EL STARGATE DE SAQSAYWAMAN EN CUZCO
Por Enzo Nastati
Una puerta hacia el cosmos
En esta ocasión quisiera contar una experiencia de viaje, de uno de esos viajes que tuve la oportunidad de vivir difundiendo la homeodinámica. El centro de Saqsaywaman 

El invierno pasado estuve en Argentina y desde allí pasé a Perú en donde está prosperando una empresa que desde hace años aplica el método homeodinámico en condiciones de agricultura decididamente en ambiente árido (o casi pre-desértico). Durante este trayecto sentí surgir dentro mío el deseo de visitar Cuzco, la antigua capital del imperio Inca, a la cual los nativos llamaban “el ombligo del mundo”.
Entonces subí hasta los estupendos muros ciclópicos de Saqsaywaman (visibiles en Google Earth, 13° 30’ 33”,42 Sur – 71° 58’ 57”, 18 Oeste), un antiguo centro iniciático incaico donde aún hoy las paredes, con encastres perfectos, “cantan” la historia de ese pueblo y del camino de purificación que realizaban precisamente recorriendolas salmodiándo detrás de los sacerdotes, y en la cima de la colina lo encontré a “él”. Una compleja construcción de una altura de apenas 50 centimetros cuyo significado se ha perdido (fig.1). El guía sugirió que podría haber sido utilizado como acueducto (¡hay que tener presente que estábamos en la cima de la colina!) y comencé a sentirme un poco “extraño”.
Al volver a casa relacioné esta imagen con la de la descripción de la Atlántida realizada por Platón en el Timeo y en el Critias escritos alrededor del 355 A.C. 1 y para mi gran sorpresa ambas coincidían.

El centro de Stonehenge
La segunda conexión fue otro sitio especial que visité el invierno pasado al participar de un curso en Inglaterra: me refiero a la mítica y misteriosa Stonehenge (visible en Google Earth, 51° 10’ 43”,85 Norte – 1° 49’ 34” , 35 Oeste), el mayor complejo megalítico de la época celta.  Comúnmente se considera a este centro como un observatorio astronómico, pero este punto de vista es restrictivo con respecto de su verdadera dimensión. Estando allí, observando en silencio, escuchando lo que el tiempo susurra, se puede percibir que ese círculo megalítico es como la empuñadura de una enorme espada clavada en el terreno (imagen arquetípica de la espada en la roca), para que las fuerzas cósmicas puedan penetrar en la tierra, tierra entendida como “planeta Tierra”: nos encontramos frente a la entrada de las fuerzas de Miguel en la Tierra, de las fuerzas de la espada de Miguel. ¡Por lo tanto no tiene que sorprendernos que aún hoy la zona de Stonehenge sea en la que  han aparecido más círculos de trigo!

El centro de Calatabellotta
¡También en este caso los dibujos coincidían! ¿Qué es lo que querían demostrar esas coincidencias?
Al “ver” el complejo de Saqsaywaman en su forma “completa” me vino a los ojos una clave de lectura. En realidad toda la zona del Saqsaywaman corresponde a la isla de Sicilia (fig. 4). La configuración aserrada del ciclópico muro perimetral sobre el lado Norte se parece a las fuerzas de luz presentes en la isla “Trinacria” (es decir, relacionada con el 3, el número de la Luz) con sus tres regiones (o “valles” fig.5).

Aún más interesante es notar como el centro de Saqsaywaman corresponde prácticamente al lugar donde surge la ciudad de Calatabellotta en el valle de Mazara (que significa “la Roca”). Ésta es la ciudad escogida por el duque de Klingsor para construir su castillo. El duque de Klingsor (quien se opuso a Pársifal en la búsqueda del Grial) es el Mago Negro anticristico que en el siglo X fundó la mafia, 'ndrangheta, camorra, masonería y nazismo1. ¿Con eso es suficiente?

Antiguos “stargate”
Entonces la respuesta comienza a delinearse. ¡El centro iniciático de Saqsaywaman, la ciudad de Atlántida, Stonehenge, Caltabellotta, están estructurados de forma tal de permitir la relación entre las fuerzas terrestres con las cósmicas, hoy en día se los podría llamar como “Stargate”!
¡No es nada extraño en poblaciones que vivían inmersas en la magia de las fuerzas naturales!
Como prueba de lo expuesto anteriormente hace un mes “llegó” a mis manos un libro de Paolo Marini con el título de “Atlantide” (Atlántida) y un subtítulo iluminador “Nel cerchio di Stonehenge la chiave dell’enigma” (en el círculo de Stonehenge está la clave del enigma).
En este texto el autor “confirma” (si se me permite expresarme así) las hipótesis que estoy exponiendo aquí. Además él respalda sus afirmaciones comparando las coincidentes proporciones de los distintos “círculos” y las direcciones de las vías de acceso a la Atlántida y a Stonehenge proponiendo además una lectura estelar de las mismas “pasando” (como para enriquecer la cosa) a través de la pirámide de Keops.

La caída de los centros iniciáticos
Esta primera deducción llamó a otra pregunta: ¿de qué naturaleza era esta conexión?
En base a la ciencia del espíritu sabemos que la decadencia de la Atlántida (hasta su lento hundimiento a causa de continuos terremotos y maremotos y conocido como el Diluvio universal) fue debido a la traición por parte de los sacerdotes de los llamados “misterios de Volcán” (o sea los rituales iniciáticos que le permitieron a la humanidad caída, el “ascenso” al mundo espiritual. La clase sacerdotal de la Atlántida fue embaucada por las fuerzas subterráneas ligadas al culto de Baal-Satanás y una manifestación exterior de ello eran los sacrificios humanos que se volvían cada vez más en un instrumento utilizado por los sacerdotes para conectarse, a través del fundirse del cuerpo etéreo de la víctima con estas fuerzas oscuras devoradoras de vida, sacrificios que también caracterizaron el último período Incaico.

Así surge la pregunta: ¿Atlántida, Saqsaywaman, Stonehenge, Caltabellotta son “negras” o bien se volvieron negras con el tiempo al seguir el camino de la decadencia de las diferentes culturas que habían desarrollado?

Según mi opinión la segunda hipótesis es principalmente la más creíble, a fin de cuentas incluso los egipcios erigieron sus pirámides como centros iniciáticos de “conexión” y solo hacia el final de su ultra milenaria cultura cayeron en el culto a Baal-Satanás, culto que encontró su expresión en el Libro de los Muertos y en la práctica de la momificación.

La lección que tenemos que aprender 
Todo esto nos tiene que servir de enseñanza: cada cultura tiene su fase de expansión a la que le sigue su caída y de estas antiguas culturas lo único que conocemos por lo general es la última fase, precisamente la de la caída. Es como decir que no conocemos lo que practicaban y desarrollaban los “verdaderos” Incas, los “verdaderos” atlantídeos, los “verdaderos” deltas y los “verdaderos” egipcios. Sólo a partir del libre estudio de lo que queda de sus ruinas podemos volver a conectarnos con  la verdadera naturaleza de su mensaje. 
¡Buen trabajo!

Enzo Nastati