencias de todas las clases sociales. Una línea que ha sido ratificada por quien, como Crepaldi, ha reflexionado con el Pontífice sobre una crisis que requiere para salir de la misma “no solo reactivar los sistemas financieros de los países desarrollados y de los que están emergiendo, sino también bloquear la volatilidad de los capitales y el escándalo de los paraísos fiscales y de los bancos off-shore”. Con una crítica a “países como Italia que protestan contra los paraísos fiscales pero que en vez de suprimirlos, les admiten y se sirven de ellos”. Mientras tanto reina el silencio en los Sagrados Palacios sobre el libro-shock “Varicano Spa”, basado sobre el archivo secreto de monseñor Renato Dardozzi (consejero económico de la Secretaría de Estado), que documenta que un río de dinero, entre dinero contante y títulos de Estado, haya sido dirigido a una tela de araña “off shore” de depósitos mampara a nombre de fundaciones inexistentes.
Entre el ’89 y el ’93 son efectuadas operaciones en estos depósitos por un valor de 275,2 millones de euro de hoy, movimientos en contante por 100 millones y transitan 100 millones en títulos. En una de estas cuentas estaba la firma de Giulio Andreotti en un depósito a nombre de la “Fundación cardenal Francis Spellman”.
Giacomo Galeazzi
Extraído del diario italiano “La Stampa”.
13 junio 2009

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